Partida Rol por web

Enola llamó a sus sirvientes pero estos no llegaron, parecían no poder acudir y entonces, una extraña luz blanca lo cubrió todo. El tiempo se hizo más lento y casi podían sentir cómo esta luz los desintegraba, los dejaba indefensos. No pudieron alcanzar a Kenta y no pudieron huir. De repente, todo se hizo confuso.

Entraste por la puerta donde se habían llevado a Yuuko y pudiste ver que se trataba de una habitación de hospital pero había varios enfermeros allí y algunos médicos.

Pudiste notar que la que gritaba era una enfermera y no era para menos. Yuuko parecía flotar en el aire y al abrir sus ojos, pudiste ver una fuerte luz blanca salir de ellos, una luz que se disparó como una explosión, una luz cegadora que lo cubrió todo. El tiempo se hizo más lento y casi podías sentir cómo esta luz te desintegraba, dejándote indefensa y sin darte la oportunidad de correr. 

No tuvieron tiempo de asimilar aquello que había pasado cuando una extraña luz blanca lo cubrió todo. El tiempo se hizo más lento y casi podían sentir cómo esta luz los desintegraba, los dejaba indefensos. Sea lo que fuera que era eso, había sido demasiado veloz como para darles la oportunidad de escapar. Los había atrapado.

Aquella extraña luz las atrapó y todos sus intentos de escapar fueron inútiles, ya que las transportó a un lugar vacío, un lugar completamente blanco.

Abrieron los ojos y se encontraron en lo que parecía el suelo pero en su forma humana. Su cabeza dolía y su cuerpo apenas parecía acostumbrarse pero pudieron verse, allí, las guerreras mágicas reunidas una vez más. El ejército élite de la Reina de Cristal.

Giraron su rostro y vieron en el cielo, casi como flotando, una figura alada de cabellos de fuego, con unas alas de este mismo color. Si la detallan un poco, pueden notar que se trata de Yuuko, aunque su figura se ve mucho más madura y gentil.

- Guerreras de Andelivian - el eco de su voz era fuerte pero gentil, además resonaba por todo el lugar - El eclipse ha llegado y deben luchar, deben seguir. Por ello, curaré sus heridas - alzó su mano y una luz blanca las rodeó a todas. Sentían su cuerpo sanar las heridas y la energía volver.

Entonces, a su costado izquierdo, apareció una imagen la imagen de la tierra cubierta por una temible luz roja y en el cielo, el eclipse rojo en todo su esplendor.

- El cristal sagrado está por aparecer pero deben enfrentar algo antes, antes de recuperar su memoria por completo - a su otro costado, pudieron ver una bestia que parecía un zorro infernal, el cual parecía estar con dos guerreras, una de cabellos verdes y una alada de cabellos plateados. Esta última parecía ser el primer blanco de esta terrible criatura.

- Es su momento de decidir. ¿Lucharán? ¿Lucharán por el mundo humano? -.

Aquella extraña luz los atrapó y todos sus intentos de escapar fueron inútiles, ya que las transportó a un lugar vacío, un lugar completamente blanco.

Abrieron los ojos y se encontraron en lo que parecía el suelo pero en su forma humana. Su cabeza dolía y su cuerpo apenas parecía acostumbrarse pero pudieron verse, allí, los guerreros dragón más poderosos de todo Hardak, la guardia de la Sacerdotisa. Kuroryuu yacía en el suelo aún inconsciente pero allí estaba, junto a ustedes, la Gran Sacerdotisa.

Giraron su rostro y vieron en el cielo, casi como flotando, una figura alada de cabellos de fuego, con unas alas de este mismo color. Si la detallan un poco, pueden notar que se trata de Yuuko, aunque su figura se ve mucho más madura y gentil.

- Guerreros dragón - el eco de su voz era fuerte pero gentil, además resonaba por todo el lugar - El eclipse ha llegado y deben luchar, deben seguir. Por ello, curaré sus heridas - alzó su mano y una luz blanca las rodeó a todas. Sentían su cuerpo sanar las heridas y la energía volver.

Entonces, a su costado izquierdo, apareció una imagen la imagen de la tierra cubierta por una temible luz roja y en el cielo, el eclipse rojo en todo su esplendor.

- El orbel del dragón está por aparecer pero deben enfrentar algo antes, antes de recuperar su memoria por completo - a su otro costado, pudieron ver una bestia que parecía un zorro infernal, el cual parecía estar con dos guerreras, una de cabellos verdes y una alada de cabellos plateados y a pesar de la distancia, no tardaron en reconocer que ella era Platinium. Esta última parecía ser el primer blanco de esta terrible criatura.

- Es su momento de decidir. ¿Lucharán? ¿Lucharán por el mundo humano? -.

¿Que era esa sensación? El dragón solo quería seguir golpeando aquel metálico recipiente hasta que quedara hueco, pero ese helor era casi más molesto que su propio hielo, y el ¡amaba su hielo! Entonces, ¿que le molestaba hasta el punto de transmitirle esa inseguridad? ¿ese miedo que no tenía intención de exteriorizar?

Apretaba unos colmillos que hacía tiempo que no se le mostraban, su ira era aparentemente cercana a muy intensa, suficiente para hacerle mostrar su aspecto más animal y salvaje, sus ojos transmitían el brillo de un lobo acorralado a punto de atacar al verse acorralado, y sin embargo, era solo esa extraña sensación la que erizaba los pelos más imperceptibles de su nuca. Tal vez instinto animal, y es que un dragón salvaje, no dejaba de ser un animal enjaulado en el cuerpo de un muchacho que veía su físico llevado al límite - esto me dolerá mañana Ilify, ¿me quieres matar? - preguntaba su compañero dudando que fuera a ser escuchado - ¿pueden los humanos ayudarte? Ya sabes quien soy después de todo - un rugido furioso interrumpía al contenedor, y la voz de Ilify parecía hablar sola - ¡calla! ¡calla! ¡CALLA! soy un orgulloso dragón que crees que podrías hacer tú,...

Lamentablemente ese humano era partícipe de esos acontecimientos, y no podía evitar creer, que los humanos también podían ser una baza importante en ese extraño suceso - tu, yo ¿a caso no somos uno? Te guste o no, somos compañeros ¿no sufres mis pesadillas? ¿no me ayudas a calmarlas mientras calmo yo las tuyas? Si puedo ayudarte, solo pide que tome unas riendas que nunca desee tener, pues después de todo, tampoco te deseé a ti, y ahí estás...

El dragón no dijo nada, sus ojos se apagaron un momento. Pero se encendieron pronto de nuevo, algo llegaba y tenía que hacer algo, él,... y tal vez, si no era una molestia excesiva, su compañero desde las sombras. Miró al hada, inclinando su cabeza - se que algo pasa, por favor no bajes la guardia - miró a las guerreras mágicas - ¿no decíais que no hacía nada yo? Despertad, es vuetro mundo ¿no?

Aquella extraña luz los atrapó y todos sus intentos de escapar fueron inútiles, ya que te transportó a un lugar vacío, un lugar completamente blanco.

Abriste los ojos y te encontraste en lo que parecía el suelo pero en tu forma humana. Tu cabeza dolía y tu cuerpo apenas parecía acostumbrarse cuando escuchas la voz de la reina - Levántate, Enola - te dijo con tono autoritario y a pesar de el temor que sentías por su voz, tu cuerpo no se sentía igual de veloz. La batalla te había dejado un tanto exhausta.

- Cierto, estás herida - alzó su mano y pudiste sentir una energía de color negro llenarte, curando todas tus heridas y haciendo que te sintieras llena de energía una vez más. Te levantas para cumplir su orden esta vez.

- Creí haberles dicho que debías dejar llegar a Hikaru a Arjimae y por poco y la matas. De ti esperarían el ataque, pero no de ella. Debiste haberla dejado avanzar - dijo con furia.

- Una fuerza te atrapó y tuve que sacarte. Titiritera está con Mariko en el estacionamiento del hospital. Platinium será su cena para que pueda terminar de transformarse en esa bestia sedienta de sangre que necesitamos - extendió sus alas y pudiste ver la forma transformada de Mariko, lo que parecía un zorro infernal, junto con Titiritera y una Platinium que parecía querer escapar.

La bestia que antes era Mariko comenzó a moverse y a gruñir, hasta que aulló con toda la fuerza que tenía, un aullido que hizo estremecer toda la tierra. Tras esto, miró hacia el frente y con la vista enrojecida por la batalla, vio un cuerpo, un cuerpo alado, el de una joven de cabello plateado, la cual parecía esperar algo de esta pero ella parecía dirigirse amenazante hacia esta, casi como con hambre.

-Ugh, ¿no se que esta pasando?-Respondió Mamoru a una voz que juraria que le reclamó el por que estaba ahí acostado en el piso.

De repente Mamoru abrio los ojos sorprendido al recordar que habia estado haciendo antes: habia tenido lugar una pelea muy dura con los Titanes y todo como parte de una misión para curar a Arjimae. El chico se ponia de pie sorprendido, estaba en forma humana, una pulsada de dolor recorrió su cabeza haciendo que la sujetara con las manos -¿que acaba de pasar? ¿donde estamos?- Preguntó Mamoru al ether de sus pensamientos -Si lo supiera no estariamos perdidos en medio de ningún lugar- Le respondió Cursed Dawn mientras ella en espacio mental tambien se agarraba la cabeza producto del extraño evento que acababan de pasar.-Primero deja de quejarte recipiente y busca a Healing Dragon, que nuestra misión aún no ha terminado-.

Mamuru asintó sereno a las demandas de su alter-ego y se centro en ver en donde estaban, parecia una especie de espacio celestial de colores blanco-lechosos, el suelo parecia una plataforma invisible de uno de esos cuentos de fantasia y al caminar sobre el se escuchaba un sonido de eco en cada paso. Por alguna razón a Mamoru este sitió onirico no le asustaba, se sentia a salvo y protegido, como si fuera el cielo de verdad. Mientras contemplaba el lugar pudo de ver que en el suelo estaban Shiro-san y tambien Jaycee que parecian estar inconcientes, de repente una voz femenina brotó de los labios de Mamoru exclamando:

-SU EXCELENCIA-dijó para despues forzar el cuerpo del chico hacia ella y tomarla en brazos, al comprobar que ella respiraba Mamoru recupero el control de su cuerpo y musitó-Que alegria no crees Cursed Dawn, parece que todos estamos a salvo.-Nuevamente Dawn retomo el control de los labios del chico y concluyó con tristeza-No todos..........

Fue entonces cuando recordo que Chidori Maki, Platinium, los habia traicionado y se habia pasado al bando enemigo. Si bien esto pudo dejar a Cursed Dawn triste y meditativa no hubo tiempo para tal cosa, algo nuevo habia venido, un Arcangel de cabello y alas color rojo fuego habia decendido de los cielos, ante esta presencia Dawn miró al ente con alegria y exclamó a traves de su contenedor:

-¡¡¡Yuuko-sama!!!, que gusto verla despues de tanto tiempo....

El Arcangel habia venido con buenas y malas nuevas: El eclipse carmesi habia llegado, el horror ancestral que sepultó a Hardak en la guerra para su posterior extinción se estaba volviendo a repetir, la segunda guerra, un nuevo cisma estaban volviendo a pasar. La buena era que todavia estaban vivos y aún podian volver a pelear, a lo cual el Arcangel restauró sus fuerzas con sus poderes, era una sensación increible, su magia cerró toda herida y habia borrado el cansacio de Mamoru.

Entonces el cielo se ensombrecio, mostrando el eclipse carmesi que cubria al mundo y azotaba los cielos, el orbe tambien iba a regresar y tambien sus memorias, las de todos, pero habia que pelear, como en los dias de antaño. Ante la petición de Yuuko Mamoru se pudo de pie dispuesto, mostrando su tatuaje en la mano que brillaba con un radiante roji-azul, miró al ente celestial y le dijó:

-Yo peleare junto a Dawn por el mundo humano, ¿verdad Dawn?  -Danw volteó sonrojada de lado en el espacio mental y dijo avergonzada-Lo hare, pero solo por que los humanos me parecen unos primates adorables-.

Era hora de luchar, quizas su primer enemigo seria el zorro diabolico que atacaba a las guerreras en la distancia, no importaba, lo importante era evitar que la tragedia se volviera a repetir.

Al instante fue transportado a algún sitio, sonrió eso se sentía aterrador y magnifico, aquello se veía demasiado vacío a ojos humanos, o muy lleno en ojos de dragón que buscaran luz. Ver allí aquellos cuerpos era un poco molesto, pero no lo peor que pudiera haber contemplado. Luego una voz le sacó de pensamiento, su "charla" había sido frenada por quien le hubiera llevado allí.

- ¿que pregunta es esa? Luchar o morir es la respuesta - una sonrisa suya marcó una respuesta - pero sois molestos, estaba en una importante conversación.

Su parte dragón le hubiera golpeado y el puño se apretó por su seca respuesta, pero de algún modo, eran uno.

Katherine se sorprendió al verse en su forma humana y sin rastro de Animae, y cuando sus amigas sanaron sintió un gran alivio que se reflejó en una sonrisa un poco cansada. Además, ver así a Yuuko dividió sus emociones: por un lado estaba con un peso menos al ver lo que ella creía era su compañera pelirroja fuera de peligro, pero por otro le inquietaba no saber quién era esa mujer.

-I...-ella sí quería luchar por los humanos y que así no se volviese a repetir la historia, e incluso sabía que Animae pensaría lo mismo que ella, pero no sabía si sus compañeras pensarían lo mismo-Yo.. sí quiero pelear... pero podrías decirnos... ¿quién eres?

-Vaya, vaya, que monada no crees? Comento llevándose un dedo a los labios después de estremecerse todo el cuerpo por aquel grito. -Creo que ya a encontrado algo para poder conseguir todo su potencial. Que crees que estará buscando? Quizás ha encontrado el rastro de algún dragón?

Los ojos de la Sacerdotisa dragón se movían, parecía reaccionar. Entonces, los abrió súbitamente y se encontró en el regazo del chico - Mamoru... - dijo y luego se giró hacia Jaycee.

- ¿Están los dos bien? - se levantó despacio y se fijó en la visión. El monstruo, Platinium a sus pies y esa titánide... Parecía sorprendida.

- Esto es por el eclipse - miró a Yuuko y le dijo con sequedad - Eres de Andelivian. ¿Qué quieres de nosotros? ¿No nos han arrebatado suficiente? - una ira contenida era latente en su voz.

Mamoru se sorprendio al escuchar que aquella chica angelical fuera de Aldelvian, miró en sus adentros y preguntó a Dawn que parecia conocerla -¿Como es que la conoces? La sacerdotisa dijo que ella era de Aldelvian- La Dama Dragon se tomo la cabeza con las manos y como si intentara recordar musitó-No lo se, creo conocerla pero no me acuerdo muy bien. Mis recuerdos estan revueltos-.

Mientras Dawn intentaba recordar Mamoru se acerco a Shiro y le preguntó:

-¿Quien es ella? ¿tambien es de Aldelivian?

El muchacho parecía tranquilo, sus manos en los bolsillos, no escuchaba las dudas de su compañero, solo se limitaba a ver y escuchar, pero cuando preguntó Shiro no pudo evitar sonreír - no te preocupes, no somos tan débiles como para que nos hagan sufrir, pero, me,... nos gustaría saber que se supone que pasa realmente.

- Jamás la había visto pero su energía... - su ceño se frunció - Es la misma que la de la reina de cristal - dijo simplemente poniéndose de pie.

- ¿Qué es todo esto? - le preguntó a Jaycee y Mamoru para luego señalar el zorro negro gigante que estaba fuera del hospital.

El muchacho sonrió - no soy tan perceptivo como mi compañero, pero no tiene muy buena pinta ver algo tan grande en un lugar común,... siempre he renegado de mis orígenes, pero ¿creéis que las armas serán efectivas?

Se cogió el hombro diestro estirándolo y haciendo crujir el cuello - si hay que ir, se va,... ¿fileteado o a cubos?

De pronto, todo cambió. En un momento estaba peleando, y al momento siguiente me vi atrapada por una luz brillante. Preocupada, miré alrededor esperando encontrar un nuevo enemigo. Sin embargo, lo que encontré fue un vacío, y a mis compañeras en él. Y flotando sobre nosotras, una mujer de cabellos de fuego... ¿Yuuko? Pero no parecía ella del todo. Confusa, la observé y escuché lo que decía. Su gentil voz me dio confianza y esperanza. 

Me sentí mejor cuando su luz curó mis heridas. Agradecida, incliné levemente la cabeza y miré con gesto serio lo que nos mostraba. No estaba dispuesta a que nuestros enemigos se hicieran con el cristal. No sabía bien quien era la criatura alada a la que atacaban la de pelo verde y la guerrero dragón, pero si aquellas lo atacaban, seguro sería amigo y tendríamos que salvarlo.

Di un paso adelante.

- Yo lucharé por los humanos y por nuestro mundo, no permitiré que se salgan con la suya. 

-No estoy seguro, creo que son Platinium y una guerrera mas que estan peleando contra esa bestia Shiro-san-Dijo Mamoru mientras veia lo que pasaba abajo y el conflicto que se veia.

Mamoru se sorprendio al escuchar que la chica angelical era de energia similar a la Reina de Cristal, la gobernante de Aldelivian y ama de las guerreras magicas según las memorias de Dawn y que habia podido ver Mamoru. El chico miró a sus adentros y pregunto a Dawn-¿Tu conociste a la Reina de Cristal?-.a lo que Dawn responde-Si, ella se reunia mucho con la Gran Sacerdotisa de vez en cuando, a veces tomaban el té juntas-.

El chico no queria saber de esas cosas de momento, el Eclipse habia llegado y ahora mismo estaban pasando varias cosas, entre ellas la presencia de la (posible) Reina de Cristal. Mamoru se dirigió a la criatura celestial y preguntó:

-¿Por que nos ayudas? Si tu fuiste quien azoto el mundo de los dragones y los masacro, ¿Que quieres realmente?