Partida Rol por web

La Comisión detiene sin criterio ni atender a razones a gente por todo Bamberg, llevándolos a las celdas provisionales de la nueva prisión que se alza en la plaza. Los gritos de protesta empiezan, debilmente. Los de dolor no tienen demasiado problema en imponerseseles horas despues, y las acusaciones y los chismes desvelando las vidas a veces flotan en el viento a través de las paredes a medio asentar, hasta algún aldeano que pasaba por allí.

El número más bajo (Clara, 2) ve el equipo del segundo número más bajo(Eleanora, 3). El segundo numero más bajo ve el equipo del tercer número más bajo (Edeltraut,4)

Eleonora pertenece a El Pueblo.

Edeltraut pertenece a El Pueblo

Vuestros sueños están plagados de culpa. Una culpa pegajosa que se adhiere a vuestras entrañas y os corta la respiración mientras hacéis vuestras actividades diarias, una voz interna rasposa y maligna que desgrana vuestros pecados en una letanía machacona.

Para algunos, la voz poco a poco va perdiendo fuerza a medida que el fulgor del sol se abre paso entre las nubes y cae sobre vosotros. Sentís una misericordia inmensa, infinita, que os envuelve y os conforta el alma a pesar de la letania de vuestras faltas.

Otros no tienen tanta suerte, y el abrir los ojos por la mañana solo acentúa ese senitimiento, poniéndolos como una losa al cuello en vuestros quehaceres.

En la siguiente votación, los Familiares están obligados a votar por si mismos.

Förner se sienta de nuevo sobre en la mesa que preside la sala de juicios. El crepitar de las llamas acentúa el brillo febril de estos, y las sombras que proyectan crean una oscuridad cavernosa bajo ellas. Sentís una satisfacción no exenta de culpa al constatar que no solo los ciudadanos de a pie de la ciudad están teniendo problemas para conciliar el sueño, y los comentarios empiezan a flotar en el aire antes de que Förner los corte secamente.

Como todos habrán advertido, hemos empezado los interrogatorios intensivos. Como algunos sabrán, algunas gentes de nuestra ciudad ya han empezado a hablar.

Hay un corro de murmullos nerviosos.

Sí, lo sabemos. Que colocásemos a la gente que sospechábamos a punto de romperse bajo la presión del interrogatorio en las celdas en peor estado de construcción no fue casual, y los legos de la Comisión escogidos de entre sus conciudadanos tomaron buena nota de quién prestaba atención. Sé que algunos de ustedes poseen ya información que espero que sean tan amables de traer a la mesa. No le scastigaré si deciden no hacerlo. Pero me decepcionarán. Y creo que pronto, alguna gente descubrirá que decepcionarme durante mucho tiempo no es una idea inteligente.

Förner se reclina en su asiento y cruza los dedos ante su rostro, esperando.

Clara había pasado aquella noche en vilo, pensando en cuáles de sus compañeros podrían pertenecer al bando de las brujas. Si estaba en su mano, trataría de acabar con aquella caza de brujas con el menor número de víctimas posible. Solo necesitaba que cayeran aquellos de quienes se hubiera probado su culpabilidad. Pasó toda la noche rememorando las intervenciones de sus compañeros mientras cosía, tratando de llegar a una conclusión.

Al día siguiente, tras la intervención de Förner, Clara se aproximó hasta Eleonora y ante la sorpresa de todos los habitantes de Bamberg le dio un fuerte y sincero abrazo.

-Hermana, yo sí te creo -le dijo, sabiendo que con ella contaría con una aliada-. Estamos juntas en esto.

Otra mala noche para Eleonora y cuando se dirigió a la sala de juicios, parecía que todos habían pasado por lo mismo. Se quedó un poco en Babia en donde estaba sentada y le sorprendió que Clara se acercara a ella y le dijera aquellas palabras. Le sonrió y le dijo señalando a Edeltraut - Gracias, ella también.

Se acercaron a Edeltraut y la miró - Quiero pedirte disculpas por mi acusación del otro día. Creo que confundí tus intenciones y ahora sé que eres inocente - sonrió tanto a Clara como a Edeltraut.

Lo noche pese a pasar gran parte de ella durmiendo, le pareció eterna, la espera y el consecuente nuevo día con nuevas acusaciones no ayudaban a que el tiempo transcurriera con normalidad, pareciendo los minutos horas y las horas días y aun así Harby no deseaba que llegara la mañana. No deseaba volver arrastrando los pies hasta aquel edificio de juicios sin valores y aun así allí estaba otro día mas, con el gorro torcido y la camisa mal alienada.

Escucho con atención las palabras de Förner, así como miro con atención los gestos que se procesaban ambas mujeres. Y así, presa de la duda se acerco a ellas para dirigirse a Eleanora directamente.

-¿Confía en ella, Eleonora? ¿En verdad esta libre de ser una bruja? -Preguntaba completamente en serio, pues él si confiaba en la granjera. -Entonces creo que yo también confiare en usted Clara. -Asintió a sus palabras, aun dudando si había hecho bien en acercarse de manera tan directa.

A pesar de haber estado atento a todos los juicios, o al menos así lo sentía él, escuchar a las mujeres hablar entre sí sobre confianzas le hizo rascarse el mentón, confuso. Pronunció un largo “uhm” antes de acercarse al trío de féminas con interés, intentando incluso dejar la mejor de sus sonrisas.

Mozas, ¿qué desís? – Después se giró hacia Harby, quien parecía sumarse en esa confianza que estaban pregonando.- ¿Q’a pasao? Non entiendo.

—Parece que esas mujeres de alguna manera ahora confían las unas en las otras—le respondió a Berthold—. La pregunta es, ¿en qué sentido? Willburg hablaba de brujas y sectas. Me gustaría confiar en ustedes señoras, pero después de tantos días de sospechas... Este movimiento vuestro es cuanto menos curioso, así que repetiré la pregunta de Berthold. ¿Qué ha ocurrido?

-A ver, que a mi muh bonito me parece esta muestra de cariño con los días que se nos han echao encima, pero una explicación no vendría de menos. Que a este paso ni en la mula que me lleva los maderos confío- Dijo Horst, acercándose al lado de Franz mientras una mirada suspicaz suspicaz asomaba en sus ojos. El aumento de las detenciones y la aceleración del proceso ya empezaban a marcar sus ojos con bolsas, fruto de la pura situación de tensión y desconfianza que en tan sólo unas semanas se había instalado en el pueblo.

Edeltraut se sorprendió con lo ocurrido, pero encontrar aliados en ese momento parecía crucial, y no iba a rechazar esa posible alianza 

—Disculpas aceptadas...—dijo—No sé lo que habréis descubierto, pero me alegra poder confiar en vosotras.

Förner se echa hacia atras en su asiento, con aspecto pensativo.

Parece que mis metodos están siendo efectivos. Veo que incluso las personas más calladas de la sala, habitualmente, están siendo más... conductivas. Decía un viejo proverbio que uno es dueño de lo que die y esclavo de lo que calla. Me pregunto de qué esclavitud estarían intentando zafarse. Quizás el trágico destino sufrido por los más habladores les haya dado alas. O quizás prefieren ser las que hablen antes de que se hable de ustedes. El tiempo dirá.

Clara sabía ahora que podía confiar en Eleonora en su totalidad y si la granjera confiaba en Edeltraut, ella también confiaría en Edeltraut. Necesitaban recabar todo lo que sabían con seguridad para tener más claro a quienes debían votar. Con Muriel les había ido bien y no lamentaba que Wilburg hubiera sido ejecutado, aunque no podían permitirse más errores como el que habían cometido contra el pobre Wilhelm.

-Rememoremos todo lo que hemos averiguado. ¿Qué sabemos con seguridad? -preguntó la costurera, dirigiendo una mirada a Eleonora, Edeltraut y Berthold, esperando que unir toda la información que poseían de días anteriores les sirviera para discernir a posibles culpables.

Harby se giro para responder a los hombres que sospechaban de las mujeres.

-Supe ayer que Eleonora es inocente de ser bruja y ella parece que hoy esta convencida de la inocencia de Clara por lo que yo confió plenamente en su palabra. Nada puedo aportar personalmente sobre Edeltraut. -Confeso un tanto contrariado. -Por lo que si hacemos caso a que antes de ayer Berthold decía la verdad sobre el molinero, entonces, el herrero era inocente y por tanto... -Saco la mano para contar con los dedos. -Clara, Eleonora, Berthold y un servidor somos inocentes de ser brujas y parece que ambas mujeres confían en Edeltraut, así que ella seria una mas. -Con los dedos ocultos miro a los dos que quedaban y su timbre tembló. -Usted Franz o Horst deben de ser la bruja faltante. -Confiando en que solo quedara una mas entre ellos.

- Si fuésemos brujas, creo que sería muy ilógico por nuestra parte hacer esto en público, porque nos expondríamos a todos. Confío en Edeltraut, porque a pesar de lo que dije de mis sospechas por lo que veía en los juicios, siento admitir esto... - dijo mirando a Edeltraut - ayer antes de volver a mi granja la seguí. Estuve mirándola un buen rato y estuvo haciendo todos sus quehaceres normales. Tuve cuidado con que no me viera - miró otra vez a aquella mujer - te pido disculpas de nuevo, pero necesitaba confiar en ti - le dedicó una pequeña sonrisa.

Escuchó las palabras de Harby y miró a los que nombró.

Con el ceño fruncido, Horst vio como las miradas acusadores de la gente del pueblo cambiaban entre él  y Franz

-A ver, por un lado no puedo asegurar la inocencia del alguacil. Por el otro, tampoco se me ha demostrado la inocencia ni de Clara, de la que por ahora no hay testigos, ni de la de Berthold, de la que solo podemos suponer, ni de la de usted, señor Harby, que ha tenido la conveniencia de arrimarse a la primera alianza a la que ha echao ojo. Mira que yo ya he sido llamado de todo en lo que llevamos de semana, pero de mi inocencia puedo alardear con orgullo, que yo más de hacha que se brujerías soy, y eso hasta ahora ha quedao patente, y no me he dedicado a lanzar acusaciones a mis vecinos sin pruebas, como veo que hacéis conmigo

El alguacil se sentó tranquilamente.

—Lo siento Harby pero no voy a dejar que me acuses de brujería cuando convenientemente te arrimas al sol que más calienta. En todo este tiempo he evitado hacer acusaciones sin sentido y he defendido a aquellos que eran objetivos de las misma—entonces miró a la dama de compañía—. ¿Acaso no reprendí al molinero cuando fuiste acusada, Frau Edeltrut? 

Entonces miró al resto de los vecinos.

—Hice lo mismo con el herrero. Aun desde la cautela, siempre me opuse a las acusaciones de Willburg. ¿Qué hacías tú Harby? ¿Parlotear dudas al respecto? Qué conveniente.

Era evidente que sus acusados se pondrían a la defensiva después de todo estaban un paso mas cerca de acabar con las brujas del lugar por primera vez en seis días.

-Como todos... Yo he permanecido asustado y en silencio, dejándome guiar por lo que decían unos y otros, pero como digo conozco la naturaleza de Eleonora y sus confianzas son las mías y haré cualquier cosa para ayudarla, por eso me he arriesgado hoy y he dicho lo que los demás pensamos. -Trago saliva. -Si Berthold vio ha Wilbrurg que no era inocente, si Eleonora quien no es bruja, dijo ver a Edeltraut ser inocente, si Clara a sido exonerada por Eleonora y Eleonora sabe que yo conozco su pureza, pues ella misma me lo confeso y nunca dije nada para evitar perder una aldeana inocente en este concilio, solo quedáis vosotros dos. Tal vez bruja y ayudante o solamente una bruja, pero entre ambos no se cual de los dos lo es. -No sabia de donde había sacado tamaño arrojo para lanzar sus acusaciones sin miedo, pero pesaba aprovechar ese sentimiento y terminar su alegato.

-Creo que hoy se de-debe juzgar a uno de vosotros y que Dios se apiade si fallamos en la elección. -Miro al resto esperando que alguno mas hablaba y apoyara sus palabras.

—No, todos no. Yo no estuve callado Harby. Nos estás manipulando a todos para hacer creer que Horst y yo somos los culpables. Con lo asustado que resulta que estabas... ¿de verdad esto es valentía? ¿O es brujería?