Partida Rol por web

Kumiko evaluó a Gail con la cabeza inclinada y los ojos entrecerrados.

“Esto es estúpido, pero bueno, vamos a ver…

De todas las muertes que he causado sólo me arrepiento de haber matado al perro de mi padre, que por cierto está muerto. Quiero vengar su muerte.”

Gail quedó desconcertada, sobre todo al escuchar la tercera opción.

La segunda es mentira, por lo que la primera es mentira... Por lo que la tercera es mentira... Has mentido las tres idiota.  Eso es trampa!

La chica, desconcertada, te golpeò de todas formas pero, sin que lo esperas es, fue en el rostro y no en el estómago.

El golpe le hizo sacudir la cabeza y sintió el familiar calor de la sangre escurriéndose por la comisura de sus labios. Escupió saliva roja en el suelo y miró a Gail, con una sonrisa ladeada.

“Tienes razón, perra. Hice trampa, pero no porque todas sean mentira… Es porque todas son verdad.”

Inmediatamente le dirigió una patada giratoria a la cabeza.

La chica acusó el recibo de la patada cayendo sonoramente al suelo.  Un tumulto se formó en la clase, mientras las alumnas las observaban.  Gail no pudo levantarse, por lo que solamente te insultó en ruso desde el suelo.

La profesora se acercó a ambas con preocupación y te hizo una llave, mientras sostenía con un pie a la otra chica para que no se levantase.

Tú y tú, al matronato... YA!  Dijo dirigiéndose a ustedes.

Gail intentó protestar, pero la profesora no dio ningún tipo de posibilidad.

Cruzaron la escuela de punta a punta, ingresaron en el matronato y tocaron la puerta de Helena.

Pero... no fue Helena la que abrió la puerta.  En su lugar, un hombre blanco de treinta y tantos les pidió que entraran.  Escucharon como la Profesora Lawton lo llamaba Patron Dent.

Kumiko miró al sujeto con una ceja levantada y aire de desconfianza.

“¿Quién mierda eres tú? ¿Dónde está la Directora?”

Soy Patron Dent, y tú eres mi pupila... Así que necesitas mostrar respeto.

El hombre hizo que ambas se sentasen y salió de la habitación para hablar con la profesora Lawton.

No ves nada en la oficina que te llame la atención, pero deduces que es el hijo de Harvey Dent AKA Dos Caras.

Kumiko subió un pie al escritorio y se repantigó en la silla. Miró a un lado y a otro, con gesto de aburrimiento y luego miró de reojo a Gail.

“¿Y por qué mataste a esos cuatro? ¿Te hicieron trampa en el truco o reto o algo por el estilo?”

No es que te interese... pero tres de ellos por órdenes de superiores... y el último era ese superior, que me mandó matar.

Dijo la chica.

Dent empujó tus piernas para que cayeran del escritorio.

No están aquí para hablar entre ustedes.  Están para responder a mí.

Kumiko miró a Dent con gesto displicente.

“No escuché ninguna pregunta.”

Todas las alarmas comenzaron a sonar.  Afuera, lejos y no tan lejos, se escucharon disparos.

Dent tomó dos armas de su escritorio y le lanzó una a la profesora Lawton.

Ustedes dos quédense aquí... No salgan de esta oficina.  Dijo.  Ambos salieron de la oficina y el Patrón cerró con llave la puerta.

Kumiko se puso de pie de un salto.

“¿Qué mierda…?”

A pesar de que se lanzó hacia la puerta, no llegó a tiempo y Dent la cerró con llave, luego de salir.

Ella se dio una patada, por frustración y se dio la vuelta, buscando alguna otra salida.

“Vale, asesina. Tenemos que salir de aquí. Nos están atacando.”

Kumiko tardó más de lo esperado, pero finalmente pudo forzar la ventana, se asomó al exterior, miró a un lado y a otro y luego se volvió a ver a Gail.

“Vámos, asesina. Veremos qué sabes hacer.”