Partida Rol por web

No ves nada de interes, mas que una runa grabada en su cuello.La misma que llevaba Alfhiari en su hombrera

-Así que vas con los pelirrojos, pero no te gusta jugar con ellos a las cartas- le digo al oído, esperando sacarla de su ensimismamiento.

Rhonda se sobresalta al ver a James tan cerca

- No,simplemente prefiero jugar cuando alguien de nivel esta jugando y...hoy simplemente no me ha apetecido.

La miro a sus ojos azules. ¿Alguien de nivel? Lucian era muy bueno.
-¿Te importa si me siento?- pregunto señalando una silla que hay cercana.

- No, desde luego. -dice la Rhonda

-Son curiosos tus amigos- le digo.- Tienen planes interesantes para mañana, ¿tú los acompañarás?

- No -dice Rhonda mirandote de arriba a abajo- Anthos y yo no iremos, Luhana considera que es demasiado peligroso para mi.

Me mira de arriba abajo. Me evalúa. ¿Pero qué evalúa?
-¿Acaso cuatro magos no son mejor que dos?- pregunto.

Kallpa se apresura a pasar, con un trago de cerveza el ultimo bocado de su alimento. Después de escuchar lo dicho por el guerrero, se pone en pie y da cuanto paso para quedar justo a uno de sus costados -¿Cual es tu nombre guerrero?- Pregunta con crudeza. Su mirada fija y un rostro inexpresivo, le acompañaban a su tono de voz.

(Si escucha el nombre lo repetirá en lo bajo para luego continuar) -Dime una cosa... ¿Sabes usar esa espada que llevas?- Su tono no era amenazante solo parecía tener curiosidad, aunque algo extraño se le notaba en su mirada, esto era el deseo de comprobar lo que había preguntado.

Me sorprendi cuando aquel guerrero que habia entrado despues de mi se dirigio tan directamente hacia mi, ¿podia ser un aliado potencial? En cualquier caso necesitaba empezar a hacer contactos.

- Mi nombre es Yenros y mi espada es mortalmente blandida contra aquellos seres que se han desviado del camino del dragón.

Con eso crei dar zanjadas las dos preguntas, asique me tocaba el turno de preguntar a mi.

- Pareceis ducho tambien en el arte de combatir, que motivaciones os mueven, ¿Guerrero?

Lo ultimo hacia referencia a que todavia no se habia presentado pese haberme pedido mi nombre.

-Juhn- cierra los ojos en un gesto de estar meditando en algo -¿Así que mortalmente eh?- sus ojos se abren mostrando un brillo que antes no tenían, era como si la respuesta del guerrero le hubiera emocionado -Mi nombre es Kallpa. He viajado desde muy lejos solo para conocer de que están hechos los hombres de estas tierras... Mostrarme un poco de la fuerza que te permite vencer a aquellos contras los que blandes tu espada. Una batalla es lo que deseo, una que podrás detener en el momento en que no quieras continuar si lo que te preocupa es tu vida-

La miro atentamente un segundo y desisto.
-Eres una persona curiosa- dije.- Es una lástima que no vengas con nosotros mañana. Me habían dicho que eras buena con las cerraduras. Iba a enseñarte algún truco. Ya nos veremos. Buenas noches.
Y me levanto. Estoy cansado. Me voy a mi cuarto a dormir.

Mi expresión cambio de sorpresa a enfado, los camorristas no eran precisamente el tipo de guerrero que apreciaba, y mucho menos de los que llevaría de compañeros. Los mercenarios tienen más honor que estos guerreros sedientos de batallas.

- No lucho por divertimento propio ni de ajenos, Kallpa, solo luchare contra aquellos qué sean enemigos de la corona o el pueblo del norte.

Moví la mano para ejecutar el conjuro sencillo de detectar él mal, para ver si este hombre merecía un castigo ejemplar delante de todo el mundo, rectifique en el acto al darme cuenta de donde me encontraba, seguramente más de la mitad de los presentes tenían tendencias egoístas y malvadas.

Pero no se había cometido delito o fechoría alguna, al menos que yo supiera, baje la mano y volví a dirigirme sin añadir nada más a mi habitación.

Kallpa gira la cabeza hacía un lado en muestra de su profunda decepción. -Juhh... Esperaba mas de un caballero de tu clase, pero ahora veo que solo eres un moralista, aquello que predicas no es de mi interés...- vuelve la mirada hacia Yenros, sus ojos aun reflejaban algo de emoción como si alguna idea divertida le estuviese dando vueltas en la cabeza -Ya que no pareces estar dispuesto a aceptar mi reto, al menos dime ¿Que buscas en los bosques?, ¿Acaso se trata de  aquellos enemigos a los que tanto mencionas?... Si es así dime, ¿Son fuertes tus enemigos?-

Sigo caminando hacia mi habitación mientras niego con la mano sin mirar a Kallpa. Mis pasos metalicos resuenan en la habitación mientras digo.

- Compartir el camino contigo seria  perjudicial para mi y el buen nombre de la orden a la que pertenezco, busca compañeros más a fines, yo no soy uno de ellos.

Desaparezco tras el recodo que da a las habitaciones, si esta noche no aparece ningun otro candidato seguire mi busqueda en otro sitio, pero ahora necesito descansar.

Una sonrisa se dibuja en los labios de Kallpa y luego su mirada se clava en Yenros -No me digas que vas a dormir tan temprano…- aquellas palabras las dice mientras empieza a conjurar. De una de sus manos se expanden llamas que parecen conjugar en una esfera -Deberías volver a tu orden a que te aleccionen sobre modales, cortar una conversación de golpe no es de caballeros- aunque no lucia molesto, el fulgor de la venganza fluía en su mirada-

Una mefit de aire se situa delante de Kallpa antes que este peuda conjurar

- Dejalo, no vale la pena -dice Jena,la mephit- dentro de una posada no es un buen lugar para iniciar una pelea.

Después de la intromisión de Jena, Kallpa deshace su conjuro apretando el puño y sacudiendo las llamas para que desaparezcan -Desafortunadamente tienes razón- dice mientras regresa a la barra, preparandose para hacer un pedido -Tal vez tenga suerte y mañana podamos conversar mas agusto en otra parte- el tono sarcastico con el que habló y la sonrisa fingida en su rostro, hacia obvio que lo que menos quería era hablar con ese tipo, ya era su espada la que ansiaba conocer a aquel guerrero aunque aquello había sido así desde que lo vio.

Una cerveza es solicitada al tabernero, para luego continuar -¿Cual es tu nombre tabernero y cual es el precio que debo pagar por pasar la noche en vuestra posada?- Su rostro esta nuevamente tal cual como había entrado, plano y sin emociones.

- Mi nombre es Alart -dice el posadero- Y la estancia son dos monedas de oro, comida y bebida no uncluida.

-Entonces, entonces con esto bastara- sacando 3 monedas de oro de su bolsillo, Pensado que con ello también cubriría lo que había comido y bebido.