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Aves de verano

Aves de verano

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09/01/2023, 08:37
Astrid Korklan

Ir en una bici con un hacha como si fuera un indio de esos que masacraban en las películas de los domingos no era algo muy gratificante para ella así que la dejó caer al suelo y luego, cuando ya se habían alejado, avisó a su hermano.

A la porra con el hacha, que le den. Si quieres armas pasamos por casa a por los lunchacos.

Y luego miró al viento y habló a grito pelado para toda la pandilla.

—¡Oh el amor. Amor y pájaros! ¿No lo veis? Diane se deprime cansada de la vida en provincias y de su trabajo en un experimento donde se tortura a un montón de desdichados pajarillos y se larga, dejándolo todo. Donald, como demostración de su amor, libera a todas las aves experimentales y corre tras ella. Palomas vuelan lejos y ahora, mientras nosotros pedaleamos, otras palomas espían por la ventana de una buardilla de París. Tras los cristales, botellas de vino vacías, libros de Bodelaire en francés y Donald y Diane haciendo el amor sobre un viejo camastro manchado de sudor. Ella encima de él, jurándole, borracha, amor eterno.

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09/01/2023, 11:36
Director

Abandonaron la casa del ornitólogo con un hacha, una pesquisa que seguir e innumerables preguntas sin respuesta, aunque Astrid dejó caer el hacha y no avisó hasta que se encontraban demasiado lejos como para regresar por ella. Al menos el señor Boyd tendría que ingeniárselas de otra manera si pretendía matar a sus pájaros. La teoría del ornitólogo parecía igual de descabellada que cualquiera de las que habían pasado por sus imaginativas mentes, y a decir verdad, su estado mental, no le daba lo que se dice demasiada credibilidad a sus locas palabras. Según aquel hombre, una bandada de pájaros manipulados mediante el uso aberrante de la tecnología había empezado una especie de guerra civil entre los diferentes tipos de aves, siendo las palomas, al parecer, las más pacíficas. Y según sus locos temores, no tardarían demasiado en girarse hacia los humanos y atacarlos también a ellos. De hecho, según Boyd, las aves más peligrosas ya habían atacado a otros animales para someterlos bajo su yugo. 

Al menos habían conseguido una pista sensata en medio de aquel montón de conspiraciones paranoicas. Al parecer un tal Donald Dixon, experto en neurología aviar, podría ser quien estuviera detrás de los chips que las palomas llevaban en su cabeza. Lo cual era una buena pista para averiguar por qué motivo le habrían puesto un chip a las palomas. Porque, siendo serios y cabales, todo lo que decía Boyd sobre el fin del mundo y la supremacía aviar, era una teoría descabellada de la que no habían visto ni una sola prueba. Las palomas eran pacíficas, hasta más organizadas que habitualmente. Y lo único que querían era comida y algo para construir su nido. Pero sí era cierto que había algo preocupante en todo aquello. Y Boyd también había hablado de una gran y peligrosa concentración de aves cerca de la Isla Sentinel. 

Tendrían que investigar más para sacar mejores conclusiones...

Notas de juego

Pasamos a la siguiente escena: Ciencia demente