Claro.
Hace una ligera pausa.
¿Qué se encontraba haciendo y dónde estaba cuando el señor fué asesinado?
Lo que me gustaría tras acabar esta aventura es hacer alguna con otros jugadores, porque mi personaje en solitario poco puede hacer aparte de esto.
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.
-Creo recordar que estaba paseando por los pasillos de la casa.
Veré que se puede hacer. XD
¿Le gusta pasear por los pasillos? me resulta curioso, teniendo en cuenta lo bien cuidados que tiene los jardines Hyobe.
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.
-Cierto. Para ser un borracho, tiene buena mano para los jardines, pero hoy el cielo amenazaba con lluvia y no quería mojarme.
¿Se cruzó con alguien o entró en alguna estancia? En la cocina, la biblioteca, el despacho de su anfitrión...
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.
-La verdad es que no. La casa estaba inquietantemente tranquila.
Es una pena- el investigador hace una pausa. Tiene previsto tardar bastante aún, aunque tenga que realizar unas cuantas preguntas insustanciales, pero es su intención que con Togashi Masao se note que ha estado mucho más tiempo que con el resto.
Quizás pudo usted evitar todo esto. Parece ser que alguien husmeó entre los documentos de Takao-san. No sabe nada al respecto, ¿verdad?
Este individuo es monje, no?
Creo que este es el último mensaje hasta el día 29. Trataré de llevarme el móvil y usarlo como módem para el portátil, pero no sé si sabré hacerlo.
Felices fiestas.
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.
-La verdad es que no. Como le he dicho, estaba paseando, absorto en mis pensamientos.
La verdad es que no le he puesto ninguna profesión porque lo veía irrelevante.
Te apunto que estarás ausente hasta el 29.
Felices fiestas.
Claro, no pudo darse cuenta de nada.
Tengo entendido que el señor Takao era muy celoso en cuanto a despacho, y muy pocas personas podían entrar en él. ¿Ha entrado usted alguna vez?
Ya estoy de vuelta.
No te planteas que me líe a tortas con Masao, no?
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.
-Por supuesto. Siempre que he sido invitado a ir. Normalmente Takao-sama era bastante celoso en cuanto a quién entraba o no en su despacho.
Observas como el pecho de Masao se hincha de orgullo.
Eso dependerá de ti. Pero no está contemplado a priori XD.
Inmediatamente tras acabar de hablar Masao, el investigador lanza la siguiente pregunta:
¿Entró esta noche a su despacho instantes antes o después de la muerte del señor Mirumoto Takao?
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.
Observas como la cara de Masao se pone roja, como de ira y sólo dice:
-No.
Sus músculos están tensos y notas como una vena en su cuello se hincha. Sin duda, estás en una encrucijada. Un samurái te ha dicho que no ha entrado. Un himin que sí lo ha hecho. ¿A quién hacer caso?
Si desea por último decir algo, lo que desee, todo puede ser de ayuda. Si no, le acompañaré fuera y llamaré a la viuda para hablar con ella.
Kitsuki Tatsunabe, con la mano extendida y la palma hacia arriba, ofrece la palabra a Masao. Si símplemente se despide o cuando termine de decir lo que diga, le acompaña hacia la puerta y hacia donde los demás esperan y se fija en el gesto de todos y cada uno de los allí presentes así como a quién mira Masao al salir.
Evidentemente, ante la palabra de un samurai, la de un heimin no vale nada y menos uno con clara tendencia a embriagarse, pero está claro que algo ocurre. Togashi Masao ha estado poco acertado al airear trapos sucios, no tanto por el hecho de hacerlo sino por mostrar "divertimento" en esas historias.
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Togashi.
Con una sonrisa Togashi Masao se despide de ti y sale de la habitación.
Discretamente, observas como se acerca a la mujer de Takao a la que, susurrándole al oído algo, hace dirigirse hacia la habitación donde llevas los interrogatorios.
La señora se sienta donde le indico y se dispone a responder.
Quisiera reiterarle mi mas sincera condolencia. No tuve oportunidad de conocer mejor a su difunto esposo pero me consta que es merecedor del más merecido y digno duelo.
A fin de honrarle, como sabe, trato de aclarar las circunstancias de su muerte. Para ello voy a realizarle una serie de preguntas que seguro no tiene inconveniente en responder. Para empezar descríbame su relación con Togashi Takao en el día a día. ¿Cómo se trataban?
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Fu Leng.
Mirumoto Aiki, una mujer entrada en años pero aún bella, asiente mientras le indicas el procedimiento a seguir. Con elegancia, dobla su cuerpo en clara muestra de agradecimiento y como aceptación tácita del método a seguir.
-¿Mi relación con mi marido? Excelente diría yo. Ambos dos hemos conseguido mejorar nuestras posiciones gracias a nuestro matrimonio y hemos dado al Imperio varios hijos para la guerra y que administren sus tierras y varias hermosas hijas para conseguir buenos matrimonios y bellos descendientes que sigan con las tareas que se espera de ellos.
¿Y cómo cree que era el trato de su marido a los heimin de la mansión?
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Fu Leng.
La mujer se lo piensa unos momentos. Te fijas en su cara. Sus facciones parecen nerviosas. En varios momentos ves como se dispone a decir algo pero finalmente calla. Tu entrenamiento te dice que iba a mentir, por cómo se le dilataban las pupilas justo antes de hablar. Por fin, dice, esta vez sin mentir:
- El trato de mi marido con los heimin de la casa era correcta. Era estricto con quien debía y generoso cuando tocaba.
Esa vacilación da pié apretar tuercas.
¿Incluso con Kanjiro?
Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Fu Leng.
-Bueno, nunca oí quejarse a Kanjiro...
Sin duda, el tono de vacilación de sus palabras te hace darte cuenta de que está escurriendo el bulto. Aunque sea de forma educada y elegante.