Partida Rol por web

Bajo las ruinas

Off-topic

Cargando editor
04/07/2023, 23:47
Director

Hola a todos. 

Como sabéis, he creado esta partida para que Jmoreiro y Emoreiro prueben el rol por web, así que bienvenidos.

La primera pregunta es obligatoria: ¿hay algo en concreto que os apetezca jugar?

Cargando editor
05/07/2023, 02:15
Visni

Hola, aquí Spu. Un gusto y bienvenidos.

Yo me adapto a lo que quieran los Moreiro, que son los que quieren probar, así que mejor algo con lo que ellos se sientan cómodos. :)

Cargando editor
05/07/2023, 10:17
Crombie

Hola Spu. Un placer. 
Pues por mi parte me dejaría guiar al 100%. Tampoco sabemos bien sobre qué elegir así que yo me dejo llevar por los consejos de los expertos. Si queréis elegimos sobre opciones que nos deis. 
Edu me dice que lo mismo. Que está intentando entrar pero ha tenido un problema con la contraseña o algo y entra a currar. Pero que lo que veáis vosotros está perfecto. 

Cargando editor
05/07/2023, 11:30
Director

Pues podemos empezar por ver qué género os atrae más. Os pongo algunas opciones, pero no es lista cerrada:

  • Mundo de Tinieblas: como el mundo actual, pero admitiendo la existencia de vampiros y otros seres sobrenaturales. Los jugadores encarnan a un ser sobrenatural que tiene que lidiar con sus problemas.
  • Ciencia ficción: Podría ser desde piratas espaciales a cualquier otra cosa que surgiera.
  • Fantasía: lo más clásico, aunque mi recomendación es evitar partidas basadas en los combates en el rol por web, porque se hacen eternos.
  • Política medieval: algo estilo Juego de Tronos, por ejemplo.
  • Terror.

Estos son, a bote pronto, los que me vienen a la cabeza, pero puede ser cualquier otra cosa que queráis proponer. :)

Cargando editor
05/07/2023, 12:09
John J Moore

Hola, por fin lo conseguí. Era un fallo mío, pero ya estoy! Un saludo a todos! Lo que dice Javi, a mi me es igual, m e vale todo

Cargando editor
05/07/2023, 12:16
Crombie

A mi me llama el western espacial tipo cowboy bebop y el apocalíptico o zombies también. Uno de esos dos?

Cargando editor
05/07/2023, 16:58
Caroline Paulson

Holaaaa. Bienvenidos. ^^

A mí me da lo mismo, creo que lo mejor es que sea de algo que le motive a los recién llegados. Western espacial me va bien, apocalíptico con o sin zombis también. Lo que sea. 

Cargando editor
05/07/2023, 21:50
Director

Parece que lo que más llama entonces es western espacial y apocalítico / zombies.

Centrando un poco eso:

Sobre ciencia ficción: hay un juego que tengo ganas de probar centrado en atracos elaborados estilo película de ladrones para ambientaciones así. Tiene la particularidad de que en lugar de jugar toda la preparación del robo antes, se juega el robo directamente y se van haciendo cosas a modo de flashback.

Sobre apocalíptico: Podría ser interesante tanto plantear en el mundo actual y cómo todo se va a la mierda, o ser un grupo de supervivientes en un mundo que ya se ha ido al carajo. Las dos opciones son interesantes.

¿Alguna preferencia sobre estas cosas?

Cargando editor
05/07/2023, 22:12
Visni

Por mi parte, todo genial. Cualquiera de esas opciones me gusta.

Cargando editor
06/07/2023, 00:19
John J Moore

A mi también me suena bien cualquiera de las 2

Cargando editor
Cargando editor
09/07/2023, 22:08
Director

Vale, os voy a hacer una propuesta que no es exactamente lo que habíamos hablado, pero quizá os encaja. Se trata de un juego llamado Plenilunio.

Plenilunio es un juego ambientado en un mundo apocalíptico. Sin embargo, no se trata de zombies el peligro que lo ha llevado a ese punto, sino que ha habido una serie de catástrofes (una peste neonatal, disturbios por todas partes y, finalmente, la aparición de algo similar a ángeles y demonios) que nos han situado en este punto.

Los protagonistas con un grupo de supervivientes que, por algún motivo, cuentan con algún poder especial. Tendríamos que definir qué tipo de grupo queréis ser, si queréis tener un refugio y otras cosas.

Mi idea sería empezar con algo sencillo, una especie de misión, para que podáis pillar los personajes y el sistema y valorar si os gusta.

Cargando editor
09/07/2023, 22:18
Visni

A mí me suena guay. Encaja con la temática apocalíptica.

Si optamos por ese (no conozco para nada el juego, así que quizás lo que digo suena muy tonto) podríamos hacer una misión sencillita del tipo ir a X localización a buscar alguna cosa importante para la supervivencia o algo así.

Cargando editor
09/07/2023, 23:13
Caroline Paulson

Plenilunio es chulísimo, aunque no es apocalíptico «normal», sino más místico. Y creo que requiere leer antes un poco de ambientación, no se puede «llegar y jugar». 

Por mí bien, es un juego que me gusta mucho, pero creo que hay que tener eso en cuenta.

Cargando editor
10/07/2023, 04:32
Crombie

Yo me sigo dejando aconsejar. Por mi parte no hay problema. No tenemos ni idea así que si consideráis que es factible y para iniciar es buen juego pues perfecto.

Cargando editor
10/07/2023, 10:45
John J Moore

A mi me parece bien, si creéis que no es muy complicado para un novato, adelante

Cargando editor
10/07/2023, 20:56
Director

Pues para que os vayáis haciendo una idea, con su permiso os pego lo dos primeros posts de la ambientación de una partida que dirigió Morgian aquí presente de ese juego, a ver si os atrae la idea.

Cargando editor
10/07/2023, 21:01
Director

¿Qué sucedió? ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Podrías preguntar a cada uno de los habitantes de Nueva York y recibirías una respuesta diferente por cada uno de ellos. Lo único que está claro es que nadie sabe con certeza en qué punto se torcieron las cosas y que estamos inmersos en un proceso irreversible.

Fin del mundo, lo llaman los más agoreros. Fin del ciclo, los más esperanzadores. De una forma u otra, lo que está claro es que esos seres que caminan entre nosotros, solares y lunares, están involucrados. Puede que al principio trataran de pasar desapercibidos, de disfrazar su influencia como decisiones de los humanos, pero hace mucho que la mascarada terminó y no temen mostrarse ante nosotros, intimidarnos con su majestuosidad.

Algunos dicen que los solares y lunares son la causa. Otros, que la consecuencia. En cualquier caso, está claro que tienen un papel que jugar en el fin del mundo…, al igual que muchos de los hombres que sobreviven en este tiempo de maleficios.

Cargando editor
10/07/2023, 21:01
Director

Aunque resulta difícil recomponer las piezas de un puzzle cuya imagen ni siquiera conoces, no son pocos los que han intentado comprender cómo hemos llegado a una situación como esta. El testimonio de eruditos que han sido lo bastante hábiles para sobrevivir, buscadores que han buceado durante incontables horas en la red y personas tenaces con ansias de encontrar una explicación a lo que sucede en el mundo ha servido para recomponer los hechos que a continuación se relatan, si bien la veracidad de todos ellos está en entredicho. Como suele ocurrir con los hechos históricos, cuánto más nos remontamos más difícil es diferenciar el mito de la realidad, y según parece, la situación que ahora vivimos se inició hace mucho, mucho tiempo.

 

De acuerdo con la traducción de antiguas tablas sumerias, en la antigua Mesopotamia, cuna de la humanidad, los solares y lunares ya se encontraban presentes, dejando patente su influencia a lo largo de toda nuestra historia. Allí eran venerados como dioses, criaturas que debían ser reverenciadas… y temidas. En esta cuna de las civilizaciones, en la Edad Antigua, los primeros escritos cuneiformes ya hacen menciones sutiles a los alados. Por supuesto, los autores de estos escritos describían la representación física de los alados adaptándola a la estética de la cultura mesopotámica. Aunque los seres sobrenaturales que se describen son hombres de tres metros de altura, con la piel pálida y largas barbas rizadas, es fácil intuir que se trata de solares. Estos celestiales ya influían en el gobierno de las primeras civilizaciones. Por lo que sabemos,
ellos mismos pudieron ser los promotores de la civilización; quizá la escritura no fue más que otro de sus regalos. Desde luego, los métodos para perpetuar la cultura y las normas sociales fueron una herramienta útil para perpetuar la era de Piscis. Sea como fuere, los solares dejaron su presencia mediante la imposición del inmovilismo y el orden celestial. Mientras tanto, los caídos lunares dejaban sus propias improntas en la lucha por romper ese orden establecido que encorseta a la humanidad.

Su influencia se hizo más evidente en el Antiguo Egipto, en torno al 1300 antes de Cristo, cuando el faraón Ankhen-Atón cae y le sucede el misterioso Semenejkara. Aquellos teóricos de la conspiración que creen que toda nuestra historia ha estado marcada por solares y lunares cuentan que Semenejkara era realmente Nefertiti, esposa de Ankh-en-Atón, que, aconsejada por un lunar, toma el mando y, adoptando un rol masculino, introduce la idea de la femineidad en las figuras de poder, algo que perduraría en las culturas alejadas de las religiones monoteístas.

La influencia de estos seres se hace de nuevo sutil tras la caída del Antiguo Egipto, aunque perdura en forma de leyendas, habitualmente protagonizadas por artefactos místicos. Al igual que los lunares y solares poseen capacidades más allá del potencial humano, lo mismo ocurre con sus herramientas. Los objetos celestiales tienen usos inimaginables, e incluso cuando su función es la misma que su contrapartida mundana, su efectividad es mucho mayor. En la iconografía cristiana aparece el Grial, un objeto santo con propiedades curativas y nutricias. El caldero de Gundestrup, fechado en el siglo II, hace referencia a dioses celtas y es a su vez una representación del Caldero de Sangre, al que se atribuyen cualidades de abundancia, inspiración y regeneración. Probablemente no sea coincidencia y tanto el Grial como el Caldero sean símbolos de una herramienta usada por lunares o solares a lo largo de los siglos. La lanza de Longinos sería otro ejemplo: aunque de nuevo la mitología cristiana la convierte en un objeto sagrado, muchas otras leyendas atribuyen a esta arma energías místicas más allá de toda comprensión. En algunas versiones la lanza posee vida propia o está imbuida por un espíritu maligno, en otras es sinónimo de muerte, y en algunas es portadora de ira divina. Como sea, lo más probable es que esa lanza (o lanzas, ya que podría tratarse de más de una) fuera olvidada en algún conflicto pretérito entre anunnakis y sombras.

Durante el Medievo los monjes mantuvieron vivo el recuerdo de solares y lunares caracterizándolos como ángeles y demonios de una forma que ha perdurado hasta nuestros días. Sin embargo, de aquellos tiempos solo se conservan mitos y versiones exageradas de las historias, quizá en parte porque la Orden del Temple, que parecía mantener alguna clase de alianza con los lunares, fue exterminada en Francia en el siglo XIV. En ese momento solares y lunares prácticamente desaparecen de la historia, aunque hay quienes quieren ver su influencia en el Renacimiento y en la Revolución industrial, dos momentos clave que hicieron a la humanidad tal y como era antes de la caída: tecnofílica, complaciente y pagada de sí misma.

Como una manzana lista para caer del árbol.

 

Sin duda alguna, el año 2019 marcó un punto de inflexión. La mayor parte de nosotros no reparamos en la importancia de la llamada «peste neonatal» hasta que fue demasiado tarde. Empezó en Rusia, afectando a madres que sufrían abortos sin pista alguna de lo que podía causarlos. Cuando esta enfermedad comenzó a extenderse a países aledaños como Lituania, Georgia y Polonia, EE. UU. cerró sus fronteras. Cuando el Gobierno ruso salió en todas las televisiones asegurando que estaban trabajando en una cura, la red hirvió con una verdad más siniestra: estaban practicándose abortos «preventivos». Los teóricos de la conspiración dicen que esta deleznable actuación había sido propuesta por los solares, que todavía se ocultaban entre los hombres, pero si existe alguna prueba de ello, está oculta en lo más profundo de algún edificio en ruinas.

Ese punto de inflexión vino acompañado de crecientes disturbios en las grandes ciudades. Millones de personas, hartas del capitalismo salvaje que nos había vendido la globalización como una oportunidad, se enfrentaron a los intentos de manipulación cada vez más claros por parte de los gobiernos, y esto propició el fin de todo. Pero la gota que colmó el vaso fue la aparición de lunares y solares. El 26 de julio de 2020 todos lo vimos por la televisión: un hombre alado cayendo del cielo, envuelto en llamas, enzarzado en una lucha con una criatura demoníaca. Ambos peleaban a muerte mientras se precipitaban a toda velocidad sobre Washington. El ser alado acabó empalando a su adversario en el ápex metálico del obelisco monumento a Washington y ascendió a los cielos. Cualquier ser humano con una televisión, móvil u ordenador con conexión a Internet presenció que, como siempre habíamos sospechado, no estábamos solos en el universo.

Aquello lo transformó todo: científicos y telepredicadores divulgaban sus teorías por los medios a todas horas, la gente hablaba, los gobiernos callaban… Los teóricos de las conspiraciones creyeron. Se rumoreó incluso que la célebre Área 51 alojaba una nave de estos seres «celestiales» (o alienígenas, según a quién preguntaras). Por supuesto, nada de eso se pudo demostrar con hechos y, a pesar de que en aquellos tiempos todo el mundo tenía una cámara de fotos y una grabadora integrada en sus teléfonos, nadie podía mostrar imágenes más claras que las del incidente del 26 de julio.

Ese mismo año, las estructuras sociales comenzaron a derrumbarse, primero poco a poco y después a toda velocidad, como una bola de nieve. Mientras la presencia de los solares era cada vez más evidente, los humanos nos empeñamos en volvernos unos contra otros. Tras los gobiernos cayeron los ricos, y tras ellos, todo aquel que tuviera algo que otra persona pudiera ambicionar. Las personas buscaron compañía en otros semejantes a ellos, uniéndose a bandas, sectas o autoproclamados nuevos gobiernos. Durante los meses siguientes la televisión dejó de emitir y la radio lo hizo poco después. Su frecuencia quedó relegada a los pocos radioaficionados que todavía deseaban comunicarse con los demás, fuera para predicar o para combatir su soledad. Los periódicos aguantaron un poco más, pero al final solo quedó la red, repleta de conocimiento, pero sin que nadie tuviera interés por incrementarla y documentar el presente. Después de todo, ¿quién piensa en dejar algo para las generaciones venideras cuando no tiene un mendrugo de pan que llevarse a la boca?

En cuestión de trece años destruimos toda nuestra civilización, para lo bueno y para lo malo.

 

Dice un viejo dicho que «de aquellos barros, estos lodos». Conocieras o no el viejo mundo, somos herederos de él. El mundo entero está aislado, compuesto de grupúsculos que luchan por sobrevivir. Sin ir más lejos, aquí, en Nueva York, quienes tienen más influencia son las bandas, y dentro de ellas, las minorías étnicas como los chinos y los italianos, que fueron lo bastante listos como para cerrarse en sí mismos y protegerse unos a otros cuando comenzaron los saqueos. Países enteros han hecho lo mismo, como Japón, del que nada se sabe desde hace tiempo, como si prefirieran lidiar con sus propios demonios, tal vez incluso en un sentido literal. La red parece ser el único medio de saber lo que ocurre en el mundo, pero la mayor parte de la gente no tiene acceso a Internet ni conocimientos para utilizarlo.

Un día corriente para cualquiera de nosotros, habitantes de una nueva era, encierra cierto parecido con los tiempos pretéritos: ganarte el pan de alguna forma (desempeñando tu papel dentro de un colectivo, rebuscando entre los restos o extorsionando y robando) para después dedicar el escaso tiempo libre del que dispones a tratar de buscar un divertimento para olvidar lo mal que está tu vida, autocompadecerte o, si eres ambicioso, tratar de mejorar tu situación. Algunos todavía tienen una fuerte conciencia social y tratan de ayudar a los demás, «hacer un mundo mejor», como suelen decir. Desconfía de ellos. La mayoría solo busca su propio beneficio, y los pocos que sí tienen buen corazón suelen acabar mal. No son tiempos para héroes.

Respecto a los solares y lunares, ya no se ocultan. No les hace falta ninguna. En algunos lugares, como aquí, dejan que nos las apañemos como podamos, mientras que en otro sitio nos gobiernan abiertamente como reyes o tiranos. Ellos parecen sumidos en su guerra y nosotros, en la nuestra, que no es sino la pura lucha por la supervivencia. Y sin embargo, si me preguntas te diré que creo que lo peor está todavía por venir, que todavía tenemos un papel que jugar en este tablero cósmico, que el tiempo de los maleficios todavía no ha llegado. Como me dijo un hombre sabio llamado Adán: «Cuando llegue el Plenilunio lo peor y lo mejor se tornarán la misma cosa». Puede que ese momento esté cerca, pero todavía no ha llegado.

Cargando editor
10/07/2023, 22:32
Visni

Parece sencillo, pero lanzaré una duda. ¿Los personajes que hagamos tienen que saber algo de fondo sobre la ambientación? Quiero decir, ¿tienen que saber algo sobre esas criaturas llamadas «lunares»? ¿O simplemente es que cada personaje tendría su teoría loca y sus propias vivencias y listo?

Lo pregunto, sobre todo, pensando en si habría que leer algo más antes de empezar a diseñar los personajes o con esto que nos has pasado tendríamos ya lo necesario para tirar.