Partida Rol por web

Nereida se sorprendió tanto que sus ojos se abrieron hasta quedar como dos platos.

-Que?!! Matarte? No... no me pidas eso, Arjimae. No puedo. Debe haber otra manera. Pensemos en algo, por favor.

Cuando su otra version se acerco instintivamente dio un paso hacia atras, pero no sabia como vio a la chica muy pegada a ella, aquella situacion hacia que el corazon se le acelerase, en cierta forma no sabia muy bien que hacer ni como actuar. La pregunta hizo que la mirara, pero el verla tan cerca hizo que se viniera en su mente la imagen de la chica besandola, por lo que dio un paso hacia atras tropezandose y cayendo al suelo mientras decia:

No... yo solo queria salvarlos... salvar a los demas y ser aceptada... no ser alguien malvado... me engañasteis

Mi rostro se consterna... -¿...Mamá?... ¿Por mi de-de que hablas?... ¿Como que por mi?... ¿Quien te trajo aquí?... ¿De quienes vienes escapando?... ¿Por que estás tan asustada mamá?... no-no te preocupes, yo voy a defenderte mamá... no me sueltes, saldremos de aqui... dime ¿Que te sucedió?...-

Al ver el rostro lleno de terror de su hermano mayor no pudo evitar retroceder unos pasos y observar con tristeza y miedo la reacción de quien una vez fue valiente y que, a pesar de los duros entrenamientos que le daba, era protector y no solo lo pensaba por compartir lazos sanguíneos. Ephorus era una de sus personas amadas a pesar de todo.... y sin quererlo, aunado a los sentimientos de su alter humano, comenzó a llorar sin siquiera darse cuenta.

-E... Ephorus... yo...-su voz temblaba... había pasado por mucho y estaba preparada para una batalla, no para encontrarse a su hermano mayor a quien vio morir y menos en ese estado...-por favor... aquí estoy.

Se fue acercando con cautela y no era porque temiese que él le hiciera algo, sino que el chico se lastimase a sí mismo o algo por el estilo.

-¿Recuerdas? Commutatus Ephorus... Siempre nos decían que era raro que nos llamáramos por nuestro apellido primero y no por el nombre. ¿Recuerdas que papá se sentía orgulloso de esa peculiaridad?-se fue acercando de poco tratando de no ser amenazante o asustarle más de lo que estaba-Y de mamá, que siempre estaba ahí para nosotros cuando quisimos ser guerreros como ella... Visris y Sonus. ¿Recuerdas a papá y a mamá?

Cuando ya estaba cerca se arrodilló con la idea de que así su hermano notara que no quería hacerle daño o que pensara que era una cruel alucinación. ¿Él estaría vivo o sería un alma atormentada? Su corazón se agitó ante la última idea.

-¿Recuerdas cuando les conté que tenía poderes también? Te emocionaste mucho en la cena... Fuiste quien más se exaltó y me abrazaste muy orgulloso de mí.. Porque compartíamos más cosas con el nacimiento de mis habilidades... 

-Ephorus... por favor... -su voz seguía quebrándose, pero si debía ser la fuerte para su hermano soportaría todo con tal de que su corazón se aliviase.

Scarlet rió mientras veía tus intentos desesperados de alcanzar a Animae.

- ¿No lo entiendes? Su espíritu es mío ahora. Nunca podrás salvarla, así como no pudiste salvar a Zmiy. ¿Acaso ya lo olvidaste? Yo no. Yo estuve ahí, Ilify, ¿sabes? Vi cómo estallaba tu hielo y congelaba a mis subordinados. No pudo conmigo porque soy mejor que todos ellos, pero casi me atrapas, cariño - sus ojos brillaban expectantes y sus alas se extendían.

- ¿Qué harás, Ilify? Tu espíritu por el suyo. Suena justo, ¿no crees? -.

La mirada de Arjimae se retiró entristecida.

- No lo entiendes, Nereida. Escucha lo que te digo porque... Porque no puedo ser yo mismo por mucho tiempo - se dobla mostrando una gran agonía en su rostro.

- Te... prometo... que... me contendré... pero no durará mucho - luchaba contra algo dentro de sí, podías sentirlo.

La chica hizo el ademán de besarte y al ver que caías, rió levemente.

- ¿Estás segura? Porque recuerdo que dijiste que no querías ser molestada nunca más, querías que te temieran y te respetaran. Querías venganza, Chidori - se agacha hasta ti con despacio, casi sabiendo que poco podías hacer en esa posición.

- No lo has olvidado, ¿verdad? El poder, la capacidad de control y el odio... Nunca lo olvidarás. Ya abrazaste tu oscuridad una vez, puede volver a ocurrir, Chidori - se seguía acercando a ti con despacio, como un cazador que no quiere asustar de más a su presa.

La madre no quería que la tocaras, se sentía tremendamente asustada.

- El día que me fui de casa, una chica de cabellos azules me capturó y he estado encerrada desde entonces. Traté de decirles que no tenía ningún vínculo contigo, pero no me escucharon - te miró con enojo.

- Todo es tu culpa, Hikaru -.

Commutatus Ephorus, aquel que antaño había sido el capitán de la guardia de la Reina de cristal, ahora parecía un hombre que había perdido la cabeza. Tras escuchar tus palabras, movía su cabeza de lado a lado, negándose a aceptar que era realmente su hermana, aquella que siglos atrás había muerto al igual que él.

- Esto... Es... Imposible... ¡Solo eres un sueño! ¡Otra alucinación tratando de confundirme y mostrarme a Animae! ¡Aléjate! - atacó con su espada con fuerza, pero al ver cómo llorabas, se detuvo en el aire antes de golpearte y dejó caer la espada justo al lado tuyo.

- ¿Animae?... Dime el nombre de mi único amor... - parecía algo muy importante para él, una pregunta que nadie sabía responder.

Ilify bostezo visiblemente ante las palabras de la titánide - ¿como humana eras una vendedora a domicilio? Menuda forma de hablar... Que no pude salvar a Zmiy, mmmmm fue ella quien me salvó a mi, su vida no fue tan poco como para necesitar que la salvara. Eso de ser superior, bueno, si no se hubiera sacrificado, cosa muy diferente a que le hayas ganado, otros hubieran muerto, su caída no fue una derrota, fue una victoria en la que otra vida pudo seguir adelante. Además si casi te atrapo, es claro síntoma de que mi ataque lo frenaron otros, eso tampoco te hace mejor, solo más rápida - al final dijo lo que de verdad pretendía, que se dejara atrapar sin más.

- creo que ha quedado claro, que eres bastante buena con las ilusiones, primero Zmiy, ahora Animae, puede que realmente sea ella, pero tengo muchos motivos para no aceptar esa propuesta, desde el hecho de que sea una farsa, pasando por el hecho de que si te la entrego no podría comprobar que de verdad la liberaras, hasta el hecho de que si lo hiciera; ella misma me golpearía por idiota. Si has acabado con tus jueguecitos, me gustaría hablar con vuestra reina.

Se concentró procurando superar cualquier alucinación, era un agobio jugar a perder el tiempo.

Nereida miró a Arjimae preocupada.

-Oh, Arjimae, que te han hecho?

La oscuridad que pujaba en su interior era fuerte, pero no podía dejar que su amigo se rindiera tan fácilmente.

-Sé que te duele, pero debes luchar. Tú puedes!

caigo de rodillas y tomo su mano para besar su dorso... -¿Mi-mi culpa?... no mami, no, no digas esas cosas mami, yo te quiero mucho... tus palabras me hieren demasiado...-

-¿Una chica de cabellos azules dices?... esa es Nereida, dime ¿Nereida te ha hecho daño mami?... yo la haré pagar si eso es cierto... dime la verdad por favor...-

- Vaya, qué frío. Entregaste la vida de aquellas que dices amar... Ahora sufrirás - Scarlet toma un impulso con sus alas y, tras esto, una lanza de luz violeta se forma en su mano.

Estabas listo para el impacto, preparaste tus garras y cuando estabas invocando tu ataque frío, la sombra de Scarlet se desvaneció en el aire como si de humo se tratara. El lugar se iluminó y sentiste el sonido de algo rompiéndose.

Abriste los ojos y te pusiste de pie. Notaste que estabas rodeado de espejos, los cuales estaban sobre el suelo, al igual que tú. Te levantaste y viste pedazos de cristal en el suelo y te percataste que te encontrabas en el marco de un espejo como el tuyo. No tardaste mucho en darte cuenta que estos espejos eran tus amigos, todos atrapados en ellos. Los guardianes no estaban, lo cual podía indicar que habían sido capturados, pero no podías decir mucho más.

Todos tus amigos estaban inconscientes, o eso parecía. Tú habías logrado escapar, ellos aún no.

- ¡No te me acerques! ¿Acaso eres como ellos? ¿Has venido a vengarte? - su rostro era de enojo y pánico a la vez.

- No sé quién es Nereida. Si vas a matarme, hazlo de una vez. No puedo soportarlo más - su rostro se desfiguraba por la rabia que sentía.

- ¡Solo hazlo! - y entonces, una luz resplandeció en su mano y una espada con forma de cruz apareció.

Te atacó sin pensarlo.

- tsss - un sonido de desconformidad salió de su garganta, llamar frío a un dragón de hielo, no sabía si molestarse o reír, no obstante no era fríaldad aquel pensamiento, sabía perfectamente que si se sacrificaba por quienes quería, estos sufrirían, y sin duda no le quedaría nada que pudiera hacer por ayudarles. Si el problema eran las titánides, primero las frenaría para así asegurar la prosperidad de quienes apreciaba. Poner en orden las prioridades era importante.

¿Frío? ¿Ser capaz de priorizar por el bien de los suyos? Si, tal vez fuera frialdad hasta cierto punto, pero ese era su hielo cálido, dispuesto a sacrificar más que simplemente su cuerpo o mente, por esas personas especiales, sacrificaría su felicidad, si por su bien desgarraba su corazón, viviría sabiendo que pese a su sufrimiento ellas estaban bien. Un acto que si no aprendían a sentir, las titánides no entenderían demasiado bien.

Se alzó entre cristales, y entendió que esa prisión reflectante era un peligro inmenso, había sido sometido a un engaño tras otro. Seguramente sus compañeros eran tratados del mismo modo.

No podía romper los espejos, tal vez seccionara con ello sus vidas, o los rescatara, pero era un riesgo a un 50%, en vez de eso debía ayudarles de algún modo.

Concentró un ápice de energía, e hizo que una suave lluvia de nieve cayera sobre los espejos, ofreciendo una distorsión de lo que se veía, y prosiguió marcando con vaho de su aliento la marca de su mano. No sabía si manipulando el reflejo lograría hacerles una señal para que reaccionaran, para deformar la visión del engaño que estuvieran viendo, pero si no lo intentaba, nada cambiaría.

Yo miraba y escuchaba... y me sentía cada vez más desconcertada... estaba cada vez más y mas confundida... no sabía que hacer... intenté serenarme y calmarla a ella... -Calma mamá... calma... no... no soy como ellos... no... no vengo a vengar... no voy a matarte, no podria, eres mi mamá... por favor calmate...- extiendo mi mano... -ven conmigo mamá... vayamonos de aquí... anda ven... dame tu mano, por favor...-

Cuando su hermano dejó caer la espada, por un momento quiso levantarse de estar arrodillada e ir a abrazarlo. Sea un alma atormentada, una ilusión o una trampa... era su hermano, aquella figura que admiró y con la que creció compartiendo lazos de amor fraternal a pesar de que en su momento Ephorus era un poco duro con ella pero a la finalidad de volverle fuerte. 

-Ephorus...-susurró, pero justo al tener intenciones de incorporarse él preguntó algo que le tomó por sorpresa. ¿Su único amor? ¿Acaso él también estaba enamorado? ¿Por qué no le habría dicho nada? Su alter-humano igual se quedó callada, rebuscando en la memoria de ambas si algún dato era relevante, pero Animae estaba segura de desconocer dicha información y solo se limitó a suspirar.

¿Sabes que... este podría ser nuestro fin, verdad?-Lo se... pero logré despedirme de mi padre, ambas sabemos lo que sentimos por Jaycee e Ilify y somos correspondidas... hemos sido perdonadas Animae...-No me arrepiento de nada, salvo que si esto acaba tu no podrás vivir como debes-... asumí una responsabilidad contigo y la sigo compartiendo, así que no te sientas mal... me hubiese gustado hacer más por mis amigos, pero si todo termina aquí estoy bien, estoy en paz-...me alegra, Katherine.

-Hermano...-Animae siguió llorando y continuó de rodillas-... no se quién fue tu amor, pero debió ser afortunada. Comprendo el que es estar al lado de la persona amada y compartir detalles únicos, crecer juntos, ver su lado vulnerable, admirar su fortaleza y aceptar sus defectos... Solo se que había rumores contigo y Calíope, pero nunca vi algo por mis propios ojos.

La guerrera andeliviana agachó su cabeza y suspiró en sollozos.

-En esta vida tuve la oportunidad de ver de nuevo a mis amigas, a Arjimae y a su hermana, a Schmella.... a la persona que amo y que sé soy correspondida... y ahora tu-sonrió triste y cerró los ojos-. Toma la decisión que consideres, Commutatus Ephorus, pero quiero que sepas que te quiero y estoy agradecida de haberte visto otra vez...

Chidori trata de alejarse de su reflejo mientras le hablaba y dice:

No… aquello no era lo que deseaba, solo me usasteis para vuestros fines y yo no… yo no estaba bien… eso no era lo que yo realmente quería, no quiero estar sola, lo he estado y no lo quiero, quiero que todo el mundo esté bien y feliz, quiero que incluso aquellas que han caído en la oscuridad vuelvan, que se acabe todo este mal y podamos volver a una vida pacifica

Cierra los ojos con fuerza como para ganar fuerza, en esos momentos unas lágrimas salen de ellos y dice casi gritando:

Me da igual lo que digas, no volveré a ser tan estúpida y no traicionare a nadie más… ¡La oscuridad debe desaparecer!! 

Nereida intentó esquivar el ataque, pero no logró hacerlo a tiempo y pudo sentir el beso de la espada sobre su cuerpo.

-Arjimae, detente, por favor! Esto es muy peligroso. Si fuerzas mi mano... puede ocurrir una tragedia!