Partida Rol por web

Después de hablar con Reimu*, Katherine fue a comer con su mamá y trataron de hablar de cualquier cosa que no fuese lo ocurrido en el Museo. Se logró un ambiente ameno, pero se podía palpar cierta tensión por parte de ambas. 

Le pelinegra decidió volver a su cuarto e intentar hacer tarea, pero la idea de verificar que alguno de sus compañeros estuviese bien era más, en especial de Koichi luego de lo ocurrido con el presidente Kenta y Yuuko. A ella le hablaría después, era entendible que necesitaba tiempo para recuperarse. Agarró su móvil de nuevo y le llamó a Koichi, no esperaba que le contestara mas no quería quedarse con las ganas de haberlo intentado.

-¿Bueno?

Dijo la joven cuando Koichi aceptase la llamada, algo dudosa porque no sabría qué decir.

Llegó el fin de semana (sabado) y solo quería ver a mi mejor amiga Katherine (mi única amiga), deseaba verla, poder platicar con ella sobre lo que pasó aquella tarde del laberinto, y tal vez comer algo juntas... traía dinero y había ahorrado mi mesada para éste día...

Yo estaba anciosa sentada en una banca esperandola...

El teléfono repicó varias veces, tanto que pensaste que no contestaría, pero entonces, una voz un tanto triste pero que podías reconocer, te habló.

- ¿Hola? Tempus-san, eres tú. ¿Cómo has estado? - dijo con un tono de tristeza notable en su voz.

Después de visitar una plaza comercial*, Katherine caminaba a prisa para llegar al parque. Se le veía en su bolsa algunas cosas escolares y una sonrisa afable en su rostro extranjero. Se había quedado de verse con Naoko el sábado fuera de clases, pues no sería lo mismo que verla en la escuela todos los días.

Llegó un poco tarde debido a los contratiempos que ocurrieron hace rato, pero procuró que no fuese mucho tiempo en el que la pelirosa la esperase en dicho lugar acordado. Divisó a la chica sentada a la banca y aceleró su paso hasta que se acortó la distancia un par de metros.

-Hola, Naoko, espero no haberte hecho esperar.

Dijo la pelinegra con un acento marcado pero más suelto, pues en sus tiempos libres se dedicaba a mejorar ese detalle.

Se quedó en silencio unos momentos. Si no había hablado con él en clases, ¿habría sido lo mejor hacerlo por teléfono? Katherine se aclaró la garganta y aunque había intentado evitar recordar lo sucedido, sabía que eso los perseguiría por el resto de sus vidas si no lograban superarlo. Se escuchó un suspiro profundo y que se aclaró la garganta.

-Hola, Koichi... ¿No... no te interrumpí, verdad? ¿How.. cómo... cómo estás?

Ella tenía un motivo para sobreponerse, pero sabía que no todos podían e intentaría ayudar si es que era necesario.

Había sido una semana horrible, me había metido en aquel instituto para intentar llevar una vida normal y ahora se había convertido en todo un espectáculo televisivo. Si bien no tenía una familia como tal que se preocupara de aquellas cosas Jurius me insistió varias veces para que cambiase de instituto, aun así lo rechacé varias veces, tenía demasiados motivos para no hacerlo...

Aquel día había decidido relajarme un poco alejándome de todos los problemas que me estaba causando el haber conocido a aquellos chicos, mi vida había dado un cambio radical, y no me gustaba hacia donde se dirigía... Podía entrar en las máquinas recreativas, o ir al cine, no sabía cualquier cosa que fuese normal para un chico de mi edad estaría bien.
A primera hora había ido a nadar un poco, y después me había endosado unos vaqueros, una camiseta y una sudadera con capucha y me había decidido a ser una persona normal por un día.

Fue en aquel preciso momento, cuando decidía que hacer, que apareció Tempus-san delante mía, esto hizo que toda mi cara se pusiera roja, y en vez de sonreír me entrara un pequeño tic en el labio que me temblaba levemente.
Finalmente conseguí salir de mi bloqueo y conseguí alzar la mano para saludarla.

-Ho... ¡Hola Tempus-san!- Dije demasiado alto, avergonzándome al momento.- Bi... bien, ¿y tú?

Era probablemente una de las últimas personas que había esperado encontrarme, y curiosamente una de las cosas que más vueltas había dado a mi cabeza aquella semana por diferentes motivos.

La sonrisa de Katherine se ensanchó un poco al verlo. Ya se acercó lo suficiente como para no tener que alzar la voz y cuando él le correspondió, bajó su cabeza intuitivamente para no llamar la atención.

-I am fine, thanks for asking... I mean.. Estoy bien, gracias.

Se sonrojó más por haber hablado en inglés, pero dejó escapar una risa nerviosa mientra se llevaba un brazo hacia su nuca. Lajoven aclaró la garganta para tranquilizarse y suspiró.

-Vine para comprar unas cosas de la escuela... 

Recordó lo ocurrido en el museo y su gesto se oscureció un poco. No había sabido nada de Kenta ni de su maestra y eso le preocupaba bastante. 

-Tú... tu herida... ¿ya está sanada?

Socializar no era lo suyo, después de irse del instituto paso los días una vez mas en su casa o como mucho dando paseos fugaces por el vecindario. Cuando Katherine llamo, Reimu estaba en su pequeño mundo, es decir, se encontraba en su habitación con la música del equipo bien alta, una pieza de violín resonaba en las paredes, pero su familia no estaba y debía aprovechar.

En su mano reposaba su fiel peluche, siendo remendado o mejorado por sus habilidosas manos, la aguja se sumergía en la tela como si se tratara de agua, casi sin dejar marca alguna. Aquello entretenía muchísimo a Reimu y ademas la relajaba. Su momento de tranquilidad fue interrumpido por el móvil, que sonó con su tono chirriante capaz de hacer que Reimu le prestara atención, suspiro un poco, bajo la música lo justo para que pudiera escuchar pero no para que interrumpiera la conversación que tocara y contesto. -Residencia Hakurei, Reimu al habla, quien.... Pero se quedo un momento callada al reconocer la voz.

-Anda, Katherine, que placer mas inesperado. No sueles llamarme muy a menudo. Ocurre algo?

-Hola... espero no haberte interrumpido.

Su voz sonaba un tanto preocupada y con cierta pena. Se escuchó que se aclaró la garganta para continuar.

-Sé que no hablamos mucho, pero quería saber cómo estabas luego de lo ocurrido...-parecía que los nervios marcaban más su acento inglés-... en clase muchos no hablamos mucho y... no se, pensé que tal vez sería mejor que fuese por teléfono en vez de vernos la cara... 

Se escucharon ruidos al otro lado, parecía que se estaba acomodando.

-Y... no se... es que me preocupan porque ... ya sabes... "eso" pasó dos veces...

Me limité a asentir, aunque entonces me di cuenta de que no estaba hablando, y que podía ser un poco grosero.

-Quiero decir, si, no te preocupes.- Dije estirando un brazo, como si intentara probar que nada me dolía.

La muchacha me preocupaba bastante, era increíblemente mona y adorable, y algo me lanzaba a intentar protegerla. No es que la viera débil, pero sentía que se estaba metiendo en medio de algo muy complicado.

-¿Has vuelto a ver algo raro?, esto es una locura.- Dije con una pequeña risa nerviosa.

-No tranquila no molestas o al menos a los que has molestado dudo mucho que se quejen por perder mi atención. Así que no, no molestas para nada. Notaba le tono de Katherine, no estaba en su naturaleza ser un alma de la caridad pero Katherine le caía bastante bien. Se cambio de oreja el auricular mientras volvía a usar su aguja para coser a Grim.

-No voy a mentirte, la verdad es que todo este asunto me tiene bastante asustada, tanto el hecho de que nos a pasado dos veces como el de....el de que no he podido hacer nada. Otra vez me he quedado mirando Katherine, estoy un poco cansada de solo mirar, por extraño que parezca es como si mi mente dijera “Volverá a pasar y la próxima vez que pase tendrás que hacer algo”, aun asi no hago nada, no hago nada de nada. Corto una parte del peluche para colocarlo bien debía asegurarse de que por lo menos estaba bien cosidos los remiendos. -Así que cuando hablamos de preocuparse, yo me preocupo mas por mi que por los demás Katherine, puedes llamarme egoísta.

Volvió a cambiar de oreja el auricular. -Lo importa es....como estas tu? No se lo que os paso en ese...laberinto.

- Descuida, solo preparaba un número especial del periódico. Creo que... Es lo menos que puedo hacer desde que el presidente Kenta me salvó - dijo con tono triste y permaneciendo un momento en silencio. Al notar que seguían en el teléfono, dijo.

- Vaya, que locura, ¿Verdad? Creo que nos exiliarán de la ciudad a este paso - rió - y no sabemos nada de lo que sucede - al notar que estaba siendo unidireccional la conversación, dijo - ¿Y tú cómo has estado, Tempus-san? -.

Fue en una hora libre que se levantó de su haciendo y con su andar de modelo, se acercó a los pupitres de Katherine y Mamoru.

Chicos, Tempus-Chan, Tsukaima-kun ¿Podría verlos a la hora del almuerzo en la azotea? Me gustaría comer con ustedes.

Dicho eso extendió su obento/comida, una caja sencilla envuelta en un pañuelo naranja, solo para hacerlo visible, si bien Irisu se mostraba segura, como compañeros de clase se podía identificar una actitud un tanto introvertida en su persona.

Solo si aceptan claro, puedo invitarles de mi almuerzo. Traje arroz con emparedados.

Últimamente preparo demás y pensé en ustedes para compartirlo.

No mostraba menor signo de vergüenza al decir aquello, parecía mas bien, orgullosa.

Mamoru bostezaba energicamente despues de terminadas las clases de la mañana, todo por culpa de su trabajo matinal y aparte por el esfuerzo que implicaba estudiar horas extras, todo estos incidentes lo habian dejado mal parado en los estudios y por eso su tio lo regaño por via telefonica, le toco estudiar mas para así garantizar el dinero de cada mes. Luego llego la presidenta con la idea de almorzar juntos, ante esto Mamoru asintió activamente y le dijo:

-Claro, solo espera un momento.

Dicho esto busco entre sus cosas y saco un bento con huevo frito envuelto en una mascada naranja, un pan de tienda de autoservicio, un pack de 4 pudines y una botella de agua de sabor sandia. Recogio su almuerzo y dijo animado:

-Yo traje varios pudines, ¿que les parece si nos los repartimos?

Si bien esto es nuevo para el Mamoru no podia sino sentirse emocionado, era la primera vez en su vida que alguien lo invitaba a almorzar con el. Bueno, si hubo algo parecido y todo termino con un ojo morado y la garganta llena de tierra metida ahí a la fuerza, pero eso no tenia que ver con esto, la presidenta y Katherine-san no eran de ese tipo de personas y Mamoru confiaba en ellas.

Al percatarse que Jaycee se encontraba bien, la joven evidenció en su rostro alivio. No le había preguntado en la escuela porque lo había considerado descortés, pero ahora estaban en un centro comercial y estarían a salvo por ahora. 

-No... No he visto nada raro a lo del Museo... al menor por ahora...

Empezó a jugar con sus manos nerviosa y recordó algo que le habían dicho hace un par de semanas.

-¿Sabes cómo está Kuroryuu? Quiero ir a verla mañana y... Puede que parezca una locura, pero crees que... ¿estábamos destinados a que nos pasara esto? Es que... 

Desvió la mirada y se pudo notar que sus ojos revelaban cierta tristeza.

-We have sins that one must pay... y no se por qué siento que esto va a seguir y seguir...

Alzó la vsta para ver al chico y esbozó una sonrisa triste.

-Lo siento, estoy divagando... ¿Tu qué piensas de todo esto?

Hubo silencio por algunos segundos, pero se escuchó un suspiro y que de nuevo acomodaba el aparato para seguir hablando.

-También estoy asustada y preocupada... Ya ha pasado dos veces y.. ¿Qué pasará en una tercera? Al menos aparecieron nuestros compañeros y... creo que eso es lo único bueno. Y no estás siendo egoísta, Reimu... la vez pasada ayudaste a detener la hemorragia y diste tiempo valioso para que recibiera atención médica. Está bien preocuparse por uno mismo... si no está bien no puede ayudar a otro.

Katherine hizo un gesto con su mueca y se reflejó en su voz. Parecía que por un momento había sonreído.

-Y te agradezco lo que hiciste en el Gimnasio. Y yo... estoy bien. Estaba con Yuuko y me desmayé... desperté y vi a Aimi herida. Me... perdí de mucho, no supe qué pasó y al menos nadie aprovechó para lastimarme mientras estaba inconsciente, no como al presidente...

Su voz se quebró un poco y se aclaró la garganta de nuevo.

-En fin... ¿No tuviste que enfrentarte a algo sola, verdad? ¿Estuviste bien en esa cosa parecida a laberinto?

Cuando se mencionó lo de Kenta, se pudo escuchar que hizo un sonido leve. También le dolía bastante lo que ocurría.

-Yes.. es una locura todo lo que ocurre. Yo... estoy bien, no me ocurrió nada en el Museo. Me desmayé, perdiéndome de todo. Debieron ser los nervios or something like that.

Se acomodó el aparato para hablar mejor y Katherine dejó escapar un suspiro.

-Perdona que haya preferido hablarte, no quería que te molestaras si lo hacía en clase. ¿Tu estás bien? ¿Necesitas que te ayude con algo?

Katherine se había mantenido en silencio durante las clases y sólo se limitaba a saludar a algunos, en especial a Reimu, Koichi y Yuuko, parecía que no se acercaba a los demás por pena. Llegada la hora libre, la joven iba a comenzar a escribir en su cuaderno especial cuando Irisu le pide a ella y a Mamoru almorzar con ella, esbozó una sonrisa afable y asintió.

-Claro, deja preparar mis cosas.

Guardó la libreta y sacó de su mochila una bolsa pequeña donde guardaba un par de manzanas, una ensalada de atún con galletas y una botella de agua natural. De igual manera se ve que trae cubiertos, entre ellos un cuchillo de plástico.

-Puedo cortar las manzanas y ofrecerles. Vamos a comer juntos.

Esperó a que los demás se dirigieran a la azotea, no estaba acostumbrada a ir a ese lugar y mejor que la guiara alguien que sí sabía llegar.

Después de algunos días de escuela, Katherine anhelada la hora de la salida para ir a su casa y descansar con tranquilidad. Le agradaba asistir, aprender y ver a sus compañeros, pero que su grupo fuese señalado con rumores y miradas cargadas con desdén, su ánimo de permanecer en el Instituto iba disminuyendo poco a poco.

Con algunos ya había hablado por teléfono y con otros había quedado de verse el fin de semana, además de almorzar con unos para que la convivencia no se perdiera a pesar de todo; sin embargo, había dos chicas con las que quería hablar y aunque podía "verlas", no era lo mismo que aquí. Luego de armarse de valor, la pelinegra esperó a que culminaran las clases y cuando Kasumi y Aimi estaban a punto de irse, las destuvo.

-Hey, girls... -se interrumpió y tragó saliva-.. perdón... chicas.. ¿podemos irnos juntas esta vez? Me... me gustaría que ... nos conociéramos mejor... y Aimi, espero que estés mejor de tu herida.

Irisu sonrió abiertamente, tras resguardar su maletín, salió del salón encaminándose a la azotea.

Disculpen que les pida ir a la azotea, simplemente me gusta más que el comedor o los patios.

Mientras camina al frente, su cabello ondula al ritmo de su andar elegante.

Normalmente soportaba las miradas o las pláticas por ser la vicepresidenta, más últimamente se han vuelto… digamos que nuestra clase no tiene muy buena fama.

Además quería platicar con alguien que no me crea loca…