Partida Rol por web

 Evea parece impresionada ante la brutalidad del ogro. Eso la hace flaquear un momento, cosa que hace que la primera de las flechas salga desviada, clavándose en los restos de la puerta que queda tras el ogro. Pero la segunda se clava en el hombro derecho, con las llamas lamiéndole la piel.

La clava de grendel zumba por encima de la cabeza del enano, describiendo un arco mortal que arrastra consigo a uno de los acompañantes del Lobo. Entrecerrando los ojos, Thunderhammer afirma sus piernas en tierra y se apresta al combate.

"Vas a morir"

Con una torva sonrisa, Taifold descarga de nuevo su martillo, esta vez de arriba a abajo, buscando la rodilla mas adelantada de Grendel. Utiliza el escudo a modo de paraguas, deflectando los golpes de la temible clava que porta la criatura.

Con un giro de muñeca, el martillo enano descarga su furia sobre el pie de apoyo del ogro, buscando la lesion y la inmovilizacion de la criatura.

Adasdair se mueve desevainando sus dos hachas cortas hasta la posición cercana al flanco de grendel. Su movimiento es ligero e intenta ser silencioso. Por el camino ha dejado caer el arco. Y se prepara para asestar un golpe letal en su costado.

Al ver que sus compañeros avanzan tan inconscientemente como el enano y que el propio Wolwyff ya ha logrado herir a la bestia, el humano se lanza al ataque elevando su espadón en alto... Oh dios de los dragones, ayuda a tu siervo a derrotar a este engendro del mal, enseña a esta gente que los dioses que adoran no son los verdaderos, dame la fuerza para demostrar tu poder. Reza a su deidad al atacar... Por Bahamunt!!!

Pues no desenvaino este asalto.

La lluvia de golpes que Grendel le lanza, sobrepasa la defensa de Taifold, abrumandole y superandole, impactando repetidamente sobre el enano, que se tambalea. Afortunadamente, la sangre fria y el entrenamiento marcial evitan que un malintencionado golpe de clava acaben con el maltrecho combatiente...

"Se impone un retirada... necesito mis pociones..."

Notando como el costado le arde y el regusto metalico de la sangre en la boca, Thunderhammer cae en la cuenta, con horror, de que sus pocienes estan entre sus pertenecias, en la cabaña donde fueron acogidos...

"¡Barbas de Moradin!"

Adasdair no ve como entrar bajo las defensas de Grendel. Es un enemigo peligroso... demasiado. Si tan solo pudiese... en ese momento el enano sale despedido por la fuerza del enorme humanoide... es el momento de tomarselo con calma.

Dando un paso atras Adasdair prepara su arco y con mucha calma lanza dos flechas precisas.

Taifold. Pociones aqui. Grita cuando ve al enano batirse en retirada.

Las flechas seguían volando por la sala, de los arcos de la bardo y el explorador. Las varillas de madera iban quedando prendadas de su cuerpo inmenso. Los guerreros se cerraban a su alrededor a martillo, espada y cimitarra. Herger, de los hombres de Wolwyff, lanzó un tajo pero resbalando con un trozo de carne de la criatura rozó con su espada el hombro del "Lobo gris".

Éste quedó desequilibrado y erró el golpe. No así la peliroja norteña que consiguió rajar el muslo del gigante. El martillo del enano intentó acertar en la tibia de la criatura, pero sus mazazos pasaron lejos. Zenram cruzó su espada en un saludo de caballero y se lanzó sobre la bestia invocando el nombre de su dios. La bestia lo vió y aprovechó a lanzar un terrible mazazo para detenerlo, pero la voluntad del caballero se impuso y alcanzó a Grendel con un tajo brutal. El tajo abrió la carne purulenta desde el hombligo al muslo. Pero aun en su brutalidad, no fue suficiente.

La bestia veia que el enano se tambaleaba. Era el momento de terminar el trabajo. Centró sus mazazos mas violentos sobre el enano que esquivó la muerte por bien poco.

El paladín no pierde tiempo en formalismos y eleva nuevamente su espado sobre la cabeza atacando el mismo punto donde abriera la carne del monstruo...

Los gritos y los impactos de la gran clava se intercalaban con los rugidos de furia de los valientes. Los hacheros y el fuego de la cazuela teñian de rojo los cuerpos de los combatientes.

Evea se movía con agilidad por los baldosines de la sala, su arco cantó de nuevo, pero su flecha rebotó en la dura piel de la criatura. Adasdair, concentrado, disparo dos veces en rapida cadencia. Para llegar ambas flechas a clavarse en la piel hedionda.

Wolwyff descargó su gran arma contra el demonio del agua, pero ésta con su brazo, desvió el golpe. Su compañera de cabello rojo tuvo mejor suerte, y su cimitarra abrió otra pequeña herida en su muslo. Al igual que Herger, que con un grito de triunfo clavóla espada en el gemelo de la bestia. Grendell ya sangraba por muchas heridas, y su cuerpo estaba recorrido por ástiles de flechas, en su mayoría partidas. La bestia babeaba y sangraba por igual, aunque las fuerzas no parecían flaquearle. Sus ojos chispeaban rojos y sus musculos se tensaban con furia agarrando su gran porra de madera llena de clavos, trozos de hueso y piedra.

Las descargas caian sobre el enano que se defendía como podía, con su último golpe, el enano perdió pie y la clava le impactó en el pecho. Si no fuera porque le había alcanzado lejos y el golpe había perdido inercía, habria esparcido sus sesos por el suelo. Pero la herida era mortal y el enano se desplomó sobre el suelo.

Con la misma inercía Grendell lanzó la clava a su derecha, y el cuerpo de Herger se estrelló contra la pared, a la derecha de Adasdair, casi callendosele encima. Con odió buscó con la mirada al paladín que tanto daño le había hecho con su espada mortal. La herida de su pecho sangraba con profusión y toda su ira se descargó en brutales golpes de su gran porra. Buscaba aplastarle con saña y fuerza descomunal. Las baldosas se resquebrajaban con cada golpe sobre el suelo, que pasaba a pocos centimetros del guerrero de armadura completa.

Mientras tanto, el enano veía como la vida se escapaba de su cuerpo, de sus costillas rotas, que le traspasaban el pecho. La vista se le nubló y todo se volvía negro. Pero entonces, un calido alito de vida volvió a sus miembros, sus costillas se soldaron y volvieron a su interior. La vista se enfocó y vió el rostro del druida viejo roble. Que con una sonrisa sesgada mantenía su vista clavada en el demonio del agua.

-Espera, aguanta. Todavía estas malherido. Dejame curarte un poco mas...-