Partida Rol por web

Hikari intento calmarse un poco para poder hablar con Leticia. Sabía que debían planear juntos sus próximos movimiento con mucho cuidado. Esa chica parecía muy peligrosa. Si podía transmitir alguna clase de enfermedad debían evitar a toda costa que hayan mas contagios.

-Intentemos averiguar que le ha hecho a nuestra compañera. Así podremos ayudarla mejor. Pero primero, debemos enseñarle quien manda aquí. Una vez que la tengamos controlada podremos interrogarla sobre lo que le hizo a esa chica. No tengas miedo. Esta es nuestra escuela. Nuestro deber es defenderla.

Era fácil decirlo pero, como lo harían. Aun no sabían exactamente de lo que era capaz esa chica. Si la subestimaban aunque fuera un poco sería su fin.

Sentiste su mirada fría y sus profundos ojos rojos sobre ti, como si ella estuviera mirando tu alma, leyendo tus sentimientos y pensamientos, escrutándote. Te sentiste desnudada por su mirada y tan solo un momento, sentiste excitación, deseo. Algo en ti te llevaba a ella, algo te hacía desearla. Sentiste su voz en tu mente, algo que Umino no podía detectar.

- ¿Acaso no me temes? – y entonces, te miró más de cerca – Creo que te he visto. Te conozco. Tienes un origen oscuro, ¿Sabes? Puedo verlo en tus ojos, puedo ver que… Que te inspiro algo – sentiste una leve risa y sentiste un cosquilleo en tu espalda.

- Vaya, vaya. Tal vez sí nos conocemos. ¿Qué deseas saber de mí, dulzura? -.

La chica de cabello rojo, ahora una especie de demonio, se dirige lentamente a Umino y con lo que parece un resoplido de risa, lanza un garrazo al chico, el cual parece no tratar de defenderse, al menos no hasta que siente las garras desgarrando su piel.

Las ropas del chico se ven en muy mal estado mientras aquel líquido vital y carmesí brota de su pecho. La chica parecía no ser ella misma, no por ahora. Ahora era un ser que solo respondía a las palabras de la joven de cabello lila.

- Acaba con él. La diversión apenas empieza -.

Lety parecía estar paralizada por algo más que temor, distraída, inquieta.

Sentías el ardor de las filosas garras de la chica al cortar la piel, te tambaleaste y temiste que te hubiera atravesado por completo pero al parecer, no era tan terrible. Era una herida profunda pero no fatal.

La sangre comenzaba a manchar tus vestiduras y tu piel. Te sentías mareado, agotado. Confundido. Eras un chico fuerte pero esto era nuevo para ti. Entonces, cuando comenzabas a ser presa del pánico, una voz resonó en tu mente.

- No puedes vencerla, no así. Me necesitas y solo luchando podrás liberarla. Yo tengo el poder, déjame salir – era una voz femenina pero fuerte y decidida. Esta voz hacía que tu corazón palpitara con fuerza, como si éste pudiera recordar, aunque tu mente no pudiera hacerlo.

Hikari se sentía confundido. Su compañera estaba peor de lo que imaginaba. No solo la habían desfigurado. También le habían infundido alguna clase de demencia. Se había vuelto agresiva, pero lo peor era que, de alguna forma, se había vuelto muy fuerte también. No estaba seguro de si podría ayudarla. Se había convertido en un peligro para los demás y para sí misma. Tenia que detenerla pero, no podía con ella, esa voz tenia razón... y entonces se dio cuenta.

Esa voz! De donde venia? Acaso se estaba empezando a volver loco él también? La situación no podía ser peor. Tantas preguntas y tan poco tiempo para reflexionar. Tenia que hacer algo ya mismo. Esa voz le pedía que la deje salir. Seria esa la solución? Pero como hacerlo?

- Oye, trata... de... calmarte, de acuerdo? - dijo finalmente mientras se cubría el estomago con el brazo derecho para mitigar el dolor y estiraba el izquierdo en dirección al monstruo tratando de improvisar una postura defensiva- No... no sabes lo que haces.

Permanezco quieta... y la contemplo... la escucho... a mente, alma y conciencia... y mientras siento el cosquilleo en mis espaldas... le respondo en mascullos, suspiros, deseos, y bajos instintos... -Deseo saber todo de ti...- 

 Creo que te he visto. Te conozco. Tienes un origen oscuro, ¿Sabes? Puedo verlo en tus ojos, puedo ver que… Que te inspiro algo – sentiste una leve risa y sentiste un cosquilleo en tu espalda.

- Vaya, vaya. Tal vez sí nos conocemos. ¿Qué deseas saber de mí, dulzura?

Y respondo. -... yo... creo que, no te temo... y creo que también te conozco... no sé de donde, ni como, pero... tengo un insasiable deseo de saberlo...- esbozo una leve sonrisa... -Deseo Conocerte... Deseo que... me Poseas... y que me Hagas Tuya...- estiro la mano, tratando de tocar su piel blanca y suave...

Miro por un instante a la Chica Poseída... -Esa Chica siempre me molestaba, todos los días en las clases... es mala... todos dicen que es buena... pero no lo es... es mala... y ahora tú la muestras como en realidad es... se lo merece... tiene que... pagar...- 

Y con la misma sonrisa amable añado -... Quiero ver arder... a todos aquellos y aquellas... que me han lastimado...-

-Arrastrame al Infierno... La Oscuridad me Reclama... y Yo me Entrego Gustosa a Ella.-

Yo estaba como hipnotizada... fuera de mi por un momento, recargada segura en la espalda de Umino...

Cuando de pronto... ese monstruo opta por hacerle daño a Umi... y vuelvo en mi una vez más... veo su sangre y me alarmo... -¡UMI-SAN, UMI-SAN! Umi-San, Dios estás sangrando...- toco su herida con mis manos para intentar parar la hemorragia, y me trauma ver su sangre en mis manos... -Sangre... sangre de Umi-San... por Dios... esta escuela está maldita...- Y grito... -¡No le hagas daño a Umi-San por favor!-

Hikari empezaba a preocuparse por Leticia. Todo lo que había pasado parecía haberla perturbado muchísimo.

-Esta bien, no llores -le dijo con voz serena- no me hizo tanto daño. Voy a estar bien.

Era cierto. Podría sobrevivir a esa herida. Pero tenía que hacer algo cuanto antes porque no estaba seguro de poder resistir un segundo ataque y mucho menos proteger a Leticia si esa loca intentaba atacarla a ella. El tiempo se agotaba, no podía detenerse a analizar la situación. Tenía que tomar una decisión ahora y sólo le quedaba una opción. Parecía una locura pero... tenía que intentarlo... 

Y fue así como Hikari decidió apostar a todo o nada. Lo único que le quedaba era esa voz en su mente que seguía repitiendo las mismas palabras una y otra vez. Pero lo cierto es que luego de un tiempo había empezado a notar que de alguna forma la reconocía. Pero no se trataba de otra persona, no. Por extraño que pareciera, tenía la sensación de que era él mismo... en otra vida, como una especie de conocimiento ancestral intentando despertar en él. Él nunca creyó en estas cosas, pero ya no le quedaban muchas opciones. Era esto o la muerte.

Cerró los ojos, dejó caer sus brazos, respiró hondo e intentó comunicarse en su mente con aquella voz.

-Esta bien, no se quien eres, pero confío en tí. Si puedes ayudarme, este es el momento -hizo una pausa y agregó- Puedes salir.

- ¿Así que todo? - te miró de arriba a abajo fijamente mientras se lamía los labios, - Creo que lo sabes todo de mí, Aberrant. Tal vez no lo recuerdas - y al escuchar ese nombre, tu corazón dio un vuelco y tu pecho ardía con intensidad.

- Te he hecho mía en el pasado y he sido tuya, por igual. Es gracioso que de todos, justo nos encontráramos las dos. Quiero que vuelvas a mí, mi dulce Aberrant - el dolor en tu pecho se hacía más intenso, cada vez más fuerte, tanto que creías que estabas a punto de desmayarte.

- No luches, entrégate - y tras esto, viste cómo se levantó de su postura y se dirigió hacia ti.

La chica del cabello violeta miraba con ojos curiosos a Umino, quien parecía estar pasándola mal, pero su mirada se centró en Lety, quien de repente se llevó las manos al pecho y cerró los ojos con fuerza, casi como si estuviera tratando de contener algo en su interior, como si su corazón se fuera a salir del pecho. La chica de cabello violeta la miraba fijamente y sonreía mientras se acercaba a ella sin pausa.

El dolor de Lety se hacía cada vez más intenso con cada paso que la chica daba y como si ignorara completamente al demonio que había creado y al chico, tomó a Lety de los hombros y la alejó.

- Eres mía – lamió sus labios y tomó a la chica de mirada triste y lentes dañados fuertemente para girarla hacia ella. Su rostro estaba solo a unos cuantos centímetros de sus labios y con un leve suspiro que acariciaría su piel, la beso. Primero un suave contacto, luego un poco más violento mientras sus manos se transformaban en garras y se hundían en la piel de Leticia. De sus ojos bajaron dos lágrimas mientras parecía ceder poco a poco a las circunstancias, dejándose llevar y envolver por el violento beso de la oscuridad.

Del lugar donde las garras se habían aferrado, comenzaron a brotar surcos de sangre, los cuales se convertían en un vapor negro, el cual comenzaba a cubrir a Lety y mientras más pegaba su cuerpo al de la chica de cabellos violeta, más parecía esparcirse. No se detenía, jadeaba emocionada, extasiada y comenzaba a soltar su timidez para corresponder al beso de la chica mientras recorría su cuerpo con sus manos. Se estremecía y mientras más se adentraba en el momento, más la cubría aquel vapor negro. Muchos compañeros comentaban sobre lo terrible de la escena pero Lety no escuchaba, todo lo que parecía percibir era a la chica que, minutos antes, había transformado a una de sus compañeras en un monstruo. El beso terminó de repente porque la chica de cabello violeta se alejó pero sus ojos carmesí seguían puestos en Lety, quien parecía vibrar con aquel vapor que la cubría. Entonces Umino pudo verla. Sus ojos dulces y temerosos se habían cubierto por una capa de oscuridad y su rostro se había desfigurado por la ira. Una energía de color violeta surgió del cuerpo de la chica, mezclándose con el vapor y cubriendo todo su cuerpo.

- Ven a mí, Aberrant – y como si se tratara de un detonador, la energía se esparció, desplegando una intensa luz violeta y una onda de aire que pudo derribar a todos aquellos que se encontraban en el salón. Quebró los vidrios y Umino cayó. Trató de llamar a Lety pero esa extraña sustancia la cubría toda. Quemaba su piel, quemaba su apariencia y solo gritos de dolor se podían escuchar tras el viento, los gritos de alguien que agoniza, que está sufriendo una gran tortura.

Los gritos se fueron apagando y la bestia de cabello rojo se puso de pie una vez más, mientras el vapor se fue apagando y aquella extraña sustancia era absorbida por la piel de un ser oscuro que solía ser Lety pero que ahora, todo su cuerpo irradiaba oscuridad. Umino miró sorprendido al ver la apariencia de aquella chica cuyos ojos eran tan fríos y escalofriantes pero aunque trató de acercarse, la chica de cabellos violetas dijo – Ahora estaremos siempre juntas – le dijo mientras pasaba un dedo por la comisura de sus labios y miró a Umino.

Sentiste cómo tus instintos más bajos surgían y te dejaste absorber por el beso que parecía romper tu piel y sacar tu verdadero ser desde lo más profundo de tu corazón. Te dejaste llevar tal y como dio ella y, de repente, tu pecho dejó de doler. Sentías poder, sentías superioridad y ansias de venganza a flor de piel, pero algo te arrebató eso y aunque sentías todo el odio emanar de ti como una ola de calor, la chica se alejó de tus labios. No querías que se fuera, tu mente le rogaba que se quedara, pero ella se alejó.

- Ven a mí, Aberrant – dijo y pudiste sentir tu corazón romperse. Gritaste de dolor ante el suceso, ya que tu cuerpo parecía disolverse a pedazos, tus órganos explotaban y pensabas que morirías. La agonía era eterna mientras ese vapor entraba por tu piel y esa energía parecía consumirte, dejando atrás todo aquel rastro de bondad que tenías y dando paso a tu verdadero ser, dejando el cascarón de debilidad atrás.

Poco a poco, tomaste forma y te sentías cada vez más fuerte, al igual que tus recuerdos. Esos extraños sueños, la clase maldita, la figura en el cielo, todo tenía sentido para ti, todo parecía real. Venías de una tierra lejana y oscura, un lugar llamado Kal’Ahd y la mujer en el cielo era tu reina, tu soberana. A pesar de eso, no fue todo lo que recordaste, ya que la chica de cabellos violeta era un recuerdo constante y… Excitante. Erótico.

Hermosa y fatal, poderosa y seductora. Su recuerdo te encendía y una escena erótica pasó por tu mente. Un beso, su cuerpo, sus garras desgarrando tu piel. Te trataba como su juguete y parte de ti lo disfrutaba. Sin ataduras, sin nada más que el disfrute de parte de ambas. Por eso tu corazón latía con fuerza al verla. Podías no recordar todo pero esa parte oscura de ti sabía quién era. Scarlet Bat. Su nombre y su alias, generala suprema y mano derecha de la reina. Toda una mentalista que se caracterizaba por sus poderes de control. Ella siempre te vio y siempre le fuiste interesante.

La transformación terminó y Lety quedó atrás como un cascarón vacío y débil… Y humano. Ahora llegaba Aberrant con todo el poder de la oscuridad, con sed de venganza y lista para la batalla.

Umino miraba con desesperación mientras la chica de cabello violeta parecía adueñarse de su compañera y cómo esta no peleaba. Gritó su nombre en varias ocasiones pero esta no le respondió y tras un último grito desesperado al ver su figura oscura, un símbolo apareció en su frente, resplandeciendo con toda la fuerza que era posible e iluminando el salón oscuro, dando un pequeño rayo de esperanza en tanta oscuridad.

Su cabello resplandecía de un color azul intenso mientras un remolino de agua se formaba alrededor. El remolino fue lo suficientemente fuerte como para esparcir una gran ola de viento que cubrió a sus compañeros, dándoles la posibilidad de escapar.

- Que lástima, no tendré más juguetes – dijo la chica con algo de resignación en su voz.

De aquel remolino parecía destacarse una figura brillante, una silueta que se mezcló con el agua y giraba a la misma velocidad que esta. El grito de Umino comenzó a transformarse en una suave melodía, la cual parecía mostrar el compás del agua. La figura del interior parecía transformarse en una bestia cuyos ojos resplandecían y tras un rugido, pudieron ver la forma de un dragón, el cual desapareció del caótico remolino para ir formando una figura que parecía agruparse. Cada gota de agua parecía viva y consciente, cada una ocupaba un lugar específico, un lugar especial. Así se iba formando la figura de una chica, una con armadura y cabello largo y celeste como el remolino que le reflejaba. Esta danzaba en el agua con soltura y se movía al compás de las olas del mar. Sus movimientos gráciles y elegancia se veían acompañados de una armadura y la aparición de un tridente en su mano. El símbolo en su frente seguía brillando mientras el agua parecía ser absorbida por su piel mientras abría los ojos y miraba a las dos figuras oscuras frente a sí y a la antes compañera de clase transformada.

Con apuntar su tridente hacia ella bastó para que un ciclón de agua se disparara hacia ella y la cubriera, dejándola en el suelo, inconsciente. Poco a poco, su figura humana se recuperaba y el símbolo en su frente se apagó.

- Vaya, una guerrera de Andelivian y una de Kal’Ahd aquí. Interesante. ¿Coincidencia? No lo creo – rió la chica de cabello violeta y miró a la antigua Lety.

- ¿La recuerdas? – esperaba su respuesta.

Al haber dicho esas palabras, te transportaste por un momento a un reino que podía haberse catalogado como hermoso hace mucho tiempo y un trono al final de un largo pasillo con una tumba de hielo.

- Ahí descansa nuestra reina, la Reina de cristal – viste a una pequeña gata negra que te miraba fijamente.

- También es el reino al cual perteneces. Eres una guerrera de Andelivian – era confuso que te hablara como una chica, sabiendo que eras un chico pero una parte de ti estaba seguro que se refería a ti.

- Al aceptar la ayuda de tu verdadero ser, has aceptado volver a esto. Debes recordar pero debes encontrar el cristal sagrado para hacerlo. Busca a tus compañeras y el cristal, Nereida – algo saltó en tu pecho al escuchar ese nombre y una figura más se vino a tu cabeza. Un zorro blanco, el zorro de tu sueño, Arjimae. Estaba herido y estaba muriendo. Era transportado por un ser alado que reconocías en tus sueños como la Sacerdotisa de Hardak y estaban en un hospital, el hospital donde la clase maldita estaba.

Entonces, sentiste el poder surgir dentro de ti, sentiste el agua que recorría este lugar marchito, sentiste el agua en tu piel, en tu sangre, en tu cuerpo. El agua parecía responder a tu consciencia y comenzó a danzar alrededor tuyo.

Sentías este poder mientras viste lo que esa chica le había hecho a Lety y aunque trataste de detenerla, no pudiste. El símbolo brilló en tu frente y sentiste cómo parecía darte fuerza mientras el agua del aire se condensaba a tu alrededor, protegiéndote, formando una barrera entre tú, tus compañeros y esos malvados seres. Querías protegerlos, salvarlos, luchar, y fue ese sentimiento lo que te dio la capacidad de darles la oportunidad de huir.

Tu ser se disolvía con el agua, te hacías parte del remolino pero no sentías temor, todo lo contrario, el agua era un reflejo de tu ser y fluía contigo en perfecta armonía. Te dejaste llevar por la melodía que ejecutaba mientras sentías cómo cada gota formaba un perfecto compás con tu cuerpo. Sentías el poder corriendo por tus venas y mientras más tomabas formas, sentiste el espíritu del agua en tu interior. Se formó tu armadura y tu tridente, el cual sentías como una extensión de tu propio brazo. De repente, ese sueño extraño que habías tenido se hacía vívido, real, más nítido que nunca. Comprendiste que era un recuerdo, el recuerdo de una guerrera mágica que había vivido hace tiempo y que habitaba en tu cuerpo. Su poder era necesitado y había sido llamada. Al recuperar tu forma humana, nació Nereida, guerrera de Andelivian, hija del espíritu del mar y parte de la guardia secreta de la Reina de Cristal.

Miraste a la pobre chica que había sido poseída y una frase se fijó en su mente – El agua limpia y purifica. Ayúdala -.

Sin pensarlo, apuntaste tu tridente hacia ella y un ciclón salió disparado hacia la chica, cubriéndola, limpiando la oscuridad de su alma inocente y devolviéndola a lo que era, una joven humana ordinaria. Frente a ti pudiste sentir la energía de los titanes, seres oscuros y malvados del reino de Kal’Ahd. No sabías por qué pero lo sabías y estabas segura que la que antes era Lety y tú tenían algo porqué recordarse.

Por un momento, pensaste en la pequeña gata negra y recordaste su nombre. Night, una aliada y vieja amiga, tu animal guardián, siempre estuvo contigo durante las batallas y ahora parecía rescatarte nuevamente, aunque no se encontraba físicamente en el instituto.

Después de mucho tiempo, Nereida volvía a ser ella misma. Se sentía eufórica después de tanto tiempo desde la ultima vez que sintió su poder. Pero el éxtasis no duro mucho. Lamentablemente la situación no se lo permitía

Que persistente es el destino! Mi alma se había cansado de tantas batallas. Decidí probar otras existencias. Fui un delfín, una gaviota, criaturas de otros mundos cuyos nombres no puedo pronunciar y finalmente embarque en la aventura de experimentar lo que era ser un hombre. Pero nunca pude alejarme del todo de mi guardián, el mar. Debí imaginarlo, todo lo que he pasado como Umino Hikari fue sólo para prepararme para este momento. Que cruel es el mundo! Esa chica, que había demostrado ser tan amable e inocente, que podría haber vivido toda su vida de esa forma, fue despertada como una guerrera maligna. Por que? Por que tenia que ser así?

En otras circunstancias estaría feliz, pero este no es el momento de cantar canciones alegres. Ahora es momento de entonar la amarga melodía de la guerra. Aún recuerdo aquel canto de batalla que entonaba junto con mis hermanas guerreras. 

Y una canción resonó en su mente

Y mientras recordaba aquella canción, se tranquilizo pensando que por lo menos había logrado salvar a aquella otra chica que de otra forma habría sufrido un destino terrorífico, condenada a servir para siempre como esclava. Además, los otros chicos también habían huido. Ya no tendría que preocuparse mas por vidas inocentes. Ahora era entre ella y Aberrant

Y entonces Nereida abandono sus pensamientos reflexivos para concentrarse en el conflicto que tenia en frente.

-En algo estamos de acuerdo -dijo mirando fijamente o a la chica de cabellos violeta- Esto no es una coincidencia. Como las corrientes fluyen en el mar, como los ríos nacen en las montañas y mueren en la costa, como la lluvia cae a la tierra y el sol la vuelve a evaporar, así también nosotras estamos destinadas a enfrentarnos una y otra vez.

Voces en mi cabeza, recuerdos de días idos, de gloria, temores, inseguridades, batallas, odio, cariño, todo chocaba al mismo tiempo y hacian corto circuito en mi cabeza, desquiciando todos mis sentidos, me retorcía de la angustia... -dolor... mucho dolor... no quiero sentir ¡DOLOR!... Haz que pare... ¡No mas dolor!...- 

-AAAAAAAAAAAAAAAAYYY!! AYUDENMEEEE!!...-

Entonces "Ella"... se me acercó... ella me tomó... ella me poseyó... sentí sus labios... y luego sentí como me hacía pedazos desde adentro... escarbó en mi alma... para revelar mi corazón en tinieblas... mi corazón cargado de tanto resentimiento y oído... -después de haber amado tanto... después de tanto amor... todos solo me pagaron haciendome daño... lastimandome... yo no les he hecho nada...- mascullaba dolorosamente entre dientes, mientras sentía el ardor de mi sangre brotar... 

- Eres mía –  Ven a mí, Aberrant 

-Soy Suya... Generala Scarlet Bat...- Dije... entonces sentí sus cálidos labios sobre los míos... mientras me abría las entrañas y esa energía moraba me cubría... "ese fue Mi Primer Beso"... algo entre amor y dolor; entre el cielo y el infierno; lo mas lindo y lo más espantoso al mismo tiempo... y entonces reveló su nombre a mi mente... y me reveló mi nombre... -A-Aberrant... está con vos... Mi Lady Scarlet Bat...- murmuré ahogadamente en su saliva tibia...

-((Lety ya no está... Lety se fue a dormir...))-

-((Yo soy la Princesa Aberrante... el Impulso de la Crueldad y la Decadencia que hunde a las naciones en la miseria mas profunda...  la Dama que viste de Negro y lucha a la gloria de Kal’Ahd y su Reyna Oscura...))- Digo a Nereida... -((Y empezaré ofreciendo un sacrificio en ofrenda a mi Reyna Oscura...))

Doy media vuelta y me dirijo hacia la chica inconsciente... -((Tú has hecho sufrir a otras personas... Ahora yo te voy hacer sufrir...))- me poso sobre ella violentamente... y empiezo a estrangular fuertemente a la chica...

Azotando su cabeza contra el piso... -((Me voy a llevar tu vida maldita... y en el mas alla serás mi esclava por toda la eternidad...))-