Partida Rol por web

Solo veo lo que hace dasron ylo secundo con mi hacha-tambien quiere huevos revueltos

El demonio, que cree tener la situación bajo control, inunda una a una las mentes de los compañeros que han caído bajo su influjo con el fin de desposeerlas de todo libre albedrío y absorbe información nueva y estimulante.

A continuación, todo sucede muy rápido. Beohal y Dasron, aprovechando estos momentos de autocomplacencia, habiendo hecho creer al monstruo que se habían plegado a sus deseos y que estaban a su merced, pasan al ataque. Sin embargo, no arremeten contra Lord Kroakus, sino contra su torre de huevos. Lanza y hacha revientan las membranas y hacen saltar una gelatina repugnante por todas partes. La torre pierde el equilibrio y se desploma. Otros tantos huevos acaban aplastados por el peso del propio demonio, formándose en el suelo un limo resbaladizo.

Lord Kroakus entra en cólera. Su enorme boca se abre y un alarido preternatural inunda la caverna y todo el complejo de galerías. Parece que os vayan a estallar la cabeza y los tímpanos. Las raíces del gran Árbol se estremecen y caen cascotes del techo. Tan descomunal es su furia que, de pronto, sentís que su poder mental se ha roto. Es incapaz de mantenerlo. Ya no os quiere como esclavos, os quiere devorar vivos.

Los kobolds no saben qué hacer. Se encuentran desorientados, como el pajarillo que ha salido de la jaula en la que ha vivido demasiado tiempo.

Estáis frente a la bestia. Sois vosotros, un pequeño grupo de aventureros, contra un demonio nacido del mismo Caos. ¿Seréis capaces de hacerle frente y salir victoriosos?

Von mi ballesta tiro a quemaropa al gran oord rana

El plan había salido bien. Pero ahora tocaba lidiar contra aquel sapo que no paraba de gritar como si quisiera reventarnos la cabeza con sus alaridos. El techo amenazaba derrumbe y los kobolds parecían desorientados. Por el momento parecía que estábamos sólo nosotros contra él, era momento de atacar.

- ¡A las armas! Démosle al escuerzo motivos para gritar.

El influjo de lord Kroakus ha cesado y escucho la voz fuerte del enano que nos invita a la lucha. Mientras las nubes que abrumaban mi mente se disipan veo al gran batracio nadando en la baba de sus propios huevos:

—¡Hurra! !Mi idea funcionó después de todo!  —grito emocionado  por haberme liberado del dominio mental de la criatura. Rápidamente busco algún escondite que me permita lanzar ataques con mi honda.

Dasig notó como la presión sobre su mente desaparecía. COmo no tenía su arma a mano, se lanzó contra el sapo gigante, invocando el poder de los dioses.

Cargo uno de los abrojos* que llevo con migo que me permita realizar un daño mayor, aunque insignificante para el monstruo, seguro que sumado a la fuerza de los demás contribuirá a derrotar más fácilmente a nuestro enemigo.

—Árbol Esmeralda —digo mientras preparo mi ataque—, se que agonizas pero danos parte de tu poder para librarte de este parásito repugnante.

Hago mi ataque pero la distracción por encontrar un lugar para disparar sin ser visto por el demonio me hace fallar.

Toiro von ballesta con mi hacha a la mano

Estaba a punto de consumir y devorar mi mente, cuando el demonio salió de repente de ella. Miré alrededor y vi que Dasron había atacado a los huevos. En ese momento de caos, Lord Kroakus perdió el control mental y fuimos libres de nuevo. Un fuerte dolor de cabeza hacía que estuviera bastante mareado. Aún así, intenté recomponerme y agarré con fuerza mi bastón. Miré con odio al demonio y le lancé un golpe a uno de los gigantes ojos de batracio que tenía.

-"Toma, maldito demonio!" Grité.

El toque de Dasig lanzó un destello de luz sagrada que abrasó a la antinatural monstruosidad.
- ¡Vuelve al abismo, engendro infernal!¡La luz de los dioses te lo ordena!

Beohal solo se molesya con su ballesta y la tora a un lado, ahora solo cuerpo a cuerpo

Garsam trata de atacar al demonio lanzando uno de sus abrojos con la honda, pero no consigue acertarle, dado que es difícil manejar esa clase de proyectiles. Lord Kroakus ataca a Dasron, que es quien ha destrozado sus huevos en primer lugar, con un zarpazo, pero el enano está preparado y lo esquiva. Dasron le clava la lanza en su dura piel y la atraviesa. Beohal dispara su ballesta, pero se le atasca. Harto de ella, la tira. Barrik atiza con su vara a Lord Kroakus en la cabeza y Dasig usa el poder de los dioses para dañar al ser impío. Notáis que el monstruo se debilita, pero no por ello es menos peligroso.

El ataque había sido rápido y preciso, ya que muchos de nosotros herimos a Lord Kroakus. Agarré nuevamente mi bastón y lancé otro golpe a su cabezota, pero esta vez esquivo el bastón. Sería muy difícil de vencer, pero lo intentaríamos hasta las últimas consecuencias.

-"Maldito... ¡A por él compañeros!" Grité.

Beohal empuña du hacha y trata de golpear a lord krakus