Partida Rol por web

Las dudas la asaltaron. Si acompañaba a las chicas descubriría qué estaba ocurriendo pero presentía que aquella situación no estaba libre de peligro, a pesar de que Amanda fuese sólo una bailarina con ínfulas de superstar. 

Miró al señor Real Estate, que parecía más convencido de acompañarlas. 

-Quizás deberíamos ir -se acercó a su oído y bajó el tono de voz para que sólo él pudiera escucharle.- Supongo que usted sabrá defender a esta delicada dama ¿no?

Volvió a dirigirse a las chicas. 

-Iremos con vosotras y os ayudaremos -esperó al señor inmobiliario para sentarse junto a él en el taxi- pero contadnos el resto de detalles mientras vamos de camino -"así sabremos a lo que atenernos".

Como contestación, Jon se rió -Jaja...- Pero en verdad su expresión era un poco amarga. Tenía incertidumbre en sus pensamientos. Susurró. - Mientras solo tengamos que enfrentarnos a unos matones, no podremos quejarnos.-

Se sentó en el taxi. -Perdonad, voy a hacer una llamada.- Marcó el número de Jack L.S. Ya era hora de llamarle y asegurarse. Con cierta paranoia recordaba cómo el señor Pattison le llevaba por un callejón, sin tener a mano una oportunidad para salir. Para salir de esa situación a base de...

Primero miran al agente inmobiliario.

- En su casa... - dice una de ellas.

Parece que se tranquilizan con la actitud que tomáis.

- Os lo contaremos todo, la verdad... es que lo agradecemos - asiente la chica mientras abre la puerta del taxi y le da una dirección al conductor. No es muy lejos de donde estáis. Pero si en una zona apartada del centro de la ciudad.

Se ríen cuando menciona a los matones.

- No creo que sea nada de eso de verdad... es que ella intimida mucho - dice la otra chica mientras se sube al taxi.

-¿A su casa? -Violet nunca había estado allí, ni siquiera conocía la dirección.- Claro, seguro que no es nada... Pero tampoco puede portarse mal con vosotras, eso crea tensiones en el trabajo.

Mientras la muchacha interpretaba el papel de jefa preocupada, aprovechó que estaba en el asiento del copiloto, lejos de las miradas de las otras dos bailarinas, para sacar su móvil y enviar un mensaje. 

"Asthon, estoy investigando tal y como dijiste. Voy de camino a casa de Amanda, creo que está robando en la discoteca. 

Un besoooo <3 xoxoxoxoxo" 

Llevaba dándole vueltas desde que encontró aquel dinero. Era muy probable que las chicas hubieran estado robando de la caja y por eso mantenían el dinero oculto. Si lo hubieran ganado a base de propinas no tendrían por qué esconderlo. 

-Por cierto chicas, ¿habéis visto qué culo tiene el nuevo camarero rubio? -no estaba de más un poco de girltalk durante el viaje.

El teléfono comunicó un par de tonos, antes de que Nathaniel pudiese oir la voz rasposa de su contacto. Rasposa y forzada, porque si algo tenía Jack era la necesidad de hacerse el duro, porque en el negocio un mierdecillas como él no podía sobrevivir sin algo de camuflaje. Como esas serpientes que se disfrazan de una especie mucho más venenosa.

Pero a Nathaniel no se le engañaba tan fácilmente.

- ¿Que te pasa? Te daba por muerto. Respondió, a modo de saludo, con un tono en el que faltaba uno de esos saludos de negros. Dile al tio Jack.

Al movil -Hola Jack...- A pesar da haber pasado ya mucho tiempo, me reconoció la voz -En este momento no puedo hablar muy libremente ni por mucho tiempo, así que escucha. Necesito algo... Sabes? necesito "una" y la necesito en cuanto puedas dármela. Me da igual de que tipo, pero que el precio no sea desorbitado... y no se te ocurra traerme una mariconada como la que me intentaste encasquetar esa vez.-
Por un momento a Jon se le ocurrió preguntarle por si tenía "otra cosa" de la que andaba falto últimamente. Si no fuera por que había dormido mál, el temblor que le salía de vez en cuando le atribuiría a la abstinencia. Pero seguramente Jack no le podía ofrecer más que lo suyo, y cuanto más lejos de la chusma como Jack mejor.
Lo que Jack realmente le podía ofrecer lo necesitaba ahora si podía ser, y si no, al día siguiente, o cuanto antes. 
Jack... Jodido neurótico. esperaba que esta vez no me intentara robar, pero aun así tomaría precauciones. Otros más competentes que él, sabían que al cliente con dinero ni se le tosía, sabían que siempre podían hacer más negocios con ese cliente. Pero por desgracia, Jon ya estaba muy lejos de esas lindes y no conocía a personas más competentes que él.
-Lo necesito YA si puedes. Si no podemos quedar en los próximos 30 minutos, entonces que sea mañana. Te daré un pequeño extra por el servicio expres. ¿Que me dices?¿Tienes algo para mi?-
 

- Joder, macho...respondió la voz al otro lado del aparato como si le acabasen de meter en el follón de su vida. En realidad no era mal negocio, pero el habitual calmado Nathaniel sonaba demasiado crispado como para que la cosa fuese bien. Mira, creo que tengo una UCI de las que usaban por el Bronx. Esta vieja, pero más potente que eso vas a tener poco. Y ya era bastante más de lo que solía dar, aunque a saber que significaba "vieja". Lo mismo era una ballesta con un cartón pintado.

- Eso si, hoy no puedo ni de coña. Tiene que ser mañana. Tengo que conseguirte el arma. Como mucho podría tenertela para por la noche, pero... pero sobrecargo. Estaba claro en su tono. Con Jack todo eran sobrecargos.

Jon, paraba a escuchar unos segundos, y retomaba.
-¿No tienes nada a mano? Venga, te llevarás una buena propina si me lo proporcionas AHORA.- Y ahora me intentaba encasquetar carne de burro viejo -Madre... eso de "vieja" no me gusta nada, no se te ocurra jugarmela. Además no se con que accesorios viene, pero si no cabe en una gabardina ya te puedes ir olvidando. Si no lo puedo llevar a pasear tranquilamente, no me sirve... tiene que ser discreto, compacto.-
Jon tenía que presionar un poco más en el encargo expres, pero puede que no tuviera más remedio que esperar hasta mañana. 

- Joder, no me seas gilipollas, Nath. Los negros no llevan una puta mierda que no puedan llevar escondida en el pantalón, y si les cabe el pollón y la pistola a ti te cabe el arma en la puta gabardina. Le espetó Jack de manera agresiva, pero con visible miedo de perder la apuesta. No tengo nada a mano porque últimamente todos los camellos han venido a comprar defensa personal. Esta tengo que pedirsela a un tio que me la ofreció, así que esta noche es lo más pronto que puedo tenertela.

Irónico. Puede que hubiera sido el mismo Nath, con su ataque a esos dos tipos de la paliza, el que se hubiera dejado sin mercancia de emergencia.

- He probado el arma y funciona, pero no la compré porque no quiero tener una de esas en casa, macho. Demasiado dificil de explicar. Y, por eso, Jack nunca sería un pez gordo del negocio. Pero siendo tú, haré el esfuerzo. Así que encima no te me ponga gallito, maricón.

-Tsk...- A Jon parecía molestarle algo -Joder, está bien... lo acepto pues. Eso si, como no me traigas algo de "alimento" para el susodicho vete olvidando del trato.- Dijo tajantemente 
-Bien, entonces que sea mañana temprano. Ya te llamo. Pero tu consiguelo, puede que te llame por si lo quiero esta noche.-

Las chicas esperan vuestro movimiento mientras el taxista parece impacientarse.

- Sí... un bonito culo - dice una de las chicas y se sonríe - Vaya Violet no sabía que le miraras el culo a los camareros....

La otra chica aguanta la puerta del taxi con la mano y se mete dentro.

Os metéis en el taxi y este arranca.

Las calles de Nueva York parecen totamente diferentes por la mañana. Nada que ver con el ambiente de la noche. Una ciudad distinta.

Recorréis las calles con algo de tranquilidad. Parece que al taxista no le importa que suba el contador de dinero.

- Sobre lo de las tensiones de trabajo... - murmura una de las chicas a la mitad del viaje - Nosotras no queríamos... pero pensábamos.. tal vez que era lo normal.. ella así nos lo dijo - parece excusarse de ante mano.

El taxi se para. Hay un largo atasco.

-Tranquilas, chicas. Os entiendo -les dijo comprensiva, mientras giraba la cabeza hacia atrás para poder verlas.- Es muy difícil soportar la presión, sobre todo de una persona tan... intensa... como Amanda. Pero ¿qué es exactamente? No tengáis vergüenza, nadie os va a juzgar -sonrió. 

Violet podía ser la chica más dulce y candorosa si se lo proponía, aunque si en vez de dos bailarinas hubieran sido bailarines, el tono de la conversación sería totalmente distinto. 

Las chicas parecen confiar y quedarse bastante más tranquilas ante la complicidad de Violet. Pero parece que no quieren decir nada delante del taxista. 

EL camino se os hace largo y cuando llegáis una de ellas paga y bajáis del taxi. 

Estáis en la zona tranquila de la ciudad. Una zona residencial donde la gente trabaja por las mañanas en el centro y no vuelve hasta la noche. Una zona de personas algo adineradas.

Antes de avanzar, las chicas os miran. 

- Ella... nos dijo que sería fácil - murmura - Sólo teníamos que.... que coger algo... - mira a los lados nerviosa - La droga... - termina diciendo - Teníamos que coger la droga... y venderla... fuera y así ayudaríamos... a la empresa... de una manera clandestina... pero ella se quedaba con todo.. no lo supimos hasta ayer... 

La otra chica traga saliva. 

- Nosotras... teníamos que traerle el dinero y lo que nos queda... - señala su bolso. Ambas parecen bastante asustadas. - Al parecer... la policía ha visto la mercancía... o algo.. pero están encima y quería que limpiáramos todo - parece algo aturullada y habla muy deprisa.

La otra chica os indica cual es la casa de Amanda.

Es una casa bastante grande y lujosa... al menos lo aparenta desde fuera. La veis a lo lejos.