Partida Rol por web

Cuando te escuchó, su sonrisa cambió a un rostro más serio.

- CLARO, CONOZCO SU CASO PORQUE LO HE LLEVADO DE CERCA, PERO SU FAMILIA NUNCA SE HA MANIFESTADO. HEMOS ENVIADO CARTAS, EVIDENCIAS A LA CORTE Y DEMÁS, PERO LETICIA SIEMPRE PARECE NEGARLO TODO. ELLA TRABAJA Y SU ASPIRACIÓN ES MUDARSE. ES TODO LO QUE PUEDO DECIRTE - su tono era fuerte, pero considerablemente más bajo.

- POR OTRA PARTE, TIENEN POR QUÉ ESTARLO. LOS RED STONES VIENEN A TOCAR HOY. ¡JAJAJA! Y CLARO QUE PUEDES CONFORMAR EL GRUPO EXTRA CLASE. ERES LA PRESIDENTA Y TODO LO QUE AYUDE A MEJORAR EL RENDIMIENTO DE LOS CHICOS ES BIENVENIDO. ¡JAJAJAJA! -.

Rió y esperó por si tenías más preguntas.

Al ver tu rostro de frustración, Koichi ríe - Qué gracioso, Mamoru-kun. Mira - y en ese momento, extendió una hoja del periódico escolar que él mismo había redactado.

 ¡¡RED STONES EN CONCIERTO GRATIS EN NUESTRA ACADEMIA!!

Así es, nuestra banda favorita de todos los tiempos estará aquí, Red Stones, para mostrar su nuevo trabajo y al integrante más reciente de la banda. ¡Edward Tempus!

Este talentoso músico y cantante ha conquistado a todas las chicas, así como Ruka la cantante ha cautivado a miles, duplicando la popularidad de la banda.

Con su nuevo sonido de guitarras y poderosos vocales, vendrán hoy para festejar la posesión de una nueva presidenta estudiantil, nuestra queridísima Irisu Dairokuten Mao.

Preparen sus asientos porque este cohete está a punto de despegar.

En vivo y gratis para nuestro instituto.

 

¡NO TE LO PIERDAS!

Por: Koichi Ayase

Te miró entusiasmado esperando tu opinión.

Al escuchar la pregunta de Jaycee, Shiro cambió a un semblante más melancólico y lo miró con amor. El amor de una madre, de una hermana mayor, como la Sacerdotisa siempre miraba a sus dragones.

- Las personas del mundo de Aberrant eran ilusorias, Jaycee. Lo siento - dijo con un tono suave.

Intervino Mariko - La reina engañó a Aberrant con eso para mantenerla bajo control. Después de todo, Aberrant nación de un pedazo del corazón de la Reina de cristal - había sido una explicación más clara, pero más fría que la de Shiro.

Shiro miró a Chidori y a Katherine con una sonrisa.

- Ellos son parte de cada uno de ustedes. Ya no son seres separados, son la misma esencia. Sus consciencias descansan en paz, pero sus corazones son los mismos que laten en su pecho. En otras palabras, se han fusionado con cada uno y por ello no pueden hablarles. Tampoco pueden usar sus poderes porque no los necesitan. En el momento en que sean necesarios, reaparecerán - sonrió y miró a Animae otra vez.

- La oscuridad tiene múltiples formas, Katherine. Nuestra mayor guerra fue con Kal'Ahd, pero habrá amenazas diferentes que buscarán el poder de los cristales. Siempre ha sido así. Con los cristales despiertos, siempre habrá quienes quieran su poder -.

- Es allí donde entran ustedes - agregó Mariko -. Su labor es proteger la tierra de la oscuridad. Si eso se logra, los cristales podrán regresar a su lugar de origen, pero por ahora la Tierra será su hogar - sonrió un poco más abiertamente.

- Somos sus protectoras también. Solo esperemos que puedan vivir una vida pacífica a partir de hoy. La Reina de cristal y el Gran Dragón quieren que tengan eso, al menos esta vez - Shiro los miraba.

- Y algún día, podrán volver a Andelivian y a Hardak - finalizó Mariko.

Mariko miró a Umino y le dijo - Es cierto. Leticia es una chica como cualquier otra. Al menos pueden tratar de acercarse a ellos de una manera más tradicional. Ya no recuerdan que lucharon juntos y demás, pero creo que así es mejor. De esa manera, todo será un nuevo comienzo. Solo no traten de forzarlos a recordar, eso puede lastimarlos -.

Aimi suspiró con algo de tristeza.

- Es una lástima. Shiro ha sido mi mejor amiga desde siempre y ahora no puedo hablarle. Y ahora que no hay guerra de por medio, también perdí a Ephorus. ¿Por qué no todos regresaron? Es algo injusto -.

La chica se veía triste, pero era lógico. Jaycee y Katherine estaban juntos. Hikaru había vuelto y aunque no recordaba su lazo con Chidori, estaba allí. En cambio Ephorus...

- ¿tal vez no te gusta la música? - preguntó un poco por encima - Aimi, creo que deberías ir a ver las prácticas de un grupo llamado Red Stones, puede que te gusten.

No quiso decirle más, estaba seguro de que "la música" de aquel grupo le gustaría. Solo tenía que acercarse, a escuchar, el destino era caprichoso y los hilos de fuego entrelazado podían superar casi cualquier cosa, incluso podía hacerte visible entre una multitud.

Por otro lado, le sentó un poco mal, pensar en que ni zmiy ni el buen anciano, ni ninguno de aquellos habitantes eran reales, suspiró, le hubiera gustado que aquellas pobres existencias, que pese a ser solo ilusiones habían sufrido tal claustro, incluso siendo irreales habían tenido que mal vivir, le hubiera gustado sin duda que pudieran disfrutar de unos años de calma.

Chidori escucha lo que decían, era duro, pero era lo que había que hacer, además así los demás no sufrirían. Agradece a Katherine con la mirada y se incorpora secándose las lágrimas mientras dice:

Recuerdo prometer con Platinium que protegeríamos un mundo así… es triste, pero como decís es lo mejor…

Decía mirando a los allí presentes, sabía que iba a ser difícil, pero tendrían que hacerlo, al fin y al cabo, era lo mejor para su amada, sin duda el recordar lo que había pasado le haría desgraciada, por lo que prefería ser ella la que recordaba y guardarlo dentro de si

Escuchar las respuestas a sus preguntas hicieron sentir a Katherine todo un mar de emociones que se contradecían entre sí: decepción por lo de Aberrant, alivio y felicidad por los guerreros que por fin lograban descansar, alerta ante los ambiciosos de poder que buscasen los cristales, orgullo por asumir una nueva responsabilidad que asumiría gustosa y esperanzada de que los demás volvieran a su hogar algún día. En definitiva aprovecharía esta nueva vida y la disfrutaría, pero si la situación lo ameritaba se convertiría de nuevo en "Animae" y combatiría al lado de sus amigos. Les miró y asintió sabiendo que podría contar con ellos.

Cuando escuchó a Aimi lamentarse por Ephorus, Katherine se contuvo en decir algo y como si Jaycee pudiera leer su mente, dijo lo que planeaba comentar para aliviar el corazón de la rubia. Justamente le había dicho en la mañana al chico lo que había descubierto y se permitió sonreír abiertamente.

-Aimi... ¿puedes venir conmigo?-le puso una mano a su hombro e imaginándose dónde estaría él, los ojos azules de la inglesa brillaron-. También pueden venir ustedes-miró a Jaycee con complicidad y luego le dedicó a Chidori una mirada más amable-. Tenemos una nueva oportunidad, Chidori, Umino. Y hagamos que las vidas de ellas sean mejores. Y si les digo que podemos aprovechar el evento que el profesor Daidouji en el Gimnasio para reiniciar los lazos es porque será así-se emocionó al mencionar lo del Gimnasio porque ya se imaginaba de qué iba, y en última instancia se acercó a Mariko y Shiro con una sonrisa sincera de alegría-. Y gracias,  de verdad, por ayudarnos-refiriéndose a Edward y al grupo presente por todo lo sucedido, esperaba que ellas entendieran.

Una vez relajada, era palpable que Katherine estaba feliz y triste al mismo tiempo. No quería que su juicio se nublara por los recuerdos e hilos sueltos que quedaban, así que optó por seguir adelante por el bien de sí misma y de los demás.

-Entonces, Aimi... ¿me acompañas?-quería tomarla de la mano, pero entendía que la chica estuviera triste por recordar la ausencia de Ephorus y quería respetar su espacio-. Por favor, vayamos todos al Gimnasio antes de que haya más personas...-cierta ansia se podía descubrir en su tono de voz, pero no era mala: escondía una gran emoción.

Sorprendida por lo revelado, Irisu asiente, tanto por la visita de la famosa banda, como de la negación de la niña.

Pobre…

-Muy bien.

Tras realizar una reverencia y agradecerle al maestro, se despidió.

Entonces, se retiró pensativa.

Hay cosas que incluso para la presidenta del consejo son difíciles… no pensé que me toparía con un asunto así el primer día…

Quería ayudar a esa niña, aunque era la primera vez que trataba con ella.

O tal vez deba dejarla en paz…

Toco su arete, pensó que se sentía libre de caminar, aunque era raro, ya que no existía razón de esa melancolía, nunca estuvo en cautiverio que recordase.

Al ver el panfleto Mamoru cayo dé rodillas emocionado y clamó:

—Yuju, ¡¡Dios Existe!!

Entonces se dio cuenta que había hecho el ridículo. Se puso de pie y limpio sus pantalones, miro al periodista y comentó:

—Si, que bueno, al menos podrás entrevistarlos.

Se sentó en su pupitre e intento no pensar en la verguenza de hace unos momentos.

Te miró y se rió levemente ante el pequeño ridículo que habías hecho, aunque parece que no muchos te habían prestado atención.

- Mamoru-kun, quiero que me acompañes. Sé que si Ruka te ve, aceptará más fácilmente una entrevista y posar para mí. Incluso podría tomarles una foto juntos. ¿Qué opinas? En este momento, están ensayando en el gimnasio. Si vamos ahora, podremos hablarles antes del concierto -.

Llegas a la azotea, pero no ves nada extraño. Algunos estudiantes están comiendo allí, algunos andan en grupos y otros están con sus parejas. El romanticismo con el que comparten sus alimentos los delata. Además de eso, solo escuchas el ruido de los Red Stones ensayando y ajustando el sonido para el concierto.

Aimi les miraba algo confundida.

- Claro que recuerdo a los Red Stones, pero ¿no era Scarlet Bat la cantante? En ese caso, no comprendo por qué quieren que vaya - incluso ella había regresado después de todo lo que les hizo sufrir.

- Incluso Scarlet volvió - suspiró y miró a Katherine cuando esta le dijo que la acompañara.

- De acuerdo, pero solo porque igual tendremos que ir allá pronto - ella estaba poco animosa al respecto. Era notorio.

Al parecer los cristales se habían quedado en la tierra y otros podrían quererlos. Entonces sus poderes volverían para defenderlos.

-Nereida estará lista si llega a ser necesario.

Luego se dirigió a Mariko.

-No te preocupes. No intentaré hacer que recuerde. De hecho, creo que es mejor así. No necesita cargar con recuerdos tan dolorosos. Me acercaré a ella como si fuera la primera vez que nos conocemos. Sólo espero que no se asuste.

Katherine propone reunirse con ellos en el gimnasio. Parecía buena idea.

-Yo también voy. 

Shiro se les acercó a ambas con una cara amable - Hola, soy Shiro Kasumi. Estamos en la misma clase y no me gustan los abusivos. Por eso, puedes contar conmigo si algo sucede. Además, ya sabes mi nombre y esto no me convierte en una extraña - rió y miró a Hikaru.

- Fue una buena estrategia -.

Luego agregó - ¿Sabían que los Red Stones tocarán hoy? Y una chica de nuestra clase es hermana del nuevo guitarrista. Estupendo, ¿verdad? -.

Irisu recela sobre las chicas que tienen pareja, ya que algún día esperaba encontrar a su príncipe azul.

Agrrr… se que no debo envidiarlas… pero mirarlas con sus novios…

Con el sonido del ensayo de la banda de fondo, sentía que ella sola, pintaba muy mal en ese cuadro tan primaveral, sabia que era atractiva, solo que parte de su carácter alejaba a las personas… ¿O no?

¿Qué parte de mi aleja a los chicos?

Desde que recordaba, quería a sus padres, hacer amigos, pertenecer al consejo y tener una hermosa vida romántica.

Solo que no recordaba momentos o acciones suyas que alejaran a los demás. Mas bien al contrario.

Siempre ayudo… soy amigable… ¿Por qué no tengo amigos?

Acaricio su arete mientras se retiraba con la sensación de que algo faltaba. Ya que tenia la vaga sensación de que ella tenia compañeros con los cuales hablaba… algo sobre…¿Por qué al pensar en amigos, recordaba títeres, un parque?

Y así, Katherine, Jaycee, Aimi y Umino se adelantaron. Katherine parecía tener bastante prisa.

Shiro los miró a todos y les dijo - Sean felices. El Gran Dragón los cuida - sonrió como pocas veces se le veía hacerlo mientras todos se marchaban.

En el fondo del gimnasio, pudieron ver a Ruka cantando con el atuendo que la caracterizaba y junto a ella estaban los miembros de la banda, además de uno que no recordaban del primer concierto aquí en el instituto.

 Ruka la cantante, la cual era la forma humana de Scarlet Bat. Ese recuerdo removía las entrañas de algunos.

Ono el baterista. Ono casi muere durante el ataque de Mariko al instituto.

Tenma el bajista. Un chico callado y poco extrovertido, pero amable.

Takeshi el guitarrista principal y líder de la banda. Se rumora que Ruka y él habían tenido una relación que terminó mal.

 Este era el segundo guitarrista y también cantante de la banda. Desconocían su nombre, pero había algo en él que se hacía bastante familiar.

Están terminando el ensayo y el chico los ve. Saluda a Katherine con su mano y hace gestos a su grupo para retirarse por un momento cuando llegan.

- Hey, Kat. ¿Son tus amigos? - no dice mucho más.

Caminaste por bastante tiempo buscando a Mariko, pero no parecía encontrarse por ningún lado.

Seguiste caminando y recordaste que Mariko mencionó algo de la Sala de arte, así que con esa única pista, decidiste acudir allí. Al llegar, la encontraste a ella hablando con Shiro Kuroryuu. Mariko notó tu presencia y te sonrió y te hizo una señal para que entraras.

El salón de arte estaba lleno de utencilios, algunas pinturas de otros estudiantes y lienzos vacíos por utilizar. Entraste y Mariko te saludó con una sonrisa - Irisu-kaichou, ¿cómo estás? -.

Kuroryuu sonrió e hizo una reverencia amable, pero no dijo nada. Solo se quedó allí mirándoles.

Irisu devolvió el saludo.

-Muy bien, gracias por preguntar. Hola Shiro-san.

Por respeto saludo a la otra chica, aunque no sabía cómo debía llevarse con ella, no poseía recuerdos de que hubieran interactuado, así que era un misterio para Mao.

-Lamento interrumpir, pero quiero preguntar. Preguntarles algo.

Planteo bien su pregunta, no estaba segura de que decir.

No tiene sentido que les pregunte por los demás ya que Mariko es nueva y Shiro apenas convivía con alguien más.

-Si notan algo raro o han visto algo raro ¿Podrían avisarme? He escuchado de acoso en la escuela, así como extraños comportamientos, espero dar lo mejor para que nada malo ocurra y la prevención es mi mejor carta.

Ahora le toco a ella, después de ese discurso, hacer una reverencia, dejando caer su hermosa cabellera por entre sus hombros.

-Por favor.