Partida Rol por web

Cuando escucho su pregunta sonrió y me aferro al brazo de Daniel, mi estado de animo pronto aumento enormemente, creo que definitivamente me quedare cerca de el, además es como un imán para atraer problemas, por lo que... eso puedo implicar grandes ganancias también.

- Pensaba en lo mucho que te quiero - ¡Que te quiero para mi! ¡PARA MI! TODO MIO - Espero que disfrutemos de el inicio de este viaje juntos... me siento segura a tu lado. 

Me llama la atención eso de mi nivel, si cuando me conoció era nivel 6 y ahora soy nivel 7, quizás se deba a la lucha contra aquel mago que resguardaba la caravana, pude sentir que era mas fuerte que yo... pero un mago sin gente que le proteja es un blanco fácil... si Daniel decide dedicarse a la magia tendríamos que encontrar a alguien que lo cubra... yo no soy buena protegiendo a otros... 

- ¿Crees que necesitaremos mas gente cuando nos convirtamos en aventureros? - Nunca había pensado en este tipo de cosas... desde que salí de hogar siempre he estado sola o en grupos temporales para trabajos puntuales... ahora con Daniel las cosas son diferentes.... ¿podríamos encargarnos de monstruos solo nosotros dos? El acaba de llegar a este mundo y yo mas que contra monstruos he luchado contra gente, aunque contra monstruos que usen armas es mas menos similar. 

¿Que me quería? ¿Había oído bien? Mi rostro se tornó de un color rojo intenso cuando la escuché hablarme así, encima, sujeta de mi brazo. Ahora si que empezaba a sentirme como un héroe de un isekai. ¿Al final sería verdad eso de los harenes? En los animes siempre parecían muy estresantes, y no sabría si podría lidiar con varias chicas detrás mía.

-¿Qué me quieres?- Preguntó el joven, mirándola de reojo mientras caminaba. Aunque escuchar que se sentía segura a su lado le subía la moral, y su pecho se hinchó un poquito, orgulloso -Ya verás que mientras estemos juntos, no nos pasará nada malo.

La pregunta de Choa le hizo pensar en si verdaderamente necesitaría un grupo para continuar. En las aventuras normalmente eran grupos de 4 o 5 personas, así que algo de ese número no estaría mal. Eso le llevó a pensar en el tema del harén de nuevo. ¿Cuatro chicas para el mimándole? Sería genial, si...pero mejor centrarse en la adorable Choa, y si aparecía alguien que tuviera unos objetivos similares a los suyos, pues sería bienvenido.

-Bueno...supongo que deberías buscar a dos o tres personas más, pero no creo que sea algo urgente- Respondió mientras caminaba. Le sorprendía un poco que fuera una pregunta de Choa, ya que ella siempre le había parecido muy independiente y solitaria -Si nos convertimos en aventureros y conseguimos un trabajo complicado para nosotros, pues ya buscaremos a alguien...

- ¡Pues claro que te quiero! - Exclama la gata en voz alta como una declaración, bastante orgullosa de si misma, cerrando los ojos asintiendo con la cabeza - Solo por eso te dejo hacer esto... y aquello...y... - Se tapa la cara con ambas manos por unos instantes, cuando se tranquiliza un poco aparta las manos, te guiña un ojo y saca la lengua, como burlándose de ti, y ante tu mención de encontrar nuevos integrantes para tu grupo sientes algo... un frío en tu espalda, una sensación nueva... - Umumu... - Escuchas que exclama Choa estando serie de la nada - Por algún motivo me siento molesta... ¿no estarás pensando en alguna chica guapa para el grupo, no? - Por unos instantes recordaste nuevamente a tu padre, quizás ahora que tenias un poco mas de conocimiento sobre las chicas eras un poco mas consciente de cosas que antes ignorabas. 

El camino por lo demás es bastante tranquilo, continúan avanzando, aunque no puedes evitar mirar hacia los bordes de los caminos por si hubiese gente esperando para emboscarlos, pero la verdad es que nada sucedía, tras unos breves instantes en que Choa permaneció seria, el buen humor volvió a fluir entre ambos y no tardo en estallar en una carcajada, aunque sabías, tu instinto primitivo de hombre (que los ha mantenido vivos por miles de años), te indica que algo de cierto había en el fondo de sus palabras maquilladas como una broma. Tampoco es como si estuviesen saliendo, al menos no oficialmente, aunque quizás es la chica mas cercana a ti si no contamos a Verónica en la ecuación.

Llegan a una parte del camino que era cubierto por un arrollo con agua dulce, cristalina y muchas hierbas con buen olor que crecen a sus bordes. Choa se acerca y toma un poco del agua. Esta no era para nada profunda, a lo mucho llegaría un poco mas arriba de la suela de sus zapatos, incluso quizás pueda ser el mismo brazo de agua que pasaba cerca de la casa de Ren, en donde se bañaron. Eso si, esta parte del curso de agua es mas ancha (pero no mas profunda), quizás te recuerda un poco a aquel juego que solías jugar en tu habitación, las luchas en el río... ¿No habrá un dragón oculto por ahí, cierto?

Daniel volvió a ponerse muy colorado cuando recordó las cosas que habían hecho. Si le quería eso explicaba muchas cosas, aunque le parecía algo precipitado. El también empezaba a sentir algo por Choa, ¿pero quererla? Tendría que pensarlo un poco más. Luego notó un escalofrío recorrer su cuerpo, parecía que la gata tuviera habilidades mentales, pues prácticamente había detectando en lo que estaba pensando. Pero en su ventana de estado no ponía nada de eso, así que tuvo que pensar que eso era una casualidad.

-No creo que haya chicas tan guapas como tú por ahí, así que lo dudo- Respondió intentando ser diplomático, aunque decía la verdad. No había conocido a ninguna chica tan hermosa como Choa, y sus rasgos gatunos la hacían más adorable.

El viaje estaba siendo más grato de lo que imaginó el héroe en un principio. Ya se había acostumbrado a situaciones peligrosas y no podía evitar buscar enemigos detrás de cada árbol. Lo único es que tomó nota mental para no hacer tonterías con otras chicas, o Choa se enfadaría. De todas formas él nunca había sido popular con las mujeres, por lo que esperaba que eso pudiese ser un problema.

Cuando llegaron al río, Daniel imitó a la gata y se agachó para beber del pequeño arrollo. Otra cosa a la que no se acostumbrara de ese mundo era la bebida y la comida, así que siempre que podía aprovechaba para hartarse de beber agua, porque no sabía cuando podría ser la siguiente vez que pudiera beber. Mientras comenzaba a cruzar el pequeño riachuelo, miró a su alrededor con suspicacia, era un buen sitio para una emboscada, y esperaba que no hubiera nadie vigilando ese paso.

-Ten cuidado...esperemos que no nos intenten atacar aquí- Le dijo a Choa. Empezaba a pensar que se había vuelto un poco paranoico, pero más valía prevenir que curar.

- ¿Atacar? ¿Quien nos va a atacar? - Contesto bastante sorprendida, estaba pensando en como monopolizar el enorme poder futuro del héroe cuando menciona algo sobre un ataque, me llevo ambas manos a mis armas y miro a los alrededores - Grrr... maldición, desearía que mis sentidos fueran tan buenos como antes... me siento como una humana así... - Tras observar un poco a nuestros alrededores me relajo un poco y suelto un suspiro - Creo que no hay nadie Thorin - Contesto usando el alias de Daniel, es mejor que la gente le conozca de ese modo, así solo yo puedo saber su nombre real... y bueno, quizás así nadie le reconozca como un ser de otro mundo. 

Por unos momentos de todas maneras creí haber notado algo, pero debe de ser mi imaginación... aunque lo que si me doy cuenta es que hoy escucho aún peor de lo habitual. Hago una mueca de desagrado y comienzo a cruzar el río. El agua a mis pies era refrescante. 

- ¿Como era el mundo de donde vienes? - Pregunto con curiosidad, ahora que lo pienso no se mucho del lugar de donde viene Daniel - Espera, espera, déjame adivinar - Exclamo golpeando la palma de mi mano suavemente con mi puño hacia abajo como si se me ocurriese una brillante idea - ¡Tienen miles de esclavos que hacen todo por ustedes! ¿Los humanos de ese mundo conquistaron a las otras razas y les sirven en todo? Es que tus manos delatan que hasta hace poco nunca habías trabajado la tierra o usado armas... mmmm... no se porque te puedo imaginar sentado en un trono viendo como otros hacen otras cosas. 

Daniel se puso también en guardia, esperando a ver si Choa era capaz de detectar algo. Sus sentidos debían ser mucho más finos que los de un humano, así que confiaba en ella para que pudiera encontrar alguna amenaza escondida. Por suerte, no parecía que hubiera nada en los alrededores, y el héroe se relajó también, quitando la mano de la empuñadura de su espada. No estaba de más tener cuidado siempre, así se ahorraría muertes innecesarias que podían amplificar su maldición, pensó mientras se metía en el río para empezar a cruzarlo, chapoteando un poco.

-La verdad es que no es así- Se rió el héroe ante la idea de Choa.

Realmente el tenía ventaja, ya que en su mundo había habido una época similar a esta, aunque sin bestias, monstruos ni magia, por lo que podía ponerlo todo en perspectiva. Pero para Choa todo lo que le contase sería una locura, así que sería difícil explicárselo y que se enterase. Al menos había bastantes cosas distintas como para que hubiera un buen contraste.

-En mi mundo tenemos tecnología muy avanzada, entonces en un sitio más desarrollado y pacífico que este- Le explicó Daniel, mientras iban atravesando el ancho riachuelo -La mayoría de las casas tienen agua caliente, por ejemplo...Yo todavía estoy en edad de ir a la escuela, allí si estudias un oficio algunas veces empiezas a trabajar a los 22 años...pero la gente vive más tiempo, hasta los 70 u 80- Continuó explicándole -Además, no hay ni bestias ni monstruos, solo humanos. Tampoco hay magia...Yo vivía con mis padres y me dedicaba a ir a la escuela, básicamente. 

- Espera... ¿Que? - Dice Choa incrédula, al parecer le freíste el cerebro con aquella descarga de información - ¿Dices que la gente estudia hasta los 22? ¿Y que viven hasta los 80? - Para Choa pensar en que los humanos vivan tanto era una cosa bastante loca... había escuchado de humanos llegar a los 50 y que algunos acomodados vivían hasta los 60, pero 70 u 80 eran números bastante altos para un humano... por supuesto, los elfos podían vivir hasta los mil y algo según entendía... ¿o eran dos mil? Puedes ver como Choa se rasca la cabeza - Osea para los estándares de tu mundo aun eres un niño... - Exclama la chica gata con severidad - Aquí lo normal es que la gente se case a los 16 años mas o menos, mi madre me tuvo a los 14 - Exclama explicando su perspectiva - Creo que el padre de mi padre murió a los 38... - Te das cuenta que ella extiende ambas manos como si sacara la cuenta - Yo tengo... ¿18? - Dice como si te preguntara a ti algo insegura - Si voy a morir a los 38 me quedan unos... umu.... mmm.... mm.... ¿Diez años de vida? - Entonces abre mucho los ojos - ¡Mierda, me queda poca vida! - Da un par de patadas al agua casi como una rabieta - ¡Pero antes de irme matare a ese maldito humano, aunque sea lo último que haga! - Y pues si, aunque para los estándares humanos de tu mundo Choa es una adolescente aquí es una adulta... pero aún se comporta algo como una cría, y es pésima en las matemáticas te das cuenta - Quisiera ver tu mundo... agua caliente... - Dice al cabo de unos momentos. 

Cruzan el río sin dificultad alguna, en la parte mas profunda el agua te llego al tobillo. Bueno el problema mas grande fue que Choa brinco hacia ti cuando mientras iba pensativa su cola toco la fría agua pura que corría desde alguna fuente desconocida. Era un contraste extraño en su personalidad, definitivamente y por motivos obvios, no habías conocido a nadie como ella en tu vida, quizás lo mas similar para que se de un caso como Choa en tu mundo, tendría que ser un niño soldado que le regalasen una consola y le gustara jugar pese a que su trabajo sigue siendo matar. Algo así. 

Unos cuantos minutos mas tarde encontraron el primer grupo de gente cuando el camino comenzaba a juntarse con la carretera real. Pueden ver una multitud de personas que hablan nerviosas entre si alrededor de algo. 

Era cierto que la diferencia de esperanza de vida podría chocar. Para él tener 40 años era alguien adulto pero todavía bastante joven. Eso de casarse a los 16 años era una auténtica locura, que sabía que en otras zonas del mundo podía llegar a ser normal, aunque para las personas de zonas desarrolladas era demasiado pronto. 

-Si, en mi mundo se te considera adulto cuando cumples 18 años, aunque en otros países si es más normal casarse más pronto, pero no de donde yo vengo- Respondió y después hizo una rápida cuenta: 38-18=20...Parecía que Choa no era muy hábil con las matemáticas -Te quedan unos 20 años de vida si murieras cuando murió tu padre. Pero espera...¿tu prometido era humano también? Ya entiendo el odio que les tienes entonces...aunque has vuelto a juntarte con uno- Dijo Daniel riéndose, aunque puede que para la gata no fuera tan divertido, y después añadió -Mi mundo te parecería totalmente diferente, muy extraño...pero supongo que lo cogerías el gusto, aunque destacarías mucho.

Daniel estaba cruzando cuando Choa soltó unos de sus chillidos y saltó hacia él, salpicándolo y empapándolo. Por suerte no llegó a tirarle, pensó el chico. Aunque no hacía frío, no quería tener que parar a secar sus ropas. Le gustaba lo divertida y risueña que solía ser Choa cuando estaban a solas, parecía que ya había conseguido abrirse bastante con él, y eso era bueno. 

Después de caminar un poco más y de sentir como sus pies comenzaban a secarse, empezaron a ver a las primeras personas. Por un lado Daniel estaba más aliviado, ver más gente siempre contribuía a dar una sensación de seguridad, pero ahora estaba el peligro de que reconocieran a Choa. Imaginaba que chicas gato habría bastantes, aunque no había visto a muchas bestias en aquel reino, por lo que si que podría destacar. Al ver que las personas estaban detenidas alrededor de algo, en lugar de caminar en dirección a la capital, el joven quiso curiosear un poco. En su mundo seguramente habría pasado algo, pero allí había descubierto que cualquier suceso podía ser una oportunidad para mejorar.

-¿Qué pasará ahí?- Le preguntó a Choa mientras señalaba en gentío, y se dirigía en esa dirección -Vayamos a ver que ocurre...

- Mi prometido fue el humano mas despreciable que puedas imaginar - Exclamo Choa escupiendo veneno - ¿Y porque me quedarían 20 años y no 10? ¿Viviré mas de lo normal? - Ladea un poco la cabeza confundida, tratando de comprender nuevamente aquello, vuelve a usar sus dedos para sacar la cuenta mientras siguen avanzando, y cuando mencionas que ella volvió a estar con uno mira en otra dirección algo molesta - Tsch - Exclama ahora si molesta, pero cuando cambias el tema a tu mundo se le pasa rápidamente - ¿Porque destacaría? 

Una vez llegan hasta donde está la multitud, pueden darse cuenta de un detalle de inmediato. Hay algo grande en el piso, algo grande y ensangrentado, la gente parece bastante nerviosa... pues de hecho no es solo una cosa, hay una pila da cadáveres de personas amontonadas al lado del cuerpo del monstruo que yacía muerto en el suelo. Un monstruo que ambos reconocen bastante bien. Era aquella cosa que invocaron las hadas para destruir las aldeas, aquella criatura de carne mitad caballo, que consiguieron repeler solo gracias a tu intervención. Pero allí estaba, partida en dos mitades limpiamente, algo la corto por completo, pero lo que mas llama la atención es que la criatura estaba mordisqueada, no la habían atacado animales, era muy obvio por la forma de las marcas que fueron dientes de una persona las que causaron esos mordiscos. 

- ¡Te lo juro, maldita sea! - Exclama un hombre que estaba sobre una carreta - ¡Lo vi con mis propios ojos! 

- ¿Esperas que me crea que un hombre fue quien arrastraba esta cosa desde el bosque junto a una chica, y que la chica se intento comer esta cosa? ¿Y como explicas los tipos muertos allí? ¿¡Hmmm!? 

La gente parecía muy alterada, al parecer algo así no era común, ustedes ya sabían que esa criatura no era débil para nada, seguramente otros podían suponerlo... ante una rápida mirada puedes notar que los tipos muertos habían sido todos cortados por algo filoso. 

- ¡Esos idiotas trataron de robar el cadáver del monstruo, el chico los mato sin ni un esfuerzo! ¡Luego no se que diablos paso, pero se puso a discutir con la chica que no para de tratar de agarrar los cadáveres y se la llevo a arrastras de vuelta al bosque! 

- ¡Nada que ver aquí! - Te dice Choa mirándote de reojo - Ya lo viste, ahora nos vamos, ¿Vamos?

Iba a seguir respondiéndole a Choa, pero lograron abrirse paso para ver el espectáculo que tenían delante de él. El monstruo que casi los mata a todos yacía en el suelo partido por la mitad, y por lo que decía la gente, lo había hecho una única persona. Daniel recordó que ese monstruo tenía nivel 40 o más, y que era bastante poderoso. ¿Cómo debía de ser la persona que lo había matado? Lo curioso, además de la pila de cadáveres humanos, era que el monstruo había sido mordisqueado. Había que estar fuera de si para intentar comerse un engendro como aquel.

-Shh...Imagínate lo fuerte que tenía que ser ese hombre, si es que era un humano, para derrotar tan fácilmente a esa cosa- Le respondió a Choa, y luego miró hacia el montón de cadáveres, de gente que había intentado robar el cadáver para tal vez, cobrarse una recompensa -Además mató a todos esos hombres...

Por la conversación podía deducir que el hombre que había matado al monstruo y la chica que había intentado comérselo ya se habían marchado. Si no, esa gente habría huido despavorida después de ver como había acabado con todos esos hombres. Daniel tenía curiosidad por saber quien sería, pues seguramente fuera alguien muy fuerte. Pero como decía Choa, allí no tenían nada más que ver, y encima lo mejor era no meterse en líos y llegar a la capital sanos y salvos. Asintió a la gata y se apartó un poco del círculo de gente, prosiguiendo su camino.

-Si...tienes razón, será mejor que nos vayamos...- Dijo Daniel, y siguió con su conversación -Bueno, destacarías porque nadie tiene cola ni orejas como las tuyas, está claro...

- No es alguien con quien me quiera encontrar - Dice Choa en respuesta a tu comentario - Menos si mato a esas personas después.

Mientras pasan por el lado de la conmoción, por fin logran ingresar a la carretera real, el lugar en donde lucharon contra los soldados del reino por los impuestos. ¿Que habrá sucedido con todo ese dinero? Ni tu ni Choa alcanzaron a ver cuanto era, pero bueno no tiene caso pensar en ello. Por otro lado la chica parece bastante reflexiva tras tus ultimas palabras. 

- Mmmm... agua caliente... - Suelta un suspiro, parece derrotada - No creo que pueda ir a ese lugar de todas maneras... pero espero que al menos me cuentes mas historias de tu lugar de origen. Quizás yo pueda contarte a cambio cosas de mi tribu. 

El camino era mucho mas fácil de recorrer, pues esta en mucho mejor estado ha este punto, se nota que se le hace mantenimiento. Hay abundantes huellas, de carretas, caballos y personas por igual, y cada cierta cantidad de minutos pueden ver pequeños caminos que se adentran a otro lado. 

- He estado pensándolo, tu lugar de origen es muy diferente a donde nací yo - Exclamo mientras avanzamos por el camino, un poco mas adelante se puede ver una carreta llena de vegetales de unos granjeros - Dices que era un lugar muy tecnológico, yo no me puedo imaginar mucho eso... pero en donde yo nací, la gente vive en chozas... pero era un lugar alegre, lleno de música y aromas, todas las casas rodeadas de plantas aromáticas. 

Una sonrisa se apodera de mi rostro. 

- Vivíamos cerca de un río, en donde nos bañábamos y jugábamos, en ese momento la vida era bastante buena para mi... nunca me falto nada - Recuerdo los festines, las fiestas, las lecciones de la vieja Marga - Antes siempre me quejaba de lo aburrida que era mi vida... no sucedía nada... que tonta era nya - Suelto una carcajada.

El camino real le trajo recuerdos a Daniel, y no demasiado agradables. No había dejado de pensar en la emboscada, pero ahora que estaban en la zona donde había ocurrido el recuerdo era aún más vivo. De todas formas ya no tenía mucho sentido pensar en aquello, había sido una buena oportunidad de conseguir dinero, pero los suministros que consiguieron en el pueblo de Urbick.

-Si, ya te contaré más cosas. Estaría genial que me hablases de tu pueblo, porque así voy aprendiendo más de este mundo, en el que parece que me va a tocar vivir un tiempo...- Respondió Daniel con una sonrisa. 

El camino real era mucho más transitado, y eso indicaba que también sería más seguro, así que el futuro aventurero se relajó más. Era poco probable que hubiera algún ataque o emboscada allí, con tanta gente pasando, y tendrían que tener muy mala suerte para ser los blancos de unos ladrones desesperados, cuando ellos no tenían nada encima. 

La imagen que le pintaba Choa de su hogar era fantástica, pensó. No hacía falta tener demasiado para ser feliz, y él de momento había sabido adaptarse a un ambiente medieval. Aunque tal vez fuera porque estaba viviendo como si se tratase de algún videojuego o anime isekai, y todavía no era plenamente consciente de lo que era sobrevivir en aquel mundo. Al ver como sonreía Choa, Daniel buscó su mano para apretársela ligeramente entre sus dedos.

-Suena genial...Cuando vayamos a resolver lo de las hadas, ¿me lo enseñarás todo?- Preguntó. Tal y como se lo estaba describiendo Choa, era un sitio al que tenían que ir -Comparado con la ciudad a la que vamos...suena mil veces mejor, la verdad.

Cuando pregunta sobre ir a mi antigua tribu no puedo evitar reír y sonreír, sin embargo, es un acto reflejo para mi, un mecanismo de defensa pues sus palabras en realidad me hieren. 

- Yo no puedo volver a ese lugar, te puedo indicar el camino pero yo no puedo entrar - Respondo rascando una de mis orejas - Verás, fui desterrada de ese lugar para siempre y si vuelvo supongo que me mataran - Me estiro de forma perezosa con mi mano liberada mientras aprieto la mano de Daniel con algo mas de fuerza de forma involuntaria - Pero los buenos recuerdos permanecen. Ciertamente es un lugar genial, y las chicas posiblemente sean de tu agrado - Digo mirándole de forma picara. 

No podría saber que pasaría en verdad si regreso, pero mis últimos recuerdos de ese lugar me decían que no era bienvenida en lo absoluto, no quiero tampoco que me vean ahora, en lo que me he convertido, al menos ahora no. Mientras seguimos caminando por la carretera un vago recuerdo ya algo borroso de las personas de la tribu recorren mi mente. 

Al parecer algo malo sucedió en la aldea de Choa, provocando que ya no pueda regresar, en su rostro aunque esta oculto bajo una sonrisa puedes ver un cierto dolor y en sus ojos un destello... ¿enojo? Quizás no sea prudente presionar en el tema, o quizás si, eso depende de como juegues tus cartas. 

Mientras avanzan por la carretera, puedes ver un poco mas adelante un destacamento militar que viene desde la capital hacia un destino desconocido, una gran columna de soldados, posiblemente unos cien, y unos veinte jinetes a la cabecera, todos ellos portando armadura pesada. En sus estandartes puedes ver una bandera roja con una X dorada al centro. Choa baja las orejas y tira de ti hacía un costado de la carretera para esperar a que pasen, al igual que algunas personas que iban un poco mas atrás de ustedes. 

- Soldados de la iglesia - Exclama Choa con voz algo preocupada - No es buena idea ponerse en su camino. 

-Vaya...lo siento...- Se disculpó Daniel, que sin querer había tocado un punto sensible de la vida de Choa.

Seguramente la habrían expulsado por enamorarse de un humano e irse con él, pensó Daniel. Aunque si le había dicho que el podía ir tal vez no fueran tan intransigentes con otras razas. De todas formas el chico prefirió no seguir indagando por el momento en ello, ya habría otras ocasiones de preguntárselo. Aunque cuando le comentó lo de las otras chicas no pudo evitar reírse, porque sabía que si el hacía ahora algún comentario desafortunado, acabaría despellejado vivo.

-¿Para que voy a buscarme otra chica gato si tengo a la mejor conmigo?- Respondió, apretando también su mano a modo de respuesta. Entonces su atención se desvió hacia el grupo de caballeros.

A Daniel le sorprendió ver a soldados tan bien pertrechos, y se preguntó hacia dónde irían. Mientras iban pasando, aprovechó para inspeccionar su ventana de estados, y ver que fuerza tenían, apartándose con Choa a un lado del camino y dejando que fueran desfilando delante de ellos. Nadie parecía querer ponerse en su camino, así que debían ser muy respetados, o temidos.

-¿De la iglesia? ¿Cual es la religión aquí?- Preguntó curioso, viendo como pasaban delante suya -¿Es la misma que la de tu pueblo? Alguna vez te he escuchado mencionar a una diosa.

- Bien jugado, bien jugado - Pienso ante su comentario de adulación dándole un pequeño azote con la cola al humano adulador, no puedo decir que sus palabras no son efectivas, por el contrario, me hacen feliz aunque sean simples halagos nada mas. 

Mientras esperamos que pase el ejercito de caballeros, escucho la pregunta de Daniel, supongo que tiene todo el sentido del mundo que el no supiera este tipo de cosas. Si bien es cierto, no soy una sacerdotisa como para explicar en detalle este tipo de cosas algo se y esos conocimientos se los puedo traspasar. 

- Pues ellos sirven a la diosa Esthin - Exclamo con algo de reverencia - Es la diosa mas adorada en este lugar del mundo, podría decirse que es la diosa del equilibrio, o algo así complicado me explicaron cuando era pequeña pero no entendí nada - Digo rascándome la cabeza, ese tipo de cosas escapa mi comprensión - Además de ella existen otras dos diosas, una de ellas no tengo casi idea de nada, solo se que no es muy alabada... y la otra es la diosa de la oscuridad... Piona... - Digo su nombre como un susurro - No la menciones, esta prohibido rendir culto a esa diosa. 

Esperaba que los caballeros no hayan escuchado mis palabras, no quería que un grupo de fanáticos religiosos se me tirara encima y me hiciera picadillos. 

El nivel de los caballeros osila entre nivel 30 y 35, sin embargo a la cabecera puedes ver que algunos de los que iban montados tenían nivel 38 o 39, todos tenían habilidades relacionadas a la religión o el combate, quizás en un juego mas tradicional no sería inapropiado llamarlos paladines. Seguramente un grupo como este no hubiese tenido problemas enfrentándose a la criatura que moraba en los bosques... la que fue partida por la mitad. Pero no podrían hacer nada contra aquel ente que apareció en medio de la emboscada. 

- ¡Abran paso a su eminencia! - Escuchas como una persona ruge, al parecer ahora que se iba aproximando el fin de la cola de soldados vez que no era el final, sino que la mitad, pues un carruaje bastante ornamentado y elegante viaja en medio de la formación de soldados, escoltado por mas caballeros montados. 

- Ahora entiendo - Exclama Choa - Es una procesión, de seguro tiene que ser una de las sacerdotisas importantes de la iglesia - Se toma unos momentos al ver la carroza - De seguro va a rezar por el bienestar del héroe.

Cuando la carroza pasa frente a ti, pese a que los vidrios de esta estaban polarizados, sientes como si tu mirada se cruzara con la de la persona en el interior de ese lugar, sientes algo extraño... algo como nostalgia pero a la vez diferente a eso. 

La diosa Esthin era la buena...y la diosa Piona la malvada...Tal vez esa última le hubiera puesto la maldición, pensó Daniel, haciendo un paralelismo con el isekai Re:Zero. Aunque ya tendría que tener mala suerte si una entidad tan poderosa se hubiera fijado en él. ¿Por qué si era un don nadie? No había intentado hablar con Choa de su maldición, pero tampoco tenía ganas de descubrir lo que pasaría. Si no podía contárselo a nadie, seguramente sería muy desagradable. Aun faltaba otra diosa, aunque Choa no recordaba el nombre, y seguramente no fuera adorada por esa zona.

-Ya veo...lo tendré en cuenta entonces. Al menos así ya se algo más- Y es que todo lo que le sirviera para aprender de las costumbres y creencias de aquel mundo sería bienvenido. Al fin y al cabo, tenía que aparentar que era un habitante más.

Los soldados tenían unos niveles similares a los del monstruo de las hadas, así que un pequeño grupo no habría tenido demasiados problemas en enfrentarlo, pensó Daniel. Además, eran más poderosos que los que habían viajado en la caravana del recaudador de impuestos, e incluso tenían más nivel que el propio Efir, el líder de los bandidos. Aún estaba muy lejos de ser alguien aceptable, pensó Daniel, y suspiró.

Las palabras de Choa lo sacaron de sus pensamientos, y miró con curiosidad hacia la comitiva en busca de la ornamentada carroza que debía transportar a la sacerdotisa. Cuando pasó a su lado, Daniel sintió una sensación extraña al mirar hacia las ventanas del carruaje. ¿Quien iría dentro? Tal vez fuera la persona que le había invocado, aunque no recordaba haber visto a ninguna mujer a parte de la princesa. ¿Podría ser otro héroe como él? Los cristales le permitían verlo, así que no iba a poder averiguarlo.

-He notado algo raro cuando ha pasado...- Le dijo Daniel a Choa en voz baja -Igual puede ser un héroe, no lo se. Pero igual la persona del interior también lo ha sentido- Cada vez que pensaba que las cosas iban a ser tranquilas, algo nuevo le pasaba. 

- Esas son malas noticias - Dice Choa bajando la cabeza - ¿Porque siempre tienen que ser malas noticias? - Suelta un suspiro algo exasperado - Si era un héroe entonces debe haber visto tu estado ¿no? Esperemos que no hay sido el caso... de cualquier modo no se han detenido. 

Pasan un par de minutos y el grupo armado comienza a alejarse ya por el camino, afortunadamente no se detuvieron para detenerles, pero quedo esa sensación en tu corazón, de que ALGO definitivamente sucedió, pero aún no puedes estar seguro de que ni que consecuencias tendrá. Resumen el camino por la carretera, en silencio durante un tiempo, luego hablaron de cosas triviales, Choa a medida que se acercaban a la ciudad recuperaba su buen humor, al parecer tenía ganas de dormir en una cama para un cambio. 

Al cabo de una hora aproximadamente llegaron a uno de los sectores que reconocías, comenzaban a aparecer granjas y la gran ciudad se veía a lo lejos. Estaba lleno de personas a esta hora, gente trabajando los campos, niños jugando arriba de los árboles o persiguiendo cerdos. Se notaba que comenzaban a acercarse al corazón del reino. 

- ¿Crees que deberíamos comer algo antes de llegar a la ciudad? - Exclama Choa mientras caminan, se habían saltado la hora del almuerzo y seguramente pronto comenzaría a bajar el sol - ¿O prefieres que busquemos un lugar donde hospedarnos primero? - El lugar en donde se encuentran es bastante acogedor, hay muchos árboles que proporcionan sombra, sin embargo, si se demoran mucho puede que cierren la puerta de la ciudad y hayan controles mas estrictos para ingresar.