Partida Rol por web

Club House, Lake Atwood

11 de Septiembre, 2001 - 01:14 am

Impotente. Fragmentado. Perdido. Darryl dejó atrás la moto de Christopher y se encaminó al último lugar donde desearía estar en aquel momento. En realidad, no existía un lugar sobre la faz de la tierra que fuese a apaciguar el huracán de sentimientos que anudaban su pecho. No había persona que pudiese comprender el dolor que suponía verse desterrado y completamente partido por las dos únicas cosas que había amado en aquella vida: Raven y su Club. Y ambos le habían fallado. Ambos le habían dado la espalda y apuñalado, retorciendo la hoja todavía clavada en su carne. Entonces, ¿por qué seguía amándolos con aquella intensidad?

La única respuesta que recibió fue le viento cortante de la noche y la inmensidad de la carretera que se extendía como infinita bajo las ruedas de su leal compañera. Eso era lo único que le quedaba sin tocar, la única amiga que soportaba su dolor y su miseria, que le acompañaba a donde la carretera quisiera llevarles, siempre firme, siempre segura, siempre rugiendo tan alto como él. Su moto y la carretera, los únicos que jamás le defraudarían.

Cuando Darryl llegó a Lake Atwood el Club todavía estaba abierto. Las luces frontales estaban dadas, aunque la gente entendía que eran asuntos del Club, no que el bar estuviese abierto. Los Prospects abrieron la verja y entonces pudo vislumbrar cuatro figuras junto al aparcamiento que se volvieron hacia él. Eran Maxwell, Dimitri, Mark, y Laura, todos ellos expectantes por su regreso. La última se quedó en su posición, pero el resto se acercaron a él con rapidez mientras aparcaba la moto. Notaron la ausencia de Christopher de inmediato.

-¡Joder! ¿Por qué no contestas al teléfono? -inquirió 'Doggy', todavía con el teléfono en la mano.

-¿Y Chrisopher? ¿Qué ha pasado?

En momentos como aquel entendía perfectamente la decisión que había tomado el día que su relación con Raven se hizo pedazos. También impotente, también fragmentado y también perdido, Darryl Emerson se había lanzado a la carretera, buscando que todo el dolor descendiera mientras ascendía el cuentakilómetros de la moto.

De alguna manera así había sido y el tiempo que pasó lejos de todo aquello, pasando de puntillas por el mundo de la noche, trabajando junto a vampiros, trabajando contra vampiros, siempre buscando un trago de vitae que le mantuviera en aquel camino que había elegido cuando rechazó la oferta de Raven de huir tras lo ocurrido en la licorería.

Y había vuelto únicamente para que el destino volviera a darle un derechazo que no le tumbó por poco. Ahora volvía a sentirse igual que aquel día, pero volver a huir no era una opción: si todo seguía adelante sin su intervención, todo lo que significaba algo para el ghoul ardería y nada ya tendría razón de ser.

Bajó de la moto como un alma en pena, sintiendo como el cortante aire había templado su ánimo, pero ver a sus tres hermanos ahí plantados reavivó su ira, aunque se contuvo por la presencia de Laura y de los Prospects.

- Aquí no. - y no le importó estar frente a tres cargos del club que serían superiores a él aunque fuera Member: el tono de Darryl no admitía réplica - Tengo que hablar con vosotros tres. ¿Cómo está Junior?

Dirigendo la mirada a su hija, Darryl relajó el gesto un tanto, pidiendo en su fuero interno que el viejo hubiese mejorado en el tiempo que había estado fuera.

Aunque su tono intentó sonar menos crudo, algo en él hizo que todos los presentes se inquietaran y Darryl pudo percibir su reacción. ¿Sería la sangre? No solía ocurrir mucho pero a veces le daba extraños efectos que no solo actuaban sobre él.

-Vivo. -Aquello pareció ser toda su respuesta, pero tras una pausa demasiado larga añadió-: Todavía no se ha despertado del todo. Ha abierto los ojos balbuceando, pero no estaba aquí. Se recuperará bien.

Mark miraba a la puerta como si esperase algo más. Pero ese algo nunca llegó a aparecer. Cejijunto y con la mandíbula en tensión, clavó los ojos en Darryl ignorante de todo cuanto había ocurrido.

-Pues a la sala de reuniones. Vamos.

- Espero que tengamos buenas noticias pronto sobre él. - el motero torció el gesto, resoplando por la nariz - No estaría de más una alegría entre tanta mierda. -

No tenía mucho más que decirle a Laura, así que se giró para echar a andar en camino a la sala de reuniones. El Club, de repente, se le antojaba mucho más lejano e impersonal que nunca. Por si fuera poco no podía quitarse todos aquellos pensamientos de la cabeza y quizás exceptuando a Doggy, veía a sus otros dos hermanos casi como extraños. Dimitri era familia de los lobos y Mark también, aunque fuese por mediación de Sarah.

Una vez allí Darryl dejó caer un poco los hombros debido a toda la presión que sentía, así que buscó una de las sillas: la misma que había usado cuando se votó qué hacer respecto a su parche. Desde aquel puesto miró a sus compañeros.

- Tienen a Chris. Fuimos al local donde íbamos a encontrar a Anthony Ogden, y como pensábamos que era un vampiro él se quedó fuera para que no se pusiera a la defensiva y aceptase hablar conmigo. - sus ojos ahora se clavaron directamente en Mark - Anthony Ogden lleva muerto ya un mes y no sólo era un vampiro, si no que era el jodido Príncipe de los vampiros en Arizona. El mandamás de todos ellos. ¿Sabías eso, Mark? -

El silencio y los gestos de extrañeza llegaron por igual. Mark, sin embargo, le miraba directamente desafiante. Tardó en despegar los labios, y lo hizo en un tono moderado y sibilino que debía habérsele pegado de Sarah.

-¿Estás insinuando algo? Lo que tengas que decir, dilo a la cara.

-Eh, eh... Relajémonos un poco, por favor -intervino Maxwell extendiendo los brazos, que las veía venir de lejos.

-Mark, ya vale. Darryl no te está acusando... ¿verdad?

- No, no le estoy acusando, le he hecho una pregunta que no me ha respondido. Pero te lo diré de otra manera, Doggy. Hace un mes que el Príncipe de Arizona murió a manos de la manada con ayuda del Club. ¿Quién estuvo implicado, Mark? ¿Sabes algo al respecto? Por favor te lo pido: no me mientas. Por culpa de eso casi palma el viejo y han secuestrado a Chris... así que no quiero ni un puto rodeo. - su mano estaba crispada y aunque en muchas otras situaciones sentía que Mark era capaz de imponerse sobre él necesitaba tanto saber 'la verdad' del Club que poco le importaban una reprimenda o unos puñetazos

El puñetazo que cayó sobre la mesa hizo que esta crujiese estridentemente.

-¡Me cago en tus muertos, Darryl! No. Tengo. Puta. Implicación. Con. Los. Lobos. ¡NO! No sabía que el pavo ese estaba muerto y este Club, por mis cojones que no ha estado envuelto en su muerte. ¿Qué tengo que hacer para probar mi lealtad? ¿Quieres que me corte las venas? ¿Tienen que agujerearme el estómago como a Walter? Porque si eso es lo que tengo que hacer LO HARÉ. Porque este es MI CLUB. Esta es MI FAMILIA. Y moriría antes que traiconar a los Brothers of Mayhem. -Mark resoplaba como un toro bravo, y el enrojecimiento de su rostro se notaba incluso bajo la barba-. ¿Te ha quedado claro?

Por unos instantes Darryl se convirtió en Raven Parr y la pura rabia de Mark se encontraron con un muro de piedra que no se terminaba de creer aquellas palabras. - Pues la manada se lo ha montado lo suficientemente bien como para la culpa caiga sobre el Club, mister President. - espetó casi de forma acusadora para relajar un poco el tono después - La heredera de Ogden contrató a los Burning Tires para que os jodieran la vida como venganza y lo que recibió fue su ghoul descuartizado en una caja. Si tampoco tuvisteis nada que ver en eso podéis agradecerles a los perros el gran favor que os han hecho: ahora una horda de chupasangres viene de camino para matarnos a todos, lobos incluídos. -

El puño del ghoul se cerró y dió un golpetazo contra la mesa de reuniones. - Ahora espera a que lleguen y diles que no tienes ninguna implicación con los lobos, Mark. Quizás sea cierto, pero cuando estén aquí te abrirán en canal antes de que tengas la oportunidad de demostrarlo. Así que Dimitri, o tú mismo, ya estáis tardando en exigirles una explicación porque han colocado la jodida espada de Damocles sobre nuestras cabezas. - apenas podía contener el temblor de sus brazos

-¿Qué? No, no, no, no. Eso no puede ser. Yo hablé con Merten. ¿Un tipo descuartizado? No entiendo nada.

'Doggy' estaba ojiplático y parecía contagiado por el temblor que atacaba a Darryl. Se veía superado por la situación, como todos.

-¿Una... horda? ¿Van a traer una horda? Pero no podemos pelear contra eso. Hay que hablar con Sarah y que nos ayuden, joder. Que arreglen esta situación. ¿No podríamos reunirlos? No sé, hacer algo por dios. Mark, hay que hacer algo.

Pero Mark no parecía estar allí, y eso era más aterrador que sus arranques iracundos: cuando no le quedaba energía ni para protestar, es que tiraba la toalla. El color pareció huir de él llevándose su espíritu, y sus ojos seguían mirando a Darryl sin estar allí. Parecía querer decir algo, pero las palabras sencillamente no eran suficientes

- Parece que va a venir una agrupación de vampiros llamada 'la Hermandad'. No sé qué cojones son, ni cuántos, pero por lo que me ha dicho la heredera de Ogden... los suficientes como para hacer arder Arizona. -

Los músculos de Darryl fueron perdiendo su tensión poco a poco y el ghoul se levantó, cruzándose de brazos para mirar al President. - Por favor, Mark. Si sabes algo más al respecto, debes decírmelo. Merten, Sarah y el resto deben explicarnos cómo pudieron acabar con un vampiro tan poderoso como Ogden, descubrir al verdadero responsable de todo esto para limpiar la imagen del club. - ahora sus ojos fueron hasta Doggy, que quizás sería el que mejor iba a asimilar lo que iba a decir - Os seré claro: conocía a la heredera de Ogden, pero no tenía ni puta idea de que era ella hasta que la vi hace una hora. Se ha llevado a Chris por todo lo ocurrido, pero me ha prometido que le soltará si soluciono ésto... y eso implica entregarles al culpable. Él o el club. -

Todas las miradas se centraron en Mark, expectantes, rezando por que sus siguientes palabras mágicamente  le diesen sentido a todo aquello y pusiese punto y final a aquella terrible pesadilla. Y Mark quería poder dárselo, pero solo fue capaz de decir.

-Pero... es que no tengo nada más. Sabíamos que tenían problemas territoriales y... nos dijeron que le habían tocado los cojones a un tal Ogden. Pero nunca... mencionaron nada más.

Asintiendo una única vez el ghoul se acercó a Mark para poner su mano en el hombro de éste. - Vale. Por mucho que no me guste, mañana tendré que hablar con la manada. No sé cómo voy a hacerlo sin Chris... pero no queda otra. Tenemos un marrón bien gordo entre manos, pero podemos salir de ésta. Todo, cualquier detalle que creáis que puede tener algo que ver con ésto contádmelo lo antes posible. -

- Me gustaría ir a ver a Walter un momento antes de irme a descansar. Y vosotros deberíais intentar dormir también: si no estamos al 100% para lo que tenga que venir... estaremos más jodidos. -

Hubo un silencio prolongado antes de que Mark asintiese y se levantase pesadamente poniendo su mano sobre la de Darryl.

-Oye... Gracias.

Podría haber dicho más palabras, más discursos, más sentimiento. Pero el President del Club era un hombre sencillo e impulsivo, y cuando sentía algo normalmente lo decía sin rodeos, y así fue. Resopló pesadamente antes de caminar junto a él para ir a ver a Walter. Necesitaban a aquel viejo más que nunca. 'Doggy' se ofreció para guardar guardia con los Prospect y, por la seguridad de todos, lo mejor sería que se quedasen allí.

En silenciosa procesión abandonaron la sala de reuniones. Laura y Oscar estaban fuera, en los sofás, y les miraron para darse cuenta al instante de que las cosas no iban nada bien. El Club disgregado, partido y roto, y con el espíritu machacado a golpe. Al menos al entrar en la habitación donde descansaba Walter pudieron ver que tenía mejor aspecto. Seguía siendo imponente la imagen del viejo cadavérico sobre la cama, con un gotero enganchado y haciendo esfuerzos por respirar, pero seguía vivo y sabían que se agarraría a la vida con todo lo que tuviese. El viejo no les iba a dejar tirados.

Darryl tenía miedo. Era duro como una piedra y tenía el orgullo de un viejo, pero la idea de tener que enfrentarse a la manada él solo le daba miedo. Los vampiros eran algo bien distinto: podían hacer mil maquinaciones para destruirte, pero la mayoría estaba dispuesto a escuchar lo que tenías que decir aunque sólo fuese por curiosidad. Como al sultán Shahriar en las Mil y una Noches, alguien con ingenio suficiente podía mantener entretenido a un vampiro hasta conseguir su propósito, pero los hombres lobo eran criaturas mucho más directas que prácticamente escapaban a su comprensión.

Deseaba que Walter despertara pero no sabía cómo de útil podía ser eso para su misión, pero deseaba que despertara para tener una preocupación menos en su cabeza. Al menos, aunque lentamente, el viejo parecía mejorar. No necesitaba mucho más y se giró para salir de la sala, dándole una conciliadora palmada a Mark en la espalda mientras le dejaba a solas con el vicepresident.

Al salir de la habitación, Laura aguardaba de pie apoyada contra la pared. Se había cambiado de muda, pero seguía teniendo tan mal aspecto como el resto. No era para menos, su padre había estado a punto de pasar al otro barrio hacía menos de veinticuatro horas.

Se incorporó e hizo un gesto hacia Darryl.

-¿Tienes un momento? Sé que estáis cansados pero... me gustaría saber que está pasando o si tengo que preocuparme. Mark chilla muy alto. Y no me mientas, no soy una cría ni una de vuestras chicas.

Se esmeraba en recordarles lo que era o dejaba de ser, pero lo cierto es que las chicas del club eran un ver, oír y callar, mientras que Laura no se las guardaba. Darryl podía sentir que les guardaba un rencor que probablemente nunca se terminaría de borrar, pero era algo natural que siempre pasaba cuando la familia no estaba involucrada con el MC.

- Sí para ti. - le dijo a Laura con un asentimiento. Le habría dicho que 'para mañana' prácticamente a cualquiera, pero se sentía responsable en parte por lo de Walter y creía que era lo mínimo que podía hacer por ella. Además, a diferencia de otros en el club le gustaban las mujeres como ella, sin pelos en la lengua y decididas a dar la nota en un mundo que le pesara a quien le pesara no estaba hecho todavía para las mujeres - Vamos a sentarnos, por favor, no creo que vaya a aguantar mucho más rato en pie. -

Porque ahora tenía la sensación de que todo su cuerpo pesaba varios kilos más tras pasar toda la adrenalina del momento.

- Me gustaría decirte más cosas, pero ojalá yo mismo tuviese más información. Pero no debes decir que sabes nada de esto, porque podrían utilizarlo para hacerte daño y no quiero joder más a tu familia, ¿me oyes? - le dijo con cierto tono amenazador, pero se estaba preocupando por ella - Sarah, la novia de Mark, está metida en unos asuntos turbios con algunos de sus compañeros. Parece que se cargaron a Anthony Ogden, una especie de mafiosillo bastante poderoso que lleva un tiempo peleando por todos estos terrenos. Eso encendió la mecha y la hija de Ogden ahora está removiendo cielo y tierra porque cree que el Club ayudó a Sarah y los suyos a cargarse a su padre. Si no encontramos al verdadero culpable del asesinato de Ogden el Club estará en un grave aprieto... -

Dejó unos cuantos segundos para que Laura asimilara toda la información. Desde un punto de vista más frío... debería entender a Raven. Si alguien asesinara a su padre de repente y tuviese la capacidad de vengarse, es bastante probable que hiciera lo mismo.

Laura sugirió el comedor, donde Darryl pudo desplomarse y sentir cómo las fuerzas abandonaban su cuerpo a una velocidad demasiado rápida. La muchacha escuchó con suma atención, y el motero pudo observar cómo su rostro se iba descomponiendo a cada nuevo dato. Al acabar, la mujer se llevó la mano a la boca lentamente, un gesto que quedó a caballo entre el horror y la asimilación de las nuevas.

-¿La mafia? ¿Y crees que alguien del Club está verdaderamente implicado en eso? -susurró, inclinándose hacia él.