Voy a intentar la 13-14 para que ataulfo deje la copa sin preocuparse de ella y yo la meta en la bolsa.
-Creo que sería mejor que Ataulfo abriera la próxima puerta.-Dándole un codazo amistoso al guerrero.- Si hay alguien en la estancia serias el primero en arrearle. Yo creo que debe ser la puerta de enfrente.-
Tras la caida de las copas me quedo alerta por si algo viene a investigar, pero cuando parece que no es así me relajo
-un poco mas de cuidado por favor. No parece que estas salas sean muy importantes y Duncan no ha encontrado trampas, revisemoslas rápido y sigamos-
Por supuesto no hago el mas mínimo ademán de ser yo quien abra las puertas
-Creo que los más indicados para abrir serían los guerreros. Si hay enemigos serían los primeros sin que los demás estorbaramos.-
- Pa'lante entonces - dijo el guerrero según abría la puerta de un puntapié mandoble en mano.
Perdonad, pero no son horas y estoy algo embotado.
¡Continuemos, pues!
En cuanto Ataulfo abre la puerta, Romualdo le sigue con su espada en ristre preparado para atacar si era necesario.
- Venga entonces, acabemos con esto- ruge ciertamente ansioso mientras en su fuero interno temía por lo que pudieran encontrarse, estos magos eran ladinos.
Jej,jej. Me escaqueo hacia la copa y vuelvo antes de que noten mi ausencia.
Tiro algo?
No tires nada. Estan mas que avisados y nadie ha hecho el minimo gesto o dicho nada asi que tu mismo.
Pa´la saca entonces.
Ataulfo abre la puerta de un fuerte puntapie y asi podeis ver como tras esta aparece una lujosa habitacion con un baño de mármol hundido en el suelo situado en el centro de esta y con las paredes cubiertas con azulejos esmaltados azules y verdes. Un albornoz cuelga de un clavo a un lado del baño y en una pequeña mesa veis dos urnas de cobre, unas pastillas de jabón y algunos viales ademas de un montón de toallas. Tambien hay un comoda de madera en la esquina suroeste de la habitacion.
-vaya, que bien se vive en esta casa- estoy bastante sorprendido, pensé que las habitaciones de Karvoquian y gente noble estaría en los pisos superiores
-bueno, registremos esto sin perder mucho tiempo y sigamos, tenemos trabajo- dicho esto me pongo a mirar bajo la cama, por si hay algo olvidado allí
Duncan expone en voz alta sus pensamientos mientras registra la cómoda.-Pues a mi me da mala espina todo esto. Que se supone que hace esta habitación en unas mazmorras con monstruos y laboratorios mágicos?. Tendría que estar en la habitación del mago no aquí abajo.-
Mientras Raangar mira debajo de las camas en la habitación de la izquierda Duncan entra decidido en el baño cuando de repente una especie de enorme limo verde cae sobre él desde el techo envolviendolo totalmente y comenzando a disolver los objetos que porta el ladrón.
Motivo: envolver a Duncan
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 20 (Exito)
1º asalto. Un moco verde esta envolviendo al pobre Duncan. ¿El cual habia vuelto a coger su antorcha?
Antes de poder mirar con detenimiento debajo de la cama escucho un ruido viscoso y al levantar la cabeza veo a Duncan envuelto en una gelatina verde
-rápido el fuego, quemad a esa cosa-
Me pregunto si mi proyectil mágico dara a la gelatina, a Duncan o a los dos
Aunque no te da tiempo de ver demasiado ya que el alboroto te lleva a mirar lo que sucede en la habitación de enfrente si que te parece notar algo brillante bajo una de las camas.
Jefe en la habitación hay algo que me pueda servir para ungir a la cosa como hicimos con el monstruito elastico?
Por ungir te refieres al aceite?. Hay unos frascos encima de la mesa quizas alguno sea algun tipo de aceite de baño.
Ataulfo reacciona rápido y saca un frasco de aceite que tenía para si linterna, lanzándolo hacia el limo - prendedle fuego, aunque no se yo si Duncan preferirá morir digerido o rostizado - dice algo sarcástico el guerrero.
Mi acción, rociar de aceite al limo. Si pudiera prenderle fuego, lo haría.
Con paso decidido Duncan avanza hacia el baño cuando algo inesperado cae encima de él. Es pesado, pero el ladrón puede moverse con cierta libertad, intentando zafarse de ello. Pronto comienza el olor a quemado y Duncan comprende lo que es, ácido. El rostro se contrae en una mueca de terror. La capa le ha servido de protección pero no por mucho tiempo, cuando se desaga será su piel la comience a qemarse en un sufrimiento inhumano.-¡NO, quitádmelo!.- Grita el ladrón mientras intenta con las manos sacarse el limo de encima.