Partida Rol por web

Sebastian se limito a apretar los nudillos (ya que respirar hondo no serviría nunca mas) y a mirar a Resse con una sonrisa forzada.

-tiremos la puerta abajo, si aparece alguien yo me encargo por eso no te preocupes, cuanto antes acabemos antes nos iremos a otra cosa, ademas de que cuando mas tiempo esperemos sera peor.

Al llegar al campus James se sintió de primeras algo perdido: nunca había pasado por allí, no le interesaba para nada. Después de dar un par de vueltas por el lugar, encontró en los alrededores del campus un bar que parecía estar algo animado. Allí intentó relacionarse con los estudiantes que estaban pasando el rato para poder sonsacarles algo de información. Buscó un perfil tal vez demasiado concreto como para encontrarlo: un estudiante de historia que estuviese bastante bebido. Entonces, tras invitarle a algunas copas para estar más hablador le preguntaría por el doctor John Wierus, a ver cuánto le podía sacar.

Reese reprime una sonrisa cuando Sebastián se mentaliza para lanzarse a por la puerta, pero no se decide.

-Como quieras, pero que conste que el que ha querido hacer esto a lo bruto eres tú. Espera un segundo…

Un par de minutos después vuelve con un trapo viejo que frota en el agarrador del portal del edificio, la barandilla y, más cuidadosamente, en todos los sitios donde han tocado para ver la alarma, y tantear la puerta y una lata de refresco.

-Espera en las escaleras y hazme un hueco para saltar, igual tienen alguna broma que dispara o explota cuando la puerta cae.

Le tira al vuelo a Sebastián los guantes de arreglar el coche y él se pone un par más viejos que ha encontrado en el fondo de su maletero. Aplasta la lata y la sujeta con cinta roja a la puerta da un paso atrás y le arrea un patadón a la puerta que la hace caer hacia dentro (Rápidamente se aparta hacia el rellano juntos a Sebastian. De un salto, sin mirar nada)

La idea de James no está mal encaminada en el bar había unos cuantos estudiarte bebiendo cerveza, el presupuesto de un estudiante medio no da para más, y menos en EEUU donde el alcohol es muy caro. El bar era el típico bar deportivo con las paredes llenas de camisetas de diferentes equipos de béisbol, baloncesto, futbol americano y un largo etc; había algunas vitrinas que mostraban bates, bolas y balones firmados; el color predomínate era el rojo el color de la Universidad de Indiana.

Tras dar un   par de vueltas por el bar encontráis a un chico apoyado sobre la barra, con un vaso de pinta acabado pero al que no para de dar tragos, intentando apurar las últimas gotas de cerveza. El chico se muestra poco comunicativo pero tras la invitación a una nueva cerveza la actitud del chico cambia totalmente, pasando a hablar sin parar. Es típico estudiantes medio con pantalones vaqueros, camiseta arrugada y chaqueta de béisbol os habla largo y tendido sobre su última clase de historia donde el profesor les ha desmitificado totalmente la figura del coronel George Armstrong Custer.

Ese estúpido del profesor no paraba de decir que Custer era solo un loco, que solo serbia para lanzarse a la carga delante de sus tropas. ¡Que era un busca glorias! Parece que el chico está claramente afectado por la desmitificación de su héroe y busca algo de consuelo en el alcohol.  ¿A quién le importa que fuera el último de su promoción en West Point? ¿O que mandara a sus oficiales dejar los sables antes de ir a la batalla? ¿O que no llevara las metralletas Gatling? ¿O que no esperara a los refuerzos? ¿O que no hiciera caso de sus exploradores?.  ¡EL ERA UN HÉROE Y MURIÓ COMO TAL! La verdad es que era muchos “o que” en contra del general Custer y su 7º de caballería.

Resse incrusta la lata en la cerradura y la puerta se abre con un fuerte portazo, la lata aplastada cae al suelo y a continuación la alarma comienza a emitir un pitido que se oye por todo el rellano, pero aparte de eso no hay ninguna explosión, ni llamarada o ráfaga de metralleta, tampoco parece haber nadie dentro del piso, no se escucha pisadas.  El tiempo comienza a correr, la puerta se agita solo sujeta por las bisagras invitándoos a entrar, por el resquicio de la puerta se entrevé un largo corredor con libros amontonados a ambos lados.

Resee va a investigar los sitios típicos: dentro de la cisterna del baño, si hay libros con menos polvos que el resto, dentro de las cajas del congelador, bajo la cama,…

Y si hay un ordenador o portátil le prestara especial atención.  

Tras el portazo de Resse Sebastian examino el apartamento bastante distraido por el pitido de la alarma, con mas interés en destrozarla que en otra cosa.

James le dio unas palmaditas en el hombro al muchacho y acto seguido pidió otra copa para él. Sí, está claro que fue un héroe, no hagas caso a ese payaso. Parece muy chulo, ¿no? Seguro que tienes muchas historias y chismes que contar de ese profesor. Le dijo con una sonrisa mientras le acercaba a la carala cerveza que le había pedido.

Camináis rápidamente por el pasillo hasta llegar a lo que parece el salo, las paredes están conviertas de estanterías con libros y botes de colores estrambóticos, en uno de las paredes hay un mapa de la bóveda celeste y tanto el suelo como el techo están cubiertos de extrañas formas geométricas rellenas de símbolos cabalísticos, en el centro de la habitación hay un escritorio con barios libros abiertos y papeles. Entre todo caos de libros destaca una foto encuadernada en una marco sencillo en ella se ve a una bailarina del vientre, a la bailarina se le ha caído el velo de la cara y se le ve claramente el rostro, es Allicia la chiquilla del príncipe. De repente se comienza a oír una voz vieja y cansada, parece estar rezando pero no alcanzáis a comprender en qué idioma, buscáis por toda la sala el origen de la voz sin encontrar nada, al cavo de un minuto el canto se detiene.

Como salido de la nada, aparece un hombre viejo con el pelo blanco revuelto, viste una bata de seda y lleva pantuflas. ¿Quién se atreve a profanar mi lugar de estudio? Dice con voz solemne. ¿Qué venís a buscar? Os movéis para colocaros de cara al hombre pero el simple gesto de mover las piernas es un suplicio, la piel os abrasa como si el aire que os rodeara fuera papel de lija. El hombre levanta un dedo en gesto amenazador. Atreveros a dar un paso y estallareis en llamas. Puede que si os movierais más rápido la simple fricción con el aire “que parece un lija” hiciera que estallarais en llamas, igual que un fosforo al rasparlo contra la caja.

El chico comienza hablar sobre su profesor de historia cuya descripción no parece encajar con la de John Wierus. Después de que pone verde al profesor de historia, no duda tampoco en ensalzar las virtudes de su profesor de religión este sí que es John Wierus, aparte de que es un profesor estricto que se toma muy enserio su asignatura, el chico no parece dar más información de la que ya tenéis.  

-Venimos en busca de respuestas, pensábamos que este lugar estaba vacío con la muerte del muchacho que llevaba el saquito de las runas.

El rostro del anciano se crispa en una mueca de dolor. ¡ESE MUCHACHO ERA MÍ HIJO! Grita angustiado, ¿fuisteis vosotros quienes lo mataron? Si es así, os arrancare la piel a tiras con vuestros propios dientes.  

Ahora recordáis que el nombre que figuraba en el carnet de la biblioteca del chico muerto en el aparcamiento era “Ryan Wierus”, el que llevaba la bolsa con las runas como apuntaba Resse, es el mismo apellido del anciano que tenéis delante “John Wierus”.

Sebastian se mantuvo callado evaluando la situación que ya de por si era peligrosa, un poco mas de leña al fuego sería su funeral, aún seguía procesando cuando su compañero empezó a chorrear de información. 

Como siempre habían cosas que no cuadraban, pero aquel viejo podría arrojar un poco de luz al asunto, en cuanto a lo demás daba la impresión de que ese cadaver era alguien importante para ese hombre, por lo que decidió mostrar empatía pero sin revelar datos que pudieran dar lugar a su incineración.

con la voz de alguien que esta en un velatorio el vastago comenzó su sesión

-Lamentamos profundamente su perdida caballero, aunque estemos muertos no hace mucho aún caminábamos a la luz del sol, todavía lo recuerdo como si fuera ayer-de hecho no llevaba ni 1 mes muerto-señor el asunto es mas complicado de lo que imagina, no fuimos nosotros quien lo asesino, sabemos quien lo hizo, pero el asesino de verdad todavía nos es desconocido-hizo una pausa para dar tiempo a asimilar las palabras a aquel hombre, y cuando vio señales de atención continuo con su narración-es por ello que hemos ido siguiendo las migas de pan hasta llegar a su puerta, lamento desde lo mas profundo haber irrumpido en su estudio de esta forma tan impertinente, si lo hubiera sabido me habría anunciado como una persona respetable, y ahora si nos libera podríamos hablar mas comodamente...  

Resee se calla, dejando que Sebastian lleve el resto de la conversación. Este tío le da bastante miedo y Sebastian parece más capaz de sacarles de allí sin que les maten.
 

Oye por curiosidad ¿ no sabras donde vive tu profesor de religion ?

El chico mira extrañado a Marcus tras su curiosa pregunta, parece no estar dispuesto a revélela esa información a unos desconocido con los que ha tomado una pinta de cerveza; pero con otra nueva pinta ya hacen dos y eso os convierte en amigos de toda la vida. Comenta que  como todos los profesores vive en la zona centro de la ciudad cerca del ayuntamiento, la zona más decente de la ciudad. El chico comenta algo con uno de los camareros de la barra y este le trae un listín de la universidad donde busca el nombre de  John Wierus donde aparece su número de teléfono, correo y dirección. El chico baja la voz y dice. Este listín supuestamente es solo para los profesores y los carteros…. pero como sois gente de fiar os lo digo. Supuestamente solo lo usan los camareros del bar para indicar a los mensajeros que vienen a altas horas de la noche a la universidad con cartas importantes.

El hombre titubea y baja la mano, el aire que os rodea deja de ser tan denso y podéis volver a moveros con total libertad, parece que la labia de Sebastian a dado resultado.  ¿Qué es lo que sabéis? ¿Quién lo mato?. Luego murmura algo entre dietes. No será ese traidor de Glasyabolas, ese espíritu traído.

Sebastian relajo su expresión y miro a su alrededor con curiosidad

-Se lo contaremos todo, pero ¿podríamos sentarnos antes?- tras sentarse cruzo las piernas y poso sus manos sobre estas una sobre la otras a fin de darle la sensación de total atención y disponibilidad a aquel hombre, pequeños trucos de expresión corporal ganados después de tantos años de experiencia laboral.

-Ayer en la antorcha encontramos un cadaver en el aparcamiento, tras registrarlo descubrimos su identidad, con el llevaba un camafeo de muy antiguo que no pegaba con el, un carnet de la biblioteca y una bolsa de cuero con inscripciones rúnicas.-hasta ese punto estaba diciendo toda la verdad, pero mas adelante sabía que había detalles que era mejor omitir-Tras transportar el cadaver al almacén un vastago llego a la antorcha, un Malkavian era el propietario del camafeo, y el autor del asesinato de su...aprendiz, sin embargo tras una profunda interrogación llegue a la conclusión de que había sido utilizado ya que a este señor le habían robado el camafeo y el chico no tenía motivos para ello.-Aunque la expresión del vastago era puramente estoica y profesional por dentro de el estaba ansioso ya que hacía noches que no practicaba su profesión, en esos momentos echaba en falta su mesa de caoba su silla ortopedica de cuero negro, su taza de te rojo así como el olor del incienso quemado-sin embargo hay un par de cosas que quizas nos pueda aclarar, poco después de que ese hombre perturbado se fuera, el cadaver de su chico se levantó y empezó a atacarnos a todos, mordió a uno de los criados y este me mordió a mi, la cosa no acaba ahí, en el momento del mordisco una voz...no mas bien una presencia trato de apoderarse de mi cuerpo, por la fuerza y haciendome promesas, su objetivo era la anterior propietaria de "La antorcha" la Srta Alicia.-sebastian se recostó en su asiento y mostró las palmas de sus manos-esa es toda la historia señor Wierus ahora si no le importa, me gustaría que respondiera a mis preguntas para así encontrar al autentico responsable de ese asesinato.

-Sabemos que la srita Alicia tenía un cliente un tal "Magus" que iba a ver sus representaciones y que quería expermientar con ella y que esta finalmente le rechazó, sospecho que ese podría ser el hombre al que estamos buscando-hizo una pausa en la que instintivamente cruzo su mirada con la de Resse un poco incomodo-y esta es de un ámbito mas personal....esa presencia, dijo que volvería a por mi...parece que usted sabe algo al respecto, me gustaría que ampliara mis conocimientos sobre ese ente.

James apuntó rápidamente la dirección y el teléfono John Wierus y devolvió el listín al camarero.

Muchas gracias por todo, tío. Te debemos una. Para lo que necesites aquí estoy. Y le invitó rápidamente otrapinta de cerveza para evitar que le pidiera el número de teléfono o alguna información personal. Una vez se despidió, salió afuera a esperar a Marcus. Cuando tuvo oportunidad de hablar con él le dijo: Bueno, ¿y ahora qué te apetece hacer? ¿Vamos a investigar su casa o avisamos a los otros de lo que hemos averiguado?

Resee asiente las palabras de Sebastian, con cara de “a mí no me preguntes, solo soy un rubio jijiji”

-Si hay un ente suelto deberíamos pararlo antes de que haga más daño, ¿no pueden llamar a un exorcista o algo?

Puede que el poli no pueda aprobar un examen de acceso a la universidad, pero sabe que en el 90% de los casos sugerir que alguien no puede hacer algo es la mejor forma de lograr que lo haga o se ponga a intentarlo. De momento, se conforma con distraer la conversación a los temas practicos sobre echar al ente y alejarla de detalles sobre quién mató a quién.