Partida Rol por web

No pudo evitar un escalofrío, aquel rugido llega a sus oídos, ante ella estaba esa bestia que le serviría para cumplir su venganza o al menos eso pensaba ella, pero noto la mirada de la bestia como si quisiera comérsela, Platinium se mostraba sin sentimientos ni emociones ya que en cierta forma estaba cegada por su venganza contra aquellos que la traicionaron hace tanto y no sabía que esperar, el comentario de la titiritera hace que la mira y diga:

- A que te refieres con todo su potencial? acaso no esta completo ahora que el eclipse esta aquí? que es lo que necesita para completarse?

Pregunta mientras mantenía cierta distancia y se mantenía en alerta.

-No no, tiene que conseguir toda su rabia y fuerza no te preocupes sus ojos no hacen justicia a lo que piensa. La protección de la dama oscura te protege, en cuanto este a tu lado y vea que no eres una amenaza continuara su camino. Recuerda que no piensa demasiado, fíjate como me a ignorado a mi, es porque desprendo energía oscura, tu tranquila estas a salvo. Dijo con firmeza Reimu para que se tranquilizara, la verdad es que ella misma se sentiría bastante asustada si se acercara algo tan grande a por ella.

Platinium escucha la explicación de la titiritera, sin embargo, no estaba totalmente convencida ya que le habían traicionado una vez y podrían hacerlo de nuevo, no era que no se fiase de la reina, pero algo le decía que tenía que tener cuidado, no quería aparentar estar asustada, por lo que se pone en marcha estando alerta sobre todo a la bestia y dice:

- Vamos... no perdamos más tiempo.

Enola se encogía sobre sí misma, tratando de no perder la compostura, entendía su error, pero igual entendía por qué lo había cometido. Era la guerra su elemento, pelear le hacía perder ese temple suyo, por eso tenía sirvientes, armas de largo alcance, pues si se enfrascara cuerpo a cuerpo podría pelear hasta la muerte.

No debí involucrarme.

Agradeció su asistencia, que la misma reina la ayudara era todo un honor y una deshonra por partes iguales. Significaba un fallo suyo.

Se levantó lentamente, aun avergonzada de su actitud, incluso en la pelea su voluntad de pelear había roto aquella barrera, pero ahora con su ego herido decidió dudar antes de avanzar.

¿Cuáles son tus ordenes mi reina? 

ya cuando había decidido combatir hasta su último aliento, porque simplemente había sido creada para ello, aún con la cabeza confusa pero con la certeza de que se era su lugar y momento, había apretado los puños dispuesta a defender a la guerra de rubios cabellos, incluso cuando el cuerpo ya dolía y sentía las manos entumecidas por las descargas de energía que había recibido. Tragó saliva, seguiría luchando, cuando la gentil figura de una peliroja se alzó como la esperanza que necesitaban, curando sus cuerpos y trayendo alivio a sus espíritus asustados. Storm Angel asintió a sus palabras, ya sentía convicción desde antes de su papel en ese momento, pero ahora tenía un sentido. 

- a luchar.. - murmuró, ahora con sus ojos puestos en aquel kitsune infernal que había aparecido, la verdad sería liberada, pero habría que luchar por ella.

Aquella figura comenzó a brillar y antes, que pudieran reaccionar, el lugar parecía desvanecerse.

- Yo no soy de Andelivian, yo soy Andelivian. Soy Hardak y soy Kal'Ahd. Soy la esencia primigenia que dio origen a sus planetas. Soy una estrella - tras estas palabras, todo comienza a brillar a su alrededor y pierden la noción de sus alrededores.

La reina oscura sonrió al ver que la Enola de siempre parecía regresar y se comenzó a acercar a ti con un paso calmo y tal vez tranquilo.

- Mátalos a todos, Enola. Guerreras mágicas, dragones, pero no toques a Storm Angel. Arjimae saldrá pronto. Todo esto es una trampa para él - se acercó y tomó tu mentón. Te dio un suave beso en los labios y luego se alejó.

- Te lo confío a to, mi querida Enola, y solo a ti. Todo esto es para lograr que salga el zorro blanco. Con el fuera del camino, la tierra quedará completamente desprotegida y nos apoderaremos de los cristales. Cuando los destruyamos, solo nosotros quedaremos y podremos reinar - rió y prosiguió -. Pelea y acaba con todo lo que puedas hasta que el zorro salga - tras esto, un resplandor invadió todo el lugar y perdiste la conciencia del espacio donde ahora te encontrabas.

La mujer de cabellos rojos sonrió y mirando a Katherine, le dijo - Soy el origen, el comienzo. Soy una estrella -  tras estas palabras, todo comienza a brillar a su alrededor y pierden la noción de sus alrededores.

La bestia miraba a Platinium con firmeza y mientras ella se alejaba, esta la seguía. Al principio, la dragona trató de alejarse pero con un batir rápido de las patas, la bestia agarró a Platinium y la llevó a sus fauces con gran fuerza para morder su espalda y hacer que un hilo de sangre constante cayera de esta. La bestia parecía tomar su sangre incesantemente, pero no la mató. Solo dejó a la dragona muy malherida y débil. Incapaz de pelear, como si fuera un simple despojo de carne en el suelo.

Mientras tanto, las guerreras y los dragones parecían llegar.

El intenso resplandor desapareció y cuando recuperaron consciencia de sí, se encontraban nuevamente en su forma dragón. Estaban cerca del parqueadero del hospital y solo debían cruzar una puerta para llegar pero aquello que vieron les robó el aliento.

Platinium parecía querer alejarse de esa bestia pero ella la agarró con sus fauces y cortó su espalda salvajemente, haciéndola sangrar a borbotones y tomando su sangre.

- No... No puede ser... La reina ha logrado corromper a una bestia sagrada - dijo mientras miraba aterrada cómo Platinium caía al suelo sin ser capaz de oponer resistencia. Estaba viva pero en extremo debilitada.

- Debemos llegar a ella y ayudarle - y aunque se dirigían hacia allá, Healing Dragon frenó en seco y los miró. La tristeza estaba en su voz tan palpable como cuando estaba en su forma humana - Mis dragones, debo hacer algo antes de poder ayudarles en la batalla. Por favor, recuerden que la bestia ha perdido su pureza. Deben purificarla - y sin decir más, extendió sus alas y salió volando a gran velocidad.

Cuando reaccionas, te encuentras cerca del parqueadero del hospital y has vuelto a tu forma titán. Aún tenías la imagen de lo que había sucedido con la reina y sus palabras. Entonces miraste al frente y viste cómo Platinium parecía querer alejarse de esa bestia pero ella la agarró con sus fauces y cortó su espalda salvajemente, haciéndola sangrar a borbotones y así Mariko bebía su sangre.

Era una trampa para Arjimae, podías sentirlo cerca, pero también a los dragones y a las guerreras mágicas. Yami estaba a tu lado, había recién aparecido y dijo - Siempre fuiste una de mis favoritas. ¿Cuál es el plan? ¿Acabar con quien aparezca? - Titiritera se encontraba allí, al lado de la bestia, solo expectante a lo que sucedía.

Todas aparecieron cerca del parqueadero del hospital. Solo una puerta de vidrio las separaba de la batalla. Podían sentir la presencia de Arjimae cercana pero también la de los dragones y la de los titanes. Era el momento de la batalla. Si no vencían ahora, era posible que el Reino de Kal'Ahd se apoderara de la tierra.

Se dieron cuenta que todas estaban en sus trajes de batalla y a su lado, estaban sus guardianes. Un pequeño perro de cabellos castaños al lado de Lightning, un conejo blanco al lado de Scarlet, una mariposa blanca junto a Animae y un perro negro de un tamaño considerable al lado de Storm Angel.

Este último se le acercó a la guerrera y le dijo - Debemos irnos, no debes pelear. Si lo haces... - bajó el rostro y luego se acercó a la guerrera para darle un poco de confort.

Respiró despacio recobrando el aliento - purificarlo,... pero ¿como? - dio un salto para acercarse más rápidamente, su intención no era otra que llevar a cabo el designio que se le daba, aunque le daba cierta rabia haber dejado un combate a medias, se decidió apresurar a atacar a esa criatura, no es que fuera a caer por un par de golpes, así que intentaría convencerle de su error dejándose dominar como mejor se le daba, a puñetazos - ¿y crees que así te hará caso? Al menos entre puñetazos dile algo,... - su alter ego tenía razón, pero no era muy bueno con las palabras, y dudaba lograr algo.

De camino, miraba sus brazos, se sentía nervioso, pero su cuerpo no parecía molesto por ello, incluso parecía distraído, pero en realidad, solo era otra mezcla de tristeza y dudas, y es que tantos paseos sin lógica absoluta, le hacía pensar que alguien los manejaba como simples peones de su ajedrez, a caso ¿solo eran títeres de alguien a quien no veían ni notaban?

La dragona puede notar como la bestia le seguía mientras ella iba alejándose, procuraba mirarla de reojo ya que no terminaba de fiarse de ella y como la miraba, pero entonces sucedió, escucha los pasos de la bestia que se acercan a una gran velocidad y nota un fuerte dolor en la espalda, era aquella bestia que esperaba fuera el instrumento de su venganza que le había atacado, notaba como le sangraba la espalda de forma muy abundante y como el dolor era insoportable, notaba como esa bestia tomaba su sangre, como la estaba “secando”

• ¿Otra vez… otra vez me han traicionado… por qué? ¿Porque siempre me traicionan?...

Siente que iba a morir, estaba segura de ello y en sus ojos empiezan a formarse lágrimas de puro odio e impotencia, odio a si misma por haber sido traicionada tantas veces y de impotencia por no poder hacer nada, sin embargo, cuando ya sabía que iba a morir aquella bestia se marcha y la deja en el suelo muy malherida y débil. Apenas puede moverse y articular palabra, apenas mantenía la consciencia cuando ve a las guerreras y a los dragones llegar mientras piensa:

• Todos… todos me terminan traicionando tarde o temprano… no tengo a nadie.

Se llevo un dedo a los labios cuando Mariko salto encima de Platinium, en un principio mientras ella estaba siendo devorada, la titiritera estuvo acariciando la cabeza de su peluche Grim con suma paciencia, sin hacer gesto alguno de ayudarla antes de que acabara, aun permaneciendo detrás sin que la vieran. Cuando acabo de alimentarse, sonrió divertida dejando a su peluche justo en sus piernas mientras se inclinaba en el amasijo de carne que era ahora mismo Platinium. Paso cuidadosamente la mano por su cabello, despejandolo de su rostro para que pudiera verla bien. -Mira como me miras...parece que estés llorando por dentro Chidori. Acaso te sientes rota? Destrozada? Lo lamento tanto...tanto.

Entonces se llevo la otra mano a los labios intentando reprimir una risa. -Perdona...Perdona si es que...es buenísimo. Hace unos minutos desconfiando de mi y ahora, fíjate, deberías haber seguido a tu instinto. Sabes, este dolor no es ni mucho menos el que me hiciste sentir cuando me pusiste delante de la dama oscura. Encima no te quedaste. Tiro un poco de su cabello para que la mirara fijamente. -Te fuiste dejándome sola y asustada, después de darte ese apoyo que tanto necesitaba tu alma. Tu única amiga y asi me lo pagas? Te mereces estar en esta posición Chidori, te mereces haber sido alimentada para nuestra causa.

Deja estar a Platinium, levantándose y quedándose en una posición mas altiva, llevando una de sus manos a su cabello, sacudiéndolo suavemente mientras chasqueaba con la otra sus dedos. A esa señal Grim comenzó a sacar una especie de humo entre rojizo y negro de su interior recobrando su monstruosa forma gigante, sin adelantarse, mirando a las tres chicas con una sonrisa malévola. -Hare que Grim te devore Chidori, porque eso es lo que tenia que haber pasado. Porque se supone que sigues viva? Los ojos de la titiritera parecían brillar con luz propia mientras su sonrisa se volvía sádica. -Ya te he matado una vez, dragón Platinium, cuantas veces tendré que atravesar tu pecho? Grim, cometela, despedaza su cuerpo, después me encargare de reconstruirla en casa. Mariko, cariño. Dijo con voz dulce acercando su cabeza a su espalda sin que la bestia no la viera. -Sigues sedienta verdad? Los notas? Saciate. Ve! Devora sus cuerpos y almas para disfrute de la reina de la oscuridad!

Platinium no podía resistirse a lo que Titiritera hacía, solo podía observarla, apenas tenía fuerzas, la escucha mientras casi sin fuerzas dice.

• Chidori… mi recipiente… te quería… ella te quería de verdad y eras muy importante para ella… ella no quería hacerte ningún daño…

Apenas podía hablar y aun así se esfuerza por seguir hablando:

• Si de verdad es eso lo que dices… y la quería. no mancilles su cuerpo, ella… déjala morir en paz…

Sabía que no le haría casi y que sin duda se reiría de ella, por lo que concentra toda la energía que le queda en alguna clase de protección o escudo mientras dice:

• No me importa… morir… pero no dejare que la mancilles… protegeré su cuerpo y su alama… para que la menos sí que ella pueda… descansar en paz.

Animae yacía un poco confundida con la respuesta de la la mujer que las estaba ayudando, pero de lo que estaba segura era que la pelea ya estaba frente a ellas y debían esforzarse lo más que se pudiese para afrontar lo que viniese. Miró a Schmella para agradecerle con la mirada que estuviese ahí y al ver que el perro negro había hablado precisamente con esas palabras, miró al animal y a Storm Angel con interés.

-¿Por qué ella no puede pelear?

Preguntó antes de ir, era importante saber qué estaba pasando antes de ir al combate.

El rostro de la titiritera no cambio nada mientras el suelo temblaba por el paso de su peluche Grim el cual ya tenia la mitad de su boca entreabierta, enseñando sus largas hileras de dientes afiladas como cuchillas, de hecho lo eran.

-Venga Platinium no me vengas ahora a pedir que no destroce tu cuerpo. Se que no me recuerdas pero deberías. Se agacho un poco, medio de rodillas para poder ver bien el momento en que Grim se la tragara. -Su cuerpo no se desperdiciara, sera una de mis lindas creaciones, como lo es Grim. Pero como no es mía...la odiare toda mi vida, usada como escudo contra mis bellas creaciones. Una y otra vez malograda solo para ser reparada en mi taller. Un error que cometí antes fue irme de la lengua y dejar pasar mucho tiempo. De todo se aprende verdad? Grim, tragatela de una vez, tenemos cosas mas importantes que hacer.

-¡¡¡Un momento!!!, ¿eso significa que tu eres.........................?

Mamoru no tuvo tiempo de terminar su pregunta, aquel ser los habia llevado de vuelta al mundo real y en otras condiciones ya que estaban en su otra forma. Ahora Dawn movia los dedos de sus manos para probar la sensibilidad y el control del cuerpo, miró a su señora algo preocupada y le dijó:

-¿Que creé su Excelencia?, ¿Por que la entidad primigenia se haria presente frente a nosotros?

Cursed Dawn ya habia oido antes del tema, durante sus lecciones de magia su Incubator le habia enseñado que la luz y la oscuridad eran parte de lo mismo, incluso llegó a compartirle la loca teoria de que los 3 mundos habian sido creados por una entidad onmipotente, pero no habia podido comprobarlo hasta ahora. Dawn queria soltar una lagrima esporadica por la nostalgia, su Incubator Twilight Nori ha pesar de sus locuras recurrentes habia tenido razon. 

No hubo tiempo de seguir en el tren del recuerdo, las alarmantes palabras de su señora la pusieron en aviso, ahí estaba Platimiun luchando contra una imponente bestia oscura, Mamoru desde el interior de Dawn musitó:-¿Crees que sea Arjimae?--No estoy segura, es una posibilidad.-dijó Dawn seria. No queria suponer nada pero era una posibilidad, despues de todo su señora habia señalado que esa fue una bestia sagrada.

Dadas las ordenes su señora se marchó con rumbo desconocido, era hora de actuar. La dragona miró a su compañero Ilify y le dijó:

-No es obvio ¡¡¡debemos darle una paliza!!!, una vez neutralizado podremos sacarle la energia negativa y volvera a ser un chico bueno.

Y así sin decir mas Cursed Dawn cruzó la puerta rumbo a la batalla que se estaba librando, era peligroso y podian morir (otra vez) pero el riesgo era parte de la vida de un Caballero dragon

Enola sonrió, aun tímida por su reciente fallo, dejar que su espíritu de guerra la dominase fue un error, pero era algo inherente en ella, le gustaba la guerra. Poco a poco su sonrisa recobro confianza y su ojo ígneo volvió a brillar con fiereza.

Nuestras ordenes son acabar con ellos, salvo con storm…

Rechino los dientes, pues le disgustaba esa idea, pero obedecería esta vez. Rápidamente comenzó a acumular energía para lanzar sus ataques, su especialidad era atacar de lejos, esta vez lo conseguirá.

Hay que comenzar la cacería. Debemos sacar a un zorro de su escondite.