Partida Rol por web

Al llegar a la altura de Nathaniel le saludé con respeto - Hola mi señor. Hace ya un tiempo que no nos veiamos. Puedo preguntarle... ¿Qué ha ocurrido? Cass me dijo que había guerra en Boston y... solo veo nerviosismo por todos lados en el Elíseo. Sí de verdad estamos en guerra ¿cómo es que nos han llamado a cainitas tan dispares? La verdad  no sé que puedo hacer yo en una guerra -  Sabía que en breves el principe u otro cainita nos contara las respuestas a las preguntas que estaba planteandole a mi sire, pero tenía ganas de verle y confiaba más en su palabra por cuanto lo conocía más que por otras cosas, además de entenderle a él hablando mi idioma sería más sencillo que entender al principe si hablaba con florituras.

La conversación con el resto de los Azotes era algo tensa, la verdad es que las noticias que nos habían llegado no eran buenas, y en breves el príncipe pondría en aviso a todos los vástagos de la ciudad.

Veo como las chicas de acercan hacia mi posición, sobretodo a mi chiquilla, una buena guerrera, no por nada la elegí.

Buenas noches chicas! Como vais? Aquí está la cosa calentita... El príncipe va a exponer lo que está pasando y no tiene nada de bueno...

Me giro hacia Cassandra.

No te has perdido la fiesta, no, ahora viene lo bueno.

Una medio sonrisa aparece en mi rostro. Tenía ganas de juerga, por supuesto, pero esto era MUY serio.

Una sonrida aflora en mi cara al ver a Garnet acercarse a mi.

Me alegro de verte Garnet, sigues tan hermosa como siempre.

Mis palabras eran sinceras, desde el primer día, vi el gran potencial de la joven.

La cosa es mala, el Sabbat ha atacado Boston y ha empezado una guerra, de las crudas, van a caer bastantes vástagos y no va a ser bueno para nadie... Además Caledros va a mandar gente de aquí... Miro hacia donde están Jake y Cassandra Y seguro que alguno de ellos va a ir...

Tu no vayas pequeña, no eres una guerrera, no te dejes arrastrar por Cassandra, no puedo perderte.

En mi rostro se puede ver claramente la preocupación de que si Garnet va a la guerra, nunca más regrese.

Cuando Cassandra llegó, Joan pareció más cómoda, levantando el puño tambien para chocarlo con el de la mujer, al menos ese era un lenguaje que ella podía entender, un saludo que, en su idioma, no podía tener una doble intencionalidad. La Gangrel se empezaba a sentir un poco abrumada rodeada de tanta gente y cruzó sus brazos abrazándose el torso de forma que casi resultaba adorablemente tímida, pero no se movió de su sitio, entre Lila y Cass. Decidió centrar su atención en Jake:

- ¿Están avisados todos los vástagos de la ciudad? Si que debe ser grave el asunto, se va a juntar aquí mucha gente.- que bien...

No le hizo ninguna gracia que se fuera de su lado, más en ese lugar.

Sin embargo no quería armar un escándalo, no tan pronto ni delante de su sire, no era el momento ni el lugar para ello, únicamente apretó los dientes y gruñó a modo de desaprobación mientras veía cómo Garnet caminaba hacia Nathaniel.  

Un poco malhumorada, guardó las manos en los bolsillos y se giró a sus acompañantes, Lila, Johanna y Jake, pero sin dejar de mirar de soslayo a su pareja. No tenía intención de quitarle la vista de encima.

No te has perdido la fiesta, no, ahora viene lo bueno.

 Durante unos breves segundos apartó la mirada de Garnet para centrarse en Jake. Aunque dibujaba una sonrisa en su rostro no había rastro de burla, tampoco de diversión, sino un halo de preocupación. Por teléfono había intuido que era importante a través de sus palabras, pero ahora en persona podía comprobar la magnitud de la situación.

Simplemente asintió con la cabeza, dejando claro que podía contar con ella.

Dejé de buscar en cuanto Johanna le quitó importancia. Oh... Vale. Dije, mientras una expresión apenada invadía mi rostro. Sin embargo, cuando llegó Cassandra acompañada de Garnet, la sonrisa volió a mi rostro. ¡Oh chicas, que ilusión veros! Contesté, con renovada ilusión. Tranquila Garnet, yo me encargo de que nadie se meta con ella. O tal sería más correcto decir que ella no se meta con nadie.

Me quedé mirando el puño que nos ofrecía la chica con curiosidad, como si acabase de descubrir una nueva especie animal de lo más curiosa. Levanté el puño, imitándola y se lo choqué de forma algo torpe. ¡Esto es de lo más street! Exclamé, con un gritito bajo, emocionada, mientras miraba alrededor, asegurándome de que mi sire no había visto aquello.

Era evidente que estaba emocionada donde otros estaban nerviosos. Las novedades mantenían aquella monótona vida entretenida. Espero que sea tan importante como decís, sino me voy a llevar una desilusión enorme! Añadí, alargando la última palabra de forma algo dramática.

Al ver a Cassandra de aquella forma, preocupada por la chica y más atenta a ella que a la conversación, no pude evitar intervenir para tranquilizarla. No te preocupes querida, Garnet sabe cuidarse por sí sola. Si ha ido a hablar con alguien, será porque no le quedaba más remedio. Al fin y al cabo, ¿quién de esta sala es mejor compañía que nosotras? Miré a Jack. Nosotros... Añadí, apresuradamente.

Una manada de lobos, tal vez. El pensamiento en respuesta a las palabras de Lila vino a la mente de Johanna y ello provocó una sonrisa un tanto estúpida en su cara. No era un secreto para nadie lo poco habituada que estaba a tratar con la sociedad vampírica, aunque últimamente se esforzaba por acudir de vez en cuando al Elíseo y en tratar con los vástagos, apenas había llegado a relacionar algunos nombres y caras. Al notar que Lila estaba hablando directamente con Cass y que ella estaba físicamente entre las dos, se volvió a sentir incómoda y dio un paso atrás para que se acercara a ella si quería, para luego volver a acercarse a Jake rodeando a la habladora mujer y quedando así, dos pasos separada de ellas. Mientras Jake no dijera nada, su atención y su mirada iban pasando por cada uno de los presentes en la sala, haciendo un repaso mental de nombres.

Me sonrojaría normalmente si pudiera pero en cambio solo hice la acción de ver como me agradaban sus adulaciones - Gracias Nathaniel, tu tan adulador como recuerdo - Y entonces escuché todo los problemas que había y como pensaba lo más probable es que Cass fuera en primera a la linea de batalla, pero entonces Nathaniel me desalentó a ir a lo que yo sonreí - Lo siento Nathaniel, se que te importo mucho, y yo tampoco quiero correr ese riesgo, pero tampoco voy a dejar que Cass se marche en una misión a lo suicida sabiendo como es. Sí tuviera que ir con ella lo haré, pero en caso de que el principe me mande a mi a otra cosa no tendré otra. Comprendelo, no quiero perderla, así que si hay posibilidad, ayudame a que no le ocurra nada, no lo soportaría. - Y entonces la miré con cierto aire de amor en mi mente.

- No puedo tardar mucho más, que sino se pondrá histerica, pero ¿actuaras por mi verdad? Para que no vaya de cabeza a la muerte - Y entonces me volví hacia atras para empezar a dar los primeros pasos con mis tacones resonando en dirección al grupito alrededor de Jake

Tu sire te agarra por la muñeca y se acerca a ti encubriendo el gesto que ha sido tal vez, demasiado brusco.

-La teoría es que serán voluntarios, si tú te presentas no puedo hacer nada por ti, lo mejor sería que calles...
No puedo más que advertirte.

Sientes como la presión en tu muñeca desaparece y Nathaniel de gira saludando a un hombre elegantemente vestido.

El hombre mira ceñudo a la sala y a vosotras, está obviamente nervioso y tenso.

-Todo el mundo está convocado sí, es serio.

Parece que va a añadir algo más, pero un murmullo general lo evita.

Escuchas retazos de conversación la mayoría intrascendente pero hay palabras que se van repitiendo en algunos corrillos, guerra, voluntarios, sabbat.

Una mujer de aspecto descuidado se acerca al estrado desde un lateral y hace un gesto al príncipe, que se adelanta y desde el borde espera a que reine el silencio para comenzar a hablar.

-Ciudad de Nueva York, hay guerra en la Costa Este, Boston está siendo atacado en este mismo momento, el Sabbat ha vuelto, mucho hemos sufrido en esta ciudad y hemos pagado un alto precio por librarnos de ellos, pero si queremos conservar lo que hemos logrado, hay que evitar que Boston caiga, está demasiado cerca, demasiado bien comunicada...
Sin embargo, no voy a permitir que la ciudad quede desprotegida, así que os convoco, quiero voluntarios cinco, cuarto en realidad, ya que una de nosotros, la señorita Brights ya había pedido permiso para trasladarse a Boston antes de saber esto y ahora será la primera voluntaria.
¿Quien más acudirá a la llamada de auxilio de nuestros semejantes?

Presté atención a lo que se decía en el estrado, en silencio respeto por el príncipe. Fruncí el ceño cuando mencionó Boston y lo fruncí aún más cuando mencionó el ataque del sabbat. Sin embargo, cuando mencionó mi nombre como primera voluntaria, mi expresión de asombro demostró que era una voluntaria forzada. A esto le deben llamar Jackpot. Hay que joderse.

Sin embargo, tras recuperarme, sonreí a todos los presentes y me acerqué al estrado de forma bastante dramática, tomando el lugar que yo creía que me correspondía. En segundo plano, sin eclipsar a los que ya estaban allí. Hice una reverencia al príncipe y a la primogenitura y me quedé mirando a los demás, esperando saber a quien más encasquetaban semejante marrón. Miré a mi sire. Probablemente estuviese contento de lo que acababa de pasar. Igual hasta había tenido algo que ver.

Animaos, no será para tanto. Dije, animándoles con el brazo a unirse a mí en la palestra de los ahorcados con una radiante sonrisa. Además, siempre viene bien un cambio de aires, ¿no creéis? Miré a mi sire al decir aquello. Si algo bueno tenía semejante encerrona era que no tendría que volver a verlo.

La convocatoria había sido poco después del anochecer, tal vez una hora, algo más quizas.

El Toreador había sido parco en explicaciones, tan solo que era obligatorio acudir y que un tema de máxima importancia iba a ser el centro de la velada.

Cuando llegas a la sala designada observas que probablemente la totalidad de la población vampírica de la ciudad ya está presente, grupos pequeños y corrillos llenan el ambiente con sus cuchicheos.
Nathaniel, quien te ha llamado conversa serio con un vastago que te suena, pero no conoces.

La Mujer se acerca con paso decidido hasta Nathaniel, dedicándole una encantadora sonrisa que acto seguido comparte también con su acompañante, desviando brevemente la mirada hacia este.

- ¿A que debemos el placer de tan selecta reunión, querido?

No le dio tiempo a responder a Lila. El continuo murmullo inicial propio del Elíseo había sido cortado como un cuchillo, imperando un siniestro silencio ante la llegada de la mujer en el estrado.

Por primera vez en lo que restaba de noche dejó de pensar en Garnet, al menos no de forma consciente. Se situó más cerca de su sire, cruzándose de brazos mientras escuchaba atentamente las palabras del príncipe, intentando infundirle cierto grado de tranquilidad para disminuir su actual nerviosismo.- Vaya, vaya…-  Torció una media sonrisa, pasándose la lengua por sus afilados colmillos.- ¿Voluntarios para partir la cara a esos hijos de puta? Por favor.- Echó un leve vistazo a su sire, levantando el mentón y guiñándole un ojo a modo de respuesta muda.

Mientras Lila hablaba subida en el estrado, Cass se fue acercando, apartando en su paso a todo aquél que se le interpusiera con leves empujones, hasta llegar al escenario, colocándose junto a la joven primera voluntaria.

- ¿Cuándo partimos? – Dijo crujiéndose los dedos con una amplia sonrisa.

Nathaniel se gira y te encara con una sonrisa.

-Oh, querida, por fin estas aquí. Bueno, nada bueno, al parecer hay guerra de nuevo...

Parece que el hombre iba a añadir algo más, pero el príncipe comienza a hablar y su voz se hace lo único audible en el Eliseo.

Joan pareció volver de su abstracción al escuchar la palabra "Sabbat", lo cual le llevo a escuchar el resto del discurso con detenimiento. No necesitó pensárselo mucho, le gustó como sonaba aquello de "cambio de aires" que había dicho Lila. Una vez que tenía decidido que se presentaría, ahora tenía otro problema...¿cómo iba a ofrecerse voluntaria y al mismo tiempo evitar convertirse en el centro de atención? Suspiro despeinándose nerviosa  sabiendo que no había forma de librarse de pasar por el mal trago. Mirando al suelo, Joan empezó a acercarse al estrado detrás de Cass:

-Podéis contar conmigo.- dijo en tono firme y convencido aunque su expresión corporal dijera exactamente lo contrario, como si intentara que se diera por hecho que si estaba alli era porque se ofrecía pero no quería tener que dar muchas explicaciones delante de tanta gente.