Partida Rol por web

El monitor del coche se encendió con la llamada de Bryant.

Era un poco espeluznante ver a ese gordo bigotudo con aspecto de beber mas Wisky que leer informes aparecer por la estrecha pantalla. Miré de reojo a mi compañero mientras veía que se nos unía un nuevo agente. Mientras yo hablaba desde el coche con Bryant, John lo hacía con el otro agente.

- La tenemos. - Afirmé a Bryant mientras le enseñaba a través del monitor el dispositivo digital que nos habían entregado allí. - Entendido. Schreiber fuera.- cerré la comunicación con Bryant.

Caramba, al parecer este asunto estaba causando mas ampollas de las que debería en otros departamentos. Bryant podía ser un cansino pero no era tonto. Si el trabajo sucio lo hacían los de San Diego tanto mejor para nosotros. El merito seguiría siendo de nuestro departamento. Aun así, tenia mis reticencias a todo en todo esto de tener mas compañeros fisgones.

Salí del coche patrulla y le tendí la mano al nuevo invitado de honor. - Mercer Schreiber.- Me presenté.

No sabía porque pero ese hombre no me inspiraba confianza, al igual que John. Sus palabras y su mirada me lo dejaron claro e hice una mueca con la cabeza de que había captado la indirecta. El problema era que investigar la zona de la lanzadera me apetecía mas que ir y revisar unos archivos.

- Si, creo que es lo mejor, Wang. Iré a la central y echaré un vistazo. Revisa la zona y en un par de horas nos vemos de nuevo.- Diantes! ¿El novato me quería echar a un lado? Sonreí simplemente por cordialidad. Pero ante un agente de otro departamento, estaba mal visto decirle cuatro cosas al novato delante de todos.- Zarkov y yo iremos en cuento tengamos algo claro.

Me resigné. Había que dar paso a la sangre nueva. Yo ya estaba viejo para juegos de caza...

Debido a la llamada de Bryant, el dispositivo no había podido mostrar los datos. Lamentablemente, la llegada del nuevo agente desbarató la posibilidad de un estudio por parte de Schreiber. Una vez se decidieron a moverse en dos grupos, el agente de San Diego se volvió hacia Mercer y Zarkov. - Esperen, ¿No creen que sería mas fácil si sabemos a qué nos enfrentamos antes de inspeccionar la lanzadera? No podemos ir esperando a que se nos presente la suerte.

Se acercó a los dos y extendió la mano. - Deme ese dispositivo, vamos a echar un vistazo.

McMillan seguía con el brazo extendido y el rostro serio. Se notaba que era un profesional e inspiraba confianza. Quizás no era tan novato como los agentes pensaban. - ¡Vamos, no tenemos todo el día! Necesitamos información mas que nunca.

La insistencia del recién llegado captó la atención del novato. Apenas se había presentado y parecía querer dominar la situación. Incluso exigía ver la información que con tanto trabajo habían conseguido. Empezó a ver a Bryant ya no como un jefe gruñón, sino como un "perro viejo" que ya se las sabía todas. Por ello, John trató evitar el acceso a aquella información todo lo posible, al menos, hasta recibir luz verde de su superior.

- Me temo agente McMillan que ninguno de nosotros puede acceder a dicha información hasta que "laboratorio" muestre su contenido. Ejecutar el dispositivo sin un registro previo podría incurrir en un error que pudiéramos lamentar. La Tyrell es una mega corporación y seguro que arde en deseos de poder tener un ojo dentro de la comisaría. No cometeremos la torpeza de ejecutar nada que venga de sus manos de manera directa. Y desde luego, no incumpliremos una orden directa. ¿Me he explicado bien? -

Ahora se vería si McMillan se conformaría con una negativa o sería un tipo de los de disparar primero y preguntar después. En aquellos momentos tensos, la presencia de Zarkov calmaba un tanto al asiático. Al parecer, los replicantes no eran la única amenaza para un Blade Runner.

Sonreí ante aquella exigencia de los datos.

Realmente no estaba acostumbrado a que alguien me hablara así, a fin de cuentas yo tenía un "Doctor" delante de mi nombre. Sin embargo le sonreí apretando los labios mientras John, evidentemente, se negaba.

-Debería tomarse las cosas con mas calma, agente. - Dije ante su insistencia y creciente nerviosismo.

- Me temo señor McMillan que la policía de San Diego no tiene jurisdicción en esta zona, y mucho menos para exigir nada. Pero si me acompaña a la central, con gusto podríamos ver los datos juntos, saludar a Bryant y sacar algo en claro. Eso si es usted realmente el agente McMillan, porque, que yo sepa, aún no he visto su placa. Disculpe mis dudas pero, tenemos replicantes sueltos y yo solo me puedo fiar de los de mi zona. Espero que lo entienda.- repliqué al "agente" mientras guardaba en mi abrigo el dispositivo y la hacía una seña a John para que estuviera atento.

El agente bajó la cabeza y volvió a subirla sonriendo. - Lo siento, creo que no me he explicado lo suficiente. Me pasa a menudo. - Suspiró. - En mi coche, tengo un ordenador portátil experimental, y puedo comprobar esos datos. - Parecía mucho mas relajado ahora, como si se hubiera quitado una carga de encima. - Cualquier minuto que podamos ahorrar en la investigación, mejor para nosotros y peor para ellos. Ganar tiempo en crucial. - El tono de voz era mas amigable que antes, como si se arrepintiera de algo. 

Ya les he enseñado mi placa, son Policía de San Diego, pero ante todo soy un compañero.

Me crucé de brazos mirando a John y su reacción.

Nada nos impedía no darle la información. Por mi mente pasó la idea de que McMillan fuera realmente un replicante suplantando a un agente de San Diego. Pero no sabía que era peor: Si provocarle y que nos matara o que se llevase simplemente los datos a la carrera. Suspiré algo incómodo mientras metía la mano en mi bolsillo, donde había guardado el dispositivo, pero sacaba el mechero encendedor y cerraba la mano para que no viera realmente lo que había sacado.

A la vez señalé su coche patrulla, para distraer la atención sobre la mano, que no tenia mas que un simple encendedor.

- Bien, adelante, veámoslo en su coche, McMillan.- Dije asintiendo- Usted delante, le seguimos. Dije caminando a su coche sin apenas esperar a que dijera nada, y dejando caer el puño con "el dispositivo" a un lado

Si se abalanza a por mi mano... está vendido.

Las palabras del Doctor hicieron que John abriera sus párpados de par en par. ¿De verdad va a dejar que lo vea? Pensó el asiático. La mirada que recibió de su compañero ponto le hizo comprender que se trataba de una farsa para ganar tiempo.

El novato trató de comprobar la reacción del recién llegado. Mientras caminaban hacia la patrulla, John, con el tono de voz mas indiferente que pudo, interrogó al agente. - Agente McMillan, Esta no es su jurisdicción. ¿Sabe que puede perder su permiso de actuación al contravenir una orden de nuestro superior? Incluso puede ser arrestado. Piénselo dos veces si le merece la pena el perder unos minutos - El blade runner observó la reacción de McMillan. Por un instante, desconfió de él, incluso pensó en la idea de ser un falso agente. Quizá un replicante. O puede que su mente de novato no estuviera preparada aún para este tipo de situaciones. Pensó en el arma que descansaba en la cartuchera bajo su axila y su pulso se aceleró. Miró de reojo a Zarkov. Una mirada mezcla de desafecto y súplica. Pensó, en la creciente distancia que les separaba en caso de necesitar su perícia de combate.

Una vez alcanzaran el vehículo, John supuso que McMillan necesitaría entrar en él para encender el dispositivo de lectura. El novato aprovechó para rodear la patrulla en busca de rastros que pudieran ser recientes e hicieran volar su imaginación.

El agente asintió a Scheriber. - Claro, podemos verlo en mi coche. - Volvió a extender la mano pidiendo los datos, pero fué sólo un segundo. Luego bajó de nuevo el brazo y suspiró. - Vamos... - Se dió la vuelta y caminó hacia su coche. Abrió la puerta del conductor y se sentó con las piernas fuera del habitáculo. 

Golpeó ligeramente con el índice de su mano derecha una pequeña pantallita en su salpicadero, los coches de la L.A.P.D. no tenían esa pantallita. Parece que el señor McMillan tenía razón. - Vamos, deme ese dispositvo y veamos que hay ahí dentro, estamos perdiendo el tiempo...

Mientras tanto Zarkov se situó por detrás de Mercer, con las dos manos en sus bolsillos, como era habitual.

Tenía mis dudas. Como todos.

Y como todos, no me fiaba de nadie, salvo de mi compañero Wang. Ni siquiera me fiaba demasiado Zarkov, pero por lo menos a este último le había visto deambular por las calles. Como fuera, McMillan estaba fuera de mi circulo de personas en las que confiar. Al menos, en esa situación me hallaba respaldado por los otros dos.

Saqué de mi bolsillo el dispositivo real con la otra mano y puse delante de el los dos puños con la mano cerrada, como si fuera un juego de "elije la mano", solo que antes de que dijera nada abrí las dos palmas de la mano a la vez, revelando el mechero y el dispositivo de información. Quería, precisamente que se diera cuenta de algo, y que a ninguno de los demás se nos había pasado por alto.

- Lo siento, señor McMillan. Como comprenderá, no hemos llegado a donde estamos fiándonos de todo el mundo.- Cerré la mano del mechero y lo devolví a su sitio en el bolsillo interno del abrigo mientras que con el indice y el pulgar sostenía el dispositivo para que lo cogiera él directamente. Mí mano, la que estaba dentro del abrigo, apenas se movió ya que, muy cerca estaba la empuñadura la pistola que llevaba colgada al costado. La mantuve allí, como quien quiere intentar intimidar a alguien.

- ¿Sabe? Sinceramente, no se si es usted quien dice ser o es un replicante que ha suplantado la identidad de un agente. Pero no me importa. Solo le diré que, hasta que nos demuestre lo contrario, seguiremos pensando igual.-

Muchas veces era preferible decirle a alguien donde había una trampa que directamente lamentar perdidas mayores.

- Es lamentable que no podamos confiar en nosotros mismos, lo sé. - Hice un gesto con la cabeza.- Cójalo y demuéstrenos que estamos equivocados... por favor...

La situación había llegado a un punto de difícil evasión. El agente McMillan había presionado todo lo posible por conseguir su objetivo, y con gran éxito. Mientras, John observaba el vehículo del recién llegado bordeándolo en busca de posibles marcas de violencia, Pero la estrategia de su compañero llamó su atención. Una apuesta de riesgo, pero el Doctor sabía lo que hacía. Había llegado el momento de mostrar las cartas y el novato podía percibir la tensión en el ambiente.

Aprovechando estar en la parte trasera de la patrulla, se movió a uno de los laterales del vehículo y retiró el seguro de la cartuchera donde descansaba su arma. Podía sentir su pulso acelerado. Había practicado tiro muchas horas, pero nunca se había visto en la necesidad de hacer uso de su arma. Deseó que aquel hombre no hubiera mentido y lo fuera realmente. Ahora, solo restaba observar sus movimientos y ser lo suficientemente rápido como para acertar si fuera necesario disparar. El tiempo pareció transcurrir muy despacio en aquellos instantes. 

John sabía que de ser un replicante, tendría una resistencia superior a la humana. ¿Sería suficiente con un disparo? El asiático se obligó a concentrarse y dejar sus pensamientos.

El agente cogió el dispositivo y lo introdujo en una ranura situada en el salpicadero del coche. 

Tras unos pocos segundos, la pantalla comenzó a emitir la información en claras letras verdes. La información sobre 5 replicantes comenzó con sus nombres. Roger, Clay, Mary, Ruben y Cris.

Henry les invitó a mirar la pantalla. - ¿Ven? Aqui tenemos sus nombres, ¿por cuál quieren empezar? - Con el dedo apoyado en el cristal de la pantalla, bajó por los cinco nombres de los androides. 

Léntamente deje caer a un costado la mano.

No sabía si McMillan era realmente quien decía ser. La duda seguiría ahí hasta que pudiera estar completamente seguro. Podría ser uno de esos replicantes que salían en la pantalla. Pero según Douglas Adams también podíamos ser seres pandimensionales encerrados en el cuerpo de ratas de laboratorio. Lo cual no despejaba mucho las dudas sobre quien era ese hombre sentado en un coche patrulla.

Miré de reojo a mi compañero, por encima del capó del coche antes de mirar el visor con los nombres.

- Solo son nombres. 3 Hombres y 2 mujeres. Puede que necesitemos mas información sobre cada uno. ¡Puede ver si ese chisme dice algo mas sobre cada uno?

El blade runner sonrió sarcásticamente. - Para eso te pregunto, ¿cuál queréis cazar primero? Así abro su ficha y podremos empezar... - El tono ya empezaba a señalar el cansancio del agente ante la resistencia. Se quedó mirando fijamente a los ojos de Schreiber esperando una respuesta.