Partida Rol por web

Bum bum, Big y Magosto entraron en el coche esposados. El agente orco se quedó fuera del vehículo e indicó al conductor con un gesto que se pusiera en marcha.

El vehículo circuló varias manzanas y pronto giró en un callejón resguardado del tráfico normal de vehículos. Al fondo del callejón, detrás de algunos contenedores de residuos vieron varios coches y, sobre el capó de uno de ellos estaba sentado un gigantesco troll vestido con un traje de chaqueta.

El callejón era sombrío y no había ventanas que dieran a ese lado. Acababa justo ahí, donde estaban los contenedores. Parecía que fuera un callejón para la basura. En un rincón vieron unos trozos de cartón y unas mantas apiladas sobre un montón de cacharros. Parecía que este lugar era el lugar de descanso de vagabundos.

Además del gigantesco troll sentado sobre el capó del vehículo más grande, un todo terreno, había cuatro vehículos más con varios agentes armados hasta los dientes, alguno de ellos Despertado; Magosto lo notó de inmediato. Estos cuatro vehículos estaban fuera del callejón, cubriendo una posible retirada del grupo.

El conductor paró el coche en la entrada del callejón y abrió la puerta para que los tres runners salieran. Una vez salieron el troll se levantó y caminó unos pasos hacia ellos.

—¡Shadowrunners! —dijo con cierto tono despectivo—. Seguramente hayáis oído hablar de mi... soy el detective Tosh Athack, de la unidad de crímenes especiales.

Hizo una pausa para observar los gestos del grupo.

—Eso significa —continuó— estar día a día con gente como vosotros e intervenir en peleas de bandas... he tenido mucha suerte hoy, ¿eh?

El troll sonrió estruendosamente mientras se acercaba al grupo.

—Si por mi fuera os dejará en un agujero muy profundo y me olvidaría de vosotros... pero mi jefa tiene otros planes para vosotros. Es vuestro día de suerte.

Tras una nueva sonrisa se alejó unos pasos mientras lanzaba una llamada a su commlink.

Bumbum se logró rascar la nariz con las manos esposadas. No es que el nombre del fulano no le sorprendiese, es que no tenía ni idea de quién era. Algo que había descubierto con los años es que a los tipos que se creían duros les gustaba la frase "Seguramente hayáis oído hablar de mí". Era una manera de compensar su falta de dureza. Un auténtico tipo duro ni se molestaba en decir su nombre. Era como los polis, el que se escondía tras la placa era un pringao. Siempre. Así que el troll este la tenía pequeña fijo...

Pero también había descubierto que no les gustaba nada que no se tuviera ni puta idea de quienes eran y, aunque las matemáticas no eran su fuerte, creía que el tío tenía suficiente potencia de fuego como joderles vivos, así que se mantuvo impasible en vez de llamarle pichafloja, mientras repasaba la zona buscando una salida no fuera que lo de "su jefa" no fuera el plan de Loky para sacarles de allí...

Lo cierto es que Big no prestó mucha atención al tipo que decía ser policía, detective o lo que fuera. ¿Acaso importaba algo de todo lo que les había dicho? Seguramente no. A él solo le apetecía que toda esta pantomima se acabase ya, para poder machacar unos pocos cráneos y fumarse un puro.

El tipo era demasiado melodramático para ser un troll. Demasiadas vueltas le da a las cosas. Si por Big fuese, ya estaría o muertos o de camino a la misión que querían encargarles.

Eso le recordaba algo... ¿Dónde estaba el hacker? Esperaba que los sacase de ahí rápido como fuese, porque empezaba a aburrirse. Y eso no era bueno...

La mirada de Bum bum revoloteaba por aquel callejón. Lo cierto era que el Caballero Errante había previsto muy bien una posible huida del grupo. Estaba complicado.

Pero Bum bum vio algo detrás del coche patrulla donde Athack había estado sentado. Era una puerta de metal, quizá la parte trasera de una tienda.

Era remoto pero quizá fuera la única posibilidad si venían mal dadas.

Allí había un montón de poli. O bien estaban cagados por los runners o bien iban a ser la guinda del pastel que se estaba cociendo.

A aquel troll parecían gustarle mucho los runners y, desde luego, no tenía ni puta idea de los crímenes que querían endosarles, pero aquello de "unidad de crímenes especiales" no sonaba muy bien. Y por las palabritas del troll tampoco parecía que fuera buena idea replicar nada.

Sonrió ante aquello de que era su día de suerte. "sí, claro. menuda suerte, capullo" era lo que pensaba el mago. Todo aquello era un buen montón de problemas. Trabajaban a contrarreloj y todo eso los retrasaba. Quería decir tantas cosas a sus compañeros... Pero no podía. ¿Todo aquel despliegue de polis tendría relación con la srta. Craig y la piedra Morel? Desde luego, podría entrar en la categoría de "crimen especial". Eso sí que sería un golpe de suerte, que la interrupción de ese troll imbécil les sirviera para avanzar en su investigación personal.

El troll se giró hacia el grupo e hizo un gesto con el dedo sobre su commlink.

—Tenéis una llamada —dijo con una sonrisa socarrona.

En los commlinks de los runners apareció una comunicación cifrada a nombre de Dana Oaks.

—No me hace gracia trabajar al margen de la ley —dijo sin más preambulo—. Pero en este mundo, la ley es un puñetero desastre. Los criminales tenéis mil formas de evitar nuestro largo brazo... ¡qué os voy a contar! Sin embargo, tengo trabajo que hacer y voy a hacerlo, cueste lo que cueste. Y ahí entráis vosotros. Tengo entendido que queréis entrar en los Subterráneos y la ley de Seattle no opera por debajo de las calles de Seattle. Así que el Caballero Errante no puede entrar ahí dentro. La escoria criminal que prolifera por mi ciudad lo sabe y se acumula en ese pozo de inmundicia —mientras hablaba se iba elevando ligeramente el tono; parecía que no era la primera vez que tenía esa conversación.

»Estoy tras la pista de alguien que está escondido ahí abajo... en algún lugar. Necesito que lo saquéis a algún sitio donde la ley pueda hacer su trabajo. Vuestro trabajo es encontrar a ese hombre y entregárselo al detective Athack. Sin preguntas y sin recuerdos. Se os pagará por vuestro silencio. ¿Entendido?

Todo le iba cuadrando al mago. Detención ilegal para que hagan el trabajito sucio a la poli.

- Salen contratantes de debajo de las piedras...- Pensó Magosto. Tomó nota mental de Tosh Athack. Y de Dana Oaks, a pesar de ser un nombre falso. Seguramente era un nombre recurrente, como lo de Mr. Johnson, pero quizás a nivel de la poli. A saber. En cualquier caso eran clientes, y era seguro que usaban más veces de este tipo de servicios "especiales".

Observó a sus compañeros antes de volver a dirigirse a su commlink.

- Por mi parte no hay problema, sra. Oaks. Trabajar para los buenos, está bien.- Comentó, a la vez que alargaba sus manos esposadas hacia el troll, para que le liberara de sus grilletes. Después ya hablarían de los detalles, pero hacerlo sin estar esposado daba más fuerza de cara a unas negociaciones.

No sabía su el troll y el negro aceptarían, pero tampoco parecía que hubiera mucha opción, y al mago le parecía crucial aceptar para que no se enfriara más la pista de la srta. Craig.

Bumbum levantó un dedo, esposado, -Oiga, ha dicho "se os pagará". ¿Eso cuanto es?- Señaló a sus colegas -Porque mis colegas no sé, pero a mí me interesa saberlo por adelantado...

El viejo asintió a lo dicho por Bumbum, con gesto algo teatral, como con cara de saber.

—3 000¥ para cada uno: 9 000¥ en total —dijo Oaks sin dudar un instante—. Y lo quiero vivo. Si el sujeto muere, no hay trato. El detective Athack les dará más detalles si aceptan... y si no, bueno ya saben lo que ocurre si no aceptan.

La comunicación se cortó y el detective Athack miró al grupo con cierta sorna.

—Bien, ya habéis oído. Si estáis de acuerdo os quito las esposas y os dejo... trabajar —Athack contuvo una carjacada.

El precio no estaba mal. No había plazos y si el sujeto moría no había dinero. Era imposible decir que no. La otra opción era ir a una celda. Magosto alargó más sus manos hacia Tosh.

- Lo único que falta por negociar es el adelanto habitual, ya sabe, los gastos... Ya ha tratado con gente como nosotros. Son los detalles habituales del negocio. La muestra de confianza entre ambas partes. No hemos tenido el mejor inicio contractual que se pueda desear, pero somos profesionales.- Explica, con una tímida sonrisa.- Y que nos explique todo lo que pueda sobre el caso.

Lo ideal sería saber si sus socios estaban de acuerdo con el trato, pero o era eso o liarse a golpes con media brigada de la poli, así que suponía que también estarían de acuerdo. Sería muy gracioso que esa comunicación de Oaks fuera cosa de Locky, pero eso quizás era esperar demasiado.

Big prefirió no intervenir. Si por él fuese, arrancaría la columna a aquel troll para enseñarle cómo se las gastan de verdad los de su raza, en lugar de hacer tratos estúpidos.

Lo mejor sería dejar hacer al viejo. Igual se sacaban algo por adelantado y todo.

Bumbum no dijo nada y puso las manos para que le quitaran las esposas. Aquello ya era un follón de contratos cruzados y no estaba muy seguro de como acabaría aquello, pero sin estar esposado era más fácil todo...

El trol se rió a carcajadas durante unos segundos.

—Muy gracioso abuelo... adelanto dice.

Miró a los compañeros que esperaban junto al todo terreno. Alguno forzó una sonrisa en respuesta a la de su jefe.

—No, mira... esto funciona así: vosotros hacéis el trabajo y, si lo hacéis bien, cobráis. Si no lo hacéis o lo hacéis mal, os buscamos, os pillamos y pasáis el resto de vuestra vida de mierda encerrados. ¿Lo entendéis?

Athack se quedó mirando al grupo desde el todo terreno. Se había apoyado en el capó de nuevo y se quedó en espera de una contestación.

—Venga, no tengo todo el día. ¿Queréis que os suelte o no?

El troll sabía que el otro troll se la quería liar de alguna manera. ¿Ni un adelanto? Qué poca confianza... Claro que si alguien se la hubiese querido liar, les habría dado un adelanto para que no desconfiasen. O no...

Todo era demasiado confuso, pero en el fondo importaba poco. No tenían muchas opciones, así que dijo—. Lo que sea, pero quitadnos estas esposas de una vez. Empiezo a estar harto de estar aquí. Además, quiero fumar.

Todo aquello de las esposas era un puto farol. ¿De qué los podían acusar? Bueno, algunos delitos había, desde luego, y seguro que si se negaban les iban a mirar hasta dentro del agujero del culo, así que aunque fuera un farol todo aquel teatrillo de las esposas y las detenciones, se trataba de un teatrillo que era mejor jugarlo.

- Yo no fumo, pero también me apetece que me suelte. No tengo ganas de discutir con usted, agente. Todo esto de las esposas resulta ser un BATNA muy bueno, pero no es la mejor forma de contratar a alguien.- Comentó el mago. Las risitas del troll y eso de llamarle abuelo lo habían mosqueado. Aquella montaña de ego le caía francamente mal.- Ya encontraré la manera de joderle el día a este imbécil.- Pensó el mago, aunque en el fondo sabía que era un pensamiento para tragarse mejor su orgullo.

- Si nos pasa la info del objetivo al commlink será más cómodo.- Comentó. No quería escuchar más a ese idiota, si podía evitarlo. Todo aquello estaba siendo una pérdida de tiempo precioso. El rastro Morel se enfriaba.

Bumbum no dijo nada y se limitó a subir un poco más las manos esposadas.

Sus colegas se olvidaban del detalle de que aún estaban esposados. Él por su parte se guardaría las chulerías para después de que les soltasen no fuera que el fulano ese tuviera otro ataque de complejo de pichafloja y decidiera hacer como que era un tipo duro a sus expensas...

El detective Athack cogió su commlink y pulsó un par de veces su pantalla. Las esposas de los tres runners se soltaron y cayeron al suelo a la vez.

—Muy bien... chicos listos —dijo el trol mientras se abría la puerta del copiloto del vehículo todo terreno—. Ahí tenéis la forma de dar conmigo cuando encontréis a esa rata vivita y coleando. Lo sacáis y luego ya me encargo yo de lo demás.

Una notificación llegó al terminal de los runners. Era la foto de un tal Jack Turner, el objetivo de extracción de los Subterráneos.

Bumbum le echó un ojo rápido al fulano y luego se giró al pichafloja -Oiga... ¿Detective? ¿Y nuestro equipo? No pretenderá que nos carguemos a un tipo con la hebilla de un cinturón, no es que no podamos, sobre todo Big aquí presente, pero he descubierto con los años que hay ciertas herramientas que facilitan las cosas...

El detective Athack miró a Bum Bum y emitió una sonora carcajada ante su petición. Cerró la puerta del todoterreno y éste arrancó. Se podían escuchar las sonoras carcajadas amortiguadas por los cristales cerrados del vehículo. Parecía que el comentario del negro le había hecho mucha gracia al detective.

Un minuto después los coches habían abandonado el callejón y los tres runners estaban solos en aquel lugar, con un nuevo objetivo que cumplir y más dinero sobre la mesa.

¿Cuál sería su próximo movimiento?