Partida Rol por web

Bamberg: una caza de brujas

Día 1: Juicio

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22/09/2021, 23:38
9: Horst “mataosos”

Horst miró a la cara de Franz, con esa cara por la que parecía no haber rastro de inteligencia 

-Yo solo tengo que decir que ya se está haciendo de noche, señor , y si no llego a casa probablemente tenga que volver a dormir en el bosque con las bestias de la noche. Y no quiero que me pase otra vez lo del oso, que aun me duele un poco la muñeca de la última vez-Dijo Horst mientras se masajeaba esta, recordando la pelea que tuvo con aquel animal-Lo que sepa el molinero de mí no me importa demasiado. Yo también creía saber una cosa de toda la gente de este pueblo, y es que no había brujas ni nadie que nos intentara hacer daño. Pero ahora... ahora tengo mis dudas.

Dijo Horst, agachado la cabeza entristecido mientras decía esto último. Demasiado tiempo había durado el frío. Pensar que podría ser culpa de algunas de aquellas personas le sumia en tristes pensamientos.

 

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23/09/2021, 15:33
Friedrich Förner

La conversación se va encendiendo y apagando a intervalos. La gente duda, habla con miedo y cuando la mirada de Förner o sus acompañantes se posa sobre ellos empiezan a murmurar, mirar al suelo y contestar con vaguedades. Algunos, los más osados, preguntan directamente al vicario. La mayoría de las preguntas giran en torno a lo mismo: cómo reconocer a aun agente del Maligno, si no saben cómo son.

Preguntas totalmente razonables. Por desgracia, parece que los tiempos son de todo menos razonables. Förner se pone en pie con gesto severo y dirige de nuevo una larga mirada, con la desaprobación en su rostro patente.

Veo que todo el mundo se considera, o considera a los demás, inocentes. O al menos no lo suficientemente culpables como para hablar con claridad. No importa. Confío en que eso cambiará pronto.

El Mal no lo conocen solo los eruditos, como yo mo mis diáconos. El mal es algo conocido a todos los hombres. El mal es la fuerza que nos define, que nos aparta de la voz de Dios, y cualquiera que haya mirado al cielo en estos años previos, en que el verano es cada vez más corto y el invierno más crudo, sabe que hay un gran mal en este mundo.

Las deformaciones del mal no son paras de gallo u ojos de avispa. Son las malas intenciones, las malas palabras. Las malas obras. La hechicería que ha traído la escarcha sobre los campos solo es la punta de lanza. Si existe, es porque como los matojos venenosos, tiene un sitio en el corazón de todos nosotros donde echar raíces y florecer. No me cabe ninguna duda de que todos, aquí, desde el primero al último de nosotros, albergamos el Mal. Callad y pretended que no si lo deseais, pero nuestro señor de la tierra me ha encargado arrancarlo de raíz, y nuestro Señor en el cielo me exige desde mi corazón que lo haga. Y por Cristo vivo que pienso hacerlo.

Se cierra la sesión. Ahora, los hombres de la comisión pasarán entre vosotros. Pensad en quién de entre vuestros vecinos ha hecho, o podido hacer, más mal. Quien tiene el corazón más negro, y susurrad su nombre. El fuego se encargará de purificarlos... lejos de la posada del señor Bauer. Aunque si yo fuese usted, mi buen hombre, me preocuparía menos por salvaguardar mi posada del fuego, y más por salvarme yo.  Nadie está libre de sospecha en este lugar.

Förner se sienta y los eclesiásticos sentados a su alrededor se levantan, se ciñen las capuchas sobre la cabeza ocultando sus rostros, y con deliberación precisa, se levantan y empiezan a andar, deteniéndose ante cada ciudadano presente y esperando por un nombre. Cuando su silencio y proximidad no se lo dan, el bofetón de una mano embutida en mallas perteneciente a alguno de los guardias hace el trabajo por ellos.

Poco a poco, las figuras se acercan a vosotros...

 

Notas de juego

Se cierra el turno de discusiones. Se abre la votación, desde hoy hasta mañana a las 16:00. Cada uno de vosotros, mandadme en un mensaje SOLO PARA EL DIRECTOR el número de la persona a la que votéis para ser arrestado y ejecutado, o "nulo" si no deseáis votar por nadie.

Recordad que quien no postee en este periodo, votará contra si mismo.

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23/09/2021, 16:13
9: Horst “mataosos”
Sólo para el director

Elijo al número 8

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23/09/2021, 16:03
1: Wilhelm Schlingel
Sólo para el director

El vicario finalmente alzó su voz por encima del murmullo de los asistentes. Y sus palabras... sus palabras podían casi masticarse, del odio con que iban impregnadas. Ese hombre, por decirlo así, no buscaba "arrancar el mal de raiz"... buscaba saciar su sed de sangre. 

¿Cómo acusar a alguno de mis convecinos?

¿Es cristiano mandar a alguien a la hoguera solo por no ir uno mismo?

Si hacemos eso... ¿no estaremos realmente sirviendo al maligno?

Estas y otras muchas preguntas se me agolpaban en la mente mientras los ayudantes de Förner recorrían la platea. El tiempo se agotaba. Cada vez estaban más cerca de mi.

Escruté los rostros de los presentes.

Wilburg, el pobre molinero... no, no podía ser él.

Berthold, Eleonora... Muriel... no podía ser cierto.

¿Votar nulo? Eso me me señalaría a los ojos de quienes solo buscaban un chivo expiatorio.

¿Qué hacer?

Uno de los ayudantes se colocó justo a mi lado, levantando levemente la cabeza, esperando oir una palabra de mi boca...

em... si... no puedo estar seguro pero... si... Franz Laurentis...

Notas de juego

Perdón, supongo que el voto debe de ir en una sola línea, pero me molaba la idea de rolearla.

Voto por FRANZ LAURENTIS, el jefe de alguaciles.

Respuesta: Está perfectaente bien rolearlo, cuando termine la votación veré como lo puedo añadir a la escena sin poner el nombre.

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23/09/2021, 16:15
2: Clara
Sólo para el director

Notas de juego

Voto a 5 (Muriel Tudor)

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23/09/2021, 16:43
8: Berthold "Carnero" Bauer
Sólo para el director

Una bobalicona sonrisa dibujó su rostro al saber que los juicios se realizarían lejos de su posada, ¡al menos así podría todavía conservarla a buen recaudo en estos malos tiempos! Ni siquiera se percataba de la importancia de esos juicios, como si creyera que la quema se trataba de algún castigo para que el señor pudiera ponerlos a prueba y decidir. Él, por su lado, sabía perfectamente que Dios le amaba y le perdonaba, no tenía nada que temer.

Paseó la mirada por aquellos en los que debía supuestamente votar, deteniéndose más de la cuenta en las féminas y, sobre todo, en los senos que dibujaban sus trajes, ¿realmente serían brujas? Confuso, y esperando que hubiera algún tipo de señal, se rascó el trasero mientras se acercaba a Förner sin tener todavía claro qué hacer.

Nonsé si hay brujazos.- Se encogió de hombros como única respuesta. No podía votar por nadie, todavía no, no sin sospechar un mínimo de ellos.

Notas de juego

Voto "nulo".

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23/09/2021, 18:50
10: Wilburg
Sólo para el director

Notas de juego

Voto a 9. Horst Mataosos

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23/09/2021, 20:13
4: Edeltraut
Sólo para el director

1

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23/09/2021, 21:18
6: Franz Laurentius
Sólo para el director

10

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23/09/2021, 23:36
3: Eleonora
Sólo para el director

Mi voto en este primer día de juicio será "nulo". No he visto ninguna actitud sospechosa.

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24/09/2021, 00:49
7: Harby
Sólo para el director

El tiempo de dialogar había terminado y ahora era tiempo de condena, una elección dificil para un muchacho a quien la ciudad y sus habitantes mas cercanos habían sido padres, madres y ahora clientes. Como saber quien estaba enfermo de brujería, si ni siquiera él mismo no supiera que es.

El bofeton de un asiento mas haya lo sobresalto, al parecer no era el único que estaba dubitativo, que no sabia por quien votar pero parece que el silencio no era una opción, no si quiera salir con las mejillas intactas. Por lo que cuando fuera su turno, acercase hasta el hombre donde debía susurrar un nombre y tímidamente dijo: -Ninguno. Esperando que nadie de los presentes se llamara de esa manera, después de todo es imposible conocerlos a todos.

Notas de juego

Mi voto es nulo.

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24/09/2021, 14:42
5: Muriel Tudor
Sólo para el director

Mi votación es nula.

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24/09/2021, 14:53
1: Wilhelm Schlingel

El vicario finalmente alzó su voz por encima del murmullo de los asistentes. Y sus palabras... sus palabras podían casi masticarse, del odio con que iban impregnadas. Ese hombre, por decirlo así, no buscaba "arrancar el mal de raiz"... buscaba saciar su sed de sangre. 

¿Cómo acusar a alguno de mis convecinos?

¿Es cristiano mandar a alguien a la hoguera solo por no ir uno mismo?

Si hacemos eso... ¿no estaremos realmente sirviendo al maligno?

Estas y otras muchas preguntas se me agolpaban en la mente mientras los ayudantes de Förner recorrían la platea. El tiempo se agotaba. Cada vez estaban más cerca de mi.

Escruté los rostros de los presentes.

...no, no podía ser él.

ellos... ella... ¿quizás?... no podía ser cierto.

¿Votar nulo? Eso quizás, pero... ¿realmente...?

¿Qué hacer?

Uno de los ayudantes se colocó justo a mi lado, levantando levemente la cabeza, esperando oir una palabra de mi boca...

Notas de juego

Post de voto recibido, lo he editado para no mencnionar la elección ni nada relativo a otros PJ.

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24/09/2021, 14:57
8: Berthold "Carnero" Bauer

Una bobalicona sonrisa dibujó su rostro al saber que los juicios se realizarían lejos de su posada, ¡al menos así podría todavía conservarla a buen recaudo en estos malos tiempos! Ni siquiera se percataba de la importancia de esos juicios, como si creyera que la quema se trataba de algún castigo para que el señor pudiera ponerlos a prueba y decidir. Él, por su lado, sabía perfectamente que Dios le amaba y le perdonaba, no tenía nada que temer.

Paseó la mirada por aquellos en los que debía supuestamente votar, deteniéndose más de la cuenta en las féminas y, sobre todo, en los senos que dibujaban sus trajes, ¿realmente serían brujas? Confuso, y esperando que hubiera algún tipo de señal, se rascó el trasero mientras se acercaba a Förner sin tener todavía claro qué hacer.

Notas de juego

Post de voto recibido, lo he editado para no mencnionar la elección ni nada relativo a otros PJ.

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24/09/2021, 14:59
7: Harby

El tiempo de dialogar había terminado y ahora era tiempo de condena, una elección dificil para un muchacho a quien la ciudad y sus habitantes mas cercanos habían sido padres, madres y ahora clientes. Como saber quien estaba enfermo de brujería, si ni siquiera él mismo no supiera que es.

El bofeton de un asiento mas allá lo sobresalto, al parecer no era el único que estaba dubitativo, que no sabia por quien votar pero parece que el silencio no era una opción, no si quiera salir con las mejillas intactas. Por lo que cuando fuera su turno, acercase hasta el hombre donde debía susurrar un nombre y tímidamente murmuró su elección

Notas de juego

Post de voto recibido, lo he editado para no mencnionar la elección ni nada relativo a otros PJ.

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24/09/2021, 15:00
Friedrich Förner

Los ayudantes de Förner, cada uno acompañado de dos guardias y un monaguillo que sujeta sus tinteros, y portando un libro abierto y una pluma, van pasando, despacio y metódicamente entre la gente. En negro de sus capuchas acentúa las sombras que caen sobre sus rostros, al punto de que, si uno les miraba desde las sombras danzantes que proyectaba el fuego, parecían no tener siquiera rostro. Como si los susurros que los habitantes de Bamberg, unos más voluntariamente que otros, no fueran dirigidos a ellos, sino a un vacío frío e impersonal, sin rostro, deseos, ni emociones. Yerto como la misma noche que se entrevé entre los ventanales, e igualmente indiferente.

Observando el rostro impasible de Förner mientras sus ojos rapaces los siguen, no resulta tan difícil imaginarselo.

Tras cada respuesta, anotan algo en una serie de símbolos. Para la inmensa mayoría de la gente, el mero hecho de que sea habla escrita ya supone que fueran incapaces de descifrar nada, ya que muchos no saben leer o escribir. Para los que si saben, no será más que grupos de letras sin sentido. Quizás los más eruditos de entre ellos reconociran algunas como las abreviaturas o las notaciones que los escribas emplean al transcribir libros para señalar determinadas cosas, pero no reconocerían la gran mayoría. Es obvio que las notas emplean un código que solo los escribas y el propio Förner conocen. Parece obvio que el secretismo es importante para el hombre del Príncipe-Obispo... aunque dudáis de que lo sea por consideración a vosotros.

El silencio se va apoderando del salón, como si el soltar las palabras de la acusación fuese un acto final y definitivo que sellase la necesidad, o el derecho de los presentes, a decir nada más.

Quizá porque lo sean.

No siempre impera el silencio, ni el recuento está libre de incidentes. Un anciano encuadernador se negó obstinadamente a responder a los escribas.

Díjonos Cristo que quien esté libre de pecado tire la primera piedra, y vilo yo con estos ojos míos. ¿Y ahora nos decís vos, que os decís hombre de su Ley, que nos apedreemos en la plaza, y escondiendo la mano? A mi fé que ni este es el Cristo que conozco, ni vuestra ley la suya que respeto, más de lo que Su Señoría lo hace, por lo que estoy viendo.

Förner recibió estas palabras sin más que una sonrisa impasible, tan helada como los campos de la ciudad.

Veo que conocéis las Escrituras. Sin duda sabréis también por elllas que los Proverbios nos dicen que la soberbia precede al fracaso, y que el orgullo anticipa la caída. Lleváis con orgullo el manto del hombre que dice conocer la auténtica naturaleza de Cristo. Con gusto escucharé vuestras palabras esta noche. Me revelarán mucho de vos, seais realmente de Cristo, o sólo de la soberbia de vuestro corazón. Lleváoslo.

Los guardias reducen rápidamente al hombre, que no hace ni un ademán de resistir. Simplemente deja que cada uno lo coja de un brazo, y lo saquen de la sala entre ellos, su forma pequeña y frágil casi perdida entre la de los dos recios hombres de armas.

El silencio se acentúa aún más después de eso. Sólo se oye la respiración agitada de la gente a la que se aproximan los escribas, puntuada de vet en cuando por el sonido seco de un golpe cuando el infortunado se demora demasiado en responder. Uno de los niños que portan los frascos tropieza al intentar moverse entre los bancos abarrotados, y el frasco que porta se estrella contra el suelo, dejando una mancha en el suelo de un negro profundo que, visto por alguien que desconociese las circunstancias, casí podría parecer sangre. ¿Accidente o presagio?.

Uno de los guardias se lleva al zagal cogido del cogote, y durante varios minutos, el sonido de gritos agudos y el silbido de una vara golpeando contra carne hacen que los esribas tengan que inclinarse más para escuchar las confesiones. Finalmente, el último de ellos cierra su libro y acude a la mesa presidencial a reunirse con los demás.

 

Notas de juego

(continúa...)

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24/09/2021, 15:30
Friedrich Förner

Los escribas y Förner pasan lo que parece horas examinando las listas, hablando entre ellos y tomando notas. Finalmente, el vicario se levanta. En su rostro es patente la insatisfacción.

Se ha finalizado el recuento de votos. Se han escuchado vuestras confesiones y se han anotado los nombres que salieron en ellas. Las acusaciones, empero, o bien carecen de sustancia o bien son por asuntos totalmente veniales, que en nada nos incumbes a los hombres de esta Comisión. Ciertas personas serán decretadas de interés, y quizás requieran de un careo con los investigadores, pero por el momento, no hay sustancia para formular ninguna acusación concreta.

Hay un largo silencio, y la tensión en la sala parece disiparse en gran medida. Förner os mira a todos con los ojos entornados. Un par de veces parece a punto de decir algo, pero sacude la cabeza y guarda silencio. Cuando vuelve a hablar, lo hace es su tono vacío y formal que todos le habéis oído hasta ahora.

Sois una comunidad de gente compasiva, sin duda. Nuestro Señor también lo fue. Solo espero que el precio que paguéis por ello sea menor que el que Él hizo. Se cierra la sesión. Vuelvan todos a sus casas. Alguacil, quiero esta sala despejada en menos de una hora.

Y sin mediar más palabra, el hombre se levanta y sale de la habitación, seguido de los escribas y guardias.

 

Notas de juego

La votación finaliza en empate. No se ejecutará a nadie... de momento.

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24/09/2021, 15:46
Las Fuerzas del Mal

Esa noche, todos compartís el mismo sueño.

Camináis a través de los pasillos de una casa derruida. Por su tamaño y dimensiones, podéis ver que debe ser una casa grande y hermosa en su momento. Amplios pasillos, un techo alto, paredes de madera pulida de un color oscuro y suelo del mismo material.

Pero poco queda ya de esa vista. Los marcos de las puertas están podridos y comidos por las termitas, y las puertas torcidas cuelgan entreabiertas de ellos, unidas por bisagras de un metal imposible de distinguir bajo la capa de óxido ocre que las cubre por completo. Las vigas están torcidas y parecen gemir bajo el peso de los arcos de sujetan, la madera astillada e irregular como el borde de un tejido desgarrado. Fragmentos de teja hechos añicos cubren el suelo a intervalos regulares, y la luz de la luna llena entra a raudales por los enormes huecos en el techo. Los cuadros que alguna vez adornaros las paredes están caídos boca abajo, y los pocos cuyas alcayatas torcidas sostienen están tan comidos por las polillas que es imposible reconocer qué representan entre los agujeros. Vuestros pasos provocan una miríada de ruido de patas apresuradas mientras las ratas corren en algún lugar más allá de vuestro punto de vista, y de vez en cuando los destellos de la luna arrancan un brillo plateado de las telarañas que cubren cualquier superficie a la vista.

Nunca habéis estado en este lugar, pero la certeza en vuestro andar es absoluta mientras os dirigís, pasando por puertas y girando en pasillos, hasta una habitación. A medida que os acercáis, el crepitar de un fuego se oye.

Cuando finalmente dais con la fuente del sonido, una enorme chimenea con un hogar de piedra donde arde una fogata, no sois los únicos.

Cinco mujeres se vuelven hacia vosotros. Todas tienen el pelo de un color cobrizo, tan lustroso y brillante que por un momento, cuando sus caras se vuelven para miraros, parece que estén envueltas por un halo formado por el propio fuego de la chimenea. Están desnudas. Su piel es blanca como la de la misma luna, un blanco helado y radiante, y no tiene una sola marca. Ni ciacatrices, ni vello, ni arrugas, ni manchas o imprefecciones. Lisa como el mármol. Sus manos están recogidas en forma de copa, y sostienen montones de una ceniza gris oscuro, densa y abigarrada. Sonríen todas a la vez, al hacerlo, veis un replandor anaranjado que parece bailar entre los huecos de sus dientes.

Hay un silbido impercetible en el aire, como el del oxígeno saliendo de la habitación en el momento de estallar un fuego. Sentís una quemazón por toda la piel, y oléis el olor inconfundible a pelo quemado. Las mujeres fruncen los labios y toman aire como si fueran a soplar, y en el momento que lo hacen, una luz naranja de una intensidad imposible parece extnderse desde dentro de ellas, mostrando al contraluz la forma de sus huesos a través de la piel.

Cuando soplan, lo hacen en la forma de una llamarada que os salta a los ojos, dejándoos ciegos. Apenas tenéis tiempo para registar la súbita oscuridad y abrir la boca para gritar cuando sentís como vuestras narices y bocas se llenan de cenizas, como si os estuvieran echando los contenidos de la chimenea con un engrudo a través del gaznate. En cuestion de segundos, la boca se os llena de ceniza, la garganta se cierra y sentís un dolor sordo atenazaros el pecho mientras vustro corazón pide aire...

Despuertáis tosiendo violentamente y empapados en sudor. Al miraros las manos, las veis negras- recubeirtas de un engrudo formado por grumos de ceniza, sujetos ente si por vuestra propia saliva. Sin que nadie os diga nada, sois conscientes de que un mal inmenso está cobrando fuerza. Hoy se ha detenido aquí. Mañana... quién sabe.

FIN DEL DIA 1