Partida Rol por web

El señor Shao se sintió complacido al escuhar a Mercer. - Así que lo ha mejorado usted... Bien, en ese caso no podría negarle la información que precisan sin antes dejar que un experto como usted me realice una demostración de su; sistema. 

Shao echó la espalda hacia atrás irguiéndose un poco mas, señaló a su secretaria y luego al ventanal. - Por favor Jessica, ¿podría bajar la intensidad de la luz? Gracias. - La secretaria se dirigió hacia un panel en uno de los laterales y en cuastión de segundos una especie de filtro lumínico hizo que la luz en la habitación descendiera.

Una vez todo estuviera al agrado de los agentes, Xuang llamó de nuevo a su secretaria. Ésta se sentó delante de los agentes, dejando todos sus papeles dentro de una carpeta cerrada a su lado. 

Primero, quiero asegurarme de que son capaces de detectar a un humano de un andrillo. Si no les importa, van a pasar por esta sala tres personas, una de ellas será un nexus 6. Inofensivo, evidentemente. No se preocupen. Si descubren cuál de los sujetos es el androide, tendrán todo lo que necesiten de nosotros. Tómenlo como una prueba de confianza.

Shao llamó a un camarero, el cual se acercó a la mesa. - Tráigame una infusión, por favor. - Inmediatamente se dirigió a los agentes. - ¿Ustedes van a querer algo? Invita la casa, por supuesto.

-Un te rojo con leche para mi, por favor- Sugerí cuando dijo de pedir algo para tomar mientras estábamos allí.

Me senté frente a la maquina y empecé a hacer calibraciones y demás ajustes. Mientras tanto, el señor Shao hacía entrar también al primero de los "conejillos de indias".

Sonreí mientras llegaba y le miré fijamente hasta que tomó asiento frente a mi con la maquine entre ambos.

- Hola! Relájese todo lo que pueda- apremié al sujeto de forma cordial para no ponerlo nervioso. ¿Los Nexus se pondrían nerviosos?- El tiempo de respuesta es importante. No se preocupe por la respuesta. Solo responda lo primero que le venga a la mente.

Esas palabras las llevaba grabadas a fuego en mi cabeza y salieron casi de forma automática. Carráspeé levemente y me recline sobre el sillón. Me gustaba hacerlo, desde ahí tendría una visión periférica de la maquina y del sujeto.

- Empecemos con una par de preguntas sencillas...- Miré de reojo al novato. Esperaba que aprendiera algo de utilidad si  me pasaba algo. Saqué del bolsillo interior de mi chaqueta una libreta pequeña y vieja, así como un lápiz.

- Está usted en un desierto con una brújula que le indica el camino a seguir. Tiene sed. Pero no ve agua por ningún lado, solo arena y ese maldito sol que le está quemando la piel.- esperé un par de segundo para que el sujeto se hiciera la idea de donde estaba con respecto a mi pregunta. - Los ojos le pesan por la luz. Hay demasiada luz! Demasiado sol. - entrecerré los ojos un momento al ver el vúmetro oscilar levemente.- A lo lejos ve un oasis. Puede atisbar un par de palmeras dibujándose en el horizonte. Pero está lejos. Bastante al parecer. El problema es... que el oasis esta en la dirección contraria a la que le marca la brújula.

Pregunta difícil para cualquiera. Solo esperé su contestación y anoté el resultado en la libreta. Acto seguido me dispuse a hacer la segunda pregunta.

- Una amigo le invita a cenar. Durante la cena el le cuenta un chiste y ambos ríen. Posiblemente tan fuerte que a su amigo le entra tos y parece que se a atragantado. Su amigo bebe agua pero parece que la tos persiste. Lamentablemente lamentablemente el único liquido disponible es el de una minúscula y carísima pecera con un pez dorado en su interior.

Estaba claro. El resultado del tes era algo que ya me esperaba.

-¿Quieres hacer tu la siguiente prueba, chico?- Animé a Wang mientras me levantaba del asiento para dejarle sitio.

Observar a Mercer era todo un espectáculo. No había duda de que estaba en su salsa. Disfrutaba, al menos en apariencia, con aquel test. John no perdía detalle del proceso cuando la pregunta de schreiber pilló por sorpresa al novato. Éste se tensó ligeramente en su silla. Había realizado varios test durante su periodo junto al fiscal, pero eran más privados y desde luego sin la mirada inquisidora de Zarkov en su nuca. 

- Eh, claro... si no es perjudicial para el test cambiar de método, estaré encantado de hacer alguna pregunta... -

Intercambió el asiento con su compañero y recalibró la máquina para ajustar el ángulo de visión de los instrumentos para mayor comodidad.

- Continuemos si le parece. Por favor, siga respondiendo lo primero que acuda su mente. No se preocupe, lo está haciendo bien... Entra en una habitación y ve a una adorable niña pequeña que trata desconsoladamente por alcanzar su muñeca, que está en una balda por encima de su cabeza. Ella le ve y comienza a sollozar pidiendo ayuda. Pero usted no se la ofrece. ¿Por qué? -

Tras la posible respuesta, la máquina crepita y John comprueba si el dato registrado pudiera ser o no una respuesta emocional fingida. Es cuidadoso de no mostrar expresión alguna al observarlo, pues el entrevistado podría alterarse con ello.

- Una más. Se encuentra en una reunión o una fiesta. Hay mucha gente a su alrededor. Las luces se van de golpe y al regresar aparece desnudo. Todos se dan cuenta y comienzan a reirse y a hacer comentarios. ¿cómo reacciona? -

De nuevo, John observa la respuesta analizada por la máquina y comprueba si ofrece un positivo en el test. 

- Gracias por el gesto señor Schreiber. No quisiera entorpecer mas su trabajo Doctor. Puede volver con el test - El novato ofrece su asiento al experto, confiando en que no haya sesgado en exceso el resultado.

Aunque al principio no se nos diera mal, realmente empezábamos a estar cansados, sobre todo yo.

-Dígame... la..la. La última ves que quedo con una colega...usted usted... ¿que iba a decir? ... Imagínese que esta en la playa con una migo y ... es un colega de instituto. ¿Sabe lo que es el instituto?... Bueno pues.. esta con su colega y.. y... Emmm... la playa... em...

No era muy normal hacer test a tres sujetos en menos de una hora. Sentía la mirada de Shao atento sobre mi nuca, esperando seguramente un fallo. Joder! Deckard tardó una hora con un solo sujeto, y nosotros en una hora tendríamos que buscar cual de los 3 era? Era el humor de viejo que me estaba persiguiendo. Ya no era tan joven y mi paciencia se mermaba fácilmente, sobre todo cuando ponían a prueba mis aptitudes.

- ¿Donde está mi té!?- Pregunté levantándome de la silla. -No puedo concentrarme si pienso a la vez en mi té!

Mire con los brazos en jarras al sujeto que tenía frente a mi, aun sentado. Desde luego no estaba siendo profesional, así que, me restregué los ojos y le ofrecí mi asiento a mi ayudante. Quizá el tuviera  mas paciencia que yo, que estaba empezando a perder los nervios.

-Quiero mi te... susurré al señor Shao.
 

Puede que fuera el inhalar aire puro durante tanto tiempo, pero el caso era que una extraña sensación de hastío comenzaba a producir cierta incomodidad en el novato. De pronto, el doctor Schreiber comienza a dar señales de fatiga. No cabía duda de que era un erudito, pero la atmósfera de aquel despacho no era algo a lo que se estaba acostumbrado. La agradable sensación de aire puro con la que deleitarse inicialmente, quizá fuera una peligrosa y embriagadora experiencia que amenazaba con desestabilizar a nuestros protagonistas. 

Aceptando el puesto de entrevistador y así dar a su compañero unos instantes para recuperarse, John deduce, aunque quizá de manera errónea, que el asunto del test fuera una argucia del señor Shao para que pasaran el tiempo suficiente en aquella atmósfera pura como para sufrir sus efectos. Puede que fuera su mensaje subliminal para indicarles a los agentes que no metieran el "hocico" en sus asuntos y evitar sufrir repercusiones.

Habiendo recalibrado la máquina, el asiático realiza alguna pregunta mas para tratar de dar el test por finalizado. Su compañero ya casi había logrado el objetivo y john apenas tuvo que esforzarse. Aun así, dominó la tarea satisfactoriamente.

- Sólo una última pregunta -  La máquina emitió un sonido al registrar oscilación en la pupila del sujeto. - Descubre que es un replicante y por tanto sólo va a vivir cuatro años de vida, tal como lo hacen los modelos de su clase. ¿De qué sería capaz por averiguar cuánto tiempo le queda? ¿Llegaría a matar por ello? -

El novato había sido tan inquisitivo como directo. Incluso trató de observar la reacción de Shao ante su pregunta. Una vez el sujeto hubiera respondido o reaccionado, daría por concluido el test y podría junto con su compañero, emitir un resultado.

El tiempo y las preguntas pasaban. Los dos agentes habían realizado su trabajo con gran rapidez para lo que solía tardar el test, tanta, que hasta Schreiber se había fatigado y había perdido los nervios durante el final de la sesión. John pudo finalizar el test relevando a su experimentado compañero. 

Entre los dos agentes dieron por finalizado el test, deduciendo por los resultados obtenidos, que el andrillo era el sujeto número 3. Casi se le escapa a Schreiber, pero gracias a la velocidad de adaptación de John pudieron superar el test de la Tyrell Corporation. Aún así, tras saber que los dos primeros sujetos eran humanos, deberían sacar pruebas concluyentes del sujeto.

El fallo de análisis de Schreiber demostró que no controlaba del todo el nuevo sistema, pero sí que tiene capacidad para descubrir andrillos mas rápidamente que con el viejo sistema.

El señor Shao mandó retirarse a los sujetos. - Impresionante, muy impresionante. - Parecía contento. - Casi se le escapa, sin embargo su compañero ha estado hábil. - Les observó detenidamente. - Si, ustedes forman un buen equipo. Me han convencido.

El directivo de levantó de la mesa y sacó un dispositivo pequeño de su bolsillo, del tamaño de una pitillera, era una base de datos. - Aquí tienen toda la información que su jefe me ha solicitado. Nombre, número de serie, tipo de androide, aspecto, y fecha de fabricación. - Se acercó a Schreiber, tanto como para darle el dispositivo sin extender el brazo, sólamente su antebrazo, mientras con el otro brazo tocaba el hombro del agente. - Si necesitan algo más de nosotros, por favor, hagánoslo saber.

Ver al chaval trabajar y salir al paso me gusto bastante.

Se le veía seguro y eficaz. No me gustaría verlo en una situación mas tensa, pero para cagarla ya estaba yo. Con los años a mis espaldas el día a día se hacia cada vez mas duro. Y estos putos pellejudos cada día que pasaba, minaban mas mi paciencia pues, cada vez eran mas perfectos.

¿Quién quiere jugar a ser Dios hoy en día?

-Muy bien señor Shao. Como ve, somo buenos en lo que hacemos. Y las nuevas generaciones de Blade Runner son mejores. Téngalo en cuenta cuando quieran actualizar sus juguetes. - Hice un gesto a mi compañero para que se levantara y nos fuéramos de allí.

Recogí de la mano los datos digitales que necesitábamos y cuando tocó mi hombro miré alternativamente a su mano y después a él. Varias veces. ¿Quien tocaba a un policía?

- Solo una sugerencia. Mas bien es una pregunta. - Señalé a la serpiente- Supongo que si la serpiente se pierde tendrá un dispositivo de localización para encontrarla. En el peor de los casos sus... órganos, supongo, están debidamente registrados e identificados. Numero de serie, etc... ¿Puedo sugerir que la próxima vez pongan a sus andróides algo similar? Puede que así no necesitemos el test. Quizá con una muestra de pelo valdría.

Me aleje de señor Shao. Y en ese momento empecé a reir como si me hubiera dado cuenta de algo, falsamente.

-¡Oh, claro! Es para que los Blade Runners sigamos teniendo trabajo que hacer. ¿Cierto? Dé las gracias a la compañía de parte de todos los Blade Runners del departamento. Les estamos muy agradecidos.

Con el test acabado y saboreando el éxito de un trabajo bien hecho, el novato observó la entrega de los preciados datos por parte de Shao a Schreiber. - Bryant ya tiene su recompensa. Confiemos en que pronto nosotros también - Pensó John. No viendo necesario permanecer más tiempo en aquel despacho, el blade runner miró a su compañero indicando que estaba listo para continuar.

Mientras Schreiber se despedía de Shao (Con un gesto de excesiva confianza del asiático) y Zarkov mantenía su incómodo silencio, John aprovechó para meditar sobre los fugitivos. Siendo conscientes de estar siendo buscados, los replicantes se arriesgaron a venir a la tierra, aún asumiendo el riesgo de morir. Por las huellas próximas a la lanzadera siniestrada, incluso se podía deducir su internamiento en la ciudad. John trató de ponerse en su situación y pensó en cómo actuaría. Al principio se escondería, pero los nexus también necesitan comer. Así que pronto tendrían que buscarse un sustento. Evitaría robar ya que no tardaría en atraer a la policía sobre él. Lo más lógico sería buscar algún tipo de trabajo, acorde a sus facultades. Y los replicantes son fuertes e inteligentes, les abría varias puertas. Eso complicaba las cosas. Sin embargo, deberían ser trabajos que le permitiera pasar desapercibido el mayor tiempo posible. Aunque quién sabía, podían estar delante de sus narices y no darse cuenta sin un test. Había que hacerlos salir a la luz, identificarlos de alguna manera y que se sintieran perseguidos. Eso les haría tener que actuar de manera precipitada y cometer algún error.

Shao sonrió y se giró hacia Mercer. - No, ellos son lo suficientemente listos como para bloquear la señal. Desafortunadamente, los sistemas de localización no han variado demasiado en las últimas décadas, y con la radiación tras la Guerra Terminal las señales digitales se han visto afectadas. ... .Pero bueno, un policía tan experimentado como usted ya debe de saber eso. 

Abrió los brazos enseñando la palma de las manos. - No quisiera despedirme de ustedes sin comunicarles mi gran honor al conocerlos, sabiendo que ahora el trabajo está en las manos correctas. Mucha suerte en la caza, caballeros.

La secretaria recogió su carpeta y acompañó a los caballeros hacia la salida. A mitad de camino, declaró. - Son ustedes afortunados, les cae bien. No siempre se le ve tan simpático.

Las palabras de la secretaria parecían declarar el trato al que estaba sometido cada día.

Los agentes volvía tras sus pasos por el lujoso pasillo hacia el exterior, al abrir la puerta volvieron a la realidad del mundo que allí fuera les esperaba, el polvo y el viento volvían a aparecer en sus vidas, todo ese momento de lujo y salud ambiental que disfrutaron allí dentro desaparecería en cuanto pisaran el suelo del exterior de las instalaciones. 

Tras la agotadora demostración al señor Shao sobre la eficiencia del test, y por ende, la de los "sabuesos", nuestros protagonistas abandonaron las instalaciones de la mega corporación, no sin antes, dar un último vistazo a los atractivos andares de la secretaria alejándose. La mente del novato se encontraba un tanto frustrada y contrariada con los recientes acontecimientos. Quizá quiso avanzar demasiado en el caso en poco tiempo. Debió aceptar que su nuevo trabajo ya no consistía en juicios resolutivos, sino en buscar y rebuscar pistas con las que lanzar especulaciones. Y entre ellas, detectar la correcta. Al parecer, era una carrera de fondo y no un sprint. Una incipiente sensación de cansancio quiso apoderarse de él. Trabajando junto al fiscal, ahora sería un buen momento para regresar a su apartamento y comer. Y seguramente, tomarse una copa.

Al llegar al vehículo, John preguntó si en la patrulla se podría visualizar el contenido que acababan de recibir. Suponía que no sería confidencial y siendo datos para su investigación, qué mejor momento que aquel para obtener nuevos rumbos.

Me despedí del señor Shao con un leve gesto de cabeza, acompañado con mi típica sonrisa.

Mas agradable fui con la señorita Clarence, que evidentemente estaba allí porque todos necesitamos un trabajo y ella hacía bien el suyo. Al menos ella no parecía tener que chuparle nada al consejo de la Tyrell. Le estreché la mano y me giré para salir de allí.

En la bajada en el ascensor mi compañero se revolvía como si tuviera abejas en los calzoncillos. Las cosas habían salido bien pero seguramente estaba mas que impaciente por sacar algo en claro de nuestra visita. Incluso del dispositivo de datos que nos había dejado el señor Shao era un incógnita para mi. Pero si algo me había enseñado esta vida era a esperar pacientemente.

El polvo del ambiente me hizo toser levemente. Era como si hubiera estado en la Tyrell durante unos meses, y ahora saliera a un ambiente contaminado. Lo malo era que ese ambiente era lo normal para todos. Algo a lo que enseguida nos acostumbrábamos, desafortunadamente.

AL llegar al coche le hice un gesto a Wang para que se sentara en el asiento del piloto. No me gustaba conducir. Realmente lo odiaba. Pero mientras el conducía, podríamos ir viendo poco a poco en la consola portátil los datos que nos había proporcionado y así ver que siguiente paso tomar.

- No me gusta conducir. - Dije a mi compañero riendo entre dientes.- Los jóvenes teneis mas paciencia para ello.

- A ver que tienes dentro...- dije introduciendo el dispositivo en la consola de abordo.

Cuando los tres agentes subieron al coche policial una llamada entrarte apareció por su pantalla de comunicación. Era Bryant. - Hola, agentes. Acabo de recibir una llamada de la policía de San Diego, un agente Blade Runner va a unirse a sus filas para ayudarles a atrapar a los pellejudos. - Por el tono de su voz no es una noticia que le hiciera mucha gracia al comisario. - Al parecer están preocupados de que los andrillos puedan alcanzar su ciudad, y quieren colaborar con nosotros para retirarlos. Ya saben que no deben compartir toda la información de que disponen, no quiero que esos vagos y paletos nos roben el mérito de esta caza... - Salió de cámara para coger lo que parecían papeles de su escritorio. - Según me comunican, el agente Henry McMillan está ahora mismo sobrevolando Tyrell Corporation, esperen su llegada. Y ya saben, quizás convenga que haga el trabajo sucio por nosotros, nadie se va a molestar en defenderlo en esta ciudad. 

Dejó de nuevo los papeles en su mesa y volvió a la pantalla. Esta vez mas interesado que antes. - ¿Que tal les ha ido en la audiencia del señor Shao? ¿Tienen la información de los pellejudos?

Mientras el comisario Bryant pedía su informe, un coche policial aparecía por el horizonte, deteniéndose unos cuantos metros de altura sobre los agentes para empezar a descender lentamente, en el lateral podían leerse las siglas de la Policía de San Diego (SDPD). 

Una vez hubiera aterrizado, un hombre calvo y corpulento bajó del vehículo, llevaba unos pantalones oscuros, botas y una chaqueta negra. 

Se acercó decidido hacia el coche de los tres agentes hasta quedarse a un par de palmos de la puerta. - Buenos días compañeros, soy el agente Henry McMillan de San Diego. - Sacó una identificación del interior de su abrigo, en ella se pudo ver las siglas SDPD y su foto identificativo. - Creo que su jefe, mmm, Bryant, ¿no? Bueno, que les ha informado de mi llegada. Estoy impaciente por comenzar. ¿Tienen alguna pista por donde empezar con la caza?

Justo cuando trataron de saborear las mieles de su éxito y observar la información ofrecida por el señor Shao, una llamada entrante de Bryant cortó de lleno su éxtasis. Al parecer se uniría alguien más a la investigación. John, a pesar de la negativa visión de su superior, no veía mal que distintas comisarías compartieran información. Se trataba de capturar a peligrosos androides. Estaba acostumbrado en su anterior trabajo a compartir datos, pero no haría nada que pudiera contradecir a Bryant y las costumbres por colgarse medallas del departamento.

De una patrulla salió un hombre de aspecto férreo, aunque no tenía un rostro que creara desconfianza. A pesar de ello, pensó en proteger los intereses de Bryant. Al menos hasta que aquel hombre demostrara ser un tipo de fiar, y no un cazador de premios. Tendiéndole la mano se presentó. - Mi nombre es John Wang. Estoy en el caso junto con mi compañero el Dr. Schreiber y el agente Zarkov. Apenas disponemos de información, acabamos de comenzar el caso -

El asiático se retiró del apretón de manos para que el resto pudiera hacer lo mismo si lo deseaban. Pensó que debían entregar la información en la comisaría y mantener al recién llegado al margen hasta que Bryant diera luz verde a poder compartirla. Además sería una buena oportunidad conocer el "olfato" del nuevo sabueso. Por ello, John propuso...

- Doctor, podría llevar el paquete a la comisaría y en cuanto pueda analizarlo y obtener algo de provecho nos ponemos en contacto. Si le parece, puedo ir con el agente McMillan al lugar de la lanzadera estrellada. Creo que podríamos obtener información interesante - Miró a los ojos a Schreiber. Sabía que podía haberle incomodado dejándole solo con Zarkov, pero era la mejor opción para mantener la nariz de McMillan lejos de su premio. Al menos la opción que se le ocurrió en aquel momento.

- ¿Le parece que le acompañe agente McMillan? -