Partida Rol por web

Miro el estropicio que ha hecho Loranda, y le paso la mano sobre la cabeza enérgicamente:

-O Loranda enferma y tu cuidadora... -dije en tono bromesco- bien, pues tenemos un día entero para ver que hacemos. ¿Nos vemos en el comedor a la hora de la cena?

Ya comenzaba a pensar en como conseguir salvaconductos para los otros campamentos.

-Nos vemos a la hora de la cena-digo sin comentar la broma de Kilder- Vehexa y yo iremos a la comandancia, no se como recibiran a los mercaderes, pero hay otra opcion, hacernos pasar por dos soldados que acaban de llegar y quieren saber en que campamento van ubicadas y que es lo que tienen que hacer. Empezaremos por ahi y luego veremos como encauzamos la conversacion. En marcha Vehexa, tenemos cosas que hacer-sin mas empiezo a andar en direccion al campamento elegido pensando en mi aspecto con este nuevo peinado.  

Como vexilla, cruzar la muralla no os supone ningún peligro y al otro lado os encontrais con la misma ciudad que cruzasteis enjaulados años atrás, siendo prisioneros del imperio en el que ahora estais infiltrados. La ciudad es un lugar famoso por sus grandes bibliotecas, centros de enseñanza y filósofos pero ahora mismo no dejan de aparecer soldados por todas partes, dejando claro que en caso de necesidad también puede convertirse en un verdadero fortín.
En la plaza del mercado, en lugar de los habituales puestos de compra, se han levantado dos grandes carpas donde se reúnen los recién llegados, se reparten destinos y se equipa a quién no porte el armamento reglamentario. Al lado de la carpa, cinco impresionantes wyvernas* descansan, portando arneses que las identifica como monturas de algún cuerpo de élite.
Desde este punto no sabríais adivinar donde está la comandancia.

*Las wyvernas son una especie de dragoncetes alados sin patas delanteras, con pico y cola veneosa. Son relativamente fáciles de domesticar (si les pillas saliendo del huevo) y temibles en combate.

Miro a mi alrededor, y comento:

-Pues bien, el imperio nos facilitará lo necesario, incluso un yelmo para Loranda, o algo de artillería. Y de paso sacar información.

Me quedo mirando las bestias, y me coloco al lado de una:

-Mmmmm -me quedo pensando unos segundos- ¿Cómo nos quedaría una de estas a cada uno? -le doy golpecitos amigables en el flanco a una de las wyvernas

-Nos quedaria genial, sobre todo para salir volando si las cosas se ponen feas, pero como piensas adueñarte de una? En todo caso primero es mejorar nuestro equipo y luego mientras visitamos la comandancia y tratamos de averiguar algo tu puedes ver si te haces amigo de una de estas- ​ sonrio mientras acaricio mi recien cortado cabello- Sigues siendo nuestro guia, Kilder, asi que organizate y dinos por donde empezamos. 

- Ohhh... ¡Se parecen a mi madre! - dice Vehexa, mirando fijamente a las wyvernas con algo de morriña - ¿Quién puede usarlas? ¿Vexilla no es ya élite? Nosotros no teníamos....

-Mmmm -pienso mientras contesto- supongo que esas bestias las utilizará un cuerpo especial, y si los identificamos y les robamos la ropa o las identificaciones, puede que tengamos mas puertas abiertas, y una gran huida.

Asimilo lo que ha dicho Vehexa -¿A tu madre?, casi mejor no pregunto, y espero que hayas salido mas bien a tu padre...

Doy otros golpecitos en el flanco antes de irme, y me encamino hacia una carpa que tengan yelmos.

-Es turno de que pidáis regalos, y de paso conversemos sobre las wyvernas y la localización del puesto de comandancia. -intento vislumbrar un puesto de mágia.

Cuando os ven deambular por el lugar, un oficial lunar hace pasar a Loranda y Vehexa ala tienda grande, donde las toman por simples reclutas. Entregan un casco de metal a Loranda y una lanza a Vehexa. Acto seguido les preguntan nombres y lugar de origen, cosa bien fácil de falsificar debido al tiempo vivido en le corazón del imperio y les dan paso al campamento del que venís.

Cojo el casco y sonrio dando las gracias. Respondo a las preguntas con educacion y compruebo que el engaño sobre mi identidad no es descubierto. Luego en compañia de Vehexa me dirijo hacia el campamento prestando atencion a todo lo que me rodea. 

Mientras espero que salgan las chicas, me pongo la mano en forma de visera delante de los ojos, ya que le sol no me dejaba ver nada.

Mientras regresais, os cruzais con dos oficiales que hablan de forma despreocupada y apenas reparan en vuestra preséncia entre tanto soldado y recluta. No sois capaces de entender su conversación al completo, pero Loranda cree oír que tienen a un prisionero en algún lugar del campamento de mercenarios.
De ser así, se trataría posiblemente de un broliano.

No muy lejos de nosotros observo a dos oficiales que conversan, trato de escuchar lo que dicen y parte de su conversacion llega a mis oidos. 

-Vaya! Habeis oido lo que estan diciendo? Tienen a alguien preso en campamento de los mercenarios. Me pregunto si lo han capturado hace poco o lo traian ya con ellos. Debe tratarse de un broliano, espero que no sea Aldar- me paso la mano por el pelo pensando- Si lo han sorprendido espiando es posible que lo hayan capturado. Deberiamos acercarnos a ver que averiguamos, llevamos ya un rato rondando por aqui y parece que nadie sabe mas que nosotros. Tal vez con los mercenarios tengamos mas suerte. 

- Uhmm... - Vehexa se queda en silencio un momento, escuchando lo mismo que Loranda - Es cierto, debemos ir y sacar broliano. Tal vez podemos ir a cárcel y decir que somos relevo de guardia. Guardias nuevos siempre hacen trabajos tontos como estar delante de puertas. 

Crispe los dedos cuando escuchaba a las chicas contarme las noticias que me habían pasado desapercibidas, y di una patada en el suelo:

-Maldita sea, mira que dejarse capturar un inútil de esos... es el único que puede poner en un compromiso esta misión y descubrirnos.

Comienzo a caminar con mas prisas mientras medito, hasta que me paro en seco y las chicas avanzan uno o dos pasos mas que yo:

-Lo he pensado, y tenemos dos opciones, la difícil es liberarlo, y que salga de esta zona, arriesgándonos a que lo vuelvan a coger -miro hacia arriba con los ojos en blanco- y la segunda y mas fácil es... eliminarlo...

-Eliminarlo? Que practico. No sabemos de quien se trata, probablemente sea un desconocido pero lo que si es cierto es que si lo han encerrado es porque sabe mas de lo que deberia saber. Antes de matarlo tiene que contarnos todo lo que sabe, y bueno, si nos hace el favor de compartir su informacion con nosotros podriamos ser generosos y soltarlo si podemos. 

Miro un instante a Vehexa y sonrio- Tu idea me gusta, relevar a la guardia, si. 

Sin demasiadas dificultades, salís de nuevo de la ciudad y cruzais el campamento lunar para llegar al mercenario.
Aunque con una importante presencia de tropas lunares, este campamento no goza del orden y la armonía del anterior. Los soldados y guerreros se apiñan por sectores y podeis distinguir a simple vista grupos bien diferenciados de gentes.
Por un lado están los lanceros, a los que ya conoceis bien, con sus armaduras doradas y sus lanzas y escudos; en otra parte hay un buen puñado de guerreros desharapados que llevan sus ropas, armaduras y pieles pintadas con un tinte rojo que recuerda a la sangre, lo que les da un aspecto salvaje y agresivo; Grupos más pequeños de mercenarios a sueldo, jinetes de bestias extrañas y hombres solitarios deambulan de aquía allá esperando órdenes para formar como buenamente puedan.
Pero vosotros no olvidais porqué habeis venido aquí y os fijais en una tienda montada al abrigo de la muralla; no es demasiado grande ni ostentosa, pero en su entrada hacen guardia dos soldados lunares muy serios.

-Ahí.

Señalo con la cabeza lacónico a la tienda de comandancia mientras comienzo a caminar hacia ella.

-No hagamos tonterías ahora, y sigo pensando que deberíamos volver sobre alguna de las bestias. Igual alguien se la querría apostar luchando contra Vehexa -le digo guiñando un ojo-