Partida Rol por web

¿Que es ser terca?- preguntaría cuando Nobunaga me dijo que era terca y por lo tanto más inteligente que Aoi... ante lo cual negué con la cabeza -¿Eh? Si Aoi-chan es mucho más inteligente que yo y me ha enseñado varias cosas... Solo por haberse equivocado una vez no es más tonto- diría... pensando que había dicho que Aoi-chan es más tonto que yo en lugar de que él le hubiera informado de que soy tonta; además de que pensaba que eso de que nos hubiera "traicionado" solo era un error. Pero los errores se pueden perdonar, porque él era mi amigo como los del grupo.

Entonces el hombre se acercaría a nosotras, diciendo cuando se puso delante nuestra que aceptaba mis condiciones... y tendiéndome la mano, lo cual vi confundida -Vale, si haces lo que he dicho tenemos trato... ¿Pero que haces con la mano?- le diría, preguntándole porque me apuntaba con la mano. No he cerrado un trato en mi vida ni lo he visto, no tengo ni idea de que estaba haciendo él en ese momento.

La doctora entonces tomaría mi mano sin que yo la hubiera movido, antes de escucharla -Ah, que quería que tomase su mano...- dije cuando la doctora me explicó aquello. No iba a darle la mano de todas formas... La doctora siempre me dijo que no cogiera de la mano a nadie en quien ella no confiase; y era evidente que ella no lo hacía... además a mi tampoco me gustaba él.

Empezó a decir que era mi última oportunidad y cosas feas sobre mis amigos si me sometía a la fuerza. Pero cuando dijo que mis amenazas no servirían contra él, entonces le miraría inclinando un poco la cabeza... Confundida con lo que había dicho -¿Que amenazas?- le preguntaría, sonando completamente real y sincera esa pregunta sin yo entender lo que él decía con eso -Yo no he amenazado a nadie que yo sepa. Tu has dicho que podías dar la orden de que nos matasen si querías... Y yo te he querido responder lo que pasaría si hacías eso y matabas a mis amigos y a mi madre, para que lo supieras para tenerlo en cuenta. Y te he dicho que cosas quería para trabajar para ti y así no tener problemas- le diría al hombre, pasando olímpicamente de esa amenaza que hizo de que siempre obtenía lo que quería y mirando a mi madre -¿Eso es amenazar mama?- le preguntaría de forma genuina por saberlo. Parecía que una cosa que él quería conseguir pero no iba a lograr aunque quisiera era que me diese miedo.

Luego volvería a mirarle a él -Si ha parecido amenaza perdón, solo quería que supieras que pasaba si hacías eso tan feo de mandarnos matar. Has dicho antes que aceptabas lo que te había dicho, así que si eso es verdad vale, trabajaré para ti- terminaría diciendo. Mi madre había dicho que era mejor no desafiarlo... por lo que aunque quisiera castigarlo, no lo haría; porque no quiero que le hagan daño a ella ni a mis amigos. Además, ya dijo antes que aceptaba mis condiciones... y le había dicho que si las aceptaba yo trabajaría para él, aunque no me gustase él.

 - ¿Solo dos? ¡Yo pensaba en algunas más! - comentaría con optimismo, negando con la mano para que la chica restase importancia o preocupación al asunto de lo que haría con las fotos. -. No te preocupes: las guardaré muy bien.

 Mientras el chico preparaba la cámara en su teléfono, la pregunta llamaría completamente su atención, mostrando una expresión pensativa antes de alzar los hombros con desinterés.

 - Padre y dos hermanos mayores, los tres fuimos adoptados por él. También esta Aoi, que es como una mascota - afirmaría, soltando una leve risa. A diferencia de Hanzo, este parecía tomarse bastante bien todo el asunto de su familia, o por lo menos no le disgustaba para darle importancia y pensar mucho su opinión -. Generalmente Padre no nos da mucha atención, más allá de exigirnos ser de utilidad para algo cada tanto: A mi hermano mayor, de quién obtuve tú número, lo suele poner como diseñador de sus planes. El chico de los vendajes que estaba acompañándolo en la sala de antes es un monstruo de poder físico, y yo... Bueno, me las arreglo para mover hilos por la ciudad - diría esto último con una sonrisa de orgullo, antes de finalmente apuntar a la chica con su teléfono. -. Di "Cheese~".

 Mientras Sora no se lo impidiese, el chico tomaría más que solo un par de fotos, pero no pasaría mucho antes de que bajase nuevamente el celular para empezar a verlas, fascinado.

 - Excelente... Realmente cuidaré muy bien de esto - aseguraría, antes de que su teléfono notificase de la llegada de un mensaje. -. Mira: ya dejaron libre al mayordomo.

 Aquella afirmación la podría confirmar la chica casi de inmediato, al recibir en su propio celular un mensaje de voz de Keitaro.

¿¡ESTAS BIEN!? ¿¡DONDE ESTAS!? ¡NO CONFÍES EN AOI: NOS TENDIÓ UNA TRAMPA, PERO PUDE ESCAPAR!

 - . . . - al devolver la mirada hacia el pelirrojo, Sora podría encontrarse conque su expresión había cambiado a una más sincera, una que revelaba varias de las mentiras dichas hasta ahora como parte de su actuación. -. Es él, ¿verdad? Sabía que esos inútiles no lo retendrían por mucho: y eso que insistí en que le rompiesen las manos... - suspiraría, volviendo la vista a su teléfono para empezar a buscar algo en él.

-Uhu...¿tu quirk es cambiar de forma? ¿O será algo relacionado al teléfono~?

Conforme pasaba cada minuto, le gustaba menos aquello. Había asumido que lo visto de cambiar de forma era su quirk y aunque útil, realmente no era demasiado amenazante. Curioseó en la habitación por aquí y por allá con naturalidad, comprobando el tapiz, su propia mercancía, y si estaban siendo vigilados de algún modo visual o solo contaban con que el chico diera aviso desde adentro si algo iba mal.

-¿Cuál sería el trabajo que me tienen asignado? Cómo le dije a tu padre realmente espero una estancia gentil. Realmente considerando que tenemos el mismo nivel monetario no hay nada particular que esté haciendo aquí más que mostrar buena voluntad. Así que dime, ¿que hacen regularmente aquí?

Se sentó en un sillón del entorno con cierta impaciencia encantadora, observándole.

 - Te puedo asegurar que no tiene nada que ver con eso, ¡pero sigue intentando! - animaría con sinceridad.

 El registro disimulado por la habitación llevaría a Sora a la conclusión de que realmente no había ningún método de vigilancia presente, ni sitios para esconderse y ver lo que sucedía en la habitación, resultando ser realmente solo el cuarto de un chico fanático de las Idols, uno con mucho dinero.

 - Oh, en realidad no es como que te hayan traído aquí por algo en particular... El objetivo de mi padre era usarte a ti y a tus compañeros para chantajear a la chica pelirroja y hacer que trabajase para él: ambos hubiéramos preferido simplemente capturarla y obligarla por la fuerza, pero mi hermano mayor insistió en que era la mejor manera. Suponiendo que Padre ya se haya hecho cargo de ella, realmente no tienes ninguna obligación con él, pero conmigo... Fui bastante insistente en que me dejase encargarme de ti.

 - Con dinero no hay mucho que no se pueda conseguir, pero hay cosas que no se pueden conseguir solo con eso, y seguramente lo sabes - comentaría, antes de levantarse y acercarse nuevamente hacia la chica, con una sonrisa de seguridad y confianza. -. Por eso quería ofrecerte mi ayuda para cumplir esa causa, ese objetivo que persigues... Aún a día de hoy no entiendo del todo que es lo que quieres cambiar, pero oye: Mi familia tiene una larga lista de contactos y gente chantajeada que podrían serte de utilidad. A cambio... Pensé que podrías dejar de verme simplemente como un fan y aceptar tener una relación un poco más... cercana... - declararía, extendiendo entonces una de sus manos con la intención de acariciar suavemente la mejilla de la chica.

 La máscara tranquila de Nobunaga terminó por desvanecerse según Jess continuaba hablando de esa manera: claramente no tenía la paciencia para tratar con alguien así, alguien que no era consciente de su poder y que por ello no sentía temor ante sus palabras. Por su parte, Sayomi se encontraba en una terrible mezcla de orgullo y preocupación, dándose cuenta de que la chica no era para nada fácil de amenazar, pero que precisamente eso la podía meter en peores problemas...

 - Sí, Jess... Eso es amenazar - le respondería.

 Luego de volver a su asiento, el hombre rubio se acariciaría la frente, irritado, escuchando las conclusiones que terminaba sacando Jess y como esta se tomaba el asunto con seguridad. Nobunaga suspiraría pesadamente, pasando ahora un par de dedos por encima de los parpados.

 - Muy bien... Me deje llevar por tu aspecto, pero ahora ya entiendo que sigues siendo una niña malcriada que no conoce las consecuencias de hacer lo que le de la gana... - declararía, antes de inclinar su cabeza hacia atrás y dirigir su mirada hacia el techo, abriendo los ojos mientras suavemente hacia contacto con ellos con la punta de sus dedos, para entonces retirarse un par de lentillas trasparentes que había estado usando hasta entonces. -. Pero tengo tiempo de sobra para corregirte. Acabarás siendo una pieza obediente, tarde o temprano.

 Fue entonces que la mirada del hombre directamente a los ojos de Jess, y tras breve contacto visual se hizo presente en la sala un fuerte ruido metálico. No estuvo segura de en que punto comenzó, pero Jess apenas mantuvo la consciencia durante unos segundos mientras sentía todo su cuerpo endurecer por completo, siendo capaz de ver la figura de Sayomi intentando interponerse entre ella y el hombre antes de que la chica perdiese la consciencia al convertirse en oro...

-¿Ho? Pero no necesitabas hacer todo esto. No eres particularmente poco atractivo. Sin embargo...

Ladeó levemente la cabeza viéndolo con curiosidad.

-¿No me acabas de mentir un poco? Las relaciones no pueden basarse en mentiras. Hay al menod 6 canciones mías que hablan de eso... -cerró un ojo, dónde le tocaba, con suavidad- Tengo entendido que tu padre recolecta hijos valiosos, ¿que te hace valioso para él? ¿Que clase de quirk tienes?

Con esto retornó a pasear alrededor del cuarto meditando sus opciones. No era muy fanática de ideas poco felices, pero entendía que de esa situación no saldría con su ética intacta, y la misma se había ido particularmente al caño luego de matar de forma medianamente intencional a esa gente de vuelta al hospital. Debía abrazar ser como su abuelo, y ya no podía ir a medias tintas considerando que Jess era...Jess. Una niña, seguramente procedería a hacer un berrinche y conseguir una especie de confinamiento en solitario. No tenía nada más que le atara a todo ese asunto, excepto querer que saliera con bien...y dejar claro a futuro que hacer eso con ella misma no era una gran idea.

-Abuelo. ¿Alguna vez alguien ha tratado de aprovecharse de ti?

-Muchas veces.

-¿Cómo se lidia con eso?

Recordó una larga pausa, y el anciano no le miraba a ella, sino a algún objeto en la sala que Sora no estaba apreciando 

-Con dureza.

-Por lo demás, quizá deberías repensar una relación con Gawain-chan~ soy alguien de amor muy libre.

Y dura sería. Pero había gato encerrado en estar a solas con alguien que podía incinerar e irse tan contenta. Debía ser cuidadosa mientras andaba en telaraña ajena.

 Había sido un día... movido.

 Hiroko finalmente tendría la oportunidad de tomar su venganza contra Zeus, aprovechando la iniciativa del padre de Raiden por ir a acabar con él de una vez por todas. Se habría reunido con él en la mañana para planificar todo, conociendo a los dos hermanos de Raiden y a su padre: Luck, un chico pelirrojo demasiado confiado y algo problemático; Hanzo, la mente maestra tras los planes gracias a su quirk de predicción; y Kazuya, el padre de la familia y dueño de una fortuna incalculable. El plan consistió en aprovechar que el grupo de Zeus se dividiría para atacar a cada uno, de modo que luego de derrotar a Zeus pudiesen usar al resto para controlar a Jess y, en el mejor de los casos, conseguir que los más fuertes trabajasen para el padre.

 Desde la llamada la noche anterior la chica sabía que aquello no era su estilo, el de Raiden tampoco, pero también sabía que era la oportunidad que esperaba para acabar con Zeus, por lo que colaboró en asediar la guarida cuando Gabriel no se encontraba acompañado por nadie más que otra doctora que Hiroko no conocía.

 - Oh... Así que estas con ellos - serian las palabras con las que Gabriel recibiría a Escorpión tras verle entrar con Raiden, varios guardaespaldas con quirks, y Nobunaga. Luego de eso las cosas se resolvieron rápidamente, sin mucha resistencia por parte del hombre que acabaría siendo convertido en oro delante de los ojos de la chica por el simple tacto de Midas.

 Luego de ser llevada a aquella mansión, Raiden insistiría a la chica que le esperase en el gimnasio mientras él terminaba de ayudar a su padre con el resto de cosas. Hiroko sabía en ese punto que el interés del padre, además de acabar con Zeus, era hacerse con el control de aquella niña que vio en la guarida.

 Los minutos pasaron, y cada vez Hiroko solo se sentía más convencida de que estaba metida en un sitio peor que cualquier guarida criminal, aunque ya tendría la oportunidad de confirmarlo luego de que Raiden regresó a la sala.

 - Bien... Supongo que eso es todo - concluiría, con esa expresión de sutil molestia. -. Mi padre ya tiene lo que quería, y dudo que vaya a aceptar las demandas de la chica de traer de vuelta al enmascarado, así que... Supongo que ya puedes irte... No es necesario que te involucres en lo que pueda pasar ahora - aseguraría, siendo consciente de la imagen que debía tener Hiroko sobre el padre del chico y su forma de hacer las cosas, una opinión que la chica tuvo desde el primer y único encuentro con el hombre, donde aquella mirada roja y esa sonrisa cálida le provocaron un escalofrío desagradable de peligro...

 En el rostro del chico se vería un sutil cambio al ser señalada su evidente mentira, disimulándolo con un gesto de mano para restarle importancia mientras respondía a las dudas.

 - No es como si te creyeses todo lo que te digo así sin más... ¿No? Digamos que soy el que más se parece a mi padre: comparto sus ideas, sus motivaciones, y el miedo que muchos nos tienen por nuestro poder... En el caso del mío, puedo describirlo como darle a alguien una prueba de su propia medicina... - declararía con una amplia sonrisa.

 Pasados los segundos, luego de que Sora meditara sus opciones y dibujase la línea entre ambos, la sonrisa de Luck finalmente decaería, inicialmente con tristeza pero al final teñida de decepción, suspirando.

 - Bueno... Todo esto es un poco distinto a lo que esperaba... - comentaría, con la vista fija en su teléfono antes de guardarlo y regresar con una ligera sonrisa a la chica. -. Pero supongo que no puedo obtener todo siempre de primeras.

 Justo entonces, un par de golpes a la puerta llamarían la atención de ambos, siendo Luck quién se levantaría a abrir y permitir la entrada a un par de trabajadores con carritos de comida.

 - Espero que no te moleste: pedí de antemano que tuviesen preparada la cena - declararía el pelirrojo, mientras los sirvientes destapaban distintos platillos de distintos sabores y colores: abundante carne en varias piezas y aderezos, acompañadas por ensaladas y algunas botellas de vino, todo en vajillas de plata brillantes e impolutas de polvo. Los sirvientes no tardaron ni un instante en salir tras dejar todo listo, y Luck tomaría asiento en uno de los lados de la mesa, invitando a Sora a unirse con él para cenar.

-Bueno, ¡pero es mucho mejor! Viendo que eres indulgente conmigo...¡Ayns! ¡Eres lindo!

Se había quedado a medio camino de la puerta viendo la comida entrar, y hablo con tono alto y contento para hacerse escuchar. Específicamente a los guardias. Fue bastante ruidosa y entusiasta buscando respuestas positivas de Luck que fueran oídas por la seguridad, porque dependería de que se creyeran muy bien aquello un poco más adelante en el camino.

-¡Podemos comenzar a ser novios a partir de ahora! No eres ni la mitad de rudo de lo que había imaginado. -suspiró- Soy de decisiones impulsivas, seguro lo sabrás. Tire mi carrera por seguir un pequeño feudo, y ahora mismo no me molesta para nada tomar está decisión y cenar contigo para celebrarlo. ¡Bebamos, comamos y déjame conocerte un poco más!

Sora tomó asiento muy gustosa. Si la comida estaba drogada fuera, pero sin seguridad en ese momento debía construir sus pasos con lo que tuviera y hacer algunas asunciones. No le estaban teniendo como prisionera, y luchar para salir de ese sitio era una tontería. Aquel imperio de basaba en reunir quirks poderosos y el matoneo hasta la sumisión. Así que se mostró entusiasta, hasta haciendo planes para los próximos días.

Pero mayormente le interesaba conocer a la familia.

-Eventualmente me tienes que presentar a todo el mundo. Solo conozco a Hanzo, pero ¿tienes más hermanos? ¿Quizá viejos y confiables sirvientes que sean como familia? Quiero amoldarme pronto, quizá debería pedirles obsequios...pero para eso necesito conocerles, ahahaha. ¿Cenan juntos en algún día de la semana para que me presentes?

Oh sí. Necesito saber a cuántas ratas hay que exterminar.

...supongo esto es esto. No puedo ser infantil y continuar esperando a que pueda algún día dar vuelta mi vida, sino debo abrazar lo hecho. Ya he matado, y si una niña depende de mi, y este...baboso, desea tenerme como su muñeca personal secuestrando a mi querido Keitaro, las cosas serán como deben. Duras.

 - ¡No suena nada mal! Debo admitir que pensé que seria más difícil, por poco y llegué a pensar que no habría forma y tendría que ponerme duro... Pero eres más dulce e inteligente de lo que pensé que eras realmente: ¡de verdad pareces la de antes! - opinaría con entusiasmo.

 Una vez sentados, Luck no tardaría en llevarse el primer bocado de su plato a la boca, masticando gustoso mientras escuchaba las preguntas y comentarios de la chica.

 - Tenemos un hermano mediano, Raiden: es un rarito que siempre anda enfadado, no le des importancia. Los sirvientes son sirvientes, nada más que eso, aunque hay algunos más antiguos que otros que se han ganado cierta confianza de mi padre, misma que mantienen por ser leales y obedecer sin rechistar. En todo caso, ya te digo que nunca hemos compartido mesa: Padre solo comía con nosotros cuando éramos niños, pero ahora todos buscamos comer en solitario... Excepto él, que tiene sus ojos puestos en Aoi y básicamente lo usa de plato a veces - al comentar aquello, el chico no podría contener una leve risa. -. Rayos, de verdad me gustaría haber tomado una foto de eso.

 El chico tomaba un poco de cada cosa que había servida, por lo que era difícil pensar que podría haber algo envenado. En todo caso, más allá de la comida, Luck parecía disfrutar de la charla. Su personalidad era contradictoria en muchos momentos, como si aún estuviese jugando a balancear fingir ser un chico bueno con ser despiadado.

 - ¿Y que hay de ti? Se que vienes de una familia poderosa. ¿Tienes algunos familiares importantes que tenga que conocer?

-¿Nyotaimori? Ese es un gusto bastante niché, pero que sería la gente de nuestro estatus sin gustos inusuales.

-Oh...no estoy en términos buenos con mis padres como imaginarás. Son gente de bien, con grandes carreras. -si hubo un momento genuino en todo aquello, era ese- Soy una mala persona ahora, así que sería mejor si no me volvieran a ver. Por lo demás, seguro escuchaste del abuelo. 

Sora comió con ganas, sin una muestra de recelo. Como lo había dejado claro en la primera sala, se consideraba una invitada ilustre y sería en poco gusto de ambas partes de gentes adineradas tratar deforma pobre al otro si las cosas estaban en sincronía. Por lo demás, no estaba mintiendo en aquello y eso era bueno, imaginaba que estaría un poco en alto en su atención. Y los corazón a corazón hacían sentir especial a la audiencia.

-Te confesaré... -dijo, honestamente- ...que últimamente no sabía que hacer conmigo. Como habrás podido comprobar, Gabriel no era el líder más previsor, y estaba considerando separarme de sus esfuerzos. Incluso en su "reunión de contratación" ya todo fue un desastre, hubo una chica muy desagradable y malhablada que me quitó bastante las ganas de ser...ya sabes, más "yo". Me dejó entender que nadie toma en serio a alguien con una personalidad así, me apena pero fue aleccionador...y he estado tratando de actuar distinto desde ese entonces. Pero como habrás visto la bordería no me queda.

Suspiró.

-Y los días siguientes me estresó tremendamente la falta de coordinación. Verdaderamente, podrían haberlo hecho sin Hanzo. -se hundió en su silla un poco, antes de acercarse con su asiento al de él- Creo que me hacía falta una charla así...la niña es bueno, una niña. No puedo culparla por no entender el 80% de lo que pasa, pero estoy un poco jóven para criar niños.

La cabeza se ladeó para apoyarse en el hombro de él con delicadeza.

-¿Podrías solicitar algo de tofu frito? Hay pocas cosas que vayan mejor con la carne. -tomó un tono quejoso- Espero que no te moleste malcriarme un poco. Hay algo único en que alguien haga algo por tí que no le solicitaste.

Se mantuvo con los ojos cerrados un momento largo, solo apoyándose de esa forma. De verdad que si necesitaba una sesión así pero no de él, en ese momento solo estaba usando el arte viejo como el mundo de ver a través de las rendijas de los ojos que parecían cerrados para ojear como pedía aquello, preparando con cuidado sus siguientes pasos.

-Raiden huh, si su nombre indica algo debe ser un sujeto furioso que lanza rayos. -rió suavemente- ¿Y tu eres el chico afortunado? Imagino que conoces mi habilidad, le hace muy poca sombra al potencial de mi abuelo pero es algo directo. Quizá...demasiado directo. Hay belleza en las cosas sutiles también.

 - Creo haber escuchado a mi padre hablar de él... Al parecer, quiso hacer negocios pero tu abuelo lo rechazó: desde entonces no se han vuelto a involucrar - revelaría.

 Entonces, cuando la chica empezó a abrirse un poco con él, Luck prestaría atención mientras la miraba detenidamente, asintiendo a sus comentarios mientras continuaba comiendo en pequeños bocados.

 - A mi parecer, se puede ir a la mierda lo que que cualquiera piense de mi o de ti. Vivir atado a las preferencias de otros es aburrido y humillante: Si no están de acuerdo, entonces mal por ellos - declararía con seguridad, dedicando una sincera sonrisa a la chica mientras esta se acercaba. -. Lo que quiero decir es que... Debes ser lo que eres: en mi caso, tengo muchos enemigos propios y otros heredados por mi padre, pero ninguno se atreve a ponerme un dedo encima precisamente porque saben como soy. A muchos les gusta juzgar en silencio o abiertamente, pero muy pocos realmente están dispuestos a cambiar las cosas.

 Aquel pequeño gesto sentaría bien al pelirrojo, asintiendo a la petición de Sora mientras sacaba su teléfono para pedir el tofu frito: con su técnica de espionaje, la chica pudo comprobar el patrón de desbloqueo del celular, además de verificar que efectivamente hizo la solicitud a un número identificado como "Servicio". Por el resto, no mostró nada más antes de guardar el celular.

 - ¡Ja, ja! Pues si que se la pasa furioso todo el rato, pero su quirk se basa únicamente en aumentar su capacidad física de forma bruta. Lo mío no puedo negarlo, me suelen salir muy bien las cosas, de una forma u otra: diría que soy afortunado de no haber tenido que usar mi quirk contigo para estar así - admitiría, mientras se tomaba la libertad de rodear a la chica por detrás con un brazo, apoyando suavemente la mano a su costado mientras le dirigía la mirada, distrayéndose momentáneamente de la comida. -. ¿Pero sabes? Así son mejor las cosas... Saber que puedo conseguir a una chica como tu sin recurrir a tanto me sienta bien luego de que mi ex me haya cortado hace poco. Debes pensar lo mismo, ¿no? - entonces, de forma sutil pero no por ello menos notable, la mano del chico empezó a subir lentamente por el cuerpo de Sora, acariciando con sus dedos mientras iba en ascenso. -. Conmigo no necesitas máscaras, no necesitas aparentar ser quién no eres por un fin: Podemos comer, ver una película, y distraernos mutuamente de las cosas que el mundo nos puso encima... -finalmente, la mano del chico acabaría alcanzando lo que quería, agarrando suavemente nuevamente de un pecho a la ex-idol. A diferencia de la otra vez, la expresión de Luck no cambió por esto, permaneciendo con una sonrisa amable. - Solo tú y yo: Suena bien, ¿no? - 

-¡Kya! ☆ -se apartó con la suavidad de a quien le hacen cosquillas, entre risitas, y con el cuchillo de carne y tenedor que - ¡Eres muy atrevido! Jiji...

Comió el pedacito de carne en el tenedor.

-Esperemos a que venga el tofu y comeré unos trozos...y en preparación a todo eso, podemos darnos una ducha, no dudo que haya espacio en tu jacuzzi para ambos. Cancela todos tus compromisos, Gawain-chan quiere todo el tiempo que tengas disponible hoy. -y efectivamente esperó a que el tofu viniera para comer uno o dos trozos, y ofrecer alguno directo de sus palillos al chico, y espero a ver si cancelaba algo con mensajes o ya se había reservado todo el día para ella, en cuyo caso elogiaría su nivel de preparación.

Tras esto, sonrió denotando cierta impaciencia. Se esforzó porque todo fuera placentero y agradable, de modo similar a ese papel que tuvo como la villana de cameo en cierta telenovela conocida. Era increíble lo muy útiles que comenzaba a encontrar sus talentos de actuación para otros fines menos nobles que el arte mismo, pero infinitamente agradecidos considerando lo que podía dilucidar podría haber terminado muy mal para ella viendo cuales eran las intenciones nada vedadas de este chico.

-¿Harías los honores de guiar al área de baño Luck-kun? Imagino que ya has preparado guardarropa para mi, ¡apuesto a que debes tener todos los trajes que he usado comercialmente a mi talla en el cuarto de cambio!

Se puso de pie con calma una vez el lo hizo, dispuesta a seguirle con el entusiasmo chispeante de la idol que una vez fue. Sus sentidos estaban aguzados en ese momento en particular, el famoso "make-or-break" de otras tierras.

Toda aquella operación desde el principio realmente no me gustó. La "familia" de Raiden desde luego no me infundía demasiada confianza... sobre todo su padre, el cual ya nada más conocerle ya le calé desde primer momento: Era una de esas personas de sonrisa falsa y falsos modales que solo buscaban el beneplácito de una persona, ellos mismos... como mi propio padrastro. De hecho seguro si se conocieran... seguro no tardarían en intentar matarse mutuamente, porque solo hay espacio en la ciudad para un ego y ansias de poder tan grande como las suyas.

Pero si les acompañé no fue por gusto después de haberles conocido... Sino simplemente porque sentía que se lo debía a Raiden después de que él se fuera a encargar de sacar a Heihachi de la cárcel; y porque también se lo debía a la doctora, y procuraría que ella y su hija no salieran mal paradas... Sobre todo escuchando eso de que querían hacerse con esa chica.

Cuando Gabriel me reconoció entre ellos, le miraría -No... estoy aquí por mi cuenta para saldar favores- diría simplemente. Pero desde luego, la forma de proceder del padre me sorprendió... y si no fuera por Raiden, habría actuado intentando impedírselo y hasta agredir a ese hijo de puta. ¡Yo no quería hacerle eso a Gabriel, quería castigarlo, no matarlo! Todo aquello me dejó muy mal sabor de boca.

Esperaría en el gimnasio, siendo que desde luego no saber como estaba la niña y la doctora me agobiasen. Y entonces volvería Raiden a decirme que "eso era todo" -¿Y eso que significa? Porque aunque quieras ocultarlo, se nota que estas molesto con algo...- le preguntaría al chico de forma directa -¿Y eso es lo que querías tu?- le preguntaría de nuevo cuando me dijo que su padre ya tenía lo que quería, y además que me podía ir -No me puedo ir sin más. Al igual que contigo, le debo un favor a la doctora que tiene una hija... Así que no me puedo marchar dejándola en la estacada. ¿Donde están ella y su hija?- le diría y preguntaría a Raiden, mirándolo con seriedad.

 La sonrisa del chico delataba que disfrutaba genuinamente las reacciones de Sora, siendo que esos gestos de apartarse sumado a los comentarios eran un juego que parecía acostumbrado a jugar.

 - No subestimes mi preparación, Gawain-chan: contaba con tener todo el día para ti - aclararía, haciendo entonces la solicitud del tofu por teléfono, mismo que no tardaría en llegar a los pocos minutos entre charlas con el pelirrojo. Sora ciertamente tenía un don para aprovecharse de sus cualidades de actuación y encanto, por un lado porque simplemente era algo natural de ella y que convenientemente le encantaba a muchos, y por otro gracias a su anterior profesión y los entrenamientos dedicados a esas cosas. Para un fanático, habían pocas cosas tan maravillosas como recibir comida de su adorada idol. Eso sí: esa emoción se quedaba corta ante la propuesta de tomar un baño juntos...

 - ¡Por supuesto! Me encantaría verte luego probándote cada atuendo para mi, ¡están en perfecto estado! - el pelirrojo se levantaría con la chica, y una de sus amplias sonrisas, invitándola a seguirle hacia la otra puerta de la habitación donde, como cabría esperar de una familia así, se encontraba un baño amplio y equipado.

 A un lateral se encontraban unas estanterías con toallas, batas, y espacios para colocar la ropa, así como numerosos productos de higiene y cuidado personal. Un gran espejo sobre el lavado, así como una amplia tina al fondo bajo la ducha, con un jacuzzi más pequeño, pero igualmente espacioso, a un lado. En la habitación también se encontraba un televisor, así como una mesa donde reposaba una botella de vino y un par de copas, así como una caja de chocolates, obviamente preparadas con antelación.

 - A ver... - tras alcanzar un control de la pared, Luck presionaría algunos botones para poner en funcionamiento los procesos automáticos de aquella habitación, provocando que el jacuzzi empezase a calentarse, la tina a llenarse, y que unos dispensadores rociasen suavemente una dulce fragancia en el aire. -. Como verás, estaba preparado también para algo como esto... Anda, ponte cómoda, Gawain-chan, ¿o te gustaría que te ayude con eso? - preguntaría con una sonrisa ensanchada.

 Sora no tenía forma de saberlo, pero entre la familia y sus trabajadores se le consideraba al pelirrojo como alguien bastante calculador y manipulador, alguien difícil de engañar y de cuyos hilos nadie podía escapar... Pero también contaba con un grave problema de confianza e impaciencia: una vez algo fallaba en su plan, el nivel de fracaso solía ser tan alto como lo mucho que llegó a descuidarse, y en esos instantes la ex-idol casi que le había convencido de tener total éxito, únicamente a falta de continuar con lo que tuviese en mente para aquella ocasión, lo cual no era difícil de deducir, ¿pero que tanto estaría dispuesta Sora a continuar para hacer su jugada...?

Sora no perdió un segundo la sonrisa en lo que le seguía un paso y tomaba el cuchillo que dejaba tras de sí sin un sonido, y daba otro paso para alzarlo. Honestamente no tenía particular habilidad, pero no necesitaba ser una combatiente experta para hundir algo afilado en una sandía. O en el cráneo de alguien por la espalda. Fue con toda la fuerza que le permitió el gesto.

 Ante el señalamiento de Hiroko, Raiden carraspearía ligeramente dándose cuenta de lo evidente que era al expresar su molestia con todo aquello.

 - ¿Por qué querría algo así? ¿Crees que me agrada siquiera un poco el tipo de persona que es mi padre? Perdí a los míos a manos de un asesino, y él me adoptó cuando no tenía a nadie más... Sinceramente, hubiera preferido haber muerto solo en las calles: mi padre tiene una mentalidad enfermiza de adoptar gente con "potencial", las entrena para ser obedientes y les explota hasta el cansancio... En su momento yo era uno de esos, logré superar todas sus expectativas y me volví algo así como su favorito... Pero en cuanto llegó el otro empecé a pasar a segundo plano, y ya cuando apareció Aoi y le hizo su mascota básicamente me volví poco más que una herramienta... No pedí nada de esto, pero en este punto no hay mucho que pueda hacer: la mayoría de trabajadores no están aquí por dinero, sino por el miedo hacia mi padre y sus influencias, y es que revelarse contra él es casi una muerte segura no solo para ti, sino para todo lo que te pueda importar... - el chico guardaría silencio entonces, cruzándose de brazos mientras desviaba la mirada incapaz de corresponder a la de Hiroko en esos momentos. - Debe estar en la sala de entrenamiento del sótano: mi padre seguramente usará a la doctora como una amenaza para domesticar a la niña y hacerla ciegamente obediente, de una forma u otra...

 - Hiroko, se que nada de esto es correcto, pero... No conoces la influencia de mi padre y su poder: si intentas algo para meterte en su camino, no habrá nadie que pueda convencerlo de dejarte ilesa, ni siquiera yo - en ese momento, la vista del chico volvería hacia escorpión, genuinamente preocupado por los obvios pensamientos que pasaban por la mente de la chica.

 Con lo confiado que estaba en que la chica no intentaría nada, Sora no tuvo problemas en atacar por sorpresa a Luck y clavarle en la cabeza uno de lo cuchillos de la comida. El cuerpo del pelirrojo se tensó de inmediato, sufriendo de algunos espasmos mientras intentaba pronunciar alguna palabra o quejido, pero fue incapaz de hacer nada antes de que su cuerpo terminase cayendo al suelo.

 No parecía que nadie afuera de la habitación se hubiese dado cuenta de lo sucedido, aunque por mera conveniencia el teléfono de Luck sonaría recibiendo un mensaje de texto de Hanzo, a quién parecía haberle pedido que le mantuviese al día con el movimiento en la mansión.

Padre fue al sótano con las doctoras y la niña.

Raiden debe estar cerca del recibidor, atendiendo a su amiga.

Yo me quedaré en mi habitación.

El vampiro parece haberse colado por el jardín: seguridad intentará hacerse cargo.

 Con una vaga información, quedaba en manos de Sora ver cuales serian sus siguientes movimientos.

Sora se quedó un momento observando. Una cosa era el haber quemado a gente indirectamente pero algo tan horrendamente premeditado le daba otra nueva gama de sentimientos.

Supongo que no hay marcha atrás. No me siento particularmente mal, aunque siento un peso en el estómago. Me acostumbraré, sin duda.

Recogió el celular y lo desbloqueó con el dedo ajeno, configurando el que no volviera a pedir la huella digital. Ponderaba que aquello había pasado porque estaban más atentos a que hiciera lo obvio: o bien que estallara en un infierno de llamas, para lo cual habría gente ideal para reducirle afuera, o bien sencillamente las predicciones de Hanzo estaban en ese nivel de estima. Como bien parecía por ese mensaje. 

Sora-chan irá en breves a verte, envíale instrucciones para llegar a tu habitación desde el suyo. ¿Que debería hacer para no tener problemas en los pasillos? Estaré descansando como para acompañarla.

Por lo demás, ponderó que hacer, y comenzó en simultáneo a arrastrar el cuerpo al jacuzzi y tener diálogo consigo misma. Del tipo que había un productor hablado alguna vez de sacar al mercado, guión y todo, y salido con una negativa poco amable. Usó el segundo cuchillo de la estancia para quitarle el pulgar, sellando con un toque el rojo para llevarlo consigo. En esos sitios podía tener sus usos, sabía ella misma que los sellos biométricos eran la seguridad de hoy para quien pudiera permitírselo.

-¡Ahh, Luck, estás siendo muy pervertido! ¡Gya! ¡Se gentil con Sora-chan! -le siguió algún que otro quejido suelto por varios minutos, mientras revisaba sus bolsillos por si tenía algo interesante, antes de que hubiese un sonido de agua cuando le envío al mismo, además de algunos chapoteos artificiales- ¿Podemos tomar una ducha? ¡Yay!

Husmeo el teléfono para volver a ocultar el jacuzzi y su crímen por ahora, bajo una mirada bastante frío todo aquello. Lo cierto es que estaba procesando emociones oscuras, que le quemaban por dentro como fuego negro. Nada agresivo o doloroso, sino que sentía que aquella oscuridad le moldeaba, como las llamas ablandaban al cristal para darle una nueva y hermosa forma. Casi sentía cierta emoción, lo cual, le preocupaba levemente.

No disfruto particularmente el acto, lo cual es bueno, pero estoy siendo adulta y protegiendo mis propios intereses, lo cual es mejor.

Dedicó el resto del tiempo a estar por la estancia, cambiar su ropa a alguno de sus atuendos en esa estancia que había consultado tenía. Un kimono oscuro le pareció genial, y nadie cuestionaría el particular fetichismo del inquilino en base a cuáles estaban acomodados más adelante en el armario.

Oho, un atril de kimono. Perfecto, vistoso, elegante, y amplias mangas con bolsillos.

​​​​​​Tardó varios momentos en arreglarse con esmero, y tras estar propiamente vestida sentarse nuevamente a usar palillos para terminar el tofu frito que había pedido, y beber sake tras esto. El mal aliento no era propio de una dama.

Al ver que Raiden se ponía rápidamente a la defensiva, negaría con la cabeza suavemente -No, no creo que te agrade; de hecho es evidente que es lo opuesto. Y perdona, no quería acusarte de nada...- le diría con seriedad y voz serena... No quería que mis palabras parecieran un señalamiento o acusación... sino más bien solo quise señalar que era evidente que a Raiden esto no le gustaba nada de esto.

Entonces, empezó a contarme toda la historia: sus traumas, las enfermizas costumbres de su "padre", de como era como su favorito pero luego fue siendo sustituido por otros huérfanos -Es decir... ese imbécil casualmente siempre encuentra huérfanos interesantes que quedarse y entrenar... Y lo ha hecho más de una vez. Y ahora lo que ha hecho es directamente secuestrar a una madre e hija para quedarse con la hija...- no pude evitar ir pensando para mi misma mientras él hablaba. No es por nada... pero un patrón así me olía tremendamente mal; y no había que ser demasiado listo para ver relación teniendo en cuenta su forma de actuar y hasta imaginarse que la muerte de los padres de Raiden no fue casualidad.

Pero de momento no dije nada, escuché con seriedad a Raiden, mirándole aunque él no pudiera mirarme a mi. Me dijo donde estaría, y allí es donde pensaría ir. Pero hablaría con él -Tienes que haberte guardado todo eso durante mucho tiempo si has necesitado soltarlo frente a mi- le diría con cierta seriedad... Pues el chico le había soltado a una chica que acaba de conocer hace un día TODA la historia de su vida, así que obviamente parecía que aquello le estaba reconcomiendo al peleador durante mucho tiempo. Le di una palmada en su hombro, sintiendo empatía con él -Se lo que es que te adopten por fines egoístas, y que tu padrastro sea tremendo hijo de puta- le diría simplemente palmeando.

Había escuchado su preocupación, mirándole con seriedad -Agradezco que te preocupes por mi. Pero el poder y la influencia de tu padre me viene importando una mierda por mucho que tenga- diría con una frialdad absoluta y sin importarme o sentirme intimidada ante aquel sujeto -No tengo a nadie. He estado la mayor parte de mi vida sola, y ahora apenas le importo a nadie... y si existe gente a la que le importo, ni siquiera tu padre sería capaz de ponerle la mano encima. Lo único que he tenido siempre es mi palabra y mi determinación que es lo que me ha sacado adelante. Y cuando digo que le debo un favor a alguien, se lo debo para siempre hasta cumplirlo... y a esa doctora le debo uno. Y si para cumplir mi palabra me debo ir contra lo que quiera tu padre, lo haré- le diría con bastante decisión al chico -La gente que cree tenerlo todo bajo control, los que proyectan una imagen falsa de si mismos y se creen los mejores, al final siempre acaba cayendo por su propio ego y pensamiento de que nadie le puede hacer mal... En cuanto la gente empiece a dejar de tenerle miedo, todo su imperio se derrumbará aplastándole... Y si fallo, no quiero que nadie le convenza de no matarme... Moriré orgullosa de luchar por mi palabra queriendo cumplir mis principios. Cosa que seguramente ya me haga mucho mejor que él- le diría.

Le soltaría el hombro, caminando hacia un lado suyo, dirigiéndome a la puerta... aunque me pararía un momento -El enemigo de alguien que lo tiene todo, es una persona que no tiene nada que perder... Y por lo que me has dicho, tampoco es que tu tengas nada- le comentaría, girando el rostro para mirarle -Me ayudaste, no te pienso meter en problemas ni te pienso pedir que me ayudes ahora. Y de hecho, estas en tu derecho de querer detenerme por ir en contra de tu padre... Pero lo que me has descrito no es vida. En algún momento deberás decidir si quieres ser una herramienta para siempre y esconderte de él en los clubs de lucha... o dejar de imaginarte el rostro de tu padre en cada rival que machacas y darle un puñetazo al de verdad. Eso lo hacía yo en los inicios... pero al final me cansé y simplemente dejé de pensar en ese hijo de puta y me fue mejor... Je, bueno, mejor tampoco por todos los líos que me meto estos últimos días, pero se entiende- reiría un poco dejando soltar el aire, antes de volver a mirar hacia la puerta -Si muero o si no, un placer conocerte Raiden... Te llamaré si sobrevivo. Y si no, abrillanta mucho mi estatua si la palmo, y no me vendas por menos de un trillon de yenes- diría al final. Y eso último era algo que básicamente intuí recordando su agresividad en el ring y viendo que teniendo una mansión enorme prefiere liarse a puñetazos con otra gente.