Partida Rol por web

- Mpfff... mpdfffggghh... - dijo Andrew con la boca llena. - Perdón... ya trago. Joder, qué rico. Creo que llegados a este punto habría que volver a revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad adyacentes; tráfico, comercios cercanos... En un principio no revelaron nada y quedaron descartadas pero ahora con lo de la fibra...

Andrew hizo una pequeña pausa para darle un trago a su coca cola y pillar unos nachos...

- ¿Las tienes aquí?

Niego con la cabeza, sin perder de vista la imagen de la pantalla.

- Sólo tengo la de la tienda. - Respondo cuando trago el pedazo de carne - Cuando volvamos se las pediremos a Diane, si las necestiamos.

En un momento el móvil de Andrew emitió un pitido corto desde el bolsillo de su pantalón.

- Ummm... esta debe ser Diane.

El detective sacó de nuevo el móvil y lo consultó con sorpresa. Mientras con una mano sujetaba fuertemente su hamburguesa con la otra iba pasando las líneas del mensaje. Tras un nuevo bocado de grandes proporciones tendió el movil a su compañero para que lo leyera también.

- Mira... - dijo Andrew con sorpresa.

SMS: no suena en ninguna BBDD. Y revisando las camaras lo más probable es que sea un niño. Cuando volváis os cuento. Y no os preocupéis por la comida, ya como con Douglas. Gracias precioso. 

- Parece ser que tenías toda la razón, compañero. Un niño con una sudadera roja. - Pienso mientras doy otro bocado, casi acabando lo que tengo en el plato - Así que estamos buscando a un chaval, que le gustan los videojuegos y con una navaja mariposa en el bolsillo. No es mucho, pero es algo. Además tenemos la huella, con la que podemos comparar para ir sobre seguro.

Mientras hablo, no le quito ojo a la pantalla que está mostrando el vídeo de la tienda, a alta velocidad, por si obtuviera una imagen del chaval. Si decidió entrar a la tienda por la noche para robar la videoconsola, es fácil que el mismo día estuviera en la misma tienda observando el objeto de su deseo.

Acabamos de comer mirando el vídeo con frustración por no haber visto ningún chaval que encajase en la descripción. 

- Quizá desde alguna de las cámaras del exterior podamos verlo. - Le comento con un gesto de suficiencia a mi compañero mientras acabamos de tomarnos los cafés.

Pedimos la cuenta y recojo el smartphone de la mesa. Aprovecho para echar un ojo a los documentos compartidos, entre ellos la "pizarra", aunque sin mucha fe en encontrar algo nuevo. Entonces llega la sorpresa.

- ¡Hey, Andrew! Han colgado noticias frescas del caso. Mira esto. - Coloco nuevamente el dispositivo móvil entre ambos para que pueda estudiar él también el contenido de la pizarra.

- Es muy interesante, ¿no crees? Según como yo lo veo, eso hace que todo sea mucho más fácil. Por lo que parece el chaval que ha cometido el robo debe ser uno de los apuntados en la competición del vídeo-juego este. Quizá eso es lo que le impulsó a robar la vídeo-consola, para poder practicar a gusto. - Miro a mi compañero con una sonrisa. - Lo mejor de todo esto es que además robó la navaja. Por tanto, tan sólo tenemos que buscar a los chicos que compiten allí y ver cual de ellos lleva una navaja mariposa en el bolsillo. Por que si la robó, seguro que la lleva encima a todas partes.

Andrew aún saboreaba con deleite el último bocado de su comida y apuraba su Coca cola light mientras escuchaba atento las novedades sobre el caso. Un chiquillo... estaba cantado.

- Vale... - apostilló con dificultad mientras intentaba terminar de tragar. - ... pues hagamos la ronda por todos los locales dónde se disputa ese campeonato y a ver qué nos encontramos. Podemos empezar por el que está cerca de la tienda de Chong. Búscalo con el Maps del Smartphone...

De un respingo se levantó camino de la barra... 

- Yo voy al baño... y de paso pago la cuenta.

Llegais al local, y buscais al encargado.

El sitio esta lleno de chicos jovenes, con edades entre 12 y 16 años la mayoria. Unos juegan con sus consolas, otros charlan, y otros muchos miran por encima del hombro de algun jugador.

El dueño es un hombre de unos 23 años joven con gafas y una camiseta de del juego en cuestion. Muchos de los presentes llevan tambien sudaderas como las del sospechoso. Conseguis la atencion del dueño, pero cuando os identificais, uno de los chicos que estaba observandoos desde el fondo del local, sale corriendo por una puerta trasera de la tienda.

- ¡BINGO! - Exclamo y me lanzo a perseguir al muchacho. Sólo que mis métodos de persecución no son los ordinarios. Con mis capacidades de visión especiales (termovisión y, si es necesario, rayos X) no pierdo de vista al chaval, aunque haya pasado al otro lado de la puerta, y me teleporto justo delante suyo, barrándole el paso. 

Me sitúo ante él en guardia, pues es posible que vaya armado con la navaja (con rayos X ya lo habré visto).

- No hagas ninguna tontería de la que puedas arrepentirte, muchacho. Aun no has hecho nada grave. - Le digo mirándole a los ojos*.

Los hechos se precipitan... ¿tan pronto? Parecía que era el momento de cachear a unos veintipico adolescentes cuando resulta que uno, voluntariosamente, se auto declara culpable saliendo por piernas. Si es que...

George actúa rápido y bien. En un abrir y cerrar de ojos ya no está en la tienda con lo que probablemente le habrá cerrado el paso en el callejón. Andrew decide usar la vía habitual y, piernas de por medio, salir corriendo tras el sospechoso. Tras un par de codazos y algún que otro empujón (estos adolescentes frikis parecen entontecidos por lo que aparece frente a la pantalla de la maldita consola) consigue alcanzar la puerta trasera. Abre, sale disparado y allí se encuentra el pastel...

No es que fuera cuestión de asustar al pobre chaval pero lo que sí era perentorio era cazarlo. Un niñato con invisibilidad tenía bastante peligro. Andrew sacó las esposas y se acercó por detrás.

- Tranquilo chaval...

El chico en su carrera choca contra Douglas antes de tener tiempo de verlo. Aunque el impacto desequilibra ligeramente a George, en seguida se recupera, pero el chico cae al suelo delante suyo.

Cuando Andrew sale por la puerta solo ve a George, pero oye en algun lugar a los pies de este un voz que sin duda pertenece al chico.

- ¡Yo no he hecho nada! ¡Dejenme en paz!

George con su termovision puede ver perfectamente al chico.

Con mi visión de rayos X compruebo si lleva en algún bolsillo la navaja robada. Si es así, mi discurso es tajante:

- Somos de la UIDMB. Has robado una vídeo-consola de la tienda del señor Chow, y lo que es más grave, una navaja que llevas ahora en el bolsillo. Eso sin contar que tienes un poder sujeto al artículo 18 que no ha sido declarado.

Saco las esposas.

- Así que estás arrestado, muchacho. Ya puedes ir haciéndote visible, que esos trucos conmigo no funcionan. - Le pongo las esposas y voy recitándole la advertencia Miranda de camino al coche.

El chico se hace visible y casi llorando te responde.

Yo... no queria hacerlo... no queria robar, pero mi consola se rompio.

Sin embargo no se resiste.

Andrew agarra la mochila del chico y la registra.

- Aquí está todo, George. - dijo en detective. - Tranquilo, chaval... no te agobies. Te vamos a llevar a comisaría y allí avisaremos a tus padres. ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? ¿Saben tus padres que puedes volverte invisible?

De camino al coche Andrew trató de entablar conversación con el chiquillo. No es que se sintiera conmovido por él pero sí vio que estaba asustado y con la charla quizá podría tranquilizarle y agilizar después todo el papeleo de paso.

- George... dame las llaves. Conduzco yo... prefiero que tu no lo pierdas de vista.

Le tiro las llaves del coche a Andrew y agarro la bolsa que llevaba el muchacho. Sujetándole las esposas con una mano y con su bolsa en la otra, llegamos al coche patrulla donde introduzco al chaval en los asientos de atrás, cierro las puertas y me siento en el lugar del copiloto.

Mientras vamos hacia la comisaría, me enfundo un guante de látex y reviso el contenido de la mochila. Todo ello girado de medio lado, observando al chico.

Extraigo la cartera y miro si lleva documentación. Si es así, le llamo por su nombre y le digo:

- No tienes de qué preocuparte. Todos cometemos errores. El descubrir una habilidad especial es muy tentador. Cualquiera lo comprenderá y seguro que serán condescendientes contigo. Pero esto tiene que servirte para tomar el camino correcto de hoy en adelante.

Acabo la frase con una sonrisa de comprensión.

Llegais a comisaria sin ningun contratiempo.

Llegáis al despacho del abogado, un piso amplio y lujoso en la zona centro. Parece que J. Dyke tiene su propio bufete de abogados, aunque no sea de los más grandes.

Os recibe una sonriente secretaria vestida de forma elegante y muy arreglada.

- Bienvenidos a Dyke-Stevens, ¿tienen cita?