Partida Rol por web

—Ya iba siendo hora —dijo el troll al ver que se desenchufaban. No sabía lo que había estado esperando, pero el caso es que llevaba ya un buen rato. Casi tanto como para fumarse un puro entero.

Tras esto, y sin hacer muchas preguntas, pasó por la puerta cuando Matisse la abrió. A ver si podían sacar algo de una vez de aquí, que esto empezaba a rayar en pérdida de tiempo.

Magosto se concentró y entró en el Astral. Los restos, al principio no parecían claros pero pronto consiguió rastrear algo hacia una de las habitaciones del hotel: la habitación 1408. Había rastros mágicos de algún practicante de la magia y pronto Magosto pudo deducir que era Fiona Craig. La mujer no estaba ahora en el hotel pero algo debió hacer cuando estuvo ahí.

Sin embargo, ningún rastro de esa reliquia Morel

Cuando Big entró de nuevo en el hall del hotel la recepcionista hablaba con el gerente.

—Señores —dijo un irritado Arthur Mortimer, el gerente—, voy a tener que llamar a Lone Star si no se marchan.

Alicia, la recepcionista, cogió el teléfono y lo sostuvo en la mano mientras el señor Mortimer se acercaba hacia la posición del gigantesco troll. En ese momento calló en la cuenta de que dos nuevos invitados entraban en escena. Arthur estaba confundido y alternaba la mirada entre Matisse, Big y los nuevos invitados.

—¿Son tan amables de marcharse? —dijo centrando su mirada en Matisse.

Matisse sonrió ampliamente y meneó la cabeza mientras se giraba a Magosto. -¿Jefe? Este es el tipo del que le hablé.- hizo un gesto con la mano señalando al Mortimer...

Suspira cansado ante el comentario de Matisse y observa al gerente, como evaluándolo. Magosto lanza una mirada de desaprobación condescendiente hacia la chica y sonríe, finalmente, al gerente. Una sonrisa discreta, como de hacerse cargo, a la vez que le muestra la acerditación de Locky.

- Señor Mortimer. Aprecio su celo, y dice mucho de su profesionalidad, pero en este caso es innecesario. Nos consta que le podría haber sucedido algo a la srta. Craig. Habitación 1408. Estamos aquí para investigar el caso de manera discreta. No queremos sirenas de la Lone Star en la puerta del hotel. No es buena publicidad. Por favor, es importante que podamos ver su habitación para investigar este caso. Seremos discretos. No queremos que esa noticia trascienda a los medios... Y creo que como mínimo, en eso estamos de acuerdo.

Comenta el mago, con un tono de voz suave, como el que siempre ha visto usar a los ejecutivos de la Renraku.

El gerente Mortimer le hizo un gesto a la recepcionista y ésta colgó el teléfono. La cara del gerente era de confusión, no esperaba alguien del perfil de Magosto cuando hablo con Matisse y Big.

—Comprenda que es del todo irregular —dijo intentando mantenerse firme.

Se llevó las manos a la cabeza para aliviar la presión interna de sus sienes y se acercó al mostrador. Cogió algo de allí y volvió frente a Magosto.

—Tienen que ser rápidos. Esta situación es del todo irregular y... bueno, es del todo irregular. ¿Me acompañan?

El gerente se dirigió al ascensor abierto y con gesto ofreció preferencia de paso al grupo.

El gerente pulsó el número 14 en el ascensor y éste empezó a subir rápidamente. Una vez en la planta 14 el señor Mortimer se dirigió hacia la habitación 1408 y colocó su mano sobre el sensor para abrirla.

—Por favor, sean rápidos —volvió a insistir.

La habitación era un completo desastre. A primera vista parecía que alguien la había revuelto registrando el lugar, pero tras un instante de análisis se dieron cuenta que era simplemente el desorden de alguien desorganizado. Había papeles por todas partes, una maleta en la cama abierta y un montón de ropa sucia y polvorienta se amontonaba en un rincón de la habitación. Sobre la cómoda, una bandeja con los restos de la cena que empezaba a echarse a perder.

El mago asentía ante cada intento del gerente de encontrar orden en el caos.

- Le comprendo, le comprendo. A veces, para que vuelva el orden, es necesario hacer algo irregular. En casos como este, hacer lo normal, lleva a un desorden mayor. Nosotros nos encargamos de hacer lo que se tiene que hacer. Y usted ha de colaborar, sr. Mortimer.

Suben hasta la habitación y al llegar y ver el desorden, por un momento piensa que alguien se les ha adelantado, pero parece que no. Parece un desorden natural. El gerente con su mano en el panel, es un incordio.

- Está bien, sr. Mortimer. Cuando acabemos le llamaremos. No nos interesa que los clientes le vean en la puerta. Daña la imagen del local. Siga como si no ocurriera nada. El aspecto de normalidad es básico para nuestro establecimiento.

Lo mira unos instantes, a los ojos con una ligera sonrisa, con intención de tranquilizarlo.

- Lo está haciendo muy bien, sr. Mortimer. Haremos constar en el expediente su profesionalidad. Es en cosas como esta donde un empleado puede marcar la diferencia.- Le anima, posando su mano en el hombro, para dar ánimos al pobre hombre.

Mientras acaba de hablar con el empleado, su mente ya está pensando en los patrones de búsqueda. Alguien con esa mente caótica es poco probable que dejara la reliquia en una caja de seguridad. O sí. Las mentes que tienden al caos hacen cosas inesperadas. Aquella habitación decía mucho sin decir nada. Ya se moría de ganas de revolver entre las cosas de la arqueóloga.

Bum Bum acompañó a la puerta al gerente. -Ahora, si no le importa, mejor nos dedicamos a lo nuestro que cuanto antes empecemos antes acabamos.

Tras cerrar la puerta se giró a la habitación echándole un ojo crítico.

Big decidió entra el último en la habitación, mientras echaba una severa mirada desde arriba al gerente. En el fondo le divertía ver al tio nervioso, sin saber claramente qué pasaba. Sería más divertido haber entrado por la fuerza, pero bueno, qué se le iba a hacer.

También pensó que lo mejor era dejar que el resto buscase por allí antes que él. Lo más fácil que podría pasar si entraba el primero es que pisase o destruyese algo importante sin apenas darse cuenta...

- Menudo desastre.- se limitó a decir Loky74 mientras se aproximaba a la maleta.

No contaba con encontrar nada más allá de la pertenencias personales de la chica. Claro que igual había allí alguna tarjeta de viaje, un stick de datos, cualquier cosa que los pusiera sobre una ruta caliente que poder revisar para descubrir que había sucedido realmente¹.

Mientras el resto pasaba por la puerta, Big Cojones sacó uno de sus puros, solo para tocar las narices al gerente. Pero fue cuando fue arrimarse el mechero al puro cuando le pareció ver algo en la habitación, dejando el puro sin encender.

De momento...

El gerente levantó las cejas y meneó la cabeza de lado a lado. No le parecía buena idea dejar a ese grupo husmear en la habitación de un cliente pero... en realidad parecía que tenían autorización.

—Está bien, les dejo trabajar. ¿Le importa darme su SIN para registrar la intervención? —le dijo a Magosto antes de encaminarse al ascensor.

Mientras tanto Loky y Matisse echaban un vistazo al lugar. Matisse estaba revolviendo un montón de papeles ocultos por un montón de ropa pero no parecía nada concluyente. Algo sobre estudios de arqueología sin relevancia. Encima de una silla estaba la ropa interior de Fiona sobre un pantalón vaquero probablemente del día anterior.

Loky echó un vistazo en la maleta de Fiona. Nuevamente un revuelto de ropa arrugada pero Loky pudo advertir un pequeño diario en un bolsillo. Después de ver varias notas de investigaciones antiguas, itineriarios de viaje, etc., Loky vio lo que parecía ser el gráfico de una piedra. Esa era la última anotación.

Mientras tanto Big les observaba desde la puerta. Aburrido de la espera se decidió a entrar y vio un pequeño papel debajo de un mueble para guardar los zapatos: Jack Turner, Seattle, 20:00

Magosto le facilitó al gerente los datos sin mayor problema*. Le observó alejarse, algo preocupado.

- Espero que Locky pueda borrar ese registro más tarde.- Pensó para sus adentros.

Dentro de la habitación todos parecían muy ocupados. Se acercó al decker, que había encontrado una agenda, un diario, o algo así. Miró por encima del hombro de Locky las anotaciones que había al final del mismo.

- ¿Huevos? Será que no hay huevos en Grecia.- Le pareció algo curioso. Eso de poner una especie de lista al lado de los esquemas de la piedra le parecía extraño.- Encontrada en una extraña caverna cerca de Festos.- Murmuró.- Festos es uno de los palacios minoicos de Creta... Allí está la cueva donde se dice que nació Zeus, y que los Curetes hacían ruido para ocultar su nacimiento a Crono, el cual, sabiendo que sería derrocado por sus hijos, se los comía. Al parecer Gea le dió una piedra que se tragó en lugar de Zeus.

Hace una ligera pausa, antes de continuar.

- Lo que nos lleva a que quizás esa piedra es la misma que Crono regurgitó cuando Zeus creció y obligó a su padre a vomitar todo lo que se había tragado. Las leyendas no ubican ahí la piedra, pero tendría sentido. La piedra que estuvo en las entrañas del tiempo... - Fantasaeó el mago.- Bueno, son elucubraciones. No nos pagan para esto.- Cortó.- ¿Dónde debió de ir? No parece que aquí entrara nadie a por la chica.- Comentó el viejo.

Como mínimo ya sabía como era la dichosa reliquia. Podría ser una buena opción hacer un duplicado del artefacto. Nunca se podía saber como utilizarlo.

El bueno de Bum Bum revolvió y revolvió pero no sacó nada en claro salvo dos cosas. 1.- la arqueóloga era desordenada. 2.- no mandaba la ropa a la lavandería. Así que se acercó a la ventana y miró hacia fuera. Casualmente. Como si tal cosa...

- Tu sabrás si esto tiene sentido. Yo soy el de la tecnología, la magia y leyendas las dejo para ti.

Se acercó a la nota que Big Cojones había encontrado.

- Jack Turner. ¿Una reunión ayer? - desplegó su terminal - Veamos que encuentro sobre es tío...¹

Matisse echó un vistazo por la ventana. Se veía el parking trasero y la zona por la que Big y él habían entrado en la primera ocasión. Cuatro o cinco coches y un par de motos ocupaban ese aparcamiento. Un par de columnas con unos focos para iluminar el lugar y una más con una cámara terminan de conformar el, por ahora, desértico espacio. No había suficiente espacio para que alguien se escondiera ahí y sin que Matisse lo viera... estaba seguro de ello.

Mientras tanto Loky buscó algún dato sobre Jack Turner... y había realmente poco rastro de él. Eso sugería dos cosas: que el tipo no era trigo limpio y tenía suficiente pasta para pagar a alguien que le borrara los datos o que era él mismo quien podía hacerlo. Jack Turner solo aparecía como un contrabandista orco que operaba en los Subterráneos¹.

Bum Bum se giró hacia la habitación. Sus colegas habían encontrado cosas y él, la verdad, se sentía un poco inútil, así que se dirigió a la puerta. -Voy a echar un vistazo fuera no sea que tengamos alguna visita sorpresa.

Se asomó a la puerta y miró en ambas direcciones.

El mago se mesó la barba, intentando encontrar respuesta en el sonido del masaje a contrapelo de su vello facial.

- Hemos de encontrar una forma de acceder a esa ciudad. Que alguien nos haga de cicerone... ¿Conocen a alguien, caballeros?- Preguntó Magosto.- Ese Jack Turner tiene todo el perfil de alguien que puede mover la piedra Morel de forma discreta. Y e cualquier caso parece la siguiente persona que debió de ver a la srta. Craig.