Partida Rol por web

Enseguida se corrió la voz entre las gentes del pueblo, que rapidamente siguieron las ordenes de su señor, preparando el salón de la hidromiel. Asi se fué pasando la voz entre las gentes de la llegada del conocido heroe de las  islas, y su promesa de acabar con el demonio. La alegría se contagiaba con facilidad y pronto la sala estuvo recogida y limpia. Se encendieron las hogueras y se prepararon los hierros para colocar las piezas de caza mayor a asar. Muchos de los guerreros de Hrothgar se personificaron en el lugar y empezaron a provar el hidromiel y la cerveza. Las mujeres seguían a lo suyo, y algunas no podían evitar fugazes miradas a los exoticos extranjeros. Ni que decir tiene, que la unica mujer, y además guerrera, era el centro de atención de muchas miradas.

El rey y sus principales validos se pusieron junto al trono, mientras hablaban con Wolwyff el de los diez lobos, que se mantenía bien sujeto al trono con la mano.

 Evea se fija en el estado de Wolwyff, parece muy echo polvo?

El paladión se mantenía detrás del líder del grupo, listo para responder por su compañero, algunos guerreros locales se le acercaron para ofrecerle hidromiel, sin embargo la rechazo amablemente a la espera de que aquella pequeña y fútil celebración pasará.

"Una celebracion previa al combate, sorprendente"

Ante lo que se mueve a su alrededor, Taifold no puede por menos que sorprenderse. Despues de que le sirvan una copa de hidromiel y un trozo de asado, el enano se disculpa ante Evea y se acerca al grupo de Wolwiff, no sin antes lanzar una intimidante mirada a los jovenes galanes que revolotean alrededor de la muchacha. Viendo entre la multitud como este conversaba con el rey y sus consejeros, decide probar suerte con alguno de los compañeros del Lobo Negro.

Asi pues, se encamina hasta el lugar que ocupa el joven ayudante de Wolwiff...

"Buenas noches joven señor" El guerrero enano se inclina cortesmente "En vista de que vuestro señor esta ocupado tratando con su majestad, querria saber si me hariais el favor de conversar conmigo. Me gustaria tratar con vos las maneras con las que tratar a tan temible criatura" Aguardando la respuesta, Taifold apura su bebida.

Adasdair se introdujo rápidamente en la fiesta. EL aguamiel corría por sus labios y su risa se escuchaba por la sala. En un momento intento enseñar a algunas lugareñas una danza típica de Aguasprofundas. Sin embargo a sus maridos no les pareció bien y un ojo morado desfiguraba ahora ya la cara del apuesto semielfo. Sin embargo eso no le quito el buen humor y entre hidromiel e hidromiel las canciones de taberna salían de su garganta a pleno pulmón

Valliant maestro de acertijos
de Calimport volando huyó
pues en la taberna una mujer rolliza...

El resto de la tonada se pierde en risas y palabras en élfico... una de dos o el semielfo no se la sabe muy bien o el aguamiel le ha afectado demasiado.

 La joven termina de descansar para estar a punto para la fiesta que se avecina, mientras los lugareño acarrean los toneles de bebidas y preparan las comidas y los aados quese repartirán durante la juerga.

 Pasadas las horas el rumor de la fiesta empieza y allá aparece la joven de buen humor mirando y habalando con las chicas norteñas que participarán en la fiesta.

La fiesta continuaba y el gordo norteño que le habia puesto un ojo a la funeralaba a Adasdair ya estaba agarrado a él entonando la canción de aguas profundas con un acento mojado en cerveza. Las mujeres se carcajeaban a mandibula batiente, eructando y participando de la fiesta de una manera muy "masculina".

Herger, uno de los rubios hombres de Wolwyff ya tenía a dos mujeres agarradas entre sus brazos, aunque no perdía de vista a Evea. Sin duda, era una pieza exotica.

Edgto estaba hablando con Helfdanne en un rincon, mientras Viejo Roble, el druida, dormitaba junto a la fogata rumiando palabras en sueños. Eigil, la mujer barbara de cabellos rojos estaba riendo y bebiendo mientras hacía competiciones de fuerza en una mesa apostando buen oro, ¡y por ahora estaba ganando!.

Zenram se alejó del grupo de lideres, pues el rey le pidió cortesmente hablar a solas con el norteño lider de hombres. Momento que aprovechó el enano, para acercarsele.

Entonces, un hombre del norte se lanzó tras envalentonarse entre sus amigotes, para acercarse a la mujer extranjera.

-¡Mi señora!. Dulce belle... ¡hermosa!... ¡mujer de oriente!... ¡me permites...! ¡Permitiria!... ¿Escuchar alguna hermosa letanía?. Es tradicional entre algunas mujeres del norte, el practicar el canto... ¿quizas?...-

El paladín se aleja un tanto de el rey y Wolwyff, a la espera de que concluya la celebración y el pequeño concilio, aprovechando el momento para orar a Bahamunt justo cuando...

Cita:

Mi señor, mi señor? El paladín no escucha el resto de lo que dice el enano, los ojos del guerrero se inundan con el fuego de la furia, su rostro abandona su blancura tradicional y se torna rojo cual tomate, sus musculos se tensan debajo de su armadura y necesita hacer uso de todo su autocontrol para no dar una mala respuesta al enano.

Buenas noches maese enano, me temo que estáis confundido, Wolwyff es el líder del grupo por que toda organización debe tener una cabeza si no quiere que el caos la domine, sin embargo eso no quiere decir que sea MI SEÑOR, yo solo sigo los designios de MI SEÑOR BAHAMUNT, y fuera de él no reconozco mas ley que las del lugar donde me encuentro, por lo demás no me parece que tenga el tipo de ser un simple siervo... Las palabras de Zenram son pronunciadas pausadamente y en tono tranquilo, sin embargo su rostro y mirada desmienten la aparente calma de sus acciones.

El enano aguanta estoicamente el chaparron, aprentando los dientes y los nudillos... con una ruidosa y profunda inspiracion... agarra la pechera del muchacho y le obliga a doblar el espinazo hasta que sus ojos quedan frente a los del humano...

"Deslenguado y descarado jovenzuelo... ¡¡¡Respetad mis canas!!!"

Despues suelta al muchacho y da un paso atras...

"Creo que os pondre sobre mi regazo y os dares unos cuantos azotes por faltarme al respeto... acompañadme tras los establos y alli os proporcionare un lecho comodo sobre el que dormir mientras meditais"

El paladín no es persona que guste de hacer alboroto en una fiesta por lo que se limita a saludar con la cabeza y agregar... Os acompañare a donde gustéis, pero os aseguro que si alguien a de quedarse a dormir permanentemente seréis vos, pues mi espada gusta tanto menos de las confusiones que yo... Dicho lo cual se encamina a la salida para saldar aquella afrenta.

Indignado ante el estallido de furia del joven y su actitud desafiante, Taifold Thunderhammer sale disparado tras el, deteniendose solamente en dos ocasiones; para recoger el escudo del armero donde lo habia depositado y par interpelar a uno de los menos borrachos vasallos del Rey...

"¡Responde, por tu vida!" Agarrandolo de la pechera, lo inclina hasta que sus narices casi se rozan "¿Como se llega los establos?"

 La joven, acostumbrada a ser centro de atención iba a contestar al oven que le pedía que cantase, pero al ver como se desarrolla la conversación entre el joven "caballero" y su compañero Taifold, sale corriendo en pos de ellos.

 - Por favor, por favor, buenos guerreros! No gasteis vuestras energías entre nosotros, esta noche la terrible bestia atacará y será preciso cada brazo capaz de sostenar una arma para hacerle frente.- Se pone ante su juicioso compañero.- Por favor, Taifold, ya habrá momento para tratar este asunto. Muestra tu cordura. Por favor

 Luego se gira hacia el engreído joven. Con los brazos en jarras

 - Estás seguro que los designios de Bahamut, el Dragón de Platino, estaría contento ante tal comportamiento? Lo dudo, lo dudo mcho, su nobleza está muy por encima que la actitud que mostraís. La nobleza es distinto ha hablar con halagos y aparente respeto.

El alegre norteño se avalanzó sobre ambos agarrandoles del cuello.

-JajajajajaJAjajajaja... ¡¿ya estais peleando?!. ¡Esperad a que hayamos apostado!. ¡Edgto, Helfdanne, Eigil!. ¿Quien pensais que ganaran de estos dos?. Si vais a mataros, ¡que al menos sirva para algo!.- Y siguió riendose agarrado de ambos. Resultaba bastante bochornoso en mitad de la fiesta y miradas y risas se giraron a ambos.

El guerrero herido sonrió desde su esquina.

-¡Sin duda que el paladin Zenram!. Le vi cortar un troll marino en dos, cuando aun tenia la mitad de mi brazo en su gargante. ¡Ojala se atragante en los infiernos con el!.- Y volvió a la bebida.

-Callate maldito borracho. Ese enano maneja un martillo mas grande que tu cabeza. ¡3 oros por el guerrero de la buena gente!.- Chocó de espaldas con un norteño que se le giró con mala cara, pero cambio de idea al ver que era una mujer y la miró con desden. La norteña lo tumbó de un puñetazo en la barbilla que lo dejó sentado en el suelo. Y se marchó riendo junto a los norteños de otro lado.

-Una hermosa capa de sabiduría acompaña cada uno de tus gesto paladina del caballero rojo. Que gran mujer debió de ser tu maestra...-

El viejo ya no dormía. Observaba a Evea directamente con sus ojos negros como el carbón. La chimenea le bañaba en un tono rojizo, calido, y sus ojos destellaban en un extraño brillo de inteligencia.

Cita :

 Ante esas palabras, la atención de Evea se centran en el druida que legó con los norteños. Qué sabe él acerca de mí? La curiosidad se reflejaba claramente en el rosro de la meuda muchacha, pero prmanecía entre el enano y el humano airados.

 Viendo como el siervo de Bahamut y Taifold no llegan más allá que a las palabras, dejando el duelo para después del enfrentamiento contra la bestia, la muchacha sonríe. Se parata de ellos y se acerca al erudito apodado Viejo Roble.

 - Hola, perece ser que no nos hemos presentado formalmente, pues resulta que el papel de las mujeres en estas tierras es poco relevante respecto al de los hombres. Ni siquiera me han preguntado si querría participar... - Haciendo una pausa, viendo como se iba por las ramas. Le extende la mano para que él la estreche.- Me llamo Evea, son varios los que me llaman también La Gata. Antes has comentado algo que me ha llamado mucho la atención. Pues parece ser que conoces algo d emi pasado, como es eso?

 Viendo como el siervo de Bahamut y Taifold no llegan más allá que a las palabras, dejando el duelo para después del enfrentamiento contra la bestia, la muchacha sonríe. Se parata de ellos y se acerca al erudito apodado Viejo Roble.

El viejo druida no se apartó de la fagata, si no mas se arrebujó entre las pieles de su manto. Sin olvidar una sonrisa alegre. Había conseguido llamar su atención.

-Yo soy Viejo Roble, mi señora, soy un norteño que sigue la tradición Ffolk de los druidas. Mi vista ya no es la que era Evea. Pero mis ojos no solo ven las arroyos y los bosques. Las hebras del destino se muestran ante mi con claridad pristina. Viajas con una carga de pesar por una perdida, aunque no de conciencia. Pues nada puedes cuando el destino se abre ante tus ojos, o los de otra persona.- La observó con una mirada mas amable.

-Pero sin duda no quieres escuchar los desvarios de un viejo chocho. La amable sombra del caballero rojo te cubre con cariño porque sin duda sigues sus preceptos con sabiduría. ¡Y no te preocupes por como se trata aqui a las mujeres!. Observa a Eigil, la guerrera de cabello rojo. Aqui no se respeta la posición o los modales, solo al valor y las armas.-