Partida Rol por web

Will se dio cuenta de que había comenzado a caminar sin rumbo, así que paró de repente y se giró a Dayanne para hablarle a la cara - Entonces, ¿Dónde vamos? ¿Dónde está Arthur?.
Will se sentía inquieto, con la adrenalina fluyendo dentro de su cuerpo al igual que antes de jugar un partido importante, e intentó respirar hondo un par de veces para calmarse ya que necesitaría estar con la cabeza fría para enfrentarse a los vampiros.

-E-Espera, Jo...- Pero ya se había ido, o más bien había empezado a irse. Me limité a soltar un suspiro, y con el móvil busqué entre las notas guardadas de mi móvil donde tenía algunas cosas como enlaces para páginas webs y otras cosas de interés, y allí había guardado la dirección de la fiesta. Luego de un rato buscando entre algunas pestañas finalmente di con ella, y al leer el lugar no pude si no apagar el móvil, guardarlo en mi bolsillo y con ambas manos en mis caderas alzar la vista al cielo, tomar un gran bocado de aire, y luego soltarlo todo de un fuerte suspiro.

Ahora el puto vampiro de mierda ese iba a su guarida que de casualidad era el lugar donde era la fiesta de mi hermana... ¿¡Es que no me pueden dar un puto respiro!? ¡Solo una jodida noche donde quería divertirme y pasan este tipo de mierdas! Ya estaba hasta niveles excesivos más allá de "la polla", todo se iba derrumbando pedazo a pedazo. Rápidamente me di la vuelta y volví corriendo a la cafetería donde estaba Cooper. -Profesor Cooper! Mi hermana organizó una fiesta en el mismo Hotel Embajador, y hay una jodida fiesta esta noche a la que iba. A este punto tengo que ir contigo y con Dayanne a terminar con ese vampiro, pero no quiero dejar que Jolyne se vaya sola a casa... Trataré de llevarla rápido a su casa e iré corriendo, ¿Ok? Cuando esté cerca le llamaré para que me diga si acaso necesitan ayuda o algo, ¿Cual es su número?- Pregunté de nuevo sacando el móvil de mi bolsillo, esperando algo inquieto a que dijera su número de una vez para así correr hacia Jolyne.

Me quedé mirando en el teléfono por un momento, ''Si todo eso pasó en la cafetería de la universidad, lo más seguro es que el profesor los haya puesto a salvo en la biblioteca'' pensé para mi misma e igualmente tenía que ir a hablar con Cooper los encontrara a todos o no por lo que mi mejor opción era ir hasta allí.- Vamos a la biblioteca, Will. Creo que pueden estar por allí.- me eché a correr en cuanto pude, aunque intenté ir lo más rápido que podía intentaba mantener un ritmo en el que Will me pudiera seguir hasta la biblioteca.

Cooper estaba saliendo de la cafetería cuando fue interceptado por ti. Se notaba tu preocupación y también que el tiempo empezaba a ser un problema.

-Tranquilícese, señor Whittaker. Si lo desea, les llevaré a usted y a sus amigos a casa, y después nos iremos directamente al Hotel. No podemos separarnos y tampoco nos conviene perder tiempo -te dijo, empujándote hacia Jo-Jo y sus amigos. Aunque les había dicho que se fueran, se dio cuenta de que era más conveniente ayudarte que dejarte solo.

Todos juntos llegasteis hasta el coche de Cooper, que se subió sin dudarlo y esperó a que todos estuvieseis dentro.

El coche era un Chevrolet Impala y no parecía tener mucho que ver con Cooper, y sin embargo, lo manejaba como si ambos, él y el coche, fuesen amigos desde siempre.

-¿Estamos todos? -preguntó, volviéndose para hablar con Jolyne, Casey y Lilly, que se habían subido atrás, mientras que tú te habías sentado a su lado -. Está bien. Este es plan. Vamos a toda velocidad a vuestra casa y después, al Hotel Embajador. 

Ni Casey ni Lilly dijeron nada, pero sí Jolyne.

-P-parece un buen plan. Pero Arthur, ten mucho cuidado.

-Dioos, gracias Cooper, eres un sol.- Digo con un gran agradecimiento, y con cierta ironía si te pones a pensar en la frase y a los enemigos que nos enfrentamos ahora que todo esto está sucediendo. Rápidamente pudimos buscar a Jolyne y sus amigos y finalmente entramos en el Impala del profesor Cooper, un hermoso y elegante modelo, un clásico que me encantaría manejar algún día. -Maldición... De todos los autos posibles no me imaginaba que manejarías un Impala, hasta esperaba algo un tanto absurdo como un Mini Cooper.- Reí un tanto animado, esperando que la broma llegara a aligerar un poco el humor general mientras entrábamos al coche.

Asentí a Cooper al escuchar el plan y luego volteé sobre mi hombro para ver que opinaban los demás, tomando Jo-Jo la iniciativa y luego mostrando preocupación por mi. Le sonreí de manera algo cálida y asentí con la cabeza. -Con tal que no me manden a tirarme de cabeza contra el lider de los vampiros en la ciudad de nuevo, me aseguraré de tener cuidado, Jolyne.-

Con el destino ya decidido, Will comenzó a correr detrás de Dayanne, quien era realmente rápida Si yo tuviera esa fuerza y esa velocidad... Volvió a pensar Will sobre las aplicaciones al deporte que podría tener ese poder.
Dayanne había dicho que podrían estar allí, y si realmente estaban en peligro era mejor llegar cuanto antes - Dale caña, no te preocupes por mí. Si necesitan ayuda quizá tengas que adelantarte un poco, pero llegaré después de ti. Aunque no podría seguir su ritmo, correr detrás de ella era un buen momento entrenamiento además de una buena motivación.

Cooper condujo el Impala como si aquel coche tuviese vida propia y supiese a la perfección hacia dónde se dirigía. Desde luego, no parecía casar mucho con el estilo del profesor, pero era más que evidente que Cooper era una sorpresa en más de un sentido. Primero bibliotecario, después "maestro" de una cazavampiros y ahora, todo un fan de los Winchester.

No tardasteis demasiado en llegar a casa de Jolyne, desde donde Casey y Lilly podrían regresar también a las suyas sin ningún peligro. Cuando se bajaron, Cooper se asomó por la ventanilla para dar su último consejo.

-Jovencitos, hoy han tenido muchísima suerte. Enfrentarse con monstruos no es una tarea para cualquiera. Les sugiero que en lo sucesivo, hagan caso del señor Whittaker.

Tras soltarle aquel rollo que parecía sacado del "manual del profesor preocupado", Cooper aceleró y en cuanto cogió la primera recta, sacó el teléfono y marcó el número de Dayanne.

-Señorita Bennet, soy Cooper. Nos dirigimos hacia el Hotel Embajador. ¿Han llegado ya?

En cuanto Dayanne se puso en marcha para llegar a la biblioteca, su teléfono sonó, obligándola a detenerse un instante para ver de quién se trataba.

Era Cooper.

Al cogerlo, oyó su inconfundible voz.

-Señorita Bennet, soy Cooper. Nos dirigimos hacia el Hotel Embajador. ¿Han llegado ya?

Mientras tanto, por detrás oísteis unos pasos. Era Matt corriendo a vuestro encuentro. 

Matt se quedó aun más pálido de lo que ya era, se había quedado sin palabras y había notado que la boca se le secaba, y antes de que pudiera ni organizar su mente para lanzarle una respuesta Jackie colgó...

-Joder...- Masculló por lo bajo visiblemente molesto.

¿Qué diablos iba a hacer?, podía decirle a los demás que su padre estaba en aquel hotel, pero llevarlos era como garantizarles su muerte, ¿pero que otras alternativas tenía? ¿ir solo? ¿entregarle a su padre a la cazadora? no... no podía traicionar a Dayanne.

-¡Joder!- Exclamó esta vez con más fuerza.

La situación había pasado de desastrosa a... No creía que existiera una palabra para definir hasta donde le llegaba la mierda en aquel momento.

-Te vas a quedar aquí, y te vas a comportar.- Le ordenó con furia a Chucky mientras señalaba la habitación.- Ponte a ver alguna frikada de las que te gustan hasta que vuelva.

Dicho aquello Matthew puso dirección a la escalera con la intención de reunirse con el resto. Era arriesgado dejar a Chucky solo, pero no podía quedarse a hacer de niñera mientras su familia hacía lo que fuera que estuviese haciendo.

Dejaste a Chuck sin saber muy bien si cuando volvieses estaría allí o no, ni cómo, pero no disponías de tiempo para muchas historias. Cuando subiste las escaleras, descubriste que tanto Dayanne como Will habían salido del local. Al acercarte a la puerta, viste a Will corriendo hacia Dayanne, que estaba algo más lejos, mirando algo que tenía en la mano, su teléfono quizás. 

No sabías hacia dónde iban, pero parecían haber decidido ir corriendo, fuera dónde fuese, hasta que algo importante había hecho detenerse a la cazadora.

Se extrañó al ver que no quedaba nadie en el pub, negando con la cabeza y dejando que un suspiro se escapase de sus labios, ¿qué demonios ocurría ahora?
El vampiro usó su velocidad supernatural para acercarse hasta la puerta y entonces los vio allí fuera corriendo. Les lanzó una mirada dubitativa, quizás debería encargarse de sus propios asuntos mientras ellos hacían lo mismo.

-¿Se puede saber que pasa?- Preguntó alzando la voz esperando que le respondieran, porque desde luego no se iba a poner a correr detrás de ellos sin más.

Aun no había decidido que era lo que debía hacer, pero desde luego quería saber que era lo que les había alertado tanto, sobre todo si tenía relación con él...

Mientras corría, sin haberse alejado mucho aún del pub, Will escuchó la voz de Matt y se giró para responderle - Arthur y el profesor Cooper están en peligro, o eso creemos, y vamos a ayudarles. Al principio no iba a añadir nada más, pero Will aprovechó la situación para lanzarle una pullita - Ahora que ya te has alimentado puedes ayudarnos sin ser un peligro. Dijo Will con una sonrisa antes de volver a correr tras Dayanne.

Cuando escuché al profesor Cooper, no podía quitar el asombro de mi rostro.- Un segundo... profesor Cooper, ¿que demonios estáis haciendo en el hotel embajador? - una parte de mi no quería saber la respuesta a esa pregunta ya que temía que fueran a enfrentarse ellos solos a aquel vampiro.- Voy para allá pero espéreme antes de cometer una locura, ¿entendido?

Miré a Matt que gritaba preguntando por lo que había pasado, solo lo miré y volví a mi conversación por teléfono con Cooper, mientras intentaba parar un taxi en la calle para que nos llevara mas rápido al hotel. 

Matt suspiró una vez más molesto, aunque no hizo mucho caso al joven afroamericano y su pulla, era mucho más tedioso el hecho de que el profesor se hubiese metido en líos.
Si bien no acabó de entender lo que Dayanne hablaba por teléfono, si que compartió su mirada por un instante. ¿Acaso Chuckie no eran suficientes problemas por una noche?
Esta vez si recurrió a su velocidad sobrehumana para alcanzar a Dayanne y la obligó a mirarlo sujetándola por su brazo libre.

-¿Qué demonios han hecho?- Preguntó enfadado, y es que temía la respuesta, todo aquello no podía ser casualidad.

No podía quedarse, eso lo tenía claro, y cada vez veía con mejores ojos el ir por su cuenta a aquella cita con Jackie, pero no podía dejar plantada a Dayanne, no si estaba en un problema real, como así parecía.

A través del teléfono de Cooper podía oírse la voz de Dayanne hablando.

Un segundo... profesor Cooper, ¿que demonios estáis haciendo en el hotel embajador? -preguntó. Tras unos segundos, volvió a hablar -.  Voy para allá pero espéreme antes de cometer una locura, ¿entendido?

Cooper te echó un rápido vistazo al tiempo que seguía conduciendo deprisa pero con bastante seguridad, aprovechando el escaso tráfico que había a aquellas horas.

-No se preocupe, señorita Bennet. La esperaremos en la entrada -le respondió Cooper, antes de cortar el teléfono. 

Después, se volvió para mirarte de nuevo.

-La señorita Bennet irá enseguida. Creo que entre todos, podremos hacer nuestro trabajo, pero necesito que esté concentrado y preparado para lo que sea.

La voz de Cooper se oyó a través del teléfono una vez más.

-No se preocupe, señorita Bennet. La esperaremos en la entrada.

Después, terminó la llamada. 

El rostro de Dayanne era de preocupación, pero el de Matt no difería demasiado. Había visto con horror lo que le sucedía a Chuck y ahora se enfrentaba a otra situación inesperada. 

Casi inmediatamente, un taxi pasó por la calle y se detuvo al ver la mano levantada de Dayanne. No solo era la cazavampiros, sino que sabía detener a un taxi cuando era necesario.

Una vez Cooper empezó a hablar por teléfono bajé la ventanilla de mi lado por completo y apoyé mi brazo en esta, mirando un poco hacia el frente y hacia el lado mientras el profesor Cooper iba en dirección del Hotel Embajador. En el momento que escuché la voz de Dayanne volteé a ver al profesor, para entonces notar perfectamente esa mirada que me echó, a lo que fruncí el ceño. -No se atreva a verme así, la de la idea fue Jo-Jo y específicamente llamé a Dayanne para que ayudara...-

Cuando finalmente colgó negué con la cabeza algo molesto. -¿A qué se refiere con que qué hacemos allí? Literal le llamé para avisarle del plan, ¿¡Donde carajo está!?- Pregunté, volviendo a enojarme al darme cuenta de que tal vez hubiera muerto de no ser por Cooper, mientras Dayanne estaba veteasaberdonde. Negué con la cabeza, soltando un suspiro de exhasperación mientras volvía a ver por la ventana, pero luego volví mi atención hacia Cooper. -Profesor, la fiesta en que organizó mi hermana era en el Hotel Embajador y gracias a ella me di cuenta que le gusto a Jolyne, mi idea era invitarla, pasar la noche juntos y hablar de eso, y ahora estoy metido hasta los codos en esta mierda luego de que Dayanne CASI me dejara morir porque se fue a otro lugar o alguna otra cosa ¡Hoy me tiraron contra mesas, sillas y un estante de libros como un total de 3-4 veces! ¡Y no tengo masa muscular suficiente para pelear contra jodidos vampiros! No me diga que esté concentrado y preparado cuando el 99.9% dela población vampírica podría tirarme con facilidad contra un muro. De no ser porque mi mamá y mi hermana pueden estar en peligro no vendría a esta mierda, así que con permiso, me tengo que vestir porque ahora no estoy presentable para la fiesta, y de por si mi peinado tampoco es el indicado para ella.-

Y así con cuidado me pasé a la parte trasera del auto donde abrí mi mochila y empecé a cambiarme ahí mismo la ropa, cambiándome una prenda y luego yendo a por la otra en lugar de terminar desvestido por completo y entonces vestirme. -¡Y por favor no mire, que de por si es incómodo hacer esto aquí!-

Matt adelantó a Will sin mucho esfuerzo, cosa que le dio bastante rabia al joven atleta, para parar a Dayanne y hablar con ella. Cuando Will llegó a la altura donde se encontraban el vampiro y la cazadora, un taxi se detuvo ante el brazo levantado de esta última y Will agradeció no tener que continuar corriendo - Buena idea, así no tendré que intentar seguir vuestro ritmo.
Sin esperar a ver por qué puerta subían los otros dos, Will abrió la puerta del copiloto y se sentó a la vez que saludaba al taxista - Buenas noches.