Partida Rol por web

Guybrush INTENTÓ subir. Intentó es la palabra clave. Nunca le había interesado la escalada, ¿Quién quiere escalar, pudiendo volar?, es tan mundano, pensó con cara de asco. Y todo sea dicho, no tenía la musculatura necesaria, bueno ninguna musculatura. ¿Pero claro, quien iba a dejarme descansar para volar un rato?, están todos locos.

Intentó subir por la cuerda, atándosela, la cuerda, a la cintura, y mientras escalaba unos pies se caía otros pocos, siendo al final casi arrastrado por Gerard.

- ¡Viajantes del nodo, y a no ser que haya perdido mi maravillosa vista, gentes de la superficie! Acerquense a este humilde mercader. Mi nombre es Bruthwol Coalhauler. ¿Quizás estén interesados en ver mi mercancía?

-Vaya, espero, que tengas unos buenos descuentos, dijo sacándose el forro de los numerosos bolsillos hacía fuera, mientras le caían un montón de restos de.. de cosas, y un pequeño dinosaurio. Uy perdona mordisquitos, no te había visto.

-Por cierto, no habrá visto un grupo de seres indignos, malerrimos, vamos parecidos a políticos o … o eso malerrimos. Terminó con un sonrisa, mientras se rascaba la calva cabeza.

Aunque en un primer momento pareciera un poco decepcionado por el poco interés que habiais mostrado en su mercancía, se echó hacia adelante con entusiasmo mientras se frotaba las manos rápidamente:

- Un poco de aqui y de allá. No hay muchos, va por rachas, a veces sí. Mi ruta pasa por este nodo y hacia el túnel que se abre hacia el oeste. Nunca sabes quién podría usar el nodo para viajar rápidamente a través de la Infraoscuridad - dijo alegre contestando a Jack como si la sola presencia del grupo alli contestara a la pregunta - Oh, si, si. Preguntas. Puedo intentar contestarlas. ¡Un cliente bien informado es un cliente que vuelve!

Miró curioso a Gerald. Parecía más que acostumbrado a la "gente de la superficie" y su común era fluido.

- Esta bóveda es llamada la Gran Gruta. Antiguamente era un centro de intercambio y de comercio, ahora ha sido relegado a un remanso aislado por la guerra y las enfermedades. Forajidos, vagos y refugiados de este o de aquel poder de la Infraoscuridad habitan la Ciudad de Pedestal, una antigua ciudad drow derrotada. ¿Podeis vislumbrarla alli - señaló la profunda oscuridad donde tintineaban aquellas misteriosas luces danzantes - rodeando la primera columna más allá del Mar Taciturno? Por supuesto, hasta las vidas más humildes necesitan el comercio para sustentarse. Asi que, también he de reconocer que considero Pedestal mi hogar. 

Sonrió de nuevo, mientras se echaba hacia atrás un poco, intentando no tapar la mercancía que mostraba sobre unas viejas cajas de una extraña madera.

- ¿Buscais a alguien? Bueno, bueno - se rascó la cabeza. Era un misterioso pero divertido personaje - Llevo acampado aquí varios días. Y... No hace mucho, una figura encapotada, sí, parecía una mujer humanoide, emergío de este mismo nodo. ¿Quizás es vuestra perseguida? - frunció el ceño un poco contrariado, después bajó la vista un poco apenado mientras hablaba para después volverla a levantar de golpe mostrando aquella inagotable sonrisa - Esa persona ignoró mis saludos y continuó sigilosamente hacia el Puente del Océano.

Ciudades drow derrotadas... túneles mágicos que conectan la Infraoscuridad... todo aquello era demasiado para el pobre Gerald.

Pero sin duda aquel enano de tez oscura estaba siendo de lo más amable. Y la amabilidad, con amabilidad se paga. Mientras escuchaba las explicaciones de Brurhwol empezó a curiosear la mercancía  que el enano llevaba en su vagoneta, mostrando un cierto interés en sus productos. Al fin y al cabo, aún le quedaba algo de oro de sus anteriores aventuras, y aquel parecía un buen sitio para gastarlo.

- Decidme, ¿qué es lo que vendéis? ¿Productos locales de Pedestal? 

En realidad, lo que quería preguntarle era por qué narices alguien querría ir a una ciudad drow en ruinas, pero ya llegarían a eso. Al fin y al cabo, la mujer ya les llevaba varios días de ventaja; no vendría de unos minutos más.

La perfectamente empacada caravana de Bruthwol contiene al menos uno de cada objeto de esta tabla siempre que no exceda 10 gp de precio. Los animales, cosas para animales, alojamientos, transportes o servicios conjurados, tampoco los vende xD

Tiene al menos uno de cada. Si quereis comprar más de uno de algo, me lo decis y hago tirada a ver si hay o no. ;)

Jack aun tenía algo de dinero. Por lo que, aunque no veía nada interesante, le compró un par de cosas al enano. Después de todo les había dado algo de información, aunque no sabía si era útil. Ya que no había visto al grupo que ellos estaban persiguiendo.

Pues si tienes una cuerda de seda, junto con un garfio y un equipo completo de escalada me interesaría. No teng mucho dinero, pero para eso me llegaría.

- ¡Oh! - dijo excitado de pronto y dando un respingo - ¡Por supuesto por supuesto! - rebuscó entre las cosas - Un garfio, de calidad asombrosa y manufactura enana. Con una protección frente a la corrosión maravillosa, y además encaja perfectamente en cualquier superficie, una maravilla. - sacó después varias cosas que fue dejando a un lado - Una cuerda.... ¡sí!, tengo una cuerda de seda, durisima, con trenzado doble y muy resistente, va genial con el garfio... y... un equipo... ¡aqui está! - dijo sacando un enorme trozo de cuero enrroscado. Lo abrió sobre la mesa, en su interior habia muchos tipos de clavos, crampones, pitones, un martillo y una broca, junto a numerosos tipos de cuerdas.- Un fantástico equipo de escalada, dicen que usado por el famoso escalador Urun Balemor... ¿no sabeis quien es? Pues... pues es muy famoso por aqui.

En total serán - hizo un cálculo rápido - 91 monedas de oro.

El gnomo aprovechó la cuerda para subir. Aunque a pesar de las facilidades le llevó un buen rato hacerlo. 

Cuando estaba en la parte final de la escalada empezó a escuchar voces de conversación, una de ellas con un timbre que no había escuchado hasta el momento.

Al terminar su penoso ascenso pudo contemplar la situación y antes de intervenir se quedó por un rato contemplando el paraje al que habían accedido y tras saludar cortésmente al enano, escuchó con interés al nativo de la infraoscuridad. 

Ojeó también el carromato por si viera algún objeto de interés sin embargo nada atrajo su atención, así que aprovechó para analizar¹ toda la información que les proporcionó.

Thognar, miro suspicaz al comerciante, no se fiaba de nadie, y menos de un lugar como la infraoscuridad, pero una vez se rompio el hielo, y sus compañeros comenzaron a rebuscar entre sus mercancias, se relajo y miro si había algo que le pudiera interesar.

Ha Thognar le quedaba algo de dinero, y seguramente tardarían en encontrar un lugar donde comprar, por lo que empezo a coger cosas que le interesaban.

Malickud le dió al coco. Trataba de sacar algo en claro de todo aquello. Sabía lo que era la Infraoscuridad, pero poco se sabia de ella. Muy pocos eran los que se internaban en ella, menos aun los que regresaban para contar algo, y las razas de la superficie trataban de no relacionarse con las de la Infraoscuridad y viceversa.

No obstante, algunas cosas sí que las tenía claras. Allí abajo reinaba la absoluta oscuridad, habia peligros por todos lados que ademas no necesitaban luz para ver y solían atacar a todos aquellos que llevaran fuentes de luz consigo, ya que los consideraban intrusos, además los túneles de la infraoscuridad tenian fama de retorcidos y en los que podías perder la orientación con mucha facilidad.

Jack asintió al enano y le dio su dinero.

Perfecto. Encantado de hacer negocios con usted.
Por cierto. Parece ser que nos dirigimos a esa ciudad que ha comentado. Más que nada porque no hay muchas más opciones. ¿Alguna cosa en especial que debamos saber de ella? ¿En cuestiones de extranjeros, armas o religiones?

Se estaba arriesgando un poco, ya que demostraban que no tenían ni idea de a donde iban. Pero mejor prevenir y saber de antemano posibles riesgos.

La persecución iba a durar bastante más de lo que al principio creía Gerald, o sea que no estaría de más hacerse con algunas provisiones.

Decidme, Brurhwol, ¿cómo andáis de comida enlatada? Creo que vamos a estar por aquí durante un tiempo, y más vale ir prevenidos.

Rezar a tu Dios para que solucionara tus problemas estaba bien, pero siempre era mejor hacerlo con el estómago lleno.

Y otra cosa -dijo, tratando de no darle importancia-. Antes habéis mencionado el Puente del Océano. ¿Qué es eso?

- ¿Comida en lata? - dijo el enano sonriendo - Que extraños sois la gente de la superficie. No, en lata no. Pero tengo algunas piezas de comida que pueden envolverse y durar más o menos un par de semanas siempre que las mantengais secas. El sabor no es el mejor, porque se preparan con humo de hondo de Araumycos, pero te puede durar un tiempo. Vale 5 monedas de plata cada ración. 

- Mira, Pedestal no tiene poder central. Hay varios grupos que reclaman su soberanía, pero durnte las semanas malas, la ciudad es poco más que una zona de guerra. - sonrió - En las semanas buenas, sin embargo, no es más que uan ciudad sin ley. El anarquismo surgió tras el colapso de la jerarquía drow, ya que una plaga acabó con la mayoría de ellos hará diez años. Aunque no deberían de tener problema tratando con gente rara como vosotros - echó a reir - Rara en el sentido bueno, no es normal gente de la superficie por aqui. Lo que decia, aunque el hecho de que no haya ley os puede beneficiar, yo iría más o menos tapado para no levantar sospechas. Es peligroso andar por allá.

Después se giró hacia Gerald, quién también le estaba preguntando.

- Es el puente que cruza el Mar Taciturno. Pero debeis ser cautos al cruzarlo. Hay Kuo-toas salvajes y cosas peores que nadan por esas aguas turbias. A veces, viajeros que inician el paso en uno de los lados, no llegan felizmente al otro. De hecho, parte del puente está medio destrozado desde hace tiempo y eso dificulta el cruzar. Pero es el mejor modo de llegar a Pedestal.

Malickud escuchó las preguntas de sus compañeros y las respuestas que el buhonero les daba.  Sin embargo se adentraban en un mundo desconocido donde los peligros podían acechar tras cada columna, así que directamente le preguntó. - Burhwol, cuál es su secreto, para moverse seguro por estas tierras. Parece que lleva muchos años haciéndolo y sin embargo viaja solo y con un buen cargamento de mercancía y dinero. Tiene que haber algo más que suerte en ello. O dicho de otra, cómo podemos cuidarnos de los peligros del camino. -

Mientras Malickud Charlaba con el extraño mercader, Thognar guardaba sus nuevas adquisiciones y miraba en dirección puente. No le gustaba ni un pelo, lo que le había dicho del mismo, pero si era la mejor opción debían atravesarlo.

- Cuando digáis no ponemos en camino, si no mal recuerdo estamos persiguiendo a alguien, y ya hemos perdido mucho tiempo en el Nodo....

- Yo tengo mis propios trucos, señor. Si se los contara ya no podría protegerme ante desconocidos como ustedes, no se ofenda. Aun así, son mis trucos personales para mantenerme a salvo, no podrían emularlos. Si quieren mi consejo, eviten conflictos innecesarios, hablen a la gente con respeto y mantengan un perfil lo más bajo posible. - dijo el druegar.

¿Pasar desapercibidos? Hm, eso no será fácil...

Gerald echó un vistazo al pintoresco grupo que formaban y en seguida se dio cuenta de que iban a llamar la atención, y bastante.

Quizás deberíamos pensar en disfrazarnos un poco -dijo, dando una vuelta al carro de Brurhwol.- Cambiar ligeramente nuestro aspecto... o disimularlo un poco.

Al fin se decidió por una capa de color pardo, que al menos serviría para cubrir un poco su armadura pesada. Le pasó unas monedas al enano y se la anudó al cuello.

Gracias por todos sus consejos. Veremos si podemos dar con las personas que buscamos sin meternos en demasiados problemas.

Aquello, bien lo sabía Gerald, era harto improbable, pero cosas más raras se habían visto. 

El mago estaba hecho un lío. ¿Perseguían a una mujer encapuchada?, pues con esa descripción iba a ser difícil encontrarla, sobre todo si se quitaba la capucha… Y ¿por cierto no perseguíamos a toda una banda de seres malvados?, pensó para sí mismo, mientras se pasaba la mano por la ya no tan limpia calva.

-La verdad es que dinero no tengo, maese Coalhauler, se lo doné todo a un hospicio para huerfanitos,…¿ o me lo gaste en bebida?, lo único que recuerdo es un gran dolor de cabeza. En cualquier caso, ¿Cómo es que los Drows no han vuelto a reclamar su ciudad, es curioso, no?

Durante un segundo se perdió en sus cavilaciones. Cuando volvió en sí mismo añadió. Hay algún sitio que nos recomiende para pasar la noche, o la oscuridad, o el apagado de luces o como se llame aquí.? Y donde podamos adquirir algún conocimiento adicional sobre tan pintoresca ciudad y la gente que la habita, claro.

- Si quereis encontrar a alguien o señas de la ciudad, hablad con Es Sarch. Podreis encontrarle en la Posada Dripstone en la Calle de los cinco Ahorcados, a tres manzanas al norte de la entrada más al sur de la ciudad de Pedestal. Sabe todo sobre la ciudad, todo, pero seguro que os pedirá algo a a cambio de la información. - contestó al mago.

A Jack no se le ocurría nada más que preguntar al buen enano de tez oscura. Así que, una vez guardadas sus nuevas adquisiciones, estaba listo para continuar el viaje.

Tomó nota mental sobre el tal Sarch, siempre venía bien tener un contacto, y esperó que en realidad no lo fuesen a necesitar.

Mientras esperaba a que el resto terminara miró nervioso al puente. Lo cierto es que lo que había dicho Brurhwol le había dejado un poco, más bien un mucho, intranquilo.

¿Los kuotoas qué tipo de criaturas son? Supongo que respiraran agua si viven en el mar ese. Pero espero que no tengan nada especial como lanzar rayos, o cosas parecidas.