Partida Rol por web

 - ¡Realmente eres tú, Gawain-chan!

 En pleno pasillo entre tiendas, un chico joven de cabellos rojizos y ojos amarillos se acercaría por delante al grupo, deteniéndose a pocos metros con la vista puesta fijamente en Sora, restándole importancia a Sayomi y Jess.

 - La capucha me hacía dudar, ¡pero definitivamente eres tú! - repetiría, visiblemente entusiasmado y hasta algo acelerado. -. ¿¡Estás comprando ropa, o es un paseo para matar el rato!? ¡No, olvídalo! ¡No quiero retenerte mucho! ¿Puedo tomarte una foto contigo? ¡Tu mano! ¡Déjame tomar tu mano!

 No era la primera vez que la chica se topaba con alguien así, aunque sí la primera desde que se retiró de su anterior profesión. Generalmente tomaba precauciones más que suficientes para evitar ese tipo de encuentros, pero sabía que habían personas que seguían MUY fuertemente a sus idols favoritas, haciendo cosas realmente increíbles por ellas...

 Generalmente ser descubierta seria un gran problema para Sora, pero en aquella ocasión no había demasiada gente en los alrededores: de hecho, desde que dejaron el local de la tienda cada vez parecían haber menos personas por el centro comercial a excepción de los vendedores...

 Por su parte, Sayomi mantenía la distancia del pelirrojo, intentando que Jess tampoco se acercase mucho y dejase a Sora manejarlo como mejor viese.

 Haciendo algo de memoria, Sora reconocería casi de inmediato a aquel chico de sus tiempos de idol: era fácilmente uno de los mayores fans de Gawain, por no decir el mayor, siendo que no se perdía ningún evento y siempre compraba toda la mercancía que podía. Era alguien que hasta donde sabía no era problemático, siendo que no llegaba al punto de acosar a la chica para seguir cada paso de su vida, pero siempre  le había dado la impresión de que uno era un fanático cualquiera, pues por donde estaba él generalmente siempre habían algunos hombres trajeados mezclados entre la multitud...

-¡Me alegra que te guste, Jess! Pronto podrás elegir varias cosas y encontrar tus favoritas. Estar confortable es el primer paso para un gran día.

Antes de salir de ahí, Sora mostró el celular a Sayomi unos momentos de forma insistente, y tras que los envíos quedaran listos, salió con paso apresurado. No lo suficientemente apresurado, evidentemente. Torció la cabeza al ver el asunto, e ir notando las pequeñas anormalidades.

-Gawain se retiró hace tiempo, hasta donde escuché termino como varias ex-estrellas saliendo en noticas, ¿No crees que eso te traería una visita de la policía? -dijo esto poniendo las manos en la espalda- Es la clase de persona que deberías querer mantener lejos. Y por eso, vamos a irnos. Estoy segura de que para la persona correcta, habrá alegría en ver qué aún tiene seguidores.

Ofreció una leve sonrisa, pero luego desapareció. Algo se estaba cociendo y no le gustaba en absoluto lo que fuera.

Siempre igual, perturbaciones de tiempo libre...es algo que no extraño.

-Sin embargo. Una cosa es un error pequeño y otra es...escalarlo a un error mayor. ¿No estás pensando escalarlo a un error mayor, verdad?

Doctora. No mire directamente pero se están acumulando hombres de negro muy elegantes y serios en las cercanías de la tienda, y guardaespaldas míos no son. Eso usualmente quiere decir que hay alguien de influencia, pero nos están vigilando. Recomendaría que saliéramos rápidamente y demos varias vueltas antes de retornar.

Algo no está bien.

Pero no tengo idea de si haya quirks que permitan escuchar así que esto es en precaución a eso, no creería lo paranoica que se vuelve una en carreras públicas. Así que no comente información sensible y este preparada.

¿Cómo nos ubicó nadie...?

¿Porque?- no pude evitar preguntar con curiosidad a la doctora cuando me respondió a lo del cigarrillo, intentando entender el porque de ello. Ella fumaba mucho, incluso cuando yo no quería que fumase porque olía mal... ¿porque ahora lo iba a hacer pero no lo hizo?

Eran muchas bolsas, así que si ninguna decía nada, me ofrecería yo a llevarlas todas sin mucho problema. Seguia pudiendo cargar mucho peso pese a haber crecido de tamaño, así que eso estaba bien y no me importaba.

Y entonces, ocurrió aquella cosa tan rara... aquel chico que de repente se acercó a Sora hablándole de forma muy efusiva -¿Quien es ese?- preguntaría a la doctora pues ella me indicó que no me acercase mucho a él. No estaba entendiendo todas esas preguntas y peticiones tan raras... ¿Porque quería tomarle de la mano? ¿Y la foto, Sora era famosa o algo? ¿Y porque estaba hablándole así? No estaba entendiendo nada y simplemente se me veía confundida.

 - No es algo que importe ahora - se limitaría a responder la doctora, antes de prestar atención a lo que Sora le estuviese enseñando al teléfono y entonces asentir hacia la chica, con una expresión cansada.

 Al abandonar la tienda y encontrarse con aquel chico, Sayomi negaría con la cabeza cuando Jess le preguntó por el desconocido, dando a entender que no era buen momento para preguntar al respecto. Por su parte, la reacción de Sora no pareció ser del agrado del pelirrojo, quién suspiraría pesadamente con decepción.

 - Ohh... Esto realmente es decepcionante, pero debí suponerlo: Las idols solo hacen lo que hacen por la fama y el escenario, ya con eso a un lado realmente no les importan sus seguidores... - el comentario claramente iba en forma hostil, pero el chico parecía cuanto menos sinceramente apenado por aquello. -. Si así son las cosas, esta bien: se que no es buena idea insistir... Solo intenta pensar en lo que dejaste, y lo mucho que te extrañan tus seguidores, ¿sí?

 La mentira sobre su identidad no parecía haber colado al chico, pero por lo menos no parecía que fuese a dar problemas al respecto. Mucho más fácil de lo que Sora hubiese esperado, el pelirrojo se daría la vuelta y se retiraría por donde apareció, dejándoles vía libre para continuar su camino.

 - No lo asustaste ni un poco... Pero parece que ya se retiró - le comentaría Sayomi a Sora, percatándose de lo que había intentando la chica y como para el pelirrojo realmente no fue nada de otro mundo. Su decepción al parecer fue más grande que el temor de ver al sol a los ojos, lo que solo hacía más descabellada aquella situación. -. Pidamos comida para llevar y volvamos a la guarida: Creo que ya salimos lo suficiente al público por un día...

 Poco luego de que el pelirrojo se retirase, los hombres trajeados también abandonarían sus puestos y se dispondrían a irse. Sora parecía haber esquivado una bala en aquel encuentro, pero Sayomi le había dejado claro algo que no podría pasar por alto para siempre: los ojos de aquel pelirrojo no mostraron ni una pizca de miedo o arrepentimiento, y tampoco tuvo dudas sobre la identidad de la chica. Era difícil saber si realmente todo lo tuvo planeado, y por el momento solo le quedaba cruzar los dedos para que realmente no fuese más que un fanático intenso...

-¿Hm? Usualmente era muy dedicada, pero necesitas más sentido común. Luego de mi última presentación, no es seguro estás cosas.

Estaba siendo lo obvia que estaba siendo para tratar de salvarle algo de rostro con transeúntes ocasionales, pero visto lo visto habló sin tapujos y suspiró, negando.​​​​​​

​​​​-Gracias por tu comprensión. En compensación, déjame decirte que ya era rica de inicios, y no rechazo fotos en sitios públicos si no hay actitudes sospechosas de por medio...como ahora. Será quizá la próxima ocasión. Sin embargo...¿entiendes que te puede meter en problemas el tomar una selfie conmigo cuando esto, verdad? Estoy siendo gentil contigo al no hacerlo ahora.

Esperó pacientemente a que se retirará, y asintió a la doctora para ver a Jess.

-Oh, no lo sabes. Mi anterior ocupación era cantar y bailar, y a mucha gente le gustaba verme. ¡Debería ser lo próximo que veas, definitivamente! Vayamos de vuelta, si...pero con cuidado. Hagamos algunas paradas extras.

Lo último que quería era guiar a esa gente al escondite o su hogar, por lo cual fue paranoica pero disimulada en el camino de vuelta, muy atenta a dar desvíos en busca de elementos comunes que le siguieran. Y de paso, aprovechó a comprar un cuenco grande de popcorn dulce y un móvil nuevo para Jess. En efectivo, ya no le gustaba la idea de usar su tarjeta.

¿Está tonto? Me halaga, pero no parece registrar que soy una persona buscada y no en el buen sentido.

Vería con cierta confusión la escena, viendo como hablaban entre ellos y lo que decían. Realmente no entendía nada el contexto; pero Sora parecía estar siendo bastante mala con él, y él parecía enfadado y molesto por lo que ella había dicho. No diría realmente nada... pero al final se volvería a acercar y el chico se iba retirando -¿Tu trabajo era cantar y bailar? ¡Que poyotástico!- no pude evitar decir ante la explicación de Sora... ¡Molaba eso de que tu trabajo fuese bailar!

Pero no pude evitar mirar hacia donde estaba el chico -Pero si ese chico te conocía por eso y quería hacerte una foto... Le has tratado bastante mal, ¿no? ¿Y le querías asustar? Eso es feo... ¡Los Héroes Multicolor se portaron bien y se hicieron fotos conmigo!- le preguntaría y comentaría a Sora mirándola -Ahora se esta yendo enfurruñado... Deberías pedirle perdón. Si alguien se porta mal con otro, o bien hay que castigar al que ha hecho algo malo como Zeus... O debería disculparse. Pero tu eres mejor que Zeus, no te quiero castigar...- diría con seriedad, antes de asentir -¡Ya se! ¡Antes de ir a por comida, le pediré perdón de tu parte! Y así no se irá tan enfurruñado- diría antes de tener la intención de ir inmediatamente hacia ese chico pelirrojo para hacerlo... ¡Así no se marcharía triste!

-Jess. -dijo esto con aire curiosamente serio, pero paciente- La gente que quiere hablar contigo no te aísla de otros para hacerlo sin que le des permiso. Por favor presta atención: ahora que eres más grande esto es algo importante.

Sora explicó esto con calma. Era importante, verdaderamente, explicar las bases de la confianza y la desconfianza a alguien en la posición de Jess.

-Si la doctora te lleva a un sitio aislado, es ella, la conoces y confías en ella. Pero si alguien que solo conoces de cara se asegura de que estén solos, y se pone a querer actuar familiar, estás alerta. Es la versión avanzada de "¡no hables con extraños!". -tras esto, sonrió y continuó- En mi oficio anterior, cantaba y bailaba, además de vestirme bonito, ¡me veía como una muñeca! ¿No encontrarás divertido ver a una muñeca que te guste hacer bailes, cantar, hablar, y otras cosas? Pero, algunas personas olvidaban que yo no era, de hecho, una muñeca. 

Fue lento, para que fuera comprendiendo de a pocos los trozos de esa narrativa. Había hablado de algo similar en alguna entrevista alguna vez.

-A una muñeca puedes tomarla y llevarla dónde quieras, y tú tomas las decisiones de dónde va y que hace. Pero una idol no es una muñeca. No puedes solo plantarte delante de ella y decidir que va a pasar con ella porque quieres sin conocerle como podría hacer alguien en quien confíes, como Sayomi podría hacer contigo. ¡Tu dejarías que ella lo hiciera porque sabes que te quiere y es buena! Pero no, por ejemplo, el señor de negro que va por allá o la señora de azul por ahí. -se cruzó de brazos con cuidado tras señalar sus ejemplos- Porque a ellos no les conoces de prácticamente nada. Quizá sean buena gente, pero debes estar alerta porque quizá no lo sean. 

Miró en dirección a dónde se había ido el chico.

-Y ese sujeto de cabello rojo, fue rudo y confianzudo. No le debo nada, porque no se sus intenciones, ni tampoco le dejaré tocarme porque no sé si pretende algo más con ello. Me alegra por supuesto que le gustaran las presentaciones que he hecho, pero lo que hizo fue poco educado. Y por lo que hizo me refiero a, si miras alrededor, vaciar repentinamente este sitio. No me molestaría tomar fotos y demás en público, pero SIEMPRE ponte en alerta si alguien en quien no tienes confianza quiere que estés en un sitio aislado o de poca gente.

Suspiró.

-¿Vas entendiendo?

Ella misma reflexionó levemente, quizá fuese que el chico pretendía que estuviera segura para sacarse la capucha, pero no anunciar sus intenciones o lo que hacía fue extremadamente rudo. Tenía que entender su posición, tanto como (ex)idol, como de fugitiva. Ahora se sentía ligeramente mal, pero igual le era alarmante que estuviera dispuesto a tanto a pesar del final de su carrera.

 Al escuchar y ver las intenciones de Jess, Sayomi inmediatamente intentaría detenerla, pero Sora se adelantó a pararle los pies con una charla explicándole el porque no debía pensar de esa manera, algo con lo que la mujer estaba de acuerdo, y pensaba ayudar a aclarar para la pelirroja.

 - Es como dice Sora, Jess. ¿Recuerdas lo de gritar si un adulto extraño se te acercaba? Es similar: no es necesario tratar de forma cortante a todo el mundo, pero con el tiempo debes aprender a estudiar no solo a las personas, sino la situación de alrededor... No todo el mundo es lo que parece - explicaría la doctora, deteniéndose a pensar durante unos segundos antes de añadir. -. Sobre eso de gritar por adultos extraños: ya no lo hagas, ¿okey? Luego te enseñaré otra palabra para decir en esos casos, pero antes tendré que enseñarte otras cosas.

 Evidentemente la pelirroja tenía mucho que aprender, sobre todo esas cosas que no podían conocerse en su totalidad hasta experimentarlas, pero al menos contaba con gente dispuesta a ayudarla en su largo aprendizaje sobre la vida.

 De ese modo, se encaminarían de regreso a la guarida haciendo algunas paradas para comer o picar de camino, con una ruta más larga de lo usual pero mínimamente compleja para evitar seguidores no deseados, aunque durante el trayecto no hubo nadie sospechoso a ojos de Sora o Sayomi. Así, tras regresar al callejón, abrirían la puerta para reunirse con quienes estuviesen presentes en la guarida.

 Del otro lado, encontrarían el bar destrozado casi en su totalidad: las mesas volteadas, las estanterías rotas y las botellas estalladas, el televisor reflejando colores al azar en su pantalla destrozada, y la puerta al pasillo de habitaciones tirada abajo. La luz pestañeaba intermitentemente, producto de un fallo en la electricidad, pero permitía ver no solo el estado en el que se encontraba el sitio, sino la figura de aquel que lo ocupaba en solitario: Gabriel, tirado en un rincón con la espalda apoyada en la pared, apoyando el brazo sobre una rodilla mientras mantenía la mirada agachada, permaneciendo completamente quieto ahora como una estatua dorada de sí mismo.

 - ¿Qué mierda...? - la mirada de Sayomi podía describir bien lo que sentían al ver eso: algo terriblemente malo había pasado, y toda precaución prueba estuvo justificada.

-De acuerdo, creo que debería quedar algo de pastel en el ref...

Sora fue la primera en empujar la puerta y observar el asunto desconcertada. Abrió los ojos, y se acercó corriendo a Gabriel inicialmente, pero no demasiado para no taparle el paso a la doctora, pero al menos quería ver si le subía y bajaba el pecho, para dirigir una mirada preocupada a las otras dos. Seguidamente miró el resto del entorno, con desconfianza y alarma. ¿Dónde estaban los otros? ¿Había más de los atacantes desconocidos en el entorno? No tenía seguridades así que trato de estar en alerta, no fuera que les esperara algo más dentro.

¡Kei-kun! Por favor, dime qué no habían vuelto...

-Voy a revisar el resto del lugar, mantén la calma Jess...que pase algo desagradable es la razón por la que desconfías de extraños.

Sora me detuvo, hablándome cuando yo quería ir a disculparme con ese pelirrojo... Y al mirarla y empezar a explicarme algo, no la entendí del todo -Pero... si no te ha aislado ni apartado, solo se ha parado a hablar contigo. De hecho se acercó él a nosotros, no nos llevó a ningún lado- dije confundida. El chico por lo que vi solo se paró a hablar con Sora aquí en medio, no la apartó ni se la llevó a ningún lado... De hecho fue Sayomi quien nos apartó. Ella seguía diciendo lo de "llevar a un sitio aislado" pero yo no vi nada de eso que decía.

Empezó a hablar sobre su trabajo anterior... diciéndome cosas de que ella no es una muñeca y que no debían controlarla o decirle que hacer -Pero... Es que no he visto a ese chico decir o hacer nada de lo que tu dices. Se ha acercado, te ha preguntado cosas, y te ha pedido hacer una foto y tomar la mano... No se; yo misma hice todo eso que hizo el chico con los Héroes Multicolor, y a mi no me hablaron feo ni me trataron como tu a él. Posamos, nos hicimos fotos y se portaron bien conmigo... hasta que Angelo les dejó durmiendo- diría, realmente no viendo donde estaba todo ese peligro que Sora estaba diciendo.

Entonces describió al chico como "rudo, confianzudo y maleducado"... por lo que no pude evitar mirar a Sayomi -¿Yo fui todas esas cosas cuando me hice la foto con los Héroes Multicolor?- no pude evitar preguntar... porque realmente no vi diferencia entre lo que yo hice con ellos y lo que ese chico hizo. Dijo lo del sitio que estaba vacío -Pero... ¿Eso lo ha hecho el chico, o es que simplemente la gente se fue a comer?- preguntaría rascándome la nuca -Perdón Sora... pero... no se. Entiendo que dices... Pero también dices que el chico ese ha hecho muchas cosas pero yo no he visto ninguna... No se que pensar- le diría al final disculpándome... Porque ella de verdad parecía haber sentido todo eso así; pero yo no había visto las cosas así... y me sentía mal por eso.

La doctora entonces también dijo que era algo parecido a lo de que se me acercase gente extraña -Vale...- diría... aunque no sonase muy convencida y seguía rascándome la nuca. No se, al parecer a Sora la conocía mucha gente por ser famosa... a mi la doctora me enseñó que si alguien me conocía a mi debía de desconfiar si o si, no se si era el mismo caso -Vale, no gritaré "Pederasta" más veces... ¿pero porque?- asentiría aunque luego preguntaría.

Al final no podría ir a disculparme con ese pelirrojo... y todo esto me dejó algo confusa y rara, con lo divertida que estaba siendo esto de comprar. Pero bueno, con eso volveríamos a la guarida... Y es entonces cuando vi todo ese lugar sorprendida -¿Que ha pasado aquí? ¡Lo han ensuciado todo mientras estábamos fuera!- diría sorprendida, sin saber ni entender que había pasado. Aunque luego miraría a donde estaba esa estatua -¡Han traído una estatua dorada de Gabriel!- diría, acercándome junto a la doctora allí -Que pose más rara... ¡Pero se le parece mucho! ¿Donde esta Gabriel para poder compararlos?- preguntaría... obviamente... no procesando toda la situación. Así se demostró cuando Sora me dijo que mantuviese la calma -¿Pero... porque no estaría calmada? Es desagradable que hayan ensuciado mucho trayendo esto si... Pero supongo lo limpiarán Gabriel y los demás... ¿no?

 - No te avisamos para no amargar las compras, pero desde hace un buen rato unos hombres sospechosos nos han estado vigilando, y los clientes empezaron a reducirse en todo el centro comercial... - intervendría la científica para aclarar cuando Jess se mostró confusa ante la declaración de Sora. -. Los hombres multicolor eran héroes haciendo feliz a una niña: aquel chico no era un niño, y Sora no es una heroína. No todo es correcto en este mundo, Jess: si confías en cualquiera sin pensarlo dos veces, o si te preocupas por lo que cada persona pueda pensar de ti, acabarás siendo lastimada de una forma u otra - entonces, Sayomi apoyaría una mano sobre el hombro de la pelirroja, viéndola con expresión cansada. -. Lamento no poder darte el ejemplo correcto, y permitir que seas la persona bondadosa que eres... Pero tarde o temprano entenderás que lo que hacemos, es de cierta forma lo correcto.

 Dicho eso, empezarían a retirarse de vuelta a la guarida, siendo que durante el camino Sayomi le explicaría que aquel grito de alarma solo funcionaba cuando el adulto extraño interactuaba con un niño: por ponerla al día, le indicaría que su nueva palabra para gritar casos de que algún extraño se le acerque diciendo conocerla debía ser "¡No me toques! ¡Acosador!", prometiendo explicarle luego el origen de todas aquellas cosas. En todo caso, al abrir la puerta entenderían que las enseñanzas debían esperar...

 Al acercarse a la estatua dorada, podrían comprobar que no se movía ni un centímetro y que era dura como el metal, algo que dibujaba una expresión de molestia y preocupación a partes iguales en el rostro de Sayomi.

 - Jess... - mientras Sora iba a explorar las habitaciones, comprobando que efectivamente todo fue puesto de cabeza, la doctora aprovecharía para ser realista por una vez en la vida de su "hija". -. Escúchame bien, Jess... Alguien nos tiene puesto el ojo encima, y quiere algo de nosotros: esa persona... Es responsable de todo esto, es responsable de que Gabriel... Haya terminado así.

 Mientras investigaba, Sora podría deducir que más que una pelea, en realidad todo el desastre se debía a una o varias personas moviendo todo en busca de cualquier cosa escondida. Ninguna habitación presentaba nada en particular, a excepción de la de Gabriel que contaba con restos de computadoras, equipos médicos y algunos documentos. Por el resto, no había rastro de nadie más del grupo.

 - No te alteres... Estas cosas pasan en nuestro trabajo... Ahora debemos pensar en evitar ser las siguientes, y tal vez dar con el responsable para hacerle pagar... - la mujer desde el inicio era consciente de que todo aquello fue obra de alguien peligroso, alguien a quién no le podrían poner las manos encima fácilmente, pero también que para Jess la imagen de Gabriel convertido en oro de esa forma no se le borraría de la mente nunca.

 Justo entonces, cuando Sora regresó de investigar, alguien más bajó las escaleras hacia el bar desde el callejón.

 - ¡Mierda...! ¡Llegué tarde...! ¡Tsk...! - Aoi había aparecido a ritmo acelerado, y visiblemente adolorido: su rostro presentaba varios moretones de golpes, y tenía algunas manchas de sangre sobre su chaleco, camisa y pantalón. Se mantenía en pie apoyándose en una pared cercana. -. ¡Angelo nos traiciono! Él y un grupo... Nos atacaron... ¡Quieren a Void y a Jess!

 El peliazul no tardaría en observar con más detalle el escenario, percatándose del estado de Gabriel y entrando en shock inmediatamente ante la imagen.

 - No puede ser... ¿Gabriel esta...?

 Justo entonces, el teléfono de Sora sonaría, recibiendo un mensaje.

 De parte de un número desconocido, la chica había recibido una dirección hacia una calle a pocos minutos corriendo de allí, junto a unas indicaciones.

Suban al vehículo.

Déjense llevar por el chofer.

No intenten nada.

 Finalmente, bajo la advertencia, se encontraba una imagen adjunta que mostraba lo que parecía la parte trasera de una furgoneta, donde se encontraba tirado y amordazado Keitaro, visiblemente golpeado y aparentemente inconsciente.

Sora observó la imagen un largo momento, con expresión inescrutable. Luego cerró los ojos, casi de modo sereno. Casi. Lo cierto es que tenía una tormenta y deseaba carbonizar su entorno, pero necesitaba ahorrar la energía. Y en contraste con su quirk, curiosamente reaccionó de forma genuinamente fría. Lo sabía perfectamente, desde que tomó ese camino. Que cosas desagradables sucederían, eventualmente. No sé preguntaba "¿por qué a mí?", ni tomó tomó tiempo de autocompasión. 

Quizá incluso, fuese un momento autodidacta que encontraba fascinante, a juzgar por la mirada de curiosidad que dió a una esquina cualquiera de la habitación.

Ah, sublime. Están consiguiendo sacar lo peor de mi con celeridad asombrosa. Tonta, alocada Sora, siendo una idol minada y cabeza de aire ¿que va a hacer?

Y se movió de vuelta a dónde estaba la doctora, mientras los engranajes en su cabeza se movían. Su tonta cabeza conocía de sobra del sector espeluznante del trabajo de idol, y entendía a grandes rasgos lo que pasaría. Lo de Gabriel le apenaba pero, ya había sido anunciado su posible muerte pronto. Pero Zeus si que continuaba siendo decepcionante como quirk si no había podido protegerle.

En fin, Angelo tenía el mejor...pero nunca conté el mío en esa comparación, hubiese sido injusto. Un pendiente a la vez, pero llegará. Jugar con fuego es poco sabio, pero jugar con el sol...la historia del buen Icaro no le llega a la suficiente gente.

Muy bien. Han iniciado una partida de ajedrez rápido, señores. Traten de mantener el paso.

No pensaba prácticamente en violencia. Eso, venía al final. Por ahora necesita a la doctora.

Volvió a entrar en la sala con expresión resuelta, aunque lívida. Y era difícil saber si era miedo o enfado, a menos de que uno notara las venas apenas más marcadas por su cuello, a pesar de mantener una expresión afable.

-Muy bien. -repitió aquello. Tendía a usar esa frase en las pocas ocasiones en las que peleaba con su abuelo y tomaba una resolución grave. Y a diferencia de esa gente, no podrían comprarle de vuelta a base de atenciones y ruegos- Sayomi, supongo que no hay nada que hacer aquí, verdad?

Miró a Aoi entonces.

-¿Cómo paso? Y quién. Nombres, descripciones. No tenemos mucho tiempo. -sonaba demandante y eficiente, sin una pizca de la gracia usual. Cómo tanta gente, esas personas tomaban por garantida su buena disposición, como si fuese lo único que había en ella. Lamentablemente encontrarían que estaban equivocados.​​​​​

Bajó la vista al celular, y comenzó a usarlo mientras escuchaba respuestas. Ahorro atacar a Gabriel sobre lo mal organizado que estaba todo, ya lo había manifestado de buenas primeras. Su plan y modo de reclutamiento siempre había sido un tanto deficiente, y en el final había pagado el precio último. Pero no eran cosas por las que Jess debiera preocuparse, bastante tenía con tratar de adaptarse a su crecimiento acelerado.

Miró alrededor atentamente, unos instantes.

Esa pequeña rata pelirroja, estoy casi segura de que está metido en esto.

Había poca gente que conociera con el poder adquisitivo de guardaespaldas, vaciar un centro comercial, y dedicarse a coleccionar artículos como fan...

...

Cambió a abrir la aplicación de mensajes, en el chat de Hanzo, el cual aún tenía la foto de ambos. Era el único que había conocido en los días pasados con semejante poder económico, pero también con desinterés. Se preguntó si había mencionado esas cosas para advertirle.

Mi hermano se dedica a coleccionar tus artículos.

Varios ceros por capturarte con vida.

Por lo cual, envío un mensaje corto, tomando en cuenta lo de hoy, con un fan a quien no le.impprtaba en absoluto su actual estado como prófuga.

Hanzo. Saltemos los buenos días, porque no lo son: tu hermano, mi fan, ¿tiene cabello rojo?

Espero que no estés metido en problemas que este causando.

No me mientas, y se conciso y rápido. 

De su cita le había dado la impresión de que no se llevaba del todo con su familia, así que probó aquello. No le dijo demasiado, sabiendo del quirk del chico, y no quería darle anda para leer en caso de que estuviera ayudando a esta gente. No tenía un margen grande para actuar pero en el peor caso solo añadiría a alguien más a una pira funeraria.

Al lado de la estatua de oro, la doctora me llamaría la atención para hablar conmigo -Si, te escucho...- diría asintiendo con la cabeza. Entonces me iría diciendo que alguien quería algo de nosotros, y que ese alguien hizo todo eso... Y que Gabriel hubiese terminado así. Miraría entonces la estatua, con mucha más sorpresa y temor -¿Como que te-termino así...? ¿No... no es una estatua...?- preguntaría, cada vez horrorizándome un poco más.

La doctora dijo que no me fuera alterando... pero no pude evitar hacerlo -¿Ga-Gabriel...?- preguntaría tomando de los hombros a la estatua, sintiendo lo fría que estaba la estatua de oro -Gabriel... snif... Dijiste que no tenías pensado morir pronto... ¡Dijiste que no ibas a morir pronto! ¡Gabriel!- diría sacudiendo un poco de lado a lado la estatua sin querer romperla. No pude evitar alterarme por mucho que me lo hubiera pedido Sayomi... no pude. Y entonces escucharía a Sora preguntar si no podíamos hacer algo, ante lo cual reaccioné -¡De-debemos hacer algo! ¡Algo po-podremos hacer, no po-podemos dejarlo así! Snif... ¡No le podemos dejar así, a-algo podremos hacer! Snif... Mama... Algo... Hacer algo... Snif...- le diría a la doctora, mirándola llorando.

Entonces llegaría Aoi, quien parecía llegar completamente herido -¡Aoi!- exclamaría al verle tan hecho polvo, llorando todavía... y quedándome completamente shockeada con lo que iba diciendo -¿Co-como que Angelo te atacó...? ¡Pe-pero si es amigo nuestro, no tiene po-porque atacarnos!- diría pareciéndome imposible lo que estaba diciendo... ¿Porque el pelirrojo nos iba a atacar? ¡No tenia sentido eso!

-Esta no es la forma de grabar una lección...pero viene de lo que te decíamos. Angelo era prácticamente un extraño, se le dejo acercarse y confianza. Y la aprovecho para perjudicar a Gabriel y a nosotros.

Miró al "chico dorado" un instante, tratando de pensar en algo para calmar a la chica al menos de momento.

-Eso...se ve como un quirk, Jess. Quizá...solo quizá, podamos encontrar al dueño del quirk y que revierta lo que hizo. Pero para eso debes...debemos, arrancar la victoria de esta situación. Lo siento, tú...no deberías estar expuesta a algo así tan temprano, apenas estás procesando tu crecimiento. -guardó silencio un momento, y añadió- Tienen a Kei-kun, también.