Partida Rol por web

Kissia se sumergió un momento recorriendo la pequeña zona arenosa y después subió al arrecife, principalmente por ver mejor los alrededores. Con su pica enganchó otro cangrejo y lo dejó en su caja.

- No va mal la recolecta.

Ya había llenado su caja pero era cuestión de seguir llenando las de los demás.

Animada por la salida al mar comenzó a entonar una cancioncilla alegre queriendo amenizar el rato.

Ah, qué belleza de arrecifes! Contempladlos, son los esbeltos dedos de mi diosa que vienen a acariciarnos, jajaja! Ramah parece eufórico, y tras unas cuantas brazadas más, coge aire y se sumerge a capturar el primero de los cangrejos.
 

Aliena se toma un respiro en su nadar, cuando ve un cangrejo cerca suyo. Con un ágil movimiento se sumerge y nada hasta su objetivo para cazarlo y ponerlo en la cesta.

Viendo lo mal que le estaba resultando mantenerse a flote, Jask hizo acopio de fuerzas y puso todo su empeño en llegar a la zona del arrecife, donde no corría peligro de hundirse y de paso pisar algo bajo sus pies.

Poco a poco vais llenando las cajas, aunque parece que Kissia es a la que mejor se le da el asunto. Mientras pescais empezais a notar un movimiento raro junto a la roca en la que os encontráis. De golpe aparecen dos garracifes bajo las aguas y con sus enormes pinzas suben hacia la superficie para darse una comilona con vuestros restos.

Aliena esta contenta con el cangrejo que ha pescado seguro que osolechuza se pone contento cuando se lo lleve, Sin embargo sus pensamientos se ven interrumpidos por una criatura que se le hecha encima.

Por suerte tiene tiempo de sacar su recien recuperada espada corta y atacar a la criatura

Esos garracifes parecían grandes cangrejos y según tenía entendido esos brazos tenían mucha carne y era sabrosa. Recordaba alguna historia de taberna relacionada con eso.

- Estas cosas agarran y debilitan. Tened cuidado.

Como si hiciera falta decirlo. Los crustáceos habían llegado de repente pero gracias a su lanza la félido tenía un buen alcance. La orientó hacia el que se encontraba al sur y trató de clavarla con fuerza buscando un hueco en su armadura natural. Si lograban vencer rápido a ese, entonces serían cuatro contra el del norte.

Aunque el ataque de Aliena distrajo y cabreó a uno de los animales, ambos atacaron.

Jask sufrió un corte en el tobillo, que el grosor de la bota impidió que pasara a mayores. Pero Aliena, con el brazo extendido por la estocada, no tuvo tanta suerte. El garracife cerró su garra sobre el brazo de la muchacha y la arrastro junto a él mientras inyectaba veneno por la herida producida.

La pica de abordaje atraviesa al garracife mientras huía con su víctima a través de su cráneo. En un primer momento parece que no va a moverse más. Pero en ese instante un último aliento vital le permite lanzar un último ataque con sus pinzas, queriendo morir matando.

Aunque la pirata consigue esquivar la primera garra, la segunda pinza vuelve a atraparle, inyectándole aún más veneno. Tras clavar su garra en la carne de la pirata, la aberración pierde sus últimas fuerzas por las heridas sufridas y su cuerpo se hunde en las poco profundas aguas del arrecife.

Gracias al cielo tenía los pies sobre algo firme y sólido. De otra manera, el espadachín no habría tenido tanta suerte contra aquellas criaturas. De improviso se vieron atacados por dos de aquellas criaturas, similares a cangrejos, aunque algo más grandes y agresivos. Sintió la herida en la pierna de las pinzas de uno de esos seres. Acto seguido, Jask apuntó con su estoque, realizando una posición de ataque, muchos años atrás repetida y entrenada hasta la saciedad. Al momento, vió el hueco, como una abertura en un combate de esgrima, y aprovechó para tratar de dar un tremendo golpe con su estoque a la peligrosa criatura del arrecife.

Jask trata de devolver el golpe al garracife que le había herido, pero la furia de su ataque impidió conectar, pues el agua bajo la que estaba sumergido la aberración dificultaba impactar en él.

El brazo le dolía horrorosamente. El garracife le había herido y notaba como sus venas ardían. Lastimosamente Aliena se acercó hasta el arrecife. Al menos en tierra firme estaba más segura.

El bicho todavía no habia desistido de su empeño. Quizás Jask había esquivado la presa de su garra la primera vez, pero aún así lo intento de nuevo tras moverse a una posición mas ventajosa. Aún así el hábil espadachín no tuvo mayor problema y esquivó sin demasiado esfuerzo las acometidas de la bestia marina.

La félido estaba ya sobre uno de los arrecifes y eso le permitía luchar con facilidad, sin embargo, no dejaban de ser resbaladizos y costaba mantener el equilibrio. Se apartó ligeramente para tener hueco donde insertar la lanza, pero el crustáceo se escabulló y fue imposible dañarle.

- Bicho escurridizo.

Dijo esperando que entre todos pudieran acabar con él antes de que envenenara a alguien más.

Por el amor de...! Garracifes! No hay un día tranquilo en alta mar. Así es el servicio a Besmara, uno debe estar en constante alerta.

Chapoteando lo más aprisa que puede, Ramah se acerca al arrecife, donde intentará ponerse en pie fuera del agua.

Aquella criatura similar a una langosta gigante había tratado,otra vez de herir a Jask. Viendo que no les dejarían tranquilos, volvió a intentar acertarle con su estoque. Primero bajó al nivel de las aguas poco profundas, para a continuación tratar de ensartarlo con su arma, aunque, de momento, el agua jugaba a favor de esos seres.

Pese al dolor que le producen las heridas causadas por los Garracifes, Aliena se acerca hasta el crustaceo aun vivo y le ataca con su espada corta

Malditas gambas!