Partida Rol por web

Recorro con la vista la zona, hasta donde mis ojos enanos me lo permiten, y me detengo en las estatuas que nos señala Manari. "- Aún en la umbra que abunda en este lugar, se muestran majestuosas- contesto a las palabras del hombre".

Escucho a Mut, asintiendo a lo que dice. "- Ve con cuidado compañero... parece desierto, pero no podemos estar seguros- le digo al hobbit".

El grupo se va adentrando poco a poco en el lugar y ante las palabras de su contratista Eadar observa las estatuas. Aún sigue sin comprender como aquel lugar ha podido ser sepultado. El montaraz, al igual que su amigo, se da cuenta de la mochila hecha jirones en aquel lugar. Quizá este lugar haya sido explorado antes. Mira a Lorgan esperando ver que ha encontrado.

Mut quiere atar una cuerda a uno de los cascotes pero... El pequeño mediado debería de pensar antes que no tiene ninguna entre sus pertenencias. No obstante se decide a bajar las escaleras mientras tantea cuidadosamente con el pie.

Lorgan toca primero con el pié los restos de esa mochila y luego con más detenimiento hurga para ver lo que hay en ella.

Eadar sigue avanzando, pero comentó sin dejar de cubrir la retaguardia. Tanto Manari como Karmarac también avanzan y comienzan a iluminar la siguiente estancia.

Esta sala (3) parece en mejor estado, una larga instriopción en Adnuaico antiguo cubre sus muros, interrumpida periodicamente por cinceladas y pinturas. En el suelo, grandes losas de marmol forman el dibujo - ¡El escudo de la casa de Ankataré! - Dice orgulloso Manari

Los primero que ves son los restos de una ración de viaje que se convierte en polvo en cuanto la tocas. También hay una daga herrumbrosa que carece de todo valor. Enrollado en un papel que también se deshace hay una piedra reluciente, se trata de ambar del desierto que si puede tener algún valor.

Miro en los restos de la mochila antigua, pero apenas hay nada de valor, pues todo está envejecido y no es utilizable.

-Hay una gema entre las cosas, la guardaré y ya investigaremos si tiene valor fuera. ¡Eh, Mut! -le digo a mi amigo-.. Si necesitas una cuerda, yo llevo una- empiezo a rebuscar en mi saco para encontrarla. Me sentía contento, pues llevaba cosas útiles que estaban siendo necesarias.

Más contento me sentí cuando Manari reconoció el sello del templo que buscábamos en las losas del suelo, cosa que definitivamente confirmaba nuestra presencia en el lugar correcto.

Providencial había resultado ser mi caída, pues dudo haberlo podido encontrar de otro modo. 

Bajo las escaleras hasta llegar a la próxima habitación donde Mut y los hombres se encuentran y sonrío al escuchar a Manari señalando el escudo de su casa. Los enanos también respetamos eso, nada como poder remontar el linaje de uno hasta alguno de los siete padres.

Doy un paso y otro, recorriendo un poco la estancia, y me acerco hacia las paredes para ojear lo escrito.

"- ¿Alguno puede leer lo que obra escrito aquí?- le pregunto a los demás".

Paso mi mano por el muro para sentir la piedra y miro un poco más hacia adelante. Me doy vuelta y señalo hacia donde están los otros.

"- Necesito a alguien con una antorcha aquí, parece haber otro cuarto- digo indicando el lugar".

Recojo la cuerda que me tiende mi compañero y realizó la misma acción que tenía en mi cabeza mientras le doy las gracias a Lorgan y maldigo en voz baja mi torpeza por no haber comprado una cuerda cuando tuve ocasión. Examinó las salidas de la sala en busca de algo que me haga sospechar de que existe algún peligro. 

- Yo no entiendo esas letras Maese Angainor. Pero creo que nuestros compañeros podrán arrojar algo de luz sobre lo que está escrito. 

El grupo avanza y el montaraz cubre la retaguardia. Sonríe ante la emoción de Manari. Debe ser excitante ir descubriendo aquello que anhelaba, y mucho más si aquello pertenecía a su familia.

Poco a poco van entrando en la habitación y el montaraz observa los grabados en las paredes. Aquel lugar estaba comenzando a atraer la curiosidad de Eadar y ante la pregunta de su compañero enano intenta descifrar aquellas palabras.

Lorgan se guarda aquel objeto y le da su cuerda a Mut. Esta cuerda es la que en un extremo tiene el garfio ese que se puede enganchar a voluntad de su propietario, esto es, Lorgan.

El mediano vuelve a subir las escaleras, para dejar uno de los extremos atado o enganchado a los cascotes y vuelve a bajar por la escalera.

Lorgan y Eadar ponen especial interes en aquellos grabados de la pared.

El enano reclama una antorcha cerca de la entrada de una de las habitaciones y Karmarac se acerca con la suya, pero hay como un pasillo y hay que internarse más adentro para ver que es lo que hay allí. Cabe recordar que los enanos no ven en la oscuridad absoluta, pero si ven más de lo normal con luz escasa. Fruto de que los antepasados enanos con grandes constructores de minas y cavernas.

Sólo vosotros entendéis de que habla el grabado, está en Adunaico, pero antiguo, por lo que no lo entendéis todo. Los escritos hablan de un par de piedras “videntes” con confusos poderes que parecen tener.

Avanzo hacia las escaleras que siguen bajando y que deben llevar a otra sala (sala 6). Observo que parecen existir al menos un pasillo lateral que surge de la sala en la que estamos. Puede que sea el comienzo de un laberinto o un descenso a unas grutas...

- Debemos centrarnos en qué hacer...o inspeccionar las salas a conciencia o avanzar hasta el final de este santuario y ver la sala principal que debe estar hacia adelante...¿qué opináis compañeros?

Trato de rememorar los viajes con mi padre intentando llevar a mi mente imágenes que se acerquen aunque sea un poco a las formas de la escritura que recorre la estancia, pero nada se asemeja a ella. La mano que se apoya en el muro se separa lentamente al tiempo que observo el clarear de la antorcha de Karmarac cerca.

Escucho la voz de Mut. "- En verdad me sentiría más tranquilo sabiendo que no hay nadie en otras salas. Atrás habían restos de una mochila, por lo que evidentemente ha habido gente antes aquí y no sabemos si alguien más sabe la locación de este lugar... más vale enano precavido...- digo acompañando mis palabras con una leve risa-. Sin embargo, no sé qué opinan los demás- agrego".

La escritura me recuerda a otro lenguaje que soy capaz de entender, aunque su versión sea antigua, así que mi comprensión es limitada. Observo los signos, y me concentro en entender su significado. Algo puedo entrever, y así lo comunico:

-Amigos, esta escritura es muy antigua y no puedo entenderla del todo, no sé si Eadar entresacará algo más que yo.. Los escritos hablan de dos piedras con poderes de videncia, y quizás otros confusos poderes que no consigo descifrar.. De ser así, quizás se hallen aquí en el templo, y tal vez es lo que realmente codicien nuestros acompañantes, y quienes osaron entrar antiguamente este lugar. No sería también extraño que hibuera trampas para protegerlas.. ¿Sabéis algo de estas piedras, Karmarac y Manari? 

Eadar asintió a las explicaciones de Lorgan y negó cuando su amigo preguntó si había entendido algo más:

-Es muy antiguo. Tampoco yo he conseguido descifrar mucho más.

Entonces ante la pregunta de sus compañeros convino con el enano en inspeccionar las salas:

-Creo que lo mejor es no dejar nada a la espalda. Deberíamos ver las demás salas antes de seguir avanzando. Podemos empezar por esta. Dijo señalando a la derecha.

Mut (35):

Eadar (20) [45 de 45]:

Angainor (15) [59 de 59]:

Lorgan (10):

Karmarac (10) [45 de 45]:

Manari Akaji (10) [35 de 35]:

El grupo parece indeciso. Parece más pendiente de que ocurra algo que de hacer algo. El único que avanza un poco más es el mediano.

- Nada más excepto lo que ya comenté con anterioridad – Le responde Karmarac a Lorgan – Y como comenta Angainor y Eadar creo que lo mejor sería comprobar que lo de atrás está cubierto. Por lo que sé no es un templo demasiado grande, al menos en teoría.

Y en esta ocasión los dos contratantes de vuestros servicios esperaron a que vosotros tomarais la iniciativa.

Tras señalar la sala de la derecha, Eadar accedió a la misma con cautela, con la antorcha por delante, intentando iluminar lo que sus pies alcanzarían momentos después y descubriendo el interior de la sala en que estaban penetrando.

El montaraz avanzaba despacio y tratando de poner atención a todo lo que les rodeaba.

"- Bien, ya que Eadar va a cubrir aquel lugar yo veré qué hay aquí... confío en que no sea muy grande este lugar, de lo contrario sería prudente no adentrarnos demasiado- digo a Manari".

No confío en el hecho de separarnos, pero algo me da mala espina y prefiero caminar sin temer el tener algo en la espalda. En caso de que algo suceda imagino que los ecos del lugar nos pondrán alerta de inmediato.

Saco una antorcha y sirviéndome de la que el humano lleva prendida la enciendo para poder iluminar mi camino. Y apenas el fuego comienza a tomar forma, me adentro para ver que hay pasando el pasillo.

Camino detrás de enano, vigilando cuidadosamente el pasillo por si detectara alguna trampa o sorpresa desagradable. Llevo solo la cuerda atada a mi cintura y todavía envainada la espada corta. Esperemos no tener que usarla en este santuario. 

- Angainor, vigila bien donde pisas...la piedra es antigua y estamos rodeados de arena...todo puede volverse una trampa...

El grupo se dividió, cada uno hacia un lado. Angainor y Mut a una sala, y Eadar a otra. Me decidí a seguirlo, para que no fuese solo, y cubrirle en caso necesario.

Puse alerta mis sentidos, pues la oscuridad y el frío que destilaban las piedras también podían albergar horrores.

Voy tras Eadar, y comienzo a concentrarme, por si algo hubiera en el cuarto y mi magia pudiera neutralizarlo.