Partida Rol por web

2 de Febrero de 2.022

Llegas al despacho del Superintendente escoltado por una joven secretaria de aspecto angelical, que te anuncia justo antes de dejarte entrar.

Al verte, el Superintendente Deakins se levanta y te señala una silla para que la ocupes.

- Bienvenido, toma asiento por favor. ¿Me permites llamarte Gerald?

Camino bastante feliz y relajado tras la secretaria, admirando su trasero y soltando alguna frase bastante maquillada con el único interés de hacer brotar una sonrisa en su cara y, qué coño, para montármelo luego con ella en su casa. En un alarde de habilidad, dejo en uno de sus bolsillos del uniforme un papel con mi número de teléfono sin que se percatase.

- Hasta luego preciosa -Me despido antes de cerrar, dirigirme hacia el Superintendente y, como indica el "protocolo", entrechocar mi mano con la suya-. Señor.

Me siento en la silla frente a su mesa y me cruzo de piernas, para acto seguido esbozar una ligera sonrisa.

- La verdad es que tengo cosas que hacer, por lo que seré breve, si no le importa -Gesticulo con una mano mientras hablo, sin borrar la sonrisa de confianza y tranquilidad-. Por lo que sé, tengo una ficha bastante sucia y digamos que no me apetece mirar cada noche debajo de mi cama esperando encontrar un agente de policía. Me has mencionado algo de un trato, ¿a qué te referías?

La chica te sonríe antes de dejarte con su jefe, una de esas sonrisas inocentes que para ti son como una invitación a algo mas.

Ellis se sienta después de que tu lo hagas y te escucha antes de continuar.

- Me gusta la gente que va directa al grano. Hace 3 años el departamento de policía de Boston constituyo una unidad especial dedicada a investigar delitos relacionados activa o pasivamente con Mejorados. Supongo que habrás oído hablar de ella, para nosotros es la UIDMB. Fue la primera del país, aunque desde entonces algunas ciudades como Nueva York y Los Ángeles han imitado el modelo.

Hace una pausa tratando de dilucidar si sabes de que te esta hablando, como cree, pero pronto retoma su discurso.

- Bien, en la actualidad hay un dos escuadrones funcionando, y uno nuevo se acaba de incorporar. Desgraciadamente por presiones políticas me he visto obligado a aceptar que uno de esos escuadrones desaparezca y sus miembros sean enviados a otras ciudades donde ayudaran a crear unidades similares, como Chicago o Detroit. Así pues estoy comenzando a preparar un nuevo escuadrón para sustituir al que perderé dentro de unos meses, y tengo ya varios candidatos. Imagino que entiendes a donde se dirige esta conversación.

Hago un gesto con la mano para que continúe, por supuesto he oído hablar de ésa UIDMB. Ha salido en todos los medios de comunicación y, por si fuese poco, es una de las ramas de policía que más me puede tocar la 'moral', además de los SWAT. Por éso estoy aquí. 

- Me parece que lo capto. Pero yo no soy poli, aunque sepa lo que debo saber, ¿cree usted que me voy a leer todos los manuales acerca de la policía? Ni siquiera mis estafas me las preparo con tanto esmero -Guardo un largo minuto de silencio, pensativo-. ¿Historial limpio, sueldo y empleos fijos? No habrá juego sucio, ¿verdad? ¿Qué quiere usted que haga exactamente?

El superintendente medita un instante antes de responder.

- No pretendo que siga trayectoria habitual, aunque si sera necesario que supere la Academia. Estamos hablando de un entrenamiento de seis meses en el que aprendera lo basico. Sin embargo una vez hecho esto, no espero que pase tres años patrullando las calles para poder optar a la placa de Detective. En cuanto se constituya el nuevo escuadron usted entrara a formar parte como Detective de pleno derecho.

Deakins mira un momento hacia la puerta y cuando se asegura de que no hay nadie abre uno de sus cajones y saca una botella de bourbon y dos vasos. Mientras se sirve una copa y te sirve otra a ti prosigue.

- Veamos, ¿historial limpio? si, ¿sueldo y empleo fijos? claro, ¿juego sucio? yo no lo llamaria asi pero creo que le hago un favor con esta oferta, y creo que usted sabra agradecermelo llegado el momento.

Me quedo mirando al Superintendente mientras saca las botellas, pensando a marchas forzadas acerca de su oferta. Cojo la copa que me ofrece antes de responder, dándole un pequeño trago para saborear el bourbon.

- En efecto, es una oferta más que buena, por éso estoy aquí. Pero dígame, señor Superintendente, ¿por qué? ¿Por qué el Departamento de Policía de Boston decide hacer un trato conmigo en vez de intentar arrestarme? ¿Qué me asegura que usted no pretenda detenerme cuando no me lo espere? No se ofenda, pero intentar capturarme conmigo de buenas es mucho más sencillo que perseguir a un hombre que corre más que cualquier coche patrulla. Así pues, ¿por qué debo confiar en el hombre que detuvo a mi padre y me condenó a casas de acogida?

Doy otro trago a la copa.

- Digamos que acepto. Yo paso de despachos ni laboratorios, quiero estar en la calle, en la acción.

- Si. Yo detuve a tu padre, quiza por esa razon me siento responsable de ti, y no deseo ver como sigues su mismo camino, no si puedo hacer algo.

Deakins mira su copa con los ojos perdidos mientras habla, aunque no estas seguro de si es sincero o simplemente finje.

- Si desease atraparte, lo hubiese intentado cuando entraste en mi despacho. No, no es una trampa. Es una oportunidad. Pero no espero que confies en mi palabra sin mas. No. Espero que confies en mi interes. El problema de los policias, es que se cubren unos a otros. No es facil conseguir que un policia traicione a otro, aun cuando el otro sea un agente sucio. Sin embargo tu no eres uno de ellos. Quieres saber mis motivos, y los tengo. La UIDMB es la niña de mis ojos, es mi imagen y mi reputacion. No voy a permitir que nadie arriesgue mi reputacion. Yo te hago un favor... y a cambio... tu estaras atento.

Lanzo una mirada bastante difícil de interpretar cuando confirma algo que sé de sobras (te vi hacerlo, hijo de puta): que detuvo a mi padre. No me gusta en absoluto su expresión, porque es como si encima él fuese la víctima de aquél caso. ¡Él! Suelto una pequeña risotada amarga, echando la cabeza hacia atrás.

- No tengo intención de acabar como mi padre. Él era un fracasado que jodía a viejecitas, se merecía lo que le pasó y lo entendí mucho más tarde. Pero yo... no, yo no -Guardo un buen rato de silencio-. Como usted bien sabrá, he dado varios 'sablazos' a varias empresas de tamaño medio-grande y alguna que otra multinacional -Le dirijo una dura mirada-. Yo no soy mi padre.

Me callo un buen rato más, cogiendo la botella sin pedir permiso y rellenarle la copa, para después hacer lo mismo con la mía. En todo el proceso le miro en silencio, sólo apartando la atención para cambiar de copa a copa.

- De pequeño siempre quise ser poli -Murmuro al fin, al cabo de un buen rato-. De acuerdo, le concederé mi confianza a la vez que me ganaré mi limpieza de historial. Sin embargo, me gustaría fijar una fecha límite. Quiero saber cuánto tiempo debería estar trabajando para usted antes de ser un 'hombre nuevo'. Y, por descontado, durante el tiempo que pase con "uniforme", vigilaré el culo de mis compañeros como si fuese el mío propio.

Deakins sonrie ante tus palabras, aunque evidentemente no lo pretendia porque en seguida borra la sonrisa de su rostro.

- No puedo negar que tienes razon, pero tu has elegido crearte enemigos mucho mas peligrosos, si te descubren, claro. Aunque reconozco que si no fuese asi, no estariamos hablando.

Termino su copa de un trago y la guardo en el cajon junto con la botella antes de continuar.

- Bien, tratemos de ser justos. La condena media por un delito de fraude son 21 meses, suponiendo que devuelvas al menos parte del dinero. Aunque no hay pruebas en todos los casos, seguramente podriamos acumular un maximo de tres condenas, es decir 63 meses. Yo te propongo un compromiso de 24 meses. Es menos de la mitad, y los primeros seis meses los pasaras en la academia, asi que solo te pido un año y medio de servicio en la UIDMB. Pasado ese tiempo tu decides si te quedas o te vas, pero tu expediente estara limpio. Ahora bien, ese periodo debe ser de absoluta dedicacion, y me refiero a que cualquier falta, cualquier acusacion solida sobre una conducta poco apropiada por tu parte, y volveremos a empezar. ¿Te parece bien?

Asiento con la cabeza y me levanto, alargando una mano para estrechársela.

- Es un trato... supongo.

El superintendente se levanta y te ofrece la mano por encima de la mesa con un gesto de felicidad y quizá algo de autocomplacencia.

- Me alegro de contar con usted Gerald. La semana que viene empezara en la academia, todo esta preparado. Dentro de seis meses, cuando haya terminado la academia volveremos a vernos en mi despacho. Mi secretaria se encargara de organizar los detalles de la reunión y le llamara.

Cuando ve que el superintendente se levanta, su secretaria se dirige a la oficina, y abre la puerta, aunque al ver que os estais despidiendo se queda en silencio esperando para acompañarte a la salida.

- Sólo espero que me llame para algo más entretenido que hablar de nuestras deudas a la sociedad, ¿verdad encanto? -Le sonrío a la secretaria, que ya está en la puerta esperando. Imagino que la pagarán bien, o éso o quiere ascender a base de mamadas al jefe (lo cual tampoco me extrañaría por parte de ambos). Miro al Superintendente, burlón, al añadir: - Y a la patria, por supuesto.

Tras ultimar las últimas "asperezas" con la secretaria sobre la próxima charla y los detalles acerca de mi "incorporación al cuerpo", me piro con bastante rapidez de allí. Aún pueden cambiar de idea y detenerme, qué coño. Sigo sin tener muy claro si es porque como he dicho, no quiero mirar debajo de la cama cada día o si, por lo contrario, es que realmente me apetezca ser poli. ¿Poli? Pfft, los del bar se reirían de mi. Limpio mi currículum y desaparezco de sus radares. Será lo mejor. 

La secretaria se muestra "muy atenta" contigo, y se asegura de poder ponerse en "contacto" cuando "lo requiera el deber".
Una semana mas tarde ingresas en la academia, donde permaneces durante seis meses. Al superar la academia te conceden dos semanas de vacaciones, antes de incorporarte al cuerpo, cosa que ocurre al regresar de las mismas, en una ceremonia en la que el propio Ellis Deakins te da la bienvenida al cuerpo a ti y a otros cien agentes.

Apenas unos dias mas tarde recibes la llamada de Lorna, la secretaria del superintendente, que programa una visita el dia 2 de Septiembre, viernes, a las 16:00 justo dos horas antes de tu siguiente turno como patrullero.

Nuevamente el superintendente te recibe en su despacho, cuando su secretaria te hace pasar. El lugar no ha cambiado. El hombre te hace un gesto para que te sientes, y saca de nuevo la botella de bourbon de su cajon con dos vasos, aunque estas casi seguro de que no es la misma botella. No dice ni una palabra mientras sirve de nuevo dos copas. Finalmente con una copa frente a ti, y una en su mano, se sienta, se recuesta en su comodo sillon y te mira.

- Felicidades