Partida Rol por web

- Entendido, Señor. - Asintió, ya en pie y tras haber comprobado cada rincón. - Soy su sombra. - No le apodaban sombra por nada, aunque podía ser mucho mejor que eso y apoyarle en todo momento, el sigilo podía no considerarse una de sus facetas más conocidas, su arma decía mucho de él, pero caminaba despacio, despegando con suavidad la suela de de las botas de aquel suelo de aspecto encerado. El rojo también podía significar calor, podía tratarse de una sala de calderas.

  Reflexivo sabía que el silencio era algo prudente, aún así, no veía mal en advertir al capitán.

- Hay casos conocidos en insectos como las arañas en los que antes de alimentarse conservan a su presa viva dentro de un capuyo, en un estado de éstasis inducido por alguna toxina natural o veneno, así mantienen todos sus nutrientes en mejores condiciones durante más tiempo. La otra posibilidad...es que sean crisálidas... - Musitó en completo silencio, con el arma por delante, avanzando con seguridad.

  Aquello era una pesadilla, como estar en una jodida película de terror, ni cien años de entrenamiento en la Tierra podrían entrenar a alguien para soportar una situación así, afortunadamente, Hammer no era un hombre que se dejase llevar por sus instintos más básicos, y mucho menos con el temor, era un soldado valiente, y no pensaba dar marcha atrás, saldrían de allí, y todo aquello quedaría en una graciosa anécdota...

  Ahora...hay trabajo que hacer. Adelante.

 Era hora de mantener la boca cerrada y explorar el perímetro.

Coges un bloc de notas y te das prisa en apuntar lo que ves. El texto tarda mucho más que la imagen en borrarse, lo que te permite copiarlo de forma más o menos exacta. La doctora ha tomado fotos, pero aún así, tu tomas tus notas. Examinas las runas. Ciertamente, es una lengua extraña, pero no mucho más que cualquier otra lengua muerta con la que te hayas topado, tu y muchos antes que tu. De hecho, es casi somo un código muy parecido a las lenguas europeas del norte, como el danés, el finés o el noruego. Únicamente necesitas descifrar algunos pocos símbolos para empezar a traducir. 

Estaba totalmente centrada en aquel trasto y con un juego de herramientras bastante básico pude trastear lo suficiente para averiguar alguna cosa. Murmuraba cosas mientras trabajaba y no levantaba la cabeza de aquel trasto, incluso me puse las gafas para no perderme ningún detalle, ya que por fin parecía que había encontrado algo útil.

Con unas pinzas, levanté algo oscuro que me había parecido encontrar en una de las " grietas " sobre el metal y cuanto menos me sorprendí. Era una uña o un fragmento de ella y contenía sangre, así que miré de reojo al cadáver, llegando a la conclusión de que lo que fuera que se había ensañado con aquel cuerpo, hizo otro tanto con la sonda.

Con mi mano izquierda, que era tan diestra como mi derecha, saqué una pequeña bolsa para muestras y metí allí la uña. Quizás tendría ocasión de poder analizarlo en algún momento o si lográbamos volver.. No lo sabía, pero debía guardarla ya que así decía muy poco pero podría decir muchísimo.

- McGraw - dije separándome unos instantes de la MALP, más bien separando mi cabeza de allí. - Tengo una buena noticia y una mala noticia. - Una vez tuve su atención captada me dispuse hablar.

- He encontrado los restos de una uña de lo que parece una garra entre el metal de la sonda, conmtenía sangre y es de aspecto quitinoso, es decir, me imagino que alguna especie de insecto con unas garras lo suficientemente fuertes para hacerle esto al metal. - Acompañé mis palabras gráficamente con uno de los fragmentos de la MALP más dañados con aquellas garras. - Tiene también algo de sangre.. - dije señalando al cadáver. - No conozco ningún insecto que tenga la sangre roja, a menos que no sea uno que se alimente de ella que a veces puede ser que parezca que sangra rojo, pero apostaría que la sangre no es del insecto sino de aquel..

Unos instantes mirando al cadáver me dieron tiempo a ordenar mis siguientes ideas y exponerlas de forma de que todo el mundo pudiera entenderlas sin complicación.

- He conseguido recuperar la cámara de la MALP, y si en algún momento podemos parar tranquilamente unos instantes, puedo intentar configurarla. Esta cámara tiene varios tipos de visión, así que sería cómodo a la hora de poder localizar a seres invisibles..

El capitán escuchó a la doctora, serio. Miró la MALP, luego a ella. Al cabo, intercambió una mirada cómplice con el sargento Hammer. Era algo muy parecido a lo que le había dicho en privado.

-La sangre que allí hay es de tono negro. El cuerpo del humano que allí está tendido tiene una especie de tela de araña alrededor, y está a una temperatura de 29 grados. Al parecer, encerró algo en esa cámara, o intentó entrar en ella con una tarjeta de acceso antes de que la enfermedad, virus o lo que demonios tenga le poseyera completamente.

Miró a Hammer y luego a ella.

-El sargento tiene la teoría de que la infección provoca una especie de crisálida. Lo que concuerda con sus averiguaciones, la temperatura del cuerpo y la MALP destrozada. Ese sujeto se convertirá posiblemente en una criatura. Una metamorfósis, ya me entiende. Quizá esa sea la causa de la desaparición de esta civilización.

Pensó acerca de sus propias palabras. Y volvió a mirar hacia el cuerpo.

-Ya que lo digo. Debería usted examinarlo. Quizá es una de las cosas más importantes con las que tengamos que lidiar en este planeta, y si el proceso no es reversible, más vale que vayamos eliminando a estas crisálidas a medida que nos las encontremos, para evitar tener que enfrentarnos con esos insectos o lo que demonio sean.

Miró luego a Rosetti.

-Doctor. ¿Ha averiguado algo sobre el holograma?

Antes de levantarme del suelo ante las palabras de McGraw eché una mirada a Hammer por encima de las gafas y luego casi riéndome, aunque la situación no era como para ello hice un gesto de negación con la cabeza. Había supuesto que estos militares serían tan inteligentes como una lechuga, quizás incluso algo menos, pero el hecho de estar equivocada me hizo gracia y a la vez sentí alivio, aunque esperaba que a parte de pensar también supieran disparar.. eso seguramente me aliviaría aún más..

Me levanté y guardé la cámara de la MALP, ya que luego tendría que echar un vistazo para ver si la reconfiguraba, cosa que no estaba claro si iba a poder hacer, pero que al menos lo intentaría. También había quitado la batería, ya que como no pudiéramos salir de aquí pronto seguramente tendríamos que necesitarla para algo y como siempre decía mi madre: " mujer precavida vale por dos ".

Me dirigí hacia donde estaba el cuerpo, para echar un vistazo a lo que los hombres estaban comentando, ya que habían despertado toda mi curiosidad y normalmente, resultaba algo insaciable.

- ¿ Una enfermedad o virus que tenga que recombine el ADN de una persona para convertirse en un insecto? ¿ Y si la criatura no era una persona y ya era un híbrido desde que nació?

Ya estaba teorizando de nuevo una y otra vez, menos mal, que había comprobado que era mejor hacerlo en silencio ya que a alguno de los presentes parecía molestarle que lo hiciera en alto.

Entre mis cosas, busqué unos guantes de látex, no quería tocar esa sangre ya que no conocía si en realidad era una enfermedad ni cómo se transmitía, aunque por nuestro bien tan sólo esperaba que si existía, no fuera de transmisión aérea.

- Bien, veamos el cuerpo y las telas de araña.. - dije sin demorarme demasiado para ver qué podía descubrir.

-Algunos insectos tienen la capacidad de cambiar su temperatura para no ser detectados o todo lo contrario

Sus palabras fueron un debil susurro, el pensamiento le vino a la cabeza de algun capitulo esporadico de algun documental que habia visto por la poca televisión que habia visto. Pasandose una mano por la nariz a modo de suficiencia volvio a acercarse a donde estaban todos.

-Sea lo que sea lo que haya pasado aquí, no creo que sea nada bueno…nop. Ademas si hubiera sido algún virus, algo infeccioso ¿no lo hubiera detectado la sonda? No, aquí hay algo que de momento se nos escapa de las manos

Parecia que la mera idea de cazar algo peligroso acrecentaba la ambición del soldado, pero al menos sabía cual era su puesto

-Pero claro eso es lo que piensa un simple soldado. –tendran miedo de lo que haya por aquí?

-¿Cual es el siguiente paso Capitán? ¿Mantenemos posiciones mientras los doctores terminan de examinar?

Armado de su anotador y de las fotos que había tomado la doctora Liisa Parker, Dante se aboca pura y exlcusivamente a la tarea de traducir esas suerte de "pseudo runas" (aún no se la había ocurrido un nombre mejor y "Runas Rosetti" era muy autoreferente).

Completamente ajeno a los demás la conversación de estos es una suerte de pure sonoro que el apenas distingue, que apenas registra. Tan concentrado esta en esas runas que todo lo demás esta como borroneado.

De a poco empieza a emerger un patrón sintáctico en esa escritura el cual le parece muy claro, hasta clarísimo, obvio y pedestre. Ya esta a punto de avisarle a los otros a viva voz que había logrado resolver ese enígma cuando el patrón vuelve a volverse confuso, oscuro e inefable.

- Esto va a tardar mas de lo que esperaba - dice para si, sintiendose entre furioso y frustrado.

Por orden del capitán, la doctora se acerca, y examina la supuesta crisálida. Se agacha, aún con las gafas puestas, y con los guantes de látex, junto al cuerpo. Con cuidado, le da la vuelta, haciendo que las telarañas se desenganchen del suelo poco a poco, hasta tumbarlo boca arriba. Es entonces cuando todos podéis confirmar la hipótesis del sargento Hammer. El oficial abre los ojos y mira a la doctora. Su mano le coge una de las solapas del uniforme, y trata de hablar, pero no llega a tiempo. 

Desde el interior, el hombre estalla, y de sus entrañas surgen al menos diez insectos, del tamaño de vuestra cabeza. Con ocho ojos y una boca parecida a la de las arañas, con alas de libélula, cuerpo de mosca y cola de escorpión, exoesqueleto y con un peligroso aguijón, bien visible. Nada más salir del cuerpo, una de esas cosas se agarra, con sus patas en forma de ventosa, a la cabeza de la doctora y le clava su aguijón en el pecho. Los demás salen volando, directos hacia vosotros. 

Como un perfectamente coordinado grupo de ataque, los insectos se lanzan a por vosotros. Tres de ellos pasan volando, y el capitán McGraw debe tirarse al suelo para evitar a los tres insectos. Pero, no puede esquivar a un cuarto que se le engancha en la espalda. Otro de los insectos se lanza directo al sargento Hammer, que prepara la ametralladora. Antes de darle tiempo a reaccionar, se le engancha en el pecho, y le mira, directo a los ojos. El último vuela, rozando al doctor Rosetti para engancharse en la pierna del sargento Smith. 

Sin dar tiempo a reaccionar a los militares, los insectos clavan sus aguijones, liberando el veneno que llevan en ellos. Si eso es lo que mató a ese pueblo, sin duda ahora está dentro de vuestra sangre... 

-¡Joder! -alcanzó a decir.

Iba a tirar una granada al cuerpo, pero todo fue demasiado rápido. Los bichos volaron y él terminó por los suelos, sintiendo un picotazo en la espalda. ¿La había cagado en su primera misión? Era muy posible. Ahora quizá estarían infectados por esa enfermedad que había matado al tipo-incubadora. Hurra...

Cuando sintió el picotazo, rodó sobre si mismo intentando alejar a la criatura, y luego dispararle para ahuyentarla.

   Una lucha de miradas, completamente quieto Hammer se quedó más inmovil que un cadaver, almenos más que cualquier cadaver de los de aquel jodido planeta, aquellos ojos...aquel exoesqueleto azulado, se podría decir que incluso brillante podría resultar hipnótico. Las alas, detenidas, los segundos se hicieron eternos, sin embargo, aunque su cerebro había dado la orden, sus músculos apenas se movían. Vio su rostro, algo desencajado por la desagradable sorpresa reflejado allí, y comprendió que la habían cagado...

  Como si la realidad volviese a la normalidad, todo se aceleró un millón de veces, al punto de que Hammer estuvo a punto de marearse, algo hizo que hacerlo fuese más que dificil, cuando quiso mover las manos el aguijón se clavó en su pecho....

  - ¡AaaAAaaAHHhHRRg! ¡MALDITO HIJO DE PUTA!

 Trataría de echar a un lado al bicho, y sobreponerse, el dolor era punzante y casi siente como le parte el esternón, un chasquido metálico anunciaría lo inevitable, la ametralladora en alto, necesitaban algo más que cobertura. Evitó llevarse las manos al pecho, apretó la mandibula, sus dientes chascaron, su ceño fruncido se debatía entre la furia y el dolor, pero no era suficiente para detenerlo.

  Apoyaría al grupo ejerciendo de cobertura, y de paso intentaría borrar del mapa alguno de aquellos malditos bichos. Hasta que el capitán no lo dijese, de allí no se movía nadie.

Me acerqué al cuerpo con la única intención de acercarme al cadáver y poder examinarlo o más bien al supuesto cadáver, ya que no me dio tiempo ni siquiera a soltar un grito cuando se movió y me agarró. Me estaba mirando mientras mi corazón casi se me salía del pecho por la impresión..

Lo demás me quedó todo demasiado borrroso. Tan sólo me dio tiempo a cubrirme la cara con las manos mientras escuchaba el aleteo de insectos a mi alrededor. - ¿ Pero qué demonios pasa?

Aún así esto no terminó allí ya que noté un fuerte pinchazo, me habían picado y eso, eso no era nada bueno, aunque tampoco alcancé a decir nada más, ya que me quedé inmóvil en el sitio, pensando que ahora el problema se habría incrementado sin poder saber lo que esto nos acarrearía.

No, no estaba preparada para esto ni mucho menos, y me quedé temblando, agarrando con una mano la zona en la que me habían picado mientras mi mirada aún seguía fija en los ojos del cuerpo que tenía frente a mí.

Smith se quedó pasmado como aquello estallaba como si de una piñata con regalos dentro fuera. Un ronquido sordo se quedó en su garganta mientras con  determinacion mientras aguantaba aquel pinchazo en la pierna intentaba aplastar a aquel insecto que estaba prendido a su pierna con la otra, dejando un segundos escasamente la bota encima de aquella criatura

-Joder ...  malditos bichos de mierda

Su mirada encolerizada se dirigio primero a la doctora por el poco tacto y posteriormente a la bolsa de regalos que habia sido aquel cadaver. Si hubiera sido otra persona hubiera sentido miedo, quizas dolor, pero aquello solo era una pequeña pulsacion en su pierna

El capitán rueda sobre el suelo, aplastando con su propio peso al insecto. No lo mata, pero lo aturde, y es entonces cuando el veterano SEAL desenfunda su pistola y dispara, matando a aquella criatura, que se desengancha y cae, como si fuera una fruta madura. Por su parte, el sargento Hammer le pega un manotazo en la cabeza, o lo que parece la cabeza, aturdiéndolo, que no matándolo. Aunque permanece enganchado, saca el aguijón. El sargento Smith aplasta al insecto que se agarra a su pierna contra el suelo, con un sonoro crujido, convirtiéndolo en una masa informe de entrañas, restos del caparazón y una sangre de color negruzco. 

La doctora Parker, por su parte, aunque no es capaz de arrancarse aquella cosa de la cara, empieza a golpear, cada vez con más fuerza, el caparazón del insecto, hasta que uno de los golpes acierta en una parte blanda, haciendo que la criatura saque el aguijón. Chilla, como una rata, y vuelve a alzar la cola, para volver a clavar el aguijón, esta vez con más fuerza, y más profundo. El doctor Rosetti, aún con las notas en su mano, se queda paralizado, sin acabar de saber que hacer. Aquello no lo esperaba. 

La nube de insectos cambia de táctica, como si se hubieran dado cuenta de algo. Sobre el techo de cristal del edificio, una auténtica nube de aquellos mismos bichos pasan volando por encima. A lo lejos, algo ruge. Y sea lo que sea, está dentro del edificio. Y cerca. 

Smith restrego una sola vez el pie contra el suelo para intentar quitar aquel rezume de sangre y restos de caparazones, ni siquiera miró al suelo para ver el resultado, la verdad era que fuera lo que fuera que le habi inyectado haria que pagaran el doble del dolor que le habian provocado.

Mirando hacia arriba Smith comprobó que aquella nube de insectos se movía en equilibrio, como una colmena que sabia lo que tenia que hacer, pero el tambien sabía lo que tenia que hacer y con una sonrisa calzó su hombro con su arma encajando perfectamente como una pareja perfecta que bailara al son.

Apretando el gatillo dejó que unas cuantas balas salieran raudas hacia sus objetivos pero quedandose con resto del cargador para lo siguiente ya que aquel sonido sobrenatural no era del todo bueno y deberia de tener cuidado con lo siguiente que ocurriera

-Dentro de poco os dare uso ... pequeñas granaditas

La rafaga habia salido y como siempre que se metiera en una pelea el tiempo pareció detenerse esperando ver la resolucion de su punteria aunque estando tan juntos aquellos insectos tenia casi la certeza de acertar a alguno como minimo.