Partida Rol por web

Sois herejes. Condenados por el Dios-Emperador por vuestros crímenes y sentenciados a encarcelamiento, tortura y finalmente la muerte por la Inquisición. Aunque vuestros crímenes son variados, compartís un destino similar, habiendo sido perseguidos y capturados por agentes del Imperio y encarcelados a bordo del Cadenas del Juicio, una barcaza prisión en ruta hacia los mundos centrales del sector Calixis y su capital Escintila, en donde os esperan las mazmorras del Tricorne. Comocorresponde a vuestra naturaleza como criminales peligrosos, fuisteis colocados en estasis, mantenidos en un estado de limbo para aguantar el viaje, sin poder para cambiar vuestro destino.

Ahora os habéis despertado, las débiles luces de la cripta de estasis os saludan según salís a trompicones de vuestro ataúd. Extrañamente, sin embargo, no hay guardias lascivos o tropas armadas esperando con los grilletes preparados. Mirando alrededor veis a otros como vosotros saliendo de sus propios ataúdes. También advertís que las paredes están cargadas de polvo y tiempo.

No podéis dejar de pensar; ¿cuánto tiempo habéis dormido? Y ¿Qué ha pasado durante ese tiempo?

La sala en la que estáis tiene forma circular, con una docena de ataúdes de estasis alineados en las paredes. La sala es de techo bajo e iluminada sólo por dos parpadeantes globos de luz de emergencia. Aparte de los ataúdes, hay una columna cogitador en el centro. También hay una única compuerta cerrada en la pared de la cripta, con la leyenda "Cripta de Estasis XX" sobre ella.

Bizzzzz. Estado de éxtasis cancelado. Razón desconocida. Recabar información y valorar alternativas.

Las cuencas oculares del tecnohereje le permitieron observar una sala dañada por el paso del tiempo y el abandono. La ausencia de guardias le sorprendió más aún que su repentina libertad. Forzó las extremidades de su cuerpo para acostumbrarlas al movimiento. Tenía en mente una huida de aquella nave prisión.

Hubbbbbbb. Fallo de seguridad en la cámara de extasis XX. Uiiiiiiiiigggg. Comprobación de respuesta nerviosa.

Hephastius utilizó su nodo condensador de lumen para golpear el suelo. El ruido producido le confirmó que se hallaba operativo y los perros de la Inquisición no se lo habían extirpado. Casi sintió deseos de agradecérselo. Era una ocasión perfecta de huir. Sus probabilidades habían aumentado.

Ayudándose con las extremidades logró salir de la vaina y dar unos pocos pasos santes de que le flaqueran las extremidades. Su conocimiento médico le indicaba que un masaje de las piernas les haría reaccionar a los estímulos cerebrales con mayor eficacia. Fue al hacerlo cuando se dio cuenta de que no era el único que había sido liberado.

No estaba solo.

Babaroth se estiró en silencio mientras sus ojos entrecerrados observaban la sala, los otros prisioneros y la placa que informaba cual era la sala de estasis. Sabía que alguno de aquellos peleles estaría preguntándose lo típico... ¿cuanto tiempo? ¿ qué habrá pasado? eso a Babaroth, hijo de Angron, elegido por Khorne le importaba poco menos que la existencia de la humanidad, Babaroth solo pensaba en a quien mataría y cuando.

Golpeó con fuerza la pared más próxima con un potente rugido propio de un astartes y empezó a moverse de manera extraña, los ojos se le inyectaron en sangre, parecía estar a punto de entrar en furia asesina después de tanto tiempo sin sentir los cadáveres de sus enemigos masacrados bajo sus botas - ¡UUUUUUUUUUARGH! - vociferó con fuerza cogiendo una amplía caja de almacenaje y la lanzó hacía la otra punta de la sala, de momento nadie le había provocado por ello no se la tiró a nadie, solo hacía la sala que lo mantenía encerrado... al final se quedó jadeante, espumarajos ácidos fluían entre sus afilados dientes, tenía los hombros caídos en una pose peligrosa y miraba de manera torva a los demás... de vez en cuando gruñía, aún parecía estar dominado por su ira interna

     La consciencia de Asrodel estaba adormecida, en la nada. De repente una chispa... un pequeño estímulo. Sus párpados se abrieron lentamente pero tardaron un tiempo en captar nada. Primero fue una indefinida claridad, luego fueron sombras, luego formas cada vez mas definidas. La percepción de cuanto le rodeaba se abrió paso en su mente y con ella los primeros pensamientos conscientes en quien sabe cuanto tiempo. ¿No estaba muerto? Captó un latido. No lo estaba. Sus dos corazones pulsaban ritmicamente como un tambor lejano. Un tambor que cantaba loas al Caos.

     Su metabolismo desperezaba rápido sus músculos y sentidos. Con cada bombeo hacía su trabajo para devolverle a su estado de plena actividad. El cuerpo de un astartes estaba preparado para trances así y el suyo además estaba tocado por el poder de la disformidad. ¿Porqué estaba vivo? ¿Porqué estaba libre? ¿Porqué no había guardias armados en aquel lugar? ¿Acaso era algún tipo de treta? No. Era otra cosa. Aun no sabía el qué. Con un paso corto abandonó la capsula de estásis. Pensó que alguien había cometido un grave error. Y sonrió.

Ciro soñaba…

La lucha que había unido a su escuadra en aquella vorágine de terror y odiseas para sus Amos Oscuros… La Misión, un éxito a pesar de las bajas y de su captura… Su sacrificio por un bien mayor…

Sus ojos relampaguearon al abrirse cuando sintió algo extraño. No estaba dormido, no había paz, no había caos. Algo había echo que sus sentidos largo tiempo dormidos se desperezaran en forma de estimulo y alegría…

Cuanto tiempo había permanecido así, va que mas daba, era de nuevo libre y podía regresar con los suyos y recibir el elogio que merecía su actuación, pero bueno… Mirando a su alrededor, tal vez llevara algún trofeo adicional…

Las sensaciones, los sonidos, los latidos y ante todo el aroma del lugar donde estaba decía claramente que no había llegado al lugar donde se le repartiría una nueva sesión de preguntas. Sonriendo miro a su alrededor mientras andaba recobrando el riego sanguíneo por sus extremidades. Se notaba vivo y eso quería decir que los Amos Oscuros le habían sonreído una vez más.

La sensación se torno en extraña, pues a su alrededor había mas gente, según su aspecto, un par mas de hermanos traidores y eso… vaya un Tecno hereje. Aquello era extraño pero tal vez divertido.

- Vaya, Loados sean los Amos Oscuros, vosotros también habéis despertado de una siesta tan agradable como la mía. – comento el Legionario mientras los miraba y trataba de identificarlos; Al menos uno de ellos parecía servir a Khorne, o eso o su despertar era bastante malo, pensó mientras sonreía.

Kastala fue la última en despertar del estasis y su mente era un caos.

La captura, el encierro y ahora... el despertar rodeada de extraños... tres gigantes, uno de ellos con ojos inyectados en sangre, parece loco, algo dentro de mí me dice que es peligroso, muy peligroso ¿quién no lo es?. El restante exhibe partes mecánicas en abundancia, ¿un sacerdote de la Máquina o algo parecido? Todos parecen imponentes, peligrosos, a su lado lado soy poca cosa, tal vez puedan ayudarme ¿a escapar? ¿Donde estoy? Esa es una buena pregunta...

- ¿Dónde estamos? - preguntó con una voz temblorosa, todavía sufría los efectos del estasis, su cuerpo, al fin y al cabo, era "simplemente" humano - ¿Qué ha pasado? - continuó mientras salia con dificultad de su encierro.

Tras las comprobaciones de los sistemas del tecnohereje, el ataque de ira del berserker gigante, y las preguntas e interrogaciones de los demás, la sala se sumió en un profundo silencio que solo se veía interrumpido por los chasquidos que se producían al pisar el suelo metálico, castigado tras tiempo de no ser usado.

Aunque apenas habían pasado minutos desde vuestro despertar, seguían sin acudir guardias ni nada por el estilo por las puertas de la sala. Las luces parpadean intermitentemente dejandoos segundos al amparo de la oscuridad mientras la electricidad intenta volver a pasar por sus desgastados sistemas, y la pantalla del cogitador de la columna produce también constantes parpadeos, intentando solicitando la atención de los que deberían estar manejandola.

En poco tiempo, las cosas han cambiado mucho. Estáis despiertos, recien salidos de las vainas, rodeados de gente que no conocéis y en un panorama que no esperabais.

¿Que os deparan los Dioses del Caos para el futuro?

Pasaban los minutos y no aparecía nadie. Tampoco parecia que nadie supiese nada. Esto es muy extraño, no creo que se hayan olvidado de nosotros. Tal vez ha pasado algo serio, no es normal que esta sala esté cubierta de polvo, no la recuerdo precisamente así. Imágenes de su encierro acudieron a su mente. El dolor recorrió su cuerpo como un recuerdo del pasado.

Kastala continuaba abotargada pero poco a poco iba recuperando el completo control de su cuerpo. Con precaución, se acercó a las puertas de la sala y trató de escuchar algo al otro lado mientras comprobaba si estaban cerradas.

     El Destinado da un par de vueltas por la sala para desentumecer los músculos e intentar hacerse una idea de lo que ha podido pasar. La nave parece tener problemas... piensa mirando el parpadeo incesante de los globos lumínicos. O quizás haya sido atacada... concluye para si mismo. Se fija en que la fragil mujer está revisando la puerta, pero él está mas interesado ahora mismo en averiguar que demonios ocurre. Camina hasta la columna cogitadora para estudiarla con ojo crítico. Lo que ve no le dice nada. - Tu. Dice al fin señalando al individuo de las prótesis augméticas. - Eres alguna clase de adepto mecánico. No queda muy claro si es una pregunta o una afirmación. - Seguro que puedes explicarnos lo que dice éste aparato. Una vez mas no queda claro si es una pregunta, una afirmación o una petición, pero se queda mirando al supuesto adepto con cara seria y los brazos cruzados.

El tecnosacerdote se aproximó al cogitador y posó sus manos sobre él, implorando su ayuda para comprender los misterios de lo sucedido en la nave. Cuando ya estaba allí pensó, demasiado tarde, que se había mostrado muy servicial con la petición de aquel humano modificado.

Soizzzzzz. Bippp. Respuesta positiva del cogitador. Nivel de seguridad mínima. Recavando información. Cracracracra

No podía dejar de mirar al astarte y preguntarse sobre el valioso conocimiento de los implantes que tenía. Jugueteó con la idea de hacerle pruebas y extirparle alguno de ellos.

Hubbbbbbb. Se prevé reacción violenta a la petición. Gzzz.

Babaroth se empezó a mover de un extremo a otro de la sala recorriendola como si fuera una animal enjaulado... el astartes tenía en tensión cada fibra muscular de su cuerpo y se notaba demasiado... los músculos hinchados, cargados de adrenalina y testosterona parecían que fueran a estallar de un momento a otro, pero aquel paseo extraño que se daba lo estaba relajando poco a poco, recobrando el control de su psique y de sus actos... ya no veía todo rojo, empezaba a captar los colores, los matices y aunque su visión mejorada le ayudaba a ver bien en la penumbra, empezó a notar la falta de luz.

Se golpeó el pecho con fuerza provocando un sonido sordo y poderoso - Babaroth - su voz era dura, demasiado dura para los oídos mortales, cada silaba que pronunciaba era como si se escuchara el entrechocar de dos hachas sierra, filo dentado contra filo dentado - Hijo de Angron, fiel servidor de Khorne, constructor del trono de cráneos... elegido por los dioses hace siglos - gruñó con fuerza - presentaos, vamos - no había cortesía en sus palabras, era tan violento que hasta sus palabras resultaban peligrosas

Sois herejes. Condenados por el Dios-Emperador por vuestros crímenes y sentenciados a encarcelamiento, tortura y finalmente la muerte por la Inquisición. Aunque vuestros crímenes son variados, compartís un destino similar, habiendo sido perseguidos y capturados por agentes del Imperio y encarcelados a bordo del Cadenas del Juicio, una barcaza prisión en ruta hacia los mundos centrales del sector Calixis y su capital Escintila, en donde os esperan las mazmorras del Tricorne. Comocorresponde a vuestra naturaleza como criminales peligrosos, fuisteis colocados en estasis, mantenidos en un estado de limbo para aguantar el viaje, sin poder para cambiar vuestro destino.

Ahora os habéis despertado, las débiles luces de la cripta de estasis os saludan según salís a trompicones de vuestro ataúd. Extrañamente, sin embargo, no hay guardias lascivos o tropas armadas esperando con los grilletes preparados. Mirando alrededor veis a otros como vosotros saliendo de sus propios ataúdes. También advertís que las paredes están cargadas de polvo y tiempo.

No podéis dejar de pensar; ¿cuánto tiempo habéis dormido? Y ¿Qué ha pasado durante ese tiempo?

Otro de los ataúdes de la sala, que permanecía cerrado, se abre con un ruido sordo, revelando en su interior a una humana bastante atractiva que acaba de despertar de su sueño de estasis, al igual que vosotros hacía unos minutos.

¿Seguiría habiendo gente sumida en letargo o aquella humana era la última?

Observo la sala. ¿Dónde estaba? No recordaba nada. ¿Quizá una reacción secundaria por el tiempo bajo extasis?

¿Quienes eran esos?

Mi marcada inclinación al caos era más que clara por las cicatrices rituales en mi piel. Símbolos del Caos, al cual no adoraba pero sí utilizaba para acabar con el Imperio del Hombre.

Observo atentamente a los presentes por si ellos pudieran pertenecer a la Inquisición o por el contrario, ser más a fines a mi.

¿Estamos atrapados? pregunto saliendo del ataud.

Se acercó hacía la recién despertada con paso firme y violento. El astartes se puso cerca de ella y la miró con expresión divertida, como si le pareciera gracioso - Tú - otra vez aquella voz tan dura que se asemejaba a dos armas sierra entrechocando en un duelo eterno y a muerte - Estamos aquí de excursión, es que no lo ves JA JA JA JA - se rió pausadamente, para muchos le podría parecer hasta gracioso el modo en el que se ríe, pero mejor no hacerlo - ¿Quién eres? - le preguntó al fin

Ciro observa a los presentes, algunos comienzan a toquitear las cosas mientras una cámara mas se activa y libera al ocupante, mirando hacia esta piensa en la preciosidad que surge de la misma. Sus marcas son claramente distinguibles, parecía que había una colección muy particular en aquel lugar.

Mientras miraba hacia esta no puede evitar sonreír al oír la voz del Siervo de Khorne, tal vez un Devorador de Mundos, al otro Astartes aun no era capaz de identificarlo, un Tecno hereje, una seguidora del Caos y tal vez… mientras de reojo observaba a la joven que permanecía junto a la puerta de salida de la sala tampoco la identificaba.

Luego recordó algunas cosas, acercándose al Elegido de Khorne, - Se me había olvidado, soy Ciro, Elegido por mis Amos Oscuros. – comenta mientras mira a Nina. – Tu debes de ser la respuesta a mis días de soledad, estas… - Sin terminar la frase se queda mirando al resto de presentes. Sabia que no era muy normal, pero al menos daría que hablar al resto. – ¿Que pasa, no puedo hacerle un cumplido a la Señorita? - Y miro al Tecno Hereje, - ¿Tenemos respuestas de eso de ahí, Chispitas?

Tal cual la mujer pelirroja se acerca a la compuerta, los sensores de esta parecen intentar reaccionar. Tras una serie de chirridos, intenta abrirse bruscamente pero quedan bloqueadas con un sonido seco dejando apenas unos centimetros de abertura entre el suelo y esta. Solo un humano relativamente pequeño, y con dificultades, conseguiría pasar a través de esta abertura. Para un individuo tan grande como un marine no hay espacio suficiente.

Además, cuando el tecnohereje comienza a toquetear el cogitador localizado en la columna, este no tarda en reaccionar ante su presencia comenzando a vomitar información.

¡APARTA! - barbotó a quien estuviera en su camino directo hacía la puerta. Sin esperar respuesta alguna de nadie o advertencia de cualquier patético humano presa del pánico, Babaroth metió sus fuertes manos por el hueco abierto y empezó a hacer fuerza - mmmmmmmmmmmmmmpffff - empezó aquel cántico brutal mientras cada músculo de su cuerpo se iba tensando más y más hasta que al final gritó después de haber concentrado toda su fuerza en sus poderosos brazos - ¡UAAAAAAAAAAAH!

La primera entrada en la lista de memoria del cogitador, indica vuestros nombres y los datos de cuando fuisteis encerrados. Una anotación indica que ibais a ser llevados a la Instalación Obsidiana Magna para recabar información y una ejecución sumaria. Una segunda anotación indica que ciertos objetos en vuestro poder en el momento de la captura se mantienen en el "Laboratorium de Investigación V".

Tras esto, siguen tres meses de actualizaciones de estado semanales regulares e idénticas de vuestros ataúdes, interrumpidos por este mensaje: "Alarmas activadas en el recinto prisión principal. Levantamiento general de prisioneros en vigor. Protocolos de bloqueo de emergencia activos. Sellando la Puerta Sanctum entre los compartimientos prisión y las cubiertas superiores. Sellando las criptas de estasis I-XX en la cubiera médica 3. Cubiertas médicas cambiando a generadores terciarios de energía de plasma."

"Protocolos de bloqueo en vigor, levantamiento pendiente de resolución."

"En espera... espera... espera..."

Hephastius se desplaza a través de las actualizaciones y ambos os dais cuenta rápidamente mediante las marcas de fecha que continúan durante dosciendos años. Habéis estado encerrados en estos ataúdes de estasis por más de dos siglos. Con tiempo, el tecnohereje llega al mensaje final en la memoria del cogitador.

"Generación de energía de reserva por debajo del 5 por ciento. Incapaz de mantener las operaciones en las criptas de estasis. Incapaz de mantener los protocolos de bloqueo. Iniciando protocolos de terminación en los ocupantes de las criptas de estasis."

"Protocolos de terminación de cripta estasis XX anulados. Protocolos de terminación de estasis I-XIX activos."

"Operaciones de cripas de estasis cambiando a modo espera de emergencia. Ataúdes de estasis desactivándose. Protocolos de bloqueo inactivos."

Tras las listas de actualizaciones, el cogitador ofrece la posibilidad de descargar un terminal remoto al cogitador central debido a el modo de espera de emergencia que está en vigor. Espera la confirmación del que controla el dispositivo.

La compuerta no tardaró en ceder ante la increible fuerza del Marine. La potencia muscular de este las abrió de par en par, destrozando las estructuras que sostenían el control de la abertura y cierre de las mismas.

Probablemente no podrían volver a cerrarse nunca.

La compuerta abierta daba camino a un corredor circular bastante oscuro, debido a los fallos de energía que atosigaban la cubierta médica.