Partida Rol por web

Miro a Loranda levantando los hombros.

-No se de que hablará el , mmm, eso -le señalo con la cabeza- ¿qué es eso de la canción? -le digo directamente mientras murmuro- seguramente el punto señalado en el mapa sea la reunión donde se efectúa la canción esa, y podría llegar a ser, bueno, una trampa muy interesante.

Los ojos del aldriany parecen incapaces de fijarse en ninguno de vosotros a pesar de que reacciona a la voz de Kilder; puede que se haya quedado ciego en el terrible proceso de interrogatorio al que fué sometido, pero de algún modo parece poder percibir vuestras presencias y tranquilizarse.
-Debemos llegar antes que ellos.- Dice con voz débil a la vez que se levanta lentamente. -Debemos detenerles antes de que alcancen el pozo e interrumpan la canción... Para siempre.

El aldriany comienza a caminar y a pesar de su estado notais como sus pasos son ligeros y silenciosos y os conduce hacia el sur, dirigiendose a una zona muy escarpada y poblada de vegetación.
Mientras caminais el ser de los bosques no deja de hablar, sumido en una especie de trance, aunque habla vuestro idioma de forma fluída.
-Cuando los antiguos dioses lucharon contra el caos que trataba de corromper y devorar el mundo entero, muchos fueron los que murieron. Finalmente las bestias del caos, llegadas de los confines del cósmos murieron, pero dejaron un rastro de destrucción tras de si. Nosotros, los espíritus de Aldrya debemos velar por que los restos de esa maldad sigan ocultos... Pero ellos lo han encontrado. Un pozo de insondable caos hierve en el corazón de nuestro bosque. Si llegan hasta él, se harán con un poder capaz de arrasar esta tierra y estaremos perdidos. Todos nosotros.
A medida que avanza, parece que sus pies sean más pesados y podeis notar cómo se hunden en la tierra allí donde vosotros pisais con tranquilidad, como si éstos no desearan seguir caminando. Pequeñas raíces surgen a cada paso y tratan de aferrarse a la tierra a cada paso, hasta que el esfuerzo es demasiado grande y vuestro guia se detiene.
-Debéis seguir recto, adentrandoos en el bosque. Mis hermanos estarán allí. Encontrad el pozo o la canción ya no podrá ser oída nunca más...-
Finalmente, el aldriany se detiene, señala hacia el bosque ante vosotros y queda inmóvil en esa postura. Cuando volveis a mirar, no veis más que un arbusto cuya forma se aemeja al aldriany que hace poco estaba hablando con vosotros. La más larga de sus ramas señala al bosque.

Vehexa mira sorprendida el arbusto y se acerca, tocando con cuidado una de sus ramas con el dedo. Sigue la dirección que señala con los ojos, mirando a la espesura - Ese debe ser el punto marcado en dibujo bonito que cogiste de la mesa, Loranda. No se qué canción es, pero no me gusta. Vamos rápido, mira dibujo y dinos por dónde ir.

Doy unas patadas en la tierra para que quede un poco mas enterrada la criatura, y le doy unos golpecitos para ver si está totalmente inmóvil.

-Bien, pes nada mas, sigamos la dirección.

A punto estuve de cortar la rama que nos indicaba el camino, por si alguien conseguía reconocer alguna marca sobre su corteza.

Caminaba tras Vehexa muy alerta por lo que nos podríamos encontrar.

No me gustó nada que nos viesen salir con el engendro, aunque si fué acertado dejar un arbusto seco en su lugar.

Lástima que no hubiese sido Aldar y sus pajarillos el prisionero...

Mientras camino siguiendo la ruta del mapa comento a mis compañeros. 

-Creo que es justo lo contrario, Vehexa, esa cancion debe ser buena, supongo que los aldryanis la cantan para impedir que el caos salga de ese pozo, si dejan de hacerlo el caos y la maldad arrasaran el mundo, debemos encontrar ese pozo antes que los lunares. Espero no perderme y espero que este mapa sea el unico que tuvieran. 

Os adentrais en el bosque siguiendo la dirección señalada por el aldryani y pronto os encontráis atravesando una espesura tal, que os resultaría imposible orientaros en ella. Pero por algún motivo, quando notais que os estais desviando de vuestra ruta, encontráis una senda abierta, un pequeño claro oun paso seguro que hace que reencontreis vuestro camino.
Os da la sensación de que el mismo bosque está interesado en que alcanceis vuesto objetivo.
Pero de pronto los sonidos del bosque se apagan y os dais cuenta de que hay alguien muy cerca de vosotros, aunque la espesura no os deja ver de quien se trata.

Caminábamos por donde nos estaba indicando la espesura del bosque mientras notábamos cómo una especie de mirada, una presencia, algo, cualquier cosa, se me clavaba en la nuca.

Hice un gesto a las chicas, para saber si lo habían notado, y de repente, les dije en un susurro apenas audible a varios centímetros de mi:

-Embosquémosle...

Luego en voz de mando, les dije:

-Reclutas lunares, he de ir un momento a la llamada de la naturaleza. Ustedes pueden ir por esa zona -señalé a la izquierda- y nos volveremos a encontrar aquí -marqué equis en el suelo con el bastón- en 5 minutos.

Me doy cuenta de que todo sonido ha cesado y presiento que alguien nos espia. Veo el gesto de Kilder y compruebo que tambien el se ha dado cuenta. Sin que se note apenas asiento con la mirada a sus palabras y escondo mi daga en la mano con disimulo. 

-Vamos, Vehexa, demos una vuelta mientras el chico alivia su vejiga- intento que el tono de mi voz suene despreocupado y empiezo a caminar hacia donde nos ha indicado. 

La mano de Vehexa se cierra con fuerza sobre su hacha, mientras sigue a Loranda sin perder de vista a Kilder. La oscuridad del bosque le hace pensar que no son precisamente los lunares quienes les emboscan, sino... otra cosa.

Te separas de las mujeres y avanzas con dificultad entre la espesura. Tu túnica se engancha repetidas veces en ramas y raíces pero no puedes distraerte en eso y sostienes tu bastón, listo por si tienes que utilizarlo.
Te mueves rodeando los sonidos que habíais oído para toparte de bruces con la punta de una flecha, tensa en un arco largo en manos de Aldar, que te mira sorprendido cuando te ve aparecer.

Dejais que Kilder se aleje y avanzais con cautela con vuestras armas listas para una posible emboscada, y así es. Apenas habeis dado cuatro pasos cuando dos figuras surgen de la espesura armas en mano... y se quedan tan sorprendidos como vosotros al veros. Se trata de Kenvent y Erikand, que no se explican cómo habeis llegado hasta allí.