Partida Rol por web

Primera duda, como me afecta ser humana a la hora de hacer la ficha en cuanto a puntuaciones y demas?

Rina Camina tranquilamente al local de ensayos, todas las tardes quedaba con sus amigas para tocar un poco, hoy ella habia decidido ir un poco antes para asi poder empezar con unos solos de bateria, experimentar un poco, mientras camina piensa un poco en como ha ido su dia.

El dia fue tanquilo, un poco como todos, por la mañana clases con sus estudios como todos los dias, despues de clase volvia a casa para estudiar un poco mas y hacer un poco de deporte, no demasiado porque no era una chica atletica, pero si le gustaba el rato que pasaba en la calle, le gustaba estar en la calle y pasear, era cierto, estar en la calle con sus cascos y musica paseando era en muchas ocasiones lo que mas le gustaba en especial en dias lluviosos, le gustaba mucho caminar bajo la lluvia con su paraguas.

Pero hoy caminaba hacia el pequeño local que usaban para ensayar, por fortuna encontraron un lugar en donde poder dejar los intrumentos, porque bien era cierto que ella era la bateria y le gustaba, pero era realmente aparatoso tener que transportarla cada dos por tres, por fortuna ya no era necesario y ella y las chicas habian conseguido un lugar donde poder practicar y dejar alli sus cosas.

Rina camina animada, hoy ensayarian una cancion nueva pero ademas ella queria ensayar antes un par de canciones y de "movimientos" como ella decia.

La idea de llegar al ensayo la animaba porque los últimos tiempos estaban siendo muy estresantes, oportunidades, problemas y cambios se unían para poner a prueba los nervios de Rina, a ella que no le gustaban los problemas, aquello le estaba afectando mucho así que cualquier relax era bienvenido pero su naturaleza la llevaba a reflexionar sobre su situación, buscando salidas que enterrasen los problemas.

Acababa el otoño en Boston, alargando las noches en plena actividad frenética, los cursos habían empezado hacía tiempo y estaban en pleno acelerón camino de Navidad, cuya campaña obligaba al comercio a ponerse las pilas provocando un frenesí de actividad empujándola a ella a vivir al mismo ritmo, sin una tregua.

Rina había acabado con matrícula el instituto, tomándose un tiempo para preparar su acceso a la universidad. Pero inesperadamente, un profesor de su instituto le había ofrecido un curso pre-universitario práctico de bioquímica. Se trataba de una especie de beca de formación en una clínica-laboratorio de investigación de cirugía estética; el dinero apenas alcanzaba para pagar el transporte, dado que estaba cerca de Salem, unos veinticinco kilómetros al norte de Boston; pero era una buena oportunidad, si decidía finalmente hacer carrera en la ciencia, además de una experiencia nueva e interesante y, a posteriori apasionante y educativa. Había visto ya al menos media docena de famosos por allí, aunque sólo llevaba un mes y medio trabajando y el equipo médico y científico de primerísimo nivel. Era un sitio de postín, impresionante desde la misma arquitectura neobarroca del edificio – a pesar de tener menos de veinte años – hasta las habilidades de su cuadro médico especialistas en cirugía reconstructiva que en algunos casos de archivo parecían imposibles. El único problema, y fuente de fuertes conflictos, es que su horario era, por extraño que pareciera, mayormente nocturno. Sobre todo en el departamento de investigación, que era el suyo.

Lógicamente eso estaba creando tensiones con el grupo, dado que tenía forzar mucho las cosas para compatibilizar horarios, retrasando los conciertos y ensayos a horarios intempestivos con frecuencia – como en aquel momento, que se apresuraba a llegar, casi a la una de la madrugada, especialmente tarde - o adelantándolos a horario de trabajo. La situación era particularmente tensa porque, ¡malditas casualidades!, había coincidido con un inesperado auge en la situación del grupo: últimamente habían tenido un montón de actuaciones, casi todas semanas, alguna incluso dos veces. Siempre en locales con música en directo en la que era una parte central: restaurantes con espectáculo, no música ambiental, sino una actuación que ver mientras se cena; salas de fiesta con conciertos completos de grupos emergentes, actuaciones en bares de copas. Además todos eran sitios con clase y estilo, para gente con cierto nivel social, económico y cultural. Hasta les pagaban, no sólo para gastos, sino que sobraba para pagarse un caprichito. Rina sospechaba que tenían un patrocinador misterioso y – para envidia de las chicas – que ella podía ser el objetivo principal, porque algunas veces, sobre todo en los últimos conciertos, el patrón insistía en que Rina hiciera un solo de batería, se animase también con los teclados o – lo más frecuente recientemente – cantara una de las canciones, al menos.

Aquello había sido el principio también de nuevas tensiones, una vez que empezaron a actuar en sitios un poquito más visibles no tardaron en recibir la visita de un tipo, Smiling Al, todo encanto, sonrisas y promesas de estrellato, ofreciéndose a ayudarlas en su carrera con unas condiciones que eran un regalo para ellas, casi sin comisiones y sólo para actuaciones que les encontrarse y gestionase él, sin contratos de futuro ni condiciones extra, además parecía conocer a gente – gente importante- y las invitó a fiestas sólo VIP. No fue hasta la tercera de éstas, una fiesta privada de uno de los grupos de moda del país, cuando mostró su verdadero rostro e intenciones: aquella fiesta no era para divertirlas, sino que ellas iban a ser parte de la diversión del vocalista. Al no tenía intención de convertirse en el manager del grupo de chicas, sino en su alcahuete o chulo entre los ricos y famosos usando como gancho su moderado arte.

Ella, la bajista y la teclista se habían ofendido mucho, se habían ido de allí y habían mandado a la mierda a Al y a sus negocios de “acompañamiento” como trababa de hacerlo pasar, tanto esa vez como cuando trató de llamarlas un par de veces más para hacer las paces y ofreciendo nuevos cebos, porque no dudaban que eso eran. Pero Thorn, la cantante, se quedó en la fiesta y se había seguido viendo con él.

Una hora después, Rina estaba en el local para el ensayo, al día siguiente tenían el concierto más importante hasta ese momento, en el bar de moda de la Back Bay, el centro financiero de Boston; el ensayo se había retrasado porque ella tenía una reunión en el laboratorio.

Y se hallaba en medio de una discusión monumental, Thorn no se había dignado aparecer, lo que no era frecuente en realidad. A medida que la espera caldeaba los ánimos las tres habían empezado a criticarla, pero cuando el vapor salía por las orejas las otras dos añadieron a Rina como blanco de sus dardos, por no tomarse el grupo lo bastante en serio desde su trabajo y provocar con ello que la otra hiciera lo mismo.

Y el infierno se había desatado cuando Rina propuso llamar para retrasar el concierto al sábado, en lugar del viernes - o al menos cuatro horas - porque en la reunión previa le habían pedido que hiciera un turno extra la noche siguiente para participar en una operación de reconstrucción de busto con un sistema experimental que prometía unos resultados impresionantes, con un cirujano desconocido en la comunidad científica pero que era el que la clínica usaba en sus operaciones más complicadas. Un gurú secreto. Aquello, en realidad, más que una petición era una oferta, una oportunidad increíble de ver trabajar al mejor.

Las palabras volaban, a gritos, tratando de herir, con sus dos compañeras desesperadas por que el concierto fuera un éxito, dar imagen de profesionalidad y muertas de preocupación por qué pasaría si Thorn no se mostraba por el concierto.

Rina  llevaba varios dias pensando en que hacer, por un lado estaba muy preocupada por sus amigas, pero por otro realmente estaba centrandose cada vez mas en sus estudios, aquella noche solo queria tocar la bateria hasta quedar exhausta como hacia muchas veces y despejarse, pero no pudo ser, cuando llego al local escucho las conversaciones de sus amigas.

En la cara de Rina podia verse la preocupacion y el malestar por lo que sucedia, ella queria mucho a sus amigas, pero no podia perder la oportunidad, pero tampoco queria dejarlas tiradas, se encontraba preocupada, le estaban insultando en ocasiones pero no queria dejarse insultar, incluso les pidio perdon varias veces:

- Chicas...no se, no podriamos atrasarlo, esque es una gran oportunidad para mi... no se, la verdad es que no se que hacer, ese hombre nunca aparece ni dejan que alguien este, que ningun becario como yo pueda estar, pero no quiero dejaros ni tampoco... no se, estoy muy preocupada por Thorn

Realmente no sabia que hacer, ya que no queria dejar tiradas a las chicas pero tampoco queria perder esa oportunidad unica, finalmente decidio que lo consultaria con la almohada.

La mañana no sirvio para despejar la cabeza de Rina, pero ella decidio llamar a sus padres, hablo con ellos largo y tendido, su padre le dijo que no debia perder la oportunidad y su madre le dijo que las oportunidades laborales siempre salian pero que los amigos no volvian, asi que seguia realmente confusa, no sabia que hacer, incluso llamo a sus amigas para hablar con ellas, pero realmente no terminaba de decidirse.

Habia llegado la hora de irse, tenia que llegar a uno de los dos sitios, la cabeza de Rina iba de un lado a otro sopesando los pros y los contras, en su cama tenia dos combinaciones de ropas, por un lado su ropa de "becaria" como ella le decia y por otro lado la ropa que pensaba ponerse para el concierto, miro ambas y cierra los ojos, entonces dice:

- No puedo traicionarlas, se que pierdo una oportunidad pero...no puedo traicionarlas..yo no soy asi, mi padre si es asi y por eso nunca congeniamos, no puedo traicionar a las chicas, ademas me preocupan demasiado

Tras estas palabras dichas por si misma para si misma comienza a vestirse con la ropa para el concierto, pero tambien decide coger su acreditacion para el centro de investigacion, sabe que no tendra tiempo pero espera poder ir en cuanto termine, aunque sabe que no sera posible

La noche – últimamente parecía que Rina sólo vivía de noche – era fría, como correspondía a la fecha del año en que estaban. Los nervios volvían a atenazarla, ninguna de las tres rockeras había conseguido contactar con Thorn, no había vuelto por su casa, no había devuelto las llamadas, ni respondido a los mensajes en el contestador. Las tres tenían un temor bastante serio de que no se presentase al concierto y la idea de tener que cantar, además de tocar, en su concierto más importante empezaba a anidar en la mente de Rina provocándole taquicardias.

Iba tan distraída que le costó darse cuenta de que un tipo le seguía, el hombre vestía un traje pulcro, corbata incluida, aunque todo en negro y blanco, tan anodino que hubiera podido pasar por camarero de un sitio moderadamente elegante, más que por un hombre bien vestido. Iba ligeramente despeinado, con una sonrisa muy amplia, pero que no resultaba tranquilizadora, casi lo contrario. Sus ojos, muy abiertos, eran muy claros y tenían un brillo extraño. Hasta ese momento no se dio cuenta que era la quinta vez en ese paseo que lo veía al mirar atrás, a unos cinco pasos detrás suyo. Aunque no tenía mal aspecto, incluso podía decirse que era guapo y elegante, tenía algo muy intranquilizador, perturbador, un aire de locura que asomaba claramente a su mirada.

Rina, con el corazón aún más acelerado, apretó el pasó tratando de dejarle atrás, atajó por calles, e incluso cruzó de forma arriesgada para perderlo. Por ahora transitaba por calles relativamente concurridas, pero antes o después tendría que pasar por sitios solitarios, si no otro, por el callejón sin salida que daba a la entrada de artistas en el local.

Le costó varios minutos, pero finalmente, y a costa de cruzar a menos de medio metro de un camión que pasó a su lado despeinándola y pitando como loco, consiguió perderle de vista. Enfiló hacia el sucio callejón rodeado de muros altos sin ventanas, mirando atrás. Contemplaba, complacida, que lo había perdido mientras entraba en la oscuridad, rota sólo por una diminuta bombilla roja sobre una puerta de acero en mitad del muro del fondo, a la que se llegaba tras subir cinco escalones con pasamanos. Iba a enderezarse de nuevo para mirar la entrada, más calmada, nada más perder de vista la calle principal cuando chocó con algo… o más bien con alguien.

Frente a ella estaba su acosador, plantado firmemente, media cabeza más alto que ella. Seguía teniendo su sonrisa perturbadora y su mirada, brillante pero fría y calculadora, parecía fijada en algún punto detrás de los ojos de la propia Rina. No parpadeaba, ni se inmutaba, ni siquiera cuando la joven chilló sobresaltada y encogida por el susto.

Sin cambiar el gesto, ni parpadear en ningún momento, con sus ojos clavados, aparentemente, en el cerebro de la chica, el extraño – que no hizo ademán de tocarla – se puso a canturrear, con una tonada de canción infantil y voz afinada aunque tono estridente, una extraña tonada tonta aparentemente inventada.

-“Moosca, moosquiita. Vuelas taaan boniita. Ignoras, tontiiita, que te acecha la arañiiita. Caerás en la teliita, y te arrancará la cabecita.” –

El demente se quedó callado tras eso, haciéndose a un lado sin perder la sonrisa ni dejar de mirarla con sus ojos acuosos que no parpadeaban. No dijo nada más, sin responder a amenazas ni preguntas, se quedó mirando unos segundos más y empezó a retirarse hacia fuera del callejón, dejando a Rina tranquila sin hacerle daño. El encuentro había sido extraño y desagradable, pero llegaba justa al concierto y tratar de seguir a aquel perturbado le haría llegar tarde a la actuación por la que había renunciado a llegar a tiempo a su gran oportunidad en el trabajo en la clínica. Dejar en la estacada a las chicas por seguir a un acosador loco era inconcebible. Así que se apresuró a llamar a la puerta, temiendo que el tipo siniestro volviera.

En realidad era la primera en llegar, lo que volvió a disparar su corazón. Últimamente había abusado tanto de él que temía que fuera a tener un infarto antes de los 20; por suerte antes de que le diera un ataque llegaron la bajista y la teclista, con lo que los nervios por Thorn se repartieron entre las tres. Vino bien, porque cuando quedaban diez minutos para empezar, Alex, el encargado de espectáculos del local acudió dispuesto a incrementar el nivel de stress con exigencias, amenazas y sus propios nervios ante la perspectiva de tener que cancelar el concierto y su incertidumbre de su calidad si no tenían cantante.

Veinte minutos después seguían con las mismas pistas sobre la cantante del grupo. Alex exigía saber qué iba a pasar con la actuación y amenazaba alternativamente, como un pollo sin cabeza, con llorar, arrancarse los pelos, arrancárselos a ellas, violencia extrema y querellas. Sus dos compañeras, más nerviosas y asustadas que ella, proponían hacer el trabajo sin Thorn y que Rina cantase a la vez que tocaba, si Phil Collins podía hacerlo, ella también.

Rina no lo estaba pasando nada bien, era consciente de que estaba perdiendo una gran oportunidad laboral pero no podia dejar a las chicas en la estacada, ademas se preocupaba mucho por su compañera y sabia que no iba a poder estar agusto sin saber si habia llegado o no.

El camino hacia el lugar del concierto en un principio lo hizo algo abstraida pensando en esas cosas, pero poco despues empezo a darse cuenta de algo, alguien le seguia y no le gustaba nada que la siguieran, varias veces se percato de ello. La chica estaba nerviosa e incluso asustada, Rina caminaba cada vez mas rapido y tratando de ganar distancia con aquel tipo. Al llegar al lugar del concierto se quedo algo aliviada, hasta que se choco con el

Un escalofrio le recorrio el cuerpo cuando le hablo y le dijo aquellas palabras, pero rapidamente se metio en el local, no queria ser cogida por sorpresa de nuevo, asi que entro. En el interior de la sala la situacion termino siendo muy tensa, Rina hablaba con las chicas:

- Pero, esque que hacemos sin ella, no se, es una oportunidad

Se hechaban en cara muchas cosas, incluso Rina entro en el juego:

- Sabeis que he perdido una gran oportunidad laboral por estar aqui con vosotras, yo no soy la que quiere que pasen cosas malas y lo sabeis, yo quiero que este todo bien, sabeis que esto para mi empezo como un Hobby pero al final he elegido estar con vosotras en vez de ir a mi trabajo y sabeis lo que supone eso, es una gran oportunidad que he perdido y asi me lo pagais?

En varias ocasiones termino llorando, realmente lo estaba pasando mal y arrepintiendose de haber estado alli, finalmente el dueño del local empezo a insultarlas, ella salio a defender a sus amigas y dijo:

- Vale, yo cantare, soy la bateria pero tambien puedo cantar, asi que yo cantare, lo hare lo mejor que pueda, pero chicas ayudadme con los coros y mañana iremos a ver a la policia estoy muy preocupada

Y asi fue como se encamino al escenario haciendo acopio de toda la voluntad que podia para cantar dispuesta a hacerlo lo mejor posible

Las chicas rieron tranquilizadas, abrazando a Rina casi llorando de alivio. Alex no lo estaba tanto, pero pareció satisfecho con intentar cualquier cosa que no le obligase a cancelar el concierto. Aunque las chicas no lo notaron a Rina, más hábil calando a la gente, le pareció que en realidad hasta le gustaba la solución, que había estado buscando que decidieran eso con sus amenazas y chantajes.

Tomomi, la bajo, le cogió de las dos manos, en un gesto muy japonés que le salía cuando estaba muy nerviosa, porque por lo demás trataba siempre de parecer totalmente occidentalizada.

-“Estoy segura de que lo harás de maravilla. Ya lo verás, si entrenases más la voz, no necesitaríamos a Thorn y su pose de zorrón.”

Mami, por su parte, se limitó a darle un puñetazo amistoso en el hombro con un lacónico.

-“Mucha mierda, Rina.” – y a irse hacia el escenario con un volteo para golpearla el rostro con su pelo teñido, un juego tonto que le encantaba hacer para provocar pequeñas riñas de broma a las demás. A Thorn le sacaba de quicio y, a veces, había provocado una discusión subida de tono.

Alex anunció al grupo con su gran habilidad de speaker provocando que el calor del público subiera varios grados. Tal vez hizo demasiado hincapié en lo bonitas y sexys que eran, para el gusto de las chicas y cómo querían vender su arte. Pero, sin duda, tuvo un efecto positivo en la recepción que las dieron.

Una ovación ensordecedora, que aún no habían hecho nada por ganarse, junto con muchos silbidos de aprecio acompañados de comentarios que era mejor no oír entre la ingente algarabía. Mami y Tomomi se posicionaron antes, dado que Rina tuvo que ajustar mejor el micrófono, que en principio sólo estaba para los coros, a una altura y posición óptimas para cantar todo el rato.

Indicó por señas a las otras dos que saltarían las dos primeras canciones, necesitaban una voz demasiado sensual que ella no había entrenado. Para Thorn ponerla era natural. La siguiente, una tonada que alternaba la balada con la caña guitarrera y de percusión, era más apropiada para su voz y estilo.

Los nervios desaparecieron, las luces parecieron converger en ella, el tiempo se paró y Rina estaba en "la zona", el escenario era suyo y el público también. Puede que su voz no llegase a los tonos más altos y patinase un poco en los más bajos, pero su entusiasmo, su percusión y la interpretación de la canción lo compensaron.

El público ardía con ellas, probablemente no esperaban mucho, de hecho era mejor no pensar en qué podían estar esperando los babosos de la primera fila, así que cuando obtuvieron un par de canciones de primerísimo nivel enloquecieron gritando el nombre de la banda y coreando el nombre de Rina, para celos de las otras dos.

Aún quedaban varias canciones cuando Alex salió de nuevo. Aquello era inesperado, por lo que los nervios volvieron a agarrarse a sus entrañas con presa de hielo. La gente también protestó la interrupción, estaban en la onda y querían seguir escuchando a las chicas.

El vocero fue breve, anunciando primero los problemas de la banda con su vocalista, alabando el esfuerzo que estaban haciendo y provocando una emocionada ovación del público. Inmediatamente después anunció que "la anfitriona" estaba encantada con Rina y quería hacerle una propuesta, terminando con un ampuloso gesto estudiadamente teatresco.

Para sorpresa de la muchacha una figura salió de entre bastidores. Una elegante y atractiva mujer madura con un peinado de mil dólares y un vestido de cuero rockero pero de alta costura, el tipo de traje que llevaría una mujer de la "jet set" a una noche loca.

Era Madame Fleurcour, una diva de los musicales y la ópera que había actuado incluso en Broadway. Rina ni siquiera sabía que aquel local le pertenecía a ella, aunque, supuestamente, era de la misma red que habían estado dándoles tanto trabajo en los últimos meses. ¿Podía ella estar detrás de ese patrocinio?

Los aplausos siguieron a la diva hasta recoger el micrófono de Alex, media girándose hacia Rina, de modo que la mirase sin llegar a dar la espalda al público, con una sonrisa encantadora empezó a hablarla en público, con todo el personal oyendo.

-"Querida mía, es impresionante el esfuerzo que estás haciendo para suplir a vuestra vocalista. Estamos todos conmovidos por tu actuación, y deseamos seguir disfrutando de ella." - el público acompañó con una ovación - "aunque supongo que, cuanto más avance el espectáculo, más te costará mantener la voz a la vez que tu vibrante, cálida, revitalizadora, energía percusionista. Por eso quiero ofreceros sustituir hoy a vuestra vocalista, y ayudarte con las canciones más complicadas, de modo que no tengas que cantar sola todo el tiempo." - la gente gritó, loca de contenta, Tomomi y Mami estaban dando palmas y saltitos, llorando de emoción en su sitio. Pero todo el mundo miraba a Rina que, de algún modo, se había convertido en la persona más importante de aquella sala de fiestas abarrotada.

La chica estaba, a la vez que nerviosa y excitada, abrumada por la presencia de la diva, era impresionante, era carismática, era todo lo que Rina deseaba ser cuando cantaba. Quería darla todo lo que ella quisiera... Bueno, todo, todo, no intentó decirse, recordándo lo que había pedido el cabrón baboso de Smiling Al. Y se sorprendió contestándose a sí misma, en contra de su voluntad sí, todo. Aquello le dejó claro que algo muy raro pasaba, esa mujer era increíble, maravillosa... peligrosa y extraña.

Rina escucha lo que dicen sus amigas, la primera es Tomomi:

-“Estoy segura de que lo harás de maravilla. Ya lo verás, si entrenases más la voz, no necesitaríamos a Thorn y su pose de zorrón.”

Rina asiente, realmente estaba sintiendo el apoyo de su compañera y dice:

- Bueno, no se, la voz de ella es mucho mas bonita y potente que la mia, lo mio en realidad es la bateria jeje

Fue entonces cuando Mami le da un toque y dice:

“Mucha mierda, Rina.” 

Rina sonrie un poco, sabia que su compañera hacia eso siempre para animar a los demas, a ella no le sentaba mal que le diera un golpe aunque sabia que no siempre podia ser bien interpretado, pero a fin de cuentas siempre lo hacia para transmitir su apoyo a las demas, solo habia que saber eso y comprenderla, Rina dice:

- Bueno chicas, mucha mierda para todas y hagamoslo lo mejor que sabemos, que es muy bien, que nadie heche de menos a nadie y pensad en los que han venido a vernos que se merecen que demos lo maximo, vamos

Tras esto salieron, el escenario era inmenso, al menos para Rina, bien era cierto que no era la primera vez que cantaba y que cada vez sus acompañamientos corales eran mas solitarios y mas amplios, pero era la primera vez que se enfrentaba al publico, ya no solo tenia que estar pendiente de la bateria, sino que tambien de cantar, con sumo nerviosismo preparo el microfono y la bateria, y fue cuando empezaron.

El concierto fue pasando, habia ocasiones en las que realmente le costaba llegar a los registros de su compañera, realmente no podia, no era lo suyo a fin de cuentas, sino que ella era buena en la bateria pero no cantando, al menos no tanto como se exigia al vocalista de un grupo, pero poco a poco fue ganandose  a la gente, en parte la pasion y la gran cantidad de horas de ensayo dieron su fruto, incluso en algunas ocasiones se dejo llevar un poco por la musica e incluso e atrevio a improviso, se puso de pie en la bateria tras un solo o algo asi, se sentia dentro del concierto al 100% al igual que sus compañeras y por lo que podia ver el publico tambien.

Fue cuando les interrumpieron, Rina en parte agradecio la interrupcion estaba envielta en sudor e incluso estaba pensando en cogerse una cola en su larga melena ya que empezaba incluso a molestarle, pero no le dio tiempo, lo que el hombre estaba diciendo era demasiado importante e incluso una de las baquetas se le cayo al suelo cuando escucho el nombre de aquella mujer.

Al verla no pudo evitar quedarse mirando con los ojos abiertos mientras pensaba:

- Espera, esa mujer, porque, que aura desprende, es como si quisiera hacer todo lo que me diga, si ella me dice que toque toco, si...pero espera, espera Rina centrate, tu estas aqui para tocar, pero...porque me siento asi...no, espera espera...mi pecho, me siento? pero si a mi no me gustan las mujeres...porque me siento tan atraida por ella

Comienza a respirar mas agitadamente, se sentia como si quisiera caer entre los brazos de esa mujer, como si estuviera hechizada por ella, como si quisiera hacer todo lo que le digese, se sentia enormemente atraida

- Esto...me he enamorado de una mujer a primera vista? no, no espera, no puede ser, a lo mejor es su glamour, su carisma, claro tiene que ser eso, sin duda, no creo que, vamos no creo que me haya vuelto lesbiana de pronto no?...

Entonces la voz de la mujer le saca de sus pensamientos

-"Querida mía, es impresionante el esfuerzo que estás haciendo para suplir a vuestra vocalista. Estamos todos conmovidos por tu actuación, y deseamos seguir disfrutando de ella." - el público acompañó con una ovación - "aunque supongo que, cuanto más avance el espectáculo, más te costará mantener la voz a la vez que tu vibrante, cálida, revitalizadora, energía percusionista. Por eso quiero ofreceros sustituir hoy a vuestra vocalista, y ayudarte con las canciones más complicadas, de modo que no tengas que cantar sola todo el tiempo."

Los ojos de Rina se abreron como platos, aquella mujer, una muy conocida mujer en el mundo del espectaculo les estaba diciendo aquello, en esta ocasion las dos baquetas se le cayeron al suelo, sorprendida dice:

- Yo...esto...cla....claro seria todo un placer poder contar con su ayuda

Se pone de pie y en un gesto muy japones agacha la cabeza en señal de saludo, se arma un poco de valor y dice:

- No...nosotras no somos nadie...es el...creo que el publico...es quien debe decidir..

Mira a sus compañeras como para pedir confirmacion y ganar apoyo en lo que habia dicho y dice:

- Para mi...nosotras....seria un gran placer....poder contar con usted...pero nos debemos...al publico y creo que son los que deberian decidir...

Dice mientras se agacha a recoger las baquetas que se le habian caido, se sentia avergonzada, incluso se habia ruborizado ante las palabras de la mujer, lo cierto es que ella ardia en deseos de cantar junto con ella, pero tambien era cierto lo que habia dicho del publico, solo esperaba que este decidieera que cantaran juntas puesto que se moria de ganas de hacerlo

El publico aulló entusiasmado con la idea de que la dama se uniera al espectáculo. Henchida de gozo, Rina arrinconó en una minúscula esquina la parte de su mente que decía que no era normal que el público de un concierto de rock se mostrase unánimemente encantado con la participación de una diva de música clásica, incluso aunque fuera la anfitriona. ¿Ni un gracioso "poser" intentando fastidiar o queriendo ir de duro-puro-rocker?

Todo daba igual porque podría cantar con una grande. Y vaya si lo hizo. El concierto, que estaba previsto para treinta minutos, duró más de una hora. Cantaron todas sus canciones, por suerte Madame se encargó de las más difíciles, las que requerían registros que no tenía entrenados o voces que no se sentía cómoda poniendo en público.

El público estaba enfervorecido y se quedó ansioso de más, pero ellas no tenían más, salvo que quisieran hacer un ensayo público - y no era plan de estropear un apoteosis de aquella manera - además, si corría, aún podría llegar tarde - muy tarde - a su trabajo. Los que vinieran después en el concierto lo iban a tener muy complicado.

Tuvieron que salir del backstage a saludar, abrazadas por Madame Fleurcour, que parecía especialmente apegada a Rina, un par de veces antes de que por fin dieran por terminado su espectáculo. Tras salir de su camerino compartido para las tres (las cuatro, aunque Haruna, la preocupación hacía que dejase de pensar en Thorn con motes, seguía sin aparecer) había un montón de gente esperando a un lado u otro del cordón. Tipos guapos con ganas de fiesta, potenciales fans, gente guapa con ganas de conocerlas y, sobre todo, Madame Fleurcour que les invitó a pasar a la zona VIP a disfrutar del resto del concierto.

Aunque la oferta iba para las tres, Rina pudo ver que sus ojos estaban clavados en los de ella. Mami y Tomomi chillaron como locas, asintiendo y saltando, sin dejar de sonreír, hacer gestos a los que las gritaban piropos y tirar besos allá y acá. Parecía que habían olvidado ya la experiencia parecida con Smiling Al, aunque ésta tenía un aspecto muy diferente, desde luego.

Rina tenía que tomar una decisión, porque si entraba a la fiesta VIP se acababan las opciones de llegar a la clínica ni para el postoperatorio siquiera. Si salía ahora a toda velocidad, simplemente, llegaría inadmisiblemente tarde.

Rina estaba cantando y tocando con todas sus ganas estaba realmente extasiada y dandolo todo para la gente, el concierto estaba siendo todo un exito, estaba tocando como nunca y sonaban como nunca, por un lado le resultaba extraño que la gente no pusiera objecion, pero ahi estaban tocando y siendo todo un exito.

Finalmente termino el concierto y Rina se abrazo a sus compañeras, estaba realmente contenta y animada realmente no cabia en si, no se imaignaba que podrian tener un exito tal, casi lloraba de la emocion. Tras un rato se dio cuenta de que podria llegar a tiempo al trabajo, pero algo paso, la dueña del lugar les invito a la sala VIP, Rina se dio cuenta que le miraba a ella cuando hablaba aunque sus amigas eran las mas ilusionadas con la idea

- Yo...ummm... no se, creo que seria algo descortes irme ahora y mas cuando nos ha ayudado en el concierto, no deberia de marcharme...ya no creo que llegue bien a tiempo, asi que mejor me quedo aqui

Rina asiente y dice:

- Sera un placer poder estar con usted desde alli

Mira a sus amigas y dice:

- Chicas nos merecemos un descanso verdad? la verdad es que estoy agotada pero aprovechemos esta noche y disfrutemosla verdad?

Entre gritos y jaleos, tras ser presentadas a todos los que eran alguien en la sociedad de Boston y estaban en el local, las tres acompañaron a Madame Fleurcour hacia unas escaleras de metal que llevaban al segundo piso del local, pasaron junto a un par de gorilas inmensos con trajes de ejecutivo para alcanzar un segundo bar-discoteca, con un escenario muy pequeño que estaba vacío en ese momento.

La música que sonaba era diferente de la del piso de abajo, aunque estaba tan bien aislado que no se notaba. El bar estaba atendido por un par de camareros y otro de camareras, que más parecían modelos por su aspecto y que resultaban demasiados para la cantidad de clientes que atendían, de modo que nadie esperaba más de un minuto a ser servido.

El piso de arriba era casi tan grande como el de abajo, con sus baños privados, a pesar de albergar menos de la décima parte de público. Uno de los laterales era transparente, incluídos unos cuantos metros de suelo, de modo que se podía ver un buen trozo de la parte de abajo, incluyendo el escenario, la pista de baile y el acceso a las escaleras que subían hasta allí.

La pared contraria era de cristal de espejo y daba al exterior; desde allí parecía un espejo que reflejaba las luces de la plaza pero desde el interior, donde estaba ahora Rina, permitía ver toda la calle y la entrada del local. Sin embargo, la mitad de esa parte estaba cerrada a su vez, con otra puerta vigilada por un par de guardias de seguridad, como una zona VIP dentro de la zona VIP; las paredes de ese cubículo eran todas de espejo, así que cabía suponer que estar dentro permitía ver todo lo que pasaba tanto arriba, como abajo e incluso afuera sin ser visto.

Cuando ellas llegaron habían hecho subir a muchos de los que estaban en el backstage, chicos y chicas de aspecto atractivo sin excepción. Con ellos habían subido algunas personas más, que ya habían trabado charla con algunos de ellos, eran gente con ropas caras, algunos le sonaban como gente importante de Boston, políticos locales, deportistas de segundo nivel, celebridades de las cadenas locales de televisión, etc.

Junto a ellas cuatro, un poco por delante o un poco por detrás, tras varios minutos para dar tiempo a que los primeros comenzaran la fiesta, subieron el resto. A esos les conocía a casi todos, algunos eran celebridades de cierto renombre, conocidas en todo el país, un par de actores de segunda fila, una modelo conocida y sus acompañantes, el alcalde de la ciudad y su clá, tres o cuatro empresarios que le sonaban de la prensa y la dueña de una revista de moda; había una docena de personas más a las que no conocía, pero sus trajes – ellos – y vestidos – ellas – de miles de dólares dejaban claro por qué estaban allí y que el que ella no les conociera no significaba que no fueran importantes, ni que no les conocieran los demás.

Era una sensación extraña, otra vez la “emboscada” de Smiling Al acudió a su mente, porque no veía mucho lugar para ella allí, salvo como carnaza, si la hubieran invitado a entrar con el primer grupo, dejando abajo parte de su ropa interior y algún botón de la camisa no le habría extrañado, como a alguno de ellos les había pasado. Pero, obviamente no era el caso: entraba con la clase alta, como uno de los depredadores. Y no estaba acostumbrada, sus compañeras no parecían haberse dado ni cuenta, subidas en su nube.

Madame la miraba atenta, pendiente de cada movimiento que hacía, cómo cambiaba su expresión y qué transmitía su lenguaje corporal. Mami y Tomomi estaban tan encantadas con toda aquella atención y lustre que no debían estar pensando en nada, salvo en pasarlo bien y disfrutar de aquel inesperado giro de los acontecimientos.

Cuando llegaron la fiesta ya estaba en marcha, gente bailando, muchos corrillos hablando, parejas ligando e incluso enrollándose suavemente en los butacones de cuero del fondo.

Madame se excusó con Rina cuando se acercaron unos hombres a ellas, pidiéndole que la disculpase un momento y se alejó con ellos, dejándola sola. Si, sola, porque Mami y Tomomi ya estaban cada una con tres tíos a cual más cañón charlando y recibiendo sendos cócteles de un camarero a cuenta de la casa.

También a ella le llegó uno, al que no tardaron en seguir numerosas personas deseosas de felicitarla por el concierto y tratar de ligar con ella. Pronto tenía un corrillo de chicos intentando llamar su atención, exhibiéndose como pavos reales, invitándola a bailar o impresionándola con su estilo, nivel de vida o ingenio.

Madame Fleurcour seguía con sus acompañantes, pero no parecía prestarles la más mínima atención. Estaba mirándola fijamente, de forma casi descarada, estudiando su comportamiento y viendo cómo se desenvolvía en esa situación.

Rina no sabia si aquello era buena idea o no, pero al final era lo que habia decidido subir a la planta VIP. Se fija en sus amigas y ve como realmente estan totalmente en una nube por lo que no puede evitar sonreir al verlas aunque en el fondo estaba un poco preocupada porque nunca se sabia que era lo que podia suceder en un acontecimiento asi, de hecho ya una vez les paso algo parecido y Rina lo tenia muy en mente aun.

Con cierta preocupacion Rina sube, pero mientras sube se da cuenta de algo, estan subiendo con mas personas, mira a su lado esperando que sean personas como las que habia visto antes, chicos y chicas jovenes los cuales sin duda iban a ser por asi decirlo poco mas que adornos para las personas importantes que llegarian luego, pero no, estaba totalmente equivocada, mientras miraba disimuladamente  se da cuenta de que conoce a muchos de ellos

- Un momento, empresarios, actores, politicos, incluso el alcalde de la ciudad, pero que es esto, donde etoy metiendome, si yo no soy mas que una estudiante que ha tenido un poco de suerte cantando, bueno mucha diria yo en realidad

Pero su mente se quedo en blanco cuando llego a aquella sala, era realmente impresionante, como en las peliculas, una sala realmente amplia y con una decoracion que nunca antes habia visto, Rina se mira la ropa, unas ropas no demasiado caras, aun llevaba puesta la ropa de la actuacion ya que no habian tenido tiempo de darse una ducha y cambiarse, realmente se sentia totalmente fuera de lugar alli, ese no era su ambiente y lo sabia pero tenia que estar, mira para un lado y se da cuenta que se habia quedado totalmente sola, la anfitriona se habia marchado con dos hombres, seguramente serian los mas importantes de la sala si ella se iba con ellos y sus amigas tambien se habian ido estaban bebiendo y hablando con varios chicos, sin duda tratando de ligar, al verlas sonrie levemente y piensa:

- No han perdido el tiempo, son..bueno, y yo que hago ahora

Es entonces cuando un camarero le da una copa, un coctel, ella agacha la cabeza levemente mientras dice:

- Muchas gracias, muy amable

Da un pequeño sorbo, la bebida estaba realmente buena, no tenia un sabor demasiado amargo ni dulce, lo justo para ser del gusto de Rina, ella era una chica que no bebia demasiado pero que no le importaba tomarse algunas copas con sus amigas de vez en cuando.

Justo en ese momento da un vistazo a su alrededor y se da cuenta de que varios hombres se acercan a ella y empiezan a hablarle, en un primer momento se siente un poco extrañada, nunca habia sido una chica que atrajera demasiado a los chicos, bien era cierto que no tenia mal cuerpo, y que no era una chica antipatica ni dificil de tratar, pero los chicos solian preferir a otro tipo de chicas, ademas era extraño que a alguien le llamase la atencion una chica que estudia para ser medico y que toca la bateria, este instrumento siempre era el menos valorado, cuando salia con las chicas y les preguntaban ella siempre era "solo la bateria" del grupo, y a la hora de interesar a los chicos siempre era la ultima, por ello no se fiaba demasiado de ellos, les trato con amabilidad a fin de cuentas siempre ha tratado asi a todo el mundo, algunos le preguntaban por la actuacion, ella respondia:

- Si, lo cierto es que ha sido muy complicado y dificil, yo no soy la cantante principal, pero creo que pude hacerlo mas o menos como pude....si lo mejor posible pero no tengo para nada una buena voz, me han dicho que si la entreno podria llegar a ser cantante, pero no lo se la verdad, esque....si me lo pase muy bien y la verdad la sensacion en el escenario fue como decirlo, increible como si sintiese los sentimientos de todos

Tambien le preguntaban por la intervencion de la anfitriona:

- Ha sido un gran placer, la verdad nunca podria ponerme a su altura, claro que me gustaria poder llegar a donde ella ha llegado, aunque lo dudo mucho.

Algunos chicos la alababan, ella se mantenia todo el tiempo amable y simpatica, pero no terminaba de creerles y se mantenia un poco prudente, era realmente consciente de que eso seria esa noche y tal vez la noche siguiente algunos la recordasen pero poco mas, en esos momentos era Rina la que canto y toco la bateria con Madame Fleurcour pero despues no seria mas que una chica mas, "solo la bateria del grupo", asi que estaba tratando de disfrutar el momento de popularidad donde ella parecia ser el centro de atencion pero manteniendo muy presente que era algo pasajero no queria subirse en una nube como sus amigas a fin de cuentas despues tendria que bajarse de ella.

Un par de veces en la noche Rina mira a sus amigas viendo como bailaban con varios chicos y como se divertian, sabia que Mami era la mas deshinibida de las tres y asi lo estaba haciendo bailando y llamando la atencion de todos, moviendo de un lado a otro sus teñidos de dos colores cabellos, Rina no puede evitar sonreir levemente, en un momento le hace un gesto y ella sonrie pide disculpa a los chicos y dice con una copa en la mano:

- Chicas, un brindis por el exito de esta noche, esperemos que se repita mucho mas verdad? y que podamos estar juntas

Las tres chicas brindan pero rapidamente vuelven a tener a varias personas mas cerca, Rina piensa:

- Deberia de aprovechar y conocer a gente no? claro, a lo mejor, si

Mientras habla con los chicos les pregunta sobre sus vidas un poco para interesarse por ellos, tiembien porque piensa que asi muestra cortesia con ellos, ademas de asi poder entenderles un poco mejor, ella no se consideraba que era especialmente empatica pero todo el mundo se lo decia, asi tras un rato se da cuenta que uno de los invitados es alguien relacionado con el mundo de la musica y que tiene cierta influencia, asi que se acerca a el:

- Buenas noches, disculpe pero me gustaria mostrarle mi...bueno, nuestra admiracion a mis amigas y a mi...esto

Se queda un poco sorprendida y dice:

- Ahi parece que es lo que no es, no quiero....bueno si me gustaria pero no vengo para pedirle nada porque seamos musicas ni nada de eso, es...es sincero que admiramos su trabajo...yo...bueno consideramos que...aish disculpe 

Se agacha un poco a modo de disculpa para a continuacion decir:

- Que admiramos su trabajo

En ese momento se da cuenta que Madame Fleurcour le esta observando, eso hace que se sonroje un poco, pero decide seguir hablando con la gente, conociendo como son esos ambientes en los que esta segura no tendra muchas mas oportunidades de conocer y quiere vivir intensamente aunque solo sea una vez en su vida

Samuel Knight, un cantante que había tenido algunos éxitos moderados en panorama nacional que le agenciaron un buen contrato con una discográfica; aunque su principal atractivo para Rina podía ser que había usado parte de sus beneficios para fundar su propio sello de música independiente, rock blando y pop duro, un poco extraño para un sello de ese tipo, dado que tiraba por los géneros más comerciales. Pero era el mismo tipo de música que hacía él… Y también el que hacían ellas, aunque algunos de sus temas tal vez fueran un poco más duros. Era un tipo moreno, de pelo cardado en un estilo más bien de la década que terminaba que empezaba a pedir una renovación, pero le permitía presumir de pelazo.

El era el tipo al que Rina había decidido acercarse, también el estaba rodeado por algunas de las chicas que habían recibido el regalo de ser admitidas a la zona VIP, para disfrute de los auténticos VIP – costaba pensar en si misma como uno de ellos – le costó algo, en parte por su naturaleza respetuosa, casi un poco tímida, conseguir hablarle. Las otras chicas, aunque un poco intimidadas por su repentina fama, no dejaba de ser la reina de la fiesta, no les dieron intimidad hasta que Samuel vio quien le hablaba y las despachó sin pensarlo dos veces. Rina se ganó un par de miradas de odio, pero también la atención del industrial y músico.