Partida Rol por web

Arqueó las cejas ante la confesión del tecnomante. Era un planteamiento muy propio de alguien enganchado a la tecnología. Tenía su lógica lo que decía, pero se forzó a poner un contrapunto. Tras dar un sorbito a su ginebra con lima lo mira con una sonrisa pícara en la mirada.

- En las sociedades primitivas se le llama perder el alma. Conozco algunos colegas chamanes que te podrían hablar de eso mejor que yo. ¿Realmente deseas perder la chispa de humanidad? Si te desconectas de esa parte animal, intuitiva, ¿Qué queda? La razón. A mí me parece que ese algorritmo que has citado es el peor de los castigos. Es exactamente lo que has dicho. Un virus. Te contagia, convirtiéndote en lo que te ha infectado. Un triste y vacío algorritmo. Muy lógico y muy ordenado, pero sin alma.

Remueve la ginebra y la muestra ante la vista de Loky.

- ¿Qué sería de esto? ¿O esto?- señalando su propia entrepierna. - En estos pequeños placeres reside nuestra superioridad frente a las máquinas. Destruir lo que te hace humano te convierte en otro de esos tarados de cromo que pasean por las calles. Los hay que su alma reacciona generando un comportamiento psicótico, como un grito de desesperción por su pérdida. Otras almas se resignan, se dejan subyugar y se ocultan en el más oscuro rincón de sus prisiones de carne y metal. 

Deja otra vez el vaso sobre la mesa y se inclina hacia él.

- He vivido cosas como las que dices. Los antiguos ascetas no hacían lo que hacían para destruir la parte animal. Lo hacían para quebrantar el cuerpo, y con él su ego, para liberar lo más profundo de su expresión humana.

Suspira un momento, al darse cuenta del terrible abismo que se abre entre las visiones de ambos, aunque en el fondo se encuentren muy cercanos, como el punto más alto y el más bajo de una escala musical.

- Hay cierta historia, que dice que un día un hombre se cruzó con otro que llevaba a un dragón de paseo, atado con un fino cordón de seda. El otro se lo quedó mirando, maravillado y le dijo que si fuera él lo llevaría atado con una cadena muy fuerte y no con ese triste hilo. El otro le replicó que en cualquier caso no podría controlarlo si el dragón decidía rebelarse, así que prefería llevarlo con el suave cordón que con una incómoda cadena.

El commlink de Loky comenzó a sonar y, tan pronto como aceptó la llamada Matisse comenzó a hablar.

—¿Jefe? Hemos venido al hotel pero un tipo trajeado no nos deja subir a la habitación... Sí sí, lo que le digo... Dice que se llama Arthur Mortimer y debe tener un puestecillo aquí, así que no es culpa nuestra: no nos dejan custodiar la habitación... Sí, ya le he dicho lo que hay pero le da lo mismo... Sí, ya le he dicho que hablaría usted con su jefe y que si pasa algo con la clienta o con sus cosas el responsable sería él pero ni caso... Y que se juega la cabeza pero le da lo mismo... Nos vamos ¿no? Que un momento...

Magosto se inclinó hacia Loky.

- Quizás deberíamos ir y ver de hacer entrar en razón a ese señor Mortimer.- Le susurró el mago. Al menos él iba bien vestido y su edad podía jugar a su favor con eso de jefe del jefe. No hay runners tan viejos y la edad impone cierto respeto, y más en personal respetable de hotel como debe ser ese tal Mortimer. Intuía el perfil. Asalariado acostumbrado a recibir órdenes de otros asalariados de mayor nivel jerárquico.

Matisse y Big estaban en la puerta del hotel, mirando de nuevo esa puerta corredera. Ante la negativa de la dirección del hotel a dejarles entrar, la extraña pareja salió al exterior a esperar a Magosto y Loky, tal y como éste último había acordado con Matisse en su conversación.

Pronto estos llegaron y el grupo se reunió aproximadamente a las 12:30 en la puerta del hotel. Aquel lugar destilaba neoyenes por todos lados.

El mago se acercó junto a Loky, pensativo. Quizás era por lo hablado entre ellos, o por el caso que les ocupaba. O ambas cosas. O ninguna de ellas.

- Hola chicos.- Saludó el mago al ver a los "chicos" cromados. Era curioso llamar "chicos" a un negro lleno de cromo y una mole de tres metros con cara de ir estreñido. Ambos parecían más peligrosos que una bañera llena de cuchillas de afeitar. No era extraño que no les hubieran dejado pasar más allá del hall.

- ¿Cuál es el problema? ¿Y la idea?- Quiso saber, pues no estaba al corriente de lo que habían ido a hacer. Suponía que querían revisar la habitación de hotel de la chica, pero tampoco estaba seguro.

Bum Bum no estaba muy seguro de qué hacía en la calle. En un momento dado estaba liando al gerente, y a la espera de que Loky hiciera su magia lograr que les dejaran subir a la habitación, para al momento siguiente estar en la calle. Se rascó la cabeza y pateó una papelera cercana por la frustración.

Entonces reparó en que alguien le estaba hablando. Era el mago. Parpadeó. -Pues la idea era que nos dieran el número de habitación para subir, entrar y registrar. Pero el gerentucho ese no ha colaborado... Me dan ganas de joderle el coche.- reflexionó en voz alta.

Observó al samurai con el ceño fruncido. Aquello era un problema. Si ahora entraban, sabiendo el número de habitación por otros medios, llamarían la atención y no podrían hacer nada. Seguramente el decker podría encontrar el número de habitación con facilidad, e incluso él, con un espíritu fisgón...

Miró más allá de las montañas de músculos y titanio para observar el hotel con sus percepciones mágicas. Necesitaba hacerse una idea de las protecciones mágicas del lugar. Quizás podía acceder astralmente al edificio.*

- Podemos mirar de convencer a ese, eseee... Gerentucho. Antes habéis dicho algo de que lo teníais que comentar con vuestro jefe. Por edad podría ser ese jefe, y conozco el mundo conrporativo lo suficiente como para saber tratar con un asalariado como ese gerente. Y si no podemos se me ocurren dos caminos. Uno, Loky consigue ese número de habitación, creamos una distracción para que podáis acceder al hotel sin ser vistos y vamos a registrar esa habitación. Dos... Bueno la segunda opción es más elaborada, por lo que prefiero la primera, la verdad.

De repente se le ocurrió una cosa que aunque inverosímil, no lo era más que registrarse con su nombre real en un hotel tan llamativo como aquel.

- También estaría bien saber si el objetivo utilizó el servicio de cajas de seguridad del hotel. Quizás hasta tenemos suerte y la piedra está aquí mismo. ¿Esas cosas podrías hacerlas, Loky?

Siempre era mejor saber las cosas así que no tener que agarrar al gerente y que Cojones bailara una polca sobre él hasta que cantara todo lo que sabía de la arqueóloga, pero esas cosas nunca eran buenas para la reputación, y en ese negocio la reputación lo era todo.

—Creo que todo eso es demasiado complicado —dijo el troll—. Lo mejor sería seguir con nuestro plan. Hazte pasar por alguien importante o algo, que se crea que le mandas, y que nos dé la habitación.

—Y si no, podría sacarle la columna vertebral por la garganta. No ayuda con esa persona, pero normalmente el resto de gente después de eso siempre está dispuesta a colaborar.

- Esperad, esperad.- Loky74 levantó las manos - Todo eso mola mucho pero ¿vais a dialogar con ese individuo? ¿Para qué? Arreglemos el asunto como ha propuesto Matisse.

Se alejó de la puerta aproximándose a un callejón cercano.

- Big Cojones, cúbrenos. Mattise conéctate esto.- le tendió un interfaz de su sistema al runner - Magosto: no te ofrezco porque no sé si tienes siquiera conector. Vamos a dar un paseo corto a ver si me salto la seguridad del hotel y puedo conseguirnos unos pases autorizados. ¿Quién le has dicho exactamente que éramos Matisse?

Magosto cerró los ojos un instante y pronto los abrió con una sonrisa en los labios. Ese hotel había invertido todo su presupuesto en parecer de los grandes pero, por alguna razón, no había invertido mucho en medidas de seguridad no físicas. No había vigilantes ni seguridad en el espacio Astral.

Y Loky no tardó en confirmar que las medidas de seguridad de su sistema no eran gran cosa.

Matisse suspiró hondo y se enchufó el conector. Esas cosas siempre le habían dado grima que una cosa era meterse blindaje y otra trastear con IAs desconocidas conectadas directamente al cerebro. -Vale, pero si me fríen el cerebro me oyes...

El mago negó con una ligera sonrisa la propuesta de Loky. Efectivamente, no tenía conector alguno. 100% humano auténtico. Sin aditivos de plástico y cromo.

- He visto que no hay vigilancia astral. Elección curiosa para una arqueóloga que trabajaba con artefactos despertados. Si no os importa, voy a aprovechar para dar una ojeada. Hay cosas que no me cuadran.

Tras el anuncio llamó a su chófer para que se acercara y hacer una inspección astral desde el coche. Siempre era mejor hacer eso mientras sus viejos huesos descansaban sobre el asiento de cuero que sobre el duro pavimento.

Quería entrar astralmente allí e inspeccionar el terreno. No esperaba encontrar gran cosa de la arqueóloga, pero le inquietaba la falta de seguridad. Alguien como Craig debería de haber elegido justamente un lugar protegido de incursiones mágicas. Con ese botín los grupos mágicos irían a por ella. Quizás alguien había "neutralizado" las defensas. En ese caso esperaba poder encontrar alguna pista sobre los atacantes. Quizás seguir los rastros de algún guardián "disperso" para ayudarle a recomponerse y sacar algo de info.

Cada vez le daba más mala espina el jodido enano.

- te vuelves viejo y paranoico, Magosto.- Se dijo para sus adentros, con una sonrisa traviesa.

- No te traigo sólo para que mires, corazón. Si me pasa algo tú podrás dar la alarma de inmediato¹.

Loky74 cargó la utilidad Notice. Durante un momento se pensó si sería necesarias precauciones adicionales vista la inexistente pared externa de protección del sistema pero, por si acaso, cargó también un Stealth. Nunca se sabía. Precisamente por eso prefirió revisar el nodo² antes de nada, evaluando la posibilidad de que hubiese alguna sorpresa tan inesperada como desagradable.

Lo primero sería cambiar los registros del sistema para darles acceso como personal de seguridad de máxima prioridad³. Tras eso revisaría las cajas de seguridad, aunque opinaba que el encontrar algo útil allí sería como si les tocase la lotería digital⁴. Si no lo lograba a la primera pasaría del tema, no creía que esa opción requiriese más esfuerzo. Además podrían solicitar esa revisión de forma presencial si contasen con las credenciales adecuadas.

Bum Bum observó en silencio todo el despliegue del decker. La verdad es que, viéndole hacer, parecía hasta fácil pero eso no le quitaba el pellizco del estómago. Supuso que otros se sentirían igual en medio de un tiroteo, claro, pero eso tampoco ayudaba...

El troll miró a su alrededor. Estaba todo muy bonito. El mago, en el coche, masturbándose o haciendo sabe Dios qué. Estos dos, ahí tirados, como yonkis, enchufados a sus terminales, haciendo cualquier cosa en la matriz.

Y él, vigilando. ¿Qué esperaban que vigilase? ¿Acaso pensaban que con las pintas que tenían en ese barrio alguien se les iba a acercar? Por lo menos, podían haber dejado una silla.

Big Cojones sacó uno de sus puros. Al menos podría echarse un cigarro mientras esperaba a que alguien volviese al mismo plano de existencia que él.

Loky analizó bien el nodo y... nada, absolutamente nada. En otras ocasiones podría pensar que alguien había puesto las cosas especialmente fáciles y que luego algo le sorprendería; pero en esta ocasión estaba muy seguro de sus pasos. Ni programas anti-intrusion, ni medidas de seguridad elevadas. El avatar¹ de Loky se encogió de hombros tras editar los ficheros de la base de datos. Ahora tenían una autorización para entrar a la habitación de la Dra. Craig.

El hacker se había quedado en ese ligero coma tan habitual cuando hacía una incursión completa. Big observaba el cuerpo apoyado en la pared de Loky y muy cerca Matisse experimentando esa sensación de navegar por ese ciberespacio que nada le agradaba.

Loky se movía por un lo que parecía ser la recepción de un antiguo hotel, de esos que atendían los botones de uniforme disparatado que aparecían en las películas del siglo pasado. En un abrir y cerrar de ojos el avatar del hacker estaba en una sala llena de archivadores llenos de clasificadores de papel. Loky los ojeaba rápidamente hasta que se detuvo en uno de ellos. Sacó una carpeta del interior y observó detenidamente unos folios. Tras mover la cabeza en señal afirmativa cogió una estilográfica de encima de una mesa y escribió algo en esos papeles. Instantes después todo estaba recogido y exactamente igual que antes de empezar a hurgar. Un gesto de aprobación claramente dirigido a su observador indicaba que la tarea estaba completada. Ahora sus nombre estaban en el registro del hotel.

Loky trató de buscar en otro archivador, quizá buscaba otra cosa. Pero pronto arrugó el gesto desconforme.
 

Magosto respiró profundamente, en tres tiempos, con los ejercicios de gnosis que le habían enseñado sus maestros, ya muertos hace mucho.

poco después se sentía liberado de su carcasa marchita que le hacía de cuerpo.

Tras realizar sus tareas Loky se desconectó. Su avatar, una figura pixelada tamaño humano cuyo rostro era una interrogación, desapareció de la oficina virtual cuando su mente regresó a su cuerpo.

- Hecho. Ahora pertenecemos a una unidad de seguridad de la corporación dueña del hotel. Tenemos acceso pleno a todo.

Con una sonrisa de satisfacción el decker guardó el sistema y esperó a que los demás tomasen la iniciativa en el mundo real. Él había cumplido su parte.

Bum Bum sonrió lobunamente mientras se desenchufaba. Crujió sus dedos y se dirigió a la puerta de nuevo mientras murmuraba por lo bajo sobre que el "jefecillo ese se iba a cagar". Volvió a abrírsela a Big. -Big, después de ti.