Partida Rol por web

Como Cobb tenía la dirección concreta, el rumano le dejó justamente en la puerta quedándose bastante en medio y molestando a otros conductores, que comenzaron a pitar y a soltar improperios contra ambos. Al taxista se la sudó y poco más le importó al escritor, que pagó la carrera para bajar y plantarse frente a la puerta metálica que había en el número 70 de aquella calle tan dejada de la mano de Dios.

Junto a la puerta sólo había un timbre que no tardó mucho en pulsar, y a los veinte segundos se escuchó un clic que hizo que la puerta se abriera poco a poco sin nadie detrás que la empujara. Parecía una apertura desde dentro como la de los porteros automáticos de muchos edificios, aunque era algo raro de ver en un local estándar.

La sala que Cobb vió daba algo de pena y dolor: estaba bastante llena de polvo, a oscuras, y había unos cuantos trastos tirados por el suelo cogiendo mierda con el paso de los días. No era una imagen muy agradable, pero en una esquina salía una rendija de luz de una puerta entreabierta, por la cual se colaban las voces animadas de un grupo variopinto de personas. Al acercarse y echar un vistazo, vió en el interior a nueve personas. En una pequeña piña había dos hombres de mediana edad junto a una mujer de aproximadamente los mismo años. A su lado había una chica joven que llamó la atención de Cobb por sus pelo con rastas y varios piercings en la cara. También había un criajo que le recordó demasiado (en el mal sentido) a uno de sus hijos y otro hombre que debía rondar los 30 frente a una chica bajita con un vestido bonito.

Frente a él, había una chica de pelo castaño algo más alta hablando con un chico regordete de gafas que parecía como muy fuera de lugar, nervioso o a saber qué. El de 30 estaba ocupado saludando a la que tenía delante, pero de la piña el hombre de ojos claros y la mujer rubia le saludaron y le hicieron un gesto para que pasara.

- ¡Ah! ¡Queen Of Disaster! - Exclamó cuando se presentó. No se la hubiera imaginado así ni de coña. Afianzó un poco su torpe sonrisa y rebuscó rápidamente por los bolsillos de su pantalón hasta dar con un paquete de pañuelos de papel a que solo le quedaban un par. Sacó uno y se lo ofreció - Para... eh... que te limpies ese desastre... Je... En el dedo... Ya sabes - Se alegró de ser solo torpe y no tartamudo. Aunque para el caso iba siendo lo mismo. - Desastre... Bufff

- Yo soy Duke - Se apresuró a presentarse, estrechándole la mano una vez se hubo limpiado el dedo. Fue un apretón flojo, húmedo y breve, muy poco agradable - The Duke - Se rascó la nuca, avergonzado, utilizando el gesto para secarse la mano, aunque ya fuera tarde - No hay que ser Sherlock para deducirlo, ¿eh? - Parecía cada vez un poco mas incómodo y nervioso. No se había movido ni un solo centímetro de debajo del dintel de la puerta, aunque su mirada iba de la chica a la mesa de la comida, de ahí a las cervezas y de nuevo a la chica, aunque por el camino repasaba a todos los demás.

- ¿Secretaria? Yo soy administrativo... ¡Temblad muchachos! ¡Ha llegado la banda de la oficina a la fiesta! - Bromeó sin mucho éxito. Se lamió los labios y señaló la mesa de la comida - Voy... a... A coger una cerveza. Si, eso, una cerveza... - Rodeó a Savannah y fue directo a por una rubia, con la cabeza gacha, como si así pudiera evitar las miadas de los demás.

Sudaba inseguridad y complejos mientras andaba hacia la mesa y cogía una cerveza para darle un largo trago. Parecía demasiado pringao, lo que contrastaba con la imagen que se hubieran podido hacer de él por su forma de participar en el foro, dónde daba la impresión de ser un tipo mas seguro, de ingenio rápido y humor afilado.

A la rubia de las rastas le daba día y noche, sin descanso. Debía ser Mixi, la loca de la naturaleza. Se la había imaginado mas "yogapants" y menos "hippiegodess", mucho mas estiradilla de lo que parecía a simple vista. Los piercings le ponían burrísimo, eran una de sus debilidades. Se las tenía que apañar para acercarse a ella sin parecer un completo gilipollas, así que antes iba a necesitar una cerveza para ir calentando. 

Le sudaban las manos solo de fantasear con Mixi y con Queen. Y con la otra chavala, la morena. ¡Qué coño! Incluso con la MILF esa que hablaba con los otros al fondo. ¡Es que ya puestos, se las tiraría a todas! Se le aceleraba el pulso y no solo por los nervios de conocer a sus colegas de foro. 

Mientras pensaba en sus cosas sucias, Queen se le acercó, le saludó, él hizo una broma por la que se hubiera ganado una paga del gobierno por retrasado y quedó como un gilipollas. ¡De puta madre! Plan de escape, chaval. Ve a por una cerveza, ve a por una cerveza y sal del atolladero en el que te has metido tu solo lo más rápido posible. A ver si de aquí a unos tragos parecía menos un pardillo y más un tío molón. 

Limpió su dedo con bastante naturalidad y estrechó la mano de Duke de forma amigable, aprovechó el momento en que él fue a por cervezas para volver a limpiarse la mano de nuevo, mientras, ojeaba al resto de los presentes, regalando una sonrisa en el caso de que las miradas se cruzasen.

Duke le había parecido un chico bastante majo, su humor le había sacado una sonrisa y alguna pequeña risotada. A Savannah le recordaba a su cuñado, el hermano pequeño de su difunto marido, bastante simpático pero con problemas para socializar, por el que sentía un gran afecto y al que apoyó cuando se mofaban de él por su aspecto en el instituto.

Al parecer no era la única que se sentía un poco apurada estando allí, algo que le transmitió buen rollo y autoconfianza, sobre todo al comprobar que el buen ambiente parecía reinar en el encuentro. Se preguntó cuánto tiempo duraría aquello si empezaban a tocar temas delicados del foro o simplemente discutían sobre teorías opuestas, lo que estaba claro es que todos ellos en persona parecían mucho más civilizados.

Savannah de pasada escuchó la conversación entre Frohike y la troll del foro, estaba convencida de que no podía ser otra que Águila Nocturna, tenía ganas de conocerla personalmente ya que había tenido un par de conversaciones agradables e interesantes, pero prefirió no acercarse aun para tantearla en su conversación con el administrador del foro, como al resto.

Savannah, se quedó junto a la entrada de aquella habitación apoyándose sobre la pared, prestando atención a las conversaciones del resto y cerciorándose de que no había ningún cartelito de prohibido fumar. Acto seguido, sacó de su bolso el paquete de cigarrillos y se encendió un pitillo, pensando que con la excusa de deshacerse de las cenizas entablaría conversación con alguien, suponiendo que ese alguien fuese tan agradable como Duke.

Al dar el segundo timbrazo la puerta pareció abrirse automáticamente desde dentro, pero no había nadie al otro lado así que la joven supuso que se trataba de algún tipo de apertura desde otra sala. Cruzó tras echar un vistazo, pero no había mucha luz y sus ojos tardaron un par de segundos en adaptarse.

Lo que vió allí no le gustó nada: la sala estaba llena de polvo, oscura y vacía, con apenas algunos trastos tirados por el suelo, una polvorienta mesa junto a una silla que no invitaban a uno a quedarse allí. Sin embargo en uno de los lados de la sala había una puerta entreabierta por la que salía algo de luz. Al otro lado podían escucharse un coro de voces de todo tipo que parecían hablar de forma desenfadada, lo que la hizo acercarse para curiosear.

Abriendo la puerta se encontró con que justamente al otro lado había un hombre de mediana edad con cara agria que miraba al grupo que se juntaba en el centro de la sala. Un poco más allá del hombre enfadado había una chica de pelo largo hablando con un chico regordete y con gafas.

En la parte central había un grupo más grande: una chica bajita hablando con un hombre de unos 30 años, sonriente. Tras él había un chico jovencito que no debía tener ni 20 años, dos hombres y una mujer de mediana edad que parecía bastante afable y junto a ellos una chica joven muy peculiar con rastas en el pelo y varios piercings en la cara.

Vaya lugar para una reunión, si mi madre hubiese entrado en este lugar hubiera caido desmayada presa de alguno de sus extraños ataques que le daban cuando veía algo que no estaba acomodado en su lugar, me detuve unos segundos observando la estancia...la puerta se abrió sola, la casa parecía abandonada, caminé casi de puntillas intentando hacer el menor ruido, claro que esto sería mucho mas sencillo si mis estúpidas botas no emularan el sonido de una manada de elefantes en temporada de apareamiento.

Escuché murmullos y divise una puerta ligeramente entreabierta, me acerqué despacio y pude escuchar una animada conversación que venia desde el otro lado...dios...DIOS, están ahi, que hago que hago...tranquila Moira, seguramente si abres la puerta despacito y te deslizas en ninja style no tienen por que percatarse de tu presencia, ¿realmente quiero eso?, digo esta es una buena manera de conocer gente interesante, y además tienes el factor sorpresa, seguramente ninguno de ellos está esperando a que pase por la puerta Miranda Kerr... "Pero tampoco la versión rubia de Amy Winehouse", callate cerebro, ahora puedo ser popular no te necesito.

Bueno Moira, este es el momento...solo actúa natural, pon una gran sonrisa...no tan grande...si así está mejor, y sobre todo sé tu misma. -HOLA A TODOS, PERDON POR LLEGAR TARDE, ¿DE QUE ME PERDÍ?, TRAJE GALLETAS.- Di un paso radiante, bueno en medio del atuendo de luto que llevaba ( falda negra hasta los tobillos, blusa de terciopelo de mangas anchas negra, y aquel gracioso prendedor para el cabello con plumas negras de fantasía a un lado de mi enmarañado cabello rubio) tenía que demostrar que al menos algo radiante había en mi persona. Acerqué una silla próxima a mi, y la puse en el centro de la habitación, con la misma familiaridad y naturalidad con la que alguien se sirve un vaso de agua en su casa, le quité la pelicula plástica al tazón y el aroma de las galletas aun calientes se extendió rapidamente por la habitación. Mire a la chica de los piercings y las rastas que habia quedado cerca de mi -Son deliciosas y pecaminosas querida, pero descuida que no se quedaran en tus caderas.-. Entonces recordé la voz de mi madre y sus modales inculcados a base de buenas golpizas,  dejé las galletas en medio de la sala por si alguien queria tomar alguna y a continuación fui caminando por toda la estancia, dandole la mano a las personas presentes y poniendo una gran sonrisa en mi cara ( si debo parecer una perfecta rubia-tetas grandes-imbécil, pero que carajos).

-Hola mucho gusto, soy MoidonnaJoplin,escribí el artículo de Jack el Destripador en la pagina,  es un placer conocerte en el mundo físico.- a todos los saludaba con la misma cantaleta, caminando alrededor de ellos y sintiendome la tía de la quinceañera que aparece para robar la atención del evento, interrumpi la plática entre el chico regordete, al señor con cara de enojado solo me planté delante de el, sacudí la mano delante de su cara, sonreí y continué...tenia cara de ser capaz de arrancarme la mano si lo tocaba, y asi fuí con todos y cada uno de los presentes...Sin embargo también lo hacía por una razón, una mania heredada de mi madre, mira sus zapatos, huele su perfume, observa su ropa y sabrás con quien tratas. Por ejemplo la de las rastas tenia pinta de inhalar cocaina hasta por el trasero, el chico regordete tenía pinta de solo haber visto una mujer desnuda en dibujos hentai, el hombre con cara de enojado seguramente lo dejó su esposa...Ay mamá, de todas las gracias que pude aprender, esta era una de las que mas me divertía, nada como juzgar a un libro por su cubierta. Como no sabía ahora donde acomodarme después de mi reunión social, avanzé hacia donde se encontraba el hombre con cara de enojado, y me detuve a una distancia mas que prudente de él.

Derepente el peso de mi actuación calló sobre mis hombros. "Soy una puta chica cosmopolitan" resoplé fastidiada...te habia dicho que no necesitaba tu opinion, estúpido cerebro.

En silencio aguardo en un rincón observando mi entorno como un águila dispuesta a cazar su presa. Mi cuerpo se mantiene petrificado ante cada payaso que entraba con su nariz roja y una humorada debajo del brazo. Hasta el momento parecían personas "normales" con gustos extraños pero no podía quejarme mucho dado que estaba en ese lugar con ellos. -Muy normalita tampoco eres, sino estarías bebiendo en un pub mientras conoces a alguien interesante. -mascullo entre pensamientos sin quitarle la vista a todos de encima.

Pero la reina del circo aparece con su vestido negro, una blusa de encaje y un lenguaje digno de un payaso con clase. No pudo evitar al escucharla hablar soltar una risa que ocultó tras taparse la boca y fingir que miraba el techo. -Ahh bueno... ¿Y esta de donde salió?- me pregunto sin que nadie oyera lo que opinaba de esa mujer. -Que delirio, vamos una sesión con el psiquiatra y estamos todos hechos. - comento mentalmente, me estaba haciendo un festín en plan troll que no tenía desperdicio. 

La forma en que los miraba y los investigaba, era graciosa e incluso muy directa. Por suerte había pasado desapercibida para ella, no para la otra chica a quien le sonrío y me acerco para pedirle fuego. - ¿Tienes? - le pregunto mostrando mi cigarrillo. Una vez que le ofrece y enciende su cigarro, se queda contemplando en la lejanía al resto. -Mi nombre es, Sarah. Gracias. - le agradece y se presenta. 

Savannah saludó a la chica de negro educadamente cuando se acercó, intentando ignorar sus pintas y prejuzgarla, algo difícil ya que normalmente no se fiaba de la gente que vestía toda de negro, afortunadamente en este caso no se trataba ni de una juez, ni de una monja, ni de un árbitro, además, el detalle de las galletitas con ese olor tan rico le cayó en gracia, trasmitiéndole una primera impresión positiva. A Savannah le hacía sentirse mejor mostrarse benevolente con las personas, que por así decirlo, parecían peculiares por sus pintas, pero tampoco se sentía especialmente cómoda cerca de ellas sin cerciorarse de que eran buenas personas o de que tuviesen la cabeza en su sitio.

Intentó hacer memoria pero no recordaba haber leído nada acerca de Jack ("El Destripador") en el foro, aun así fingió su interés. – Sí, me gustó el enfoque que le diste, muy interesante. Yo soy Savannah, Queen of Disaster- dijo estrechando la mano de la rubia con pintas de gótica sin pretender profundizar demasiado en aquel tema.

Cuando la chica de negro siguió saludando al resto, Savannah dio fuego a la mujer que se presentó como Sarah. –De nada Sarah, Yo soy Savannah encantada- dijo de forma agradable, para después expulsar el humo de sus pulmones lenta y despreocupadamente.

-¿Eres Águila Nocturna verdad? Me he reído mucho con tus comentarios, a veces tienes un poco de maldad jaja. No esperaba que vinieras, ¿Serás capaz de trolear a esta gente en persona? Me muero de ganas por verlo.- Dijo de forma simpática a Sarah poniéndola a prueba.

-Por cierto, ¿sabes si había que traer algo para picar, bebidas y todo eso?. Yo no he traído nada pero no me importaría acercarme a la tienda para comprar algo. Aunque antes de eso voy a por una cerveza, ¿Vienes?- dijo a Sarah de forma agradable, ya que parecía buena chica a primera vista pese a su fama de troll.

Cobb se adentró en el lugar con la sensación de estar sumergiéndose en una de sus propias novelas. No le agradó demasiado; iban a acabar mal. Echó un vistazo todavía desde la puerta, deteniéndose ligeramente en los individuos que durante meses habían ocupado su tiempo libre con historias y comentarios. No parecían nada del otro mundo, aunque la sorpresa habría sido que lo fuesen. Desde allí, rebuscó en la chaqueta del traje hasta dar con la pitillera y cuando terminó de expulsar el humo de la primera calada se acercó al grupo principal con aquel andar desgarbado y tan personal.

-CFallen. Cobb Farrell para el estado y Cobb a secas para el resto del mundo -dijo, con monótona persistencia tendiéndole la mano al más adulto de todos ellos. La verdad es que no había sido un miembro especialmente activo por sus historias, pero sí por los comentarios y aportaciones que normalmente contenían una gran referencia a libros viejos y descatalogados.

Era el más mayor de los presentes, con un traje que le daba cierta distinción y se la quitaba al mismo tiempo al llevar los primeros botones de la camisa desabrochada y la corbata mal anudada. Tenía mala cara, como si no hubiese dormido bien recientemente, y aunque intentó sonreír sólo le salió una mueca amarga.

- Venga, poneos donde queráis. Yo me he encargado de traer comida y bebida para todos. Doc_alma ha traído la cafetera y creo que será más que suficiente. Pero como dice Queen of Disaster, si hace falta más tenemos el 7-Eleven ahí al lado. - les dijo a todos con una sonrisa afable, haciendo un gesto.

El que parecía ser más mayor junto a Cobb le dió la mano a éste con seguridad y también sonriente. - Encantado, CFallen. Yo soy RIP_er, éste es Fry_Two_Fingers y ella Doc_alma. - señaló a los otros dos mayores, la de las rastas abrió la boca para hablar así que RIP_er no añadió nada más sobre ella

Mixi miraba a todos con curiosidad, pero por algún motivo clavó los ojos en Duke muy fijamente. Sin embargo, cuando el administrativo dijo que era The_Duke pareció quedarse más tranquila e incluso se le escapó un suspiro de alivio. - Encantada de conoceros a todos, yo soy Mixi. O Mia, como queráis llamarme.  - dijo en dirección a Cobb pero en voz alta, para todos - Faltan un par de personas, ¿no? -

- ¡Eh, eh, no os olvidéis de mi! - exclamó el chaval desde el fondo de la sala, que había ido a coger una bolsa de patatas fritas. Se ajustó el gorro de tela que tenía en la cabeza y se colocó junto al resto sacando pecho y con una sonrisa de suficiencia en la boca - ¿Qué pasa, chavales? Soy Firefly92. Es la puta caña veros aquí a todos, tenía la ostia de ganas de poneros careto. ¿Nos sentamos o algo con unas birras? -

¡GALLETAS! Eso había llamado poderosamente su atención hasta que...

- ¿¡COBB FARRELL!? - Exclamó, dejando caer la mandíbula y casi la cerveza que ya llevaba en la mano. - ¡TÍOS, ES COB FARRELL! - Obvió a las chavalas que fumaban en la puerta, a las que instantes antes pensaba llevarles también unas cervezas para ganarse unos puntos, obvió las presentaciones de los demás, incluyendo la del admin del foro, un tío que tenía bastantes ganas de conocer. Incluso obvió la miradita y el suspiro de la chavala de los piercings que en cualquier otro momento hubiera sido centro de toda su atención atención. En aquella polvorienta sala estaba Cobb Farrell. El auténtico, el único, el maestro del gore...

- Mierda... - Murmuró, acercándose a él para saludarle. Tuvo la precaución de limpiarse la sudorosa y regordeta mano en los pantalones antes de tendérsela - Seguro que se lo dicen siempre, pero... ¡Wow! Es el puto amo de las novelas de género. Tengo todos tus... sus... - Titubeó un segundo, sin tener muy claro si tratarlo con familiaridad o no. - ...tus libros. Todos tus libros - Remató. - Eres toda una leyenda... En serio... ¿Y has estado todo este tiempo en el foro y no me he dado cuenta? Wow... O sea... Increíble... Cobb Farrell... ¡Si lo llego a saber me hubiera traído alguna edición de coleccionista para que me la firmaras!

Los miró a todos con una sonrisa bobalicona.

- Cobb Farrell tíos... Eeeeeeeeeh... Debo parecer una puta grupi ahora mismo... ¿No? - Le dio un largo trago a la cerveza y se lamió los labios, pasando del pálido oficina al escarlata "si parecía gilipollas lo acabo de confirmar" en un segundo. 

El autor se volvió hacia el muchacho, poco acostumbrado ya a que hiciesen reverencias ante su nombre. Eso había quedado atrás hacía décadas, y no esperaba que a nadie en aquella sala se le encendiese la bombillita. Error. Evitó su mirada mientras continuaba publicando su nombre a los cuatro vientos, que ni su editor había puesto tanto empeño en su día. En fin, él habría hecho lo mismo probablemente en su juventud, aunque nunca lo admitiría.

Le estrechó la mano con decisión. Menudo lumbreras. Luego tendría que hablar con Jen para comentarle aquel asuntillo.

-Sí, lo pareces -comentó, ahorrándole al resto tener que inventarse un comentario apropiado y no ofensivo-. Ya ves. Ahora me codeo con la creme de los blogs de terror... ¿Alguien puede pasarme una cerveza y olvidamos esta interrupción? No hemos venido aquí por mi, gracias.

Doc_alma y Fry_Two_Fingers parecieron alzar las cejas cuando Duke mencionó que era Cobb Farrell, ya que sencillamente por el nombre ellos no se habían dado cuenta. Pero fue Mixi la que ladeó la cabeza y dió un par de pasos hacia él.

- ¿Ese Cobb Farrell? - preguntó con curiosidad, y su confirmación le cambió la cara - Vaya... pues es todo un placer conocerte. -

El crío, Firefly92, se apresuró en coger un botellín y acercárselo al escritor con una amplia sonrisa llena de intención.

Musitó un "gracias" al que le había traído el botellín y estrechó la mano de la chica haciendo el generoso esfuerzo de sonreír.

-Igualmente. No sé si hay más Cobbs Farrell, pero no me los presentéis-. Le dio un buen trago a la botella y se volvió alrededor-. ¿Quién falta?

La chica me caía fenomenal incluso no dudé en decirle que era águila nocturna pero ante su propuesta de trollearlos en la cara esbocé una media sonrisa. - Mmm sabes que primero debo observarlos, luego viene el remate. Aún así no sabíamos que estábamos de duelo, hubiera traído mi vestido negro. -suelto la ironía pero sin que la chica en cuestión lo escuchara, no buscaba una discusión, sino mas bien entretener a Savannah.

Cuando me propone de ir a buscar mas bebidas asiento y agarro mi cartera dispuesta a salir pero el dueño del foro nos dice que hay suficiente comida lo cual era innecesario de momento dar ese pequeño paseo. -Gracias por avisarnos, si falta algo no duden en pedírmelo nos vamos con Savannah a la tienda de aquí. -y de paso cotilleamos en modo espía de los energúmenos que estaban presentes en aquella reunión.

Una vez que termino mi cigarro le indico a la chica que nos reunamos con el resto, me interesaba la idea de que plantearan algún tema y dar mi cuota de acidez del día. 

Savannah tuvo que hacer un esfuerzo para no reír ante el comentario de Sarah sobre la vestimenta de la chica rubia, disimuló hábilmente dando las últimas caladas a su cigarrillo, intentando guardar la discreción.

-Encantada, encantada…- dijo saludando con la mano y moviendo sus dedos de forma simpática y natural al resto de los presentes cuando se dirigían a ella o la miraban de forma agradable.

Aprovechó que las miradas se posaban sobre Cobb para acercarse a la mesa en busca de un par de botellines de cerveza, abrió una de ellas y vertió un poco en el vaso de plástico para después apagar su cigarrillo dentro de el. Dio un buen sorbo de la refrescante cerveza, dejó por allí su bolso y volvió junto a Sarah para ofrecerle una cerveza en silencio, casi como si se conociesen de antes.

Se preguntaba quién demonios era aquel tipo, Coob, parecía alguien elegantemente desaliñado. También se preguntaba sobre qué tipo de cosas escribiría, a su juicio no tenía pintas de novelista. En cualquier caso por la reacción de Duke supuso que debía ser bastante bueno en su trabajo. Al menos, parecía modesto y resultaba interesante.

Giró una silla, pero antes de tomar asiento le ofreció otra a Sarah, invitándola a sentarse. -¿Sabes sobre qué tipo de cosas escribe ese tal Cobb?- peguntó a Sarah en voz baja intentando salir de dudas.

- Creo que sólo faltan JennyAt y Kain. - respondió Frohike, echando cuentas con los dedos de las manos tras pensar un poco - Imagino que estarán al caer, ya han pasado unos minutillos de la hora a la que quedamos, si venían en autobús quizás se haya retrasado un poco. -