Partida Rol por web

- Aquí los muchachos - agarra a los dos humanos por la espalda, notablemente trémulos y asustados por la situación - que me dicen que quizás su equipo estaría interesado en contar con mis habilidades para el partido de mañana. Estos papeles son la invitación a una celebración que tendrá lugar esta noche y a la cual estoy invitado. Parece que en dicha fiesta hablaremos de las condiciones. A propósito! ¿No son ustedes los jugadores del equipo orco que juega mañana la final? Sin la equipación me cuesta identificarlos.

- Loz humanoz tienen monedas, jefe? Tu creez? Yo loz veo máz peladoz que un zkaven. Ademáz, yo no zoy precizamente un héroe, que ya noz conocemos Buarg.

Napi aparece por la dirección contraria de la que se había marchado, cuando ve que la situación parece calmarse. Se acerca directamente al ogro

Puez claro que zomos laz eztrellaz del equipo orco que mañana ganará la final! - Comienza a gritar en su estridente voz goblinoide - Normal que no conozcaz a eztoz pargelaz, pero eztoy zeguro que a mi me haz reconocido, azi que no te hagaz el tonto!

Napi salta sobre la mesa, de nuevo, derramando una jarra de cerveza al azar 

Mi amigo, mi compañero, para que vaz a jugar con eztos... feoz humanoz, pudiendo tener el honor de volver a jugar conmigo? - Grita, mientras extiende los brazos como si hubiese dicho algo elocuente - Zabez que el orgullo que produce aziztirme en un touchdown vale máz que lo que te puedan pagar eztoz tipejoz. Ez máz, ire contigo a la fiezta eza de la que hablaz, que zeguro ezta llena de patrocinadorez y otroz tipoz dezeozoz de ezcuchar miz azañaz... A lo mejor con ezo de zer mi acompañante, hazta alguien ze fija en ti! - Napi finaliza su retorica guiñando un ojo a Morg'n Thorg

El lanzador bajó la mirada y miró a Trikki a los ojos. A pesar de caminar encorvado, como todos los orcos, el goblin era verdaderamente pequeño. Como sólo tenía un ojo tenía que repartirlo alternativamente en mirar a uno y luego al otro de los de Trikki y vuelta a empezar, lo que a muchos les resultaba algo desconcertante pero para Buark era una habilidad natural desde que había quedado tuerto.

- No Trikki, los humanoz no tienen mucho oro, pero el papel que tienen vale muchoz más que oro, muchoz - dijo entre dientes, en plural, para que Trikki entendiera que muchos era aún más que mucho, que a su vez ya era más que poco.

- Con eze papel hacen que Morg trabaje para ellos ¿quierez jugar contra un ogro mañana? - adoptó entonces un tono paternal - ¿te acuerdaz de la última vez que jugamoz contra un ogro? ¿te acuerdaz del pobre Gorblag? Pobre, dezcanze en paz.

- Zi noz hacemos con eze papel, Morg trabajará para nozotroz - sabiendo la vena avara del goblin, continuó hablando en un tono conspirador - imaginaz cuanto oro tendremoz si ganamos el campeonato mañana - muchoz, muchízimos oros Trikki.

¡Una celebración! Eso era una fiesta, ¿verdad? ¡Esos papeles eran una invitación para una fiesta! Los pequeños ojos del troll se abrieron como platos. Esa era una muy buena noticia, ¿no? En las fiestas siempre había cosas ricas para comer y beber. Y además eran gratis. La cosa se estaba poniendo de lo mas interesante. Tenían que acudir a aquella fiesta. Costase lo que costase.

- ¿Podemoz ir kontigo? ¿Podemoz? ¿Podemoz?

Grok daba saltitos de un pie a otro, alegre como un trollito el día de su primera cacería de sapos.

- Napi zabe iztoriaz y ez dibertido. Buark también. Todoz buenoz. Noz portarnoz bien y no eruktar alto, ni raskar kulo, ¿zi?

Grok estaba orgulloso de conocer las reglas de comportamiento de la alta sociedad y estaba convencido, de impresionar a Morg con su conocimiento. Para él estaba claro, que el ogro les dejaría acompañarles a aquella celebración.

- Calma muchachos, calma. Mis nuevos amigos están algo callados - girando levemente la cabeza veis como los dos humanos sonríen nerviosamente sin atreverse a mover un solo músculo - pero creo que es una fiesta privada. Habrá grandes personalidades del deporte humano en ella, incluso más de un árbitro, animadoras y dos comentaristas. Al menos eso me han dicho. Lamento deciros que dudo que estéis invitados.

- Oye, "un ojo". ¿Y por qué naricez no lo robáiz vozotros? Yo no quiero un papelajo, que luego no zé qué hazer con ellos y mi mujer me dize que lleno la caza de cozaz inútilez. Dile al pequeñajo eze que va contigo que lo robe para ti.

- Pero vamoz a ver... - Buark iba a añadir "Tonto del culo", pero en el último instante lo cambio por un - ... amigo.

- No te daz cuenta de que ze trata del equipo. Zi el equipo pierde no hay dinero, zi no hay dinero, tu mujer te va a echar a ti - golpeó a Trikki con el índice en la frente - de caza.

- ¿Es eso lo que quierez? - Buark se quedó mirando a Trikki con su ojo bueno.

Sin embargo el goblin no parecía muy convencido

- ¿Privada? ¿Ke zer privada? – el troll estaba confundido. Un estado en el que, por lo demás, se encontraba muy a gusto, pues era lo habitual en él. Pero en este caso podía suponer, que se quedaran sin ir a aquella fiesta y esto era algo, que no estaba dispuesto a permitir.

- ¡Pienza! ¡Pienza! – Se exigió Grok. Era importante buscar la manera de convencerles, para que dejarán asistir también a los jugadores del Malaspulgas y Grok encontraría la forma.

- Fiezta de humanoz. Ogro. Arbitroz. No orkoz. No goblinz. No trollz. - Se rascó la frente con fuerza, como si esto pudiera ayudarle a encontrar algo en todo aquello, que les diera el deseado acceso a la fiesta. Su intuición le decía, que no era justo y que, si podía demostrarlo, quizás tendrían que permitirles también a ellos ir a la celebración. De su cabeza parecía salir humo por el esfuerzo. Pero no le sirvió de nada. Grok era tonto de capirote. De repente se le iluminaron los ojillos. Ya está. Todo estaba claro de repente. Sabía, que es lo que tenía que hacer… Llamar a Buark. Él si que era listo. Él encontraría la manera de convencer a los humanos.

Se giró para buscar al lanzador orco entre la multitud y lo descubrió cerca de la puerta de entrada a la taberna, haciendo muchos aspavientos en dirección a Trikki. Buark también parecía tener la cara roja. Seguro, que él también estaba pensando mucho. Esto le dio a Grok más certeza acerca de la validez de su plan. Sonriendo de alegría, pues veía resueltos ya todos sus problemas, hizo gestos para llamar la atención del tuerto y que este se acercará a donde se encontraba el resto.

Con gesto de complacencia volvió a mirar al ogro.

- Tu ezperar momento, ¿zi? Amigo biene y tu volver a explikar, ¿zi? El lizto. Zabe mucho.

Ahora que el veterano lanzador vendría a ayudarles, las cosas solo podían salir bien. Grok ya se veía en la fiesta comiendo y bebiendo como una bestia. Con finura. Como le había enseñado su mama.

Trikki no parecía demasiado convencido, saltando de un pie a otro como si esperara que Buark se diera la vuelta un instante para salir zumbando por la puerta.

Mientras tanto Grok le hacía señales al lanzador desde el medio de la taberna, como si estuviera pidiéndole que fuese allí, eso sí, de una manera nada discreta, amén de peligrosa dadas las afiladas garras en las que terminaban las manazas que el troll agitaba de un lado a otro.

- ¿Qué? - exclamó de pronto el lanzador - ¡Qué demonioz! ¡Vale! - respondió a la voz del Entrenador. Total Trikki nunca había tenido mucha paciencia y acabaría por escaparse

Se encaminó hacia el centro de la taberna esquivando cuerpos de humanos, orcos y otros bichos de razas difíciles de describir con facilidad ¿medianos?

- Vamoz a ver Groz ¿¡qué quierez!? - preguntó el lanzador un tanto malhumorado, parecía que aquel día no iba a hacer otra cosa que andar de allá para acá como si fuera un ayudante snotling y no un veterano de su talla - ¡No te puedez dejar llevar cada vez que quierez algo!*

-

Cuando vio acercarse a Buark el troll volvió a alegrarse. Sabia, que él podría arreglar las cosas. Ignorando el supuesto enfado de Buark – de hecho, quien conociera al viejo lanzador, sabría que estaba de un excelentísimo humor – paso a explicarle la situación.

- Veraz, Buark. Papelez zer en berdad fiezta. No papelez, no fiezta. – termino de contarle los hechos a su compañero tuerto, con lo que creía una enorme elocuencia, y se le quedo mirando con expresión perdida esperando su reacción. Viendo, que está no llegaba, si no que Buark parecía enfadarse de verdad por momentos, intento aclararselo de nuevo.

- Graaaaaaan fiezta ezta noche. Todoz eztar. Arbitroz, jugadorez, animadoraz, grandullon, maz jugadorez,… - Se quedo pensando un momento, quien mas acudiria a aquel evento y, viendo que no se acordaba de nadie más, siguió explicando – Zolo noz no fiezta. No juzto. No. No. ¿verdad? Tu dezir no zer juzto.¹

Buscando alternativamente con ojos suplicantes a Napi² y a Morg, esperando, que estos le ayudarán con las explicaciones, se fijo en los humanos, que aún mantenía el ogro firmemente sujetos, y les dedicó una mirada de rabia, pues eran estos lo que tenían las invitaciones y por tanto el motivo, por el que no iba a ir a la fiesta. No intento disimular el enfado y, mostrándoles los dientes, se relamió echándoles el hedor de su aliento.³

El mensaje era claro. Ellos serían su plato de comida durante el partido de mañana.

La ansiedad comenzaba a invadir el canijo cuerpo de Napi. Una fiesta, y no tenian intención de invitarle! Saltando de una pierna a otra, Napi comenzó a gruñir. 

Gñe! Deberíaiz invitarme o vueztra fiezta sera un cagarro de troll! Yo zoy el alma de todaz laz fieztaz a laz que voy! Recuerdo una vez, que el emperador me invito a uno de zuz bailez zolo para prezumir de conocerme. La duqueza de oztiaburgo quedo prendada de mi, y ofrezio 100 conoraz de oro para pazar la noche conmigo, yo acepte porque el dinero nunca viene mal. El cazo ez que a la mañana ziguiente dezperte en el colegio de magia, el de color verde, veztido de mujer y con la corona del emperador encajada entre laz nalgaz...

Napi continua así durante varios minutos, gruñiendo y levantando la voz cada vez que uno de los humanos deja de prestarle la atención que el cree que merece.

Napi, lleno de orgullo mientras sus compañeros deciden la estrategia a tomar se arranca a explicar anécdotas a Morg'n'Throg que lo mira incrédulo.

Buark se estaba impacientando. Nappi seguía encima de la mesa contando sus inverosímiles historias sobre amoríos con el emperador y reuniones con una condesa o algo así. Buark intentaba no prestar demasiada atención al goblin cuando se ponía así, paseando arriba y abajo en la mesa, tirando de ésta tazas, platos y cubiertos sin darse siquiera cuenta.

Grok sí que miraba embobado al goblin, con cara de... bueno con cara de Grok... lo que viene siendo lo mismo que poner cara de idiota siendo ya un troll bastante idiota. El mostrenco debió relajarse con la florida historia porque soltó una furibunda ventosidad sin apenas cambiar su bobalicona expresión.

Los humanos sí que parecieron darse cuenta, pues empezaron a toser de forma incontrolada, mientras que Nappi, ajeno al pestazo y absorto en su propia historia seguía a lo suyo, mientras que Morg le contemplaba con el ceño fruncido intentando dilucidar dónde iba a acabar la historia.

Buark, que conociendo a Grok había cogido aire al venir y estaba aguantando la respiración, vió su oportunidad. Hundió un poco el hombro y avanzó, entre los dos humanos, fingiendo una tos y estar huyendo del pestazo. Empujó con el hombro a uno de los humanos y cuando éste retrocedió para dejarle pasar, Buark tiró de los papeles, lo que no fue dificil con los dedos llenos de grasa del humano. Éste, que se había visto sorprendido por el empujón y había cogido aire, se vió vícitma de un repentino ataque de tos y con los ojos llenos de lágrimas ni se dió cuenta del robo.

Buark siguió caminando como si tal cosa y se metió los papeles en la chaqueta de piel. Ya se vería más adelante de qué iba todo aquello. Poco a poco se acercó a la puerta lateral, donde probablemente Trikki ya no montaba guardia.

- Eh muchacho, ¿qué estás haciendo? - dice Morg mientras ve cómo Buarg se hace con los papeles y toma la directa para salir de la escena. El temible ogro hace acopio de levantarse de la mesa con ruidoso estruendo de sillas y mesa. Parece que de tan alto como es va a tocar de cabeza con el techo de la taberna.

Gorkul se encontraba al lado de Morg'n Thorg cuando se dio cuenta de que habia visto a Buark robar los documentos, asi que cuando se puso de pies Gorkul le puso una mano en el hombro

Oye Morg, creo que empezamos con mal pie..la verdad que soy un admirador tuyo, quizas puedas darme algun consejo para mejorar en el terreno de juego