Partida Rol por web

No quitaba ojo al nazi sobre el que estaba sentada y su sonrisa no desaparecía ni un instante, pero por el rabillo controlaba las reacciones de los demás y eran de que no aceptaban la actitud del hombre con ella.

El hombre responde bien a sus insinuaciones, entreabre los labios y se aproxima más a los de él pero no le besa, solo hace como si fuera a besarle..y habla.

- Me interesaría mucho.. ¿qué debo hacer..?

Cuando el hombre de metal mencionó la época de la que procedía Claude abrió los ojos impresionado. Era increíble que en un lugar como ese pudieran reunirse civilizaciones de tan dispares épocas y lugares... era como un breve resumen de toda la historia de la humanidad (y e algunos otros seres cuya procedencia era más que cuestionable). "Podría viajar al futuro, ser testigo de los avances científicos y tecnológicos... o presenciar los acontecimientos históricos del pasado, cambiar el rumbo de la historia", pensó despertando en si una vorágine de sensaciones.

-Me alegra oir eso...-dijo con una sonrisa-bien, verá, en este lugar se lo menciona como un gran guardaespaldas... y esa es precisamente la función que esperaba de usted. Necesitaría que nos acompañase  mí y a la señorita...

Claude señaló sin ningún disimulo hacia la mujer que estaba sentada a la mesa con el antiguo grupo asociado al señor Wright.

-... a llevar a cabo dicha incursión a bordo de un barco y que se encargase de que nadie interfiriera-explicó-la época de la que provengo es muy anterior a la suya, por lo que opino que no debería resultarle para nada problemático. Un trabajo sencillo, simple, breve...

Mirage se giró en el taburete y, volviendo a colocarse el sombrero, enarboló el bastón plateado y señaló con él al grupo de la mesa, aún sonriente (aunque esta era ahora una sonrisa más torcida).

-Aunque, me temo, sus antiguos asociados no estarán satisfechos con su decision...-dijo Claude sin apartar la mirada de los hombres grises-pero creo que no sería correcto marcharse sin que se despidiera...

Aquella era una oportunidad de oro. Había estado vigilando de reooj al grupo durante su conversación con el grandullón y estos no parecían muy amistosos. No esperaba de ellos otra reacción que no fuese la violencia al descubrir que sus planes se habían visto truncados, de modo que tanto el señor Wright como la señorita Lian podrían demostrar de lo que eran capaces de hacer en un conflicto.

-Si le parece bien su labor comienza ahora, señor Wright...-dijo Claude en tono amable, al tiempo que se levantaba del taburete y se encaminaba hacia la salida, acompañando sus pasos con el baston y con el libro maldito bajo el otro brazo-hagame el favor de decirle a la señorita Lian que es hora de partir y, si a bien tiene, avise a sus antiguos socios de que se ha declinado por una mejor oferta...

John escuchó a su nuevo valedor con atención.

-Entiendo...pero antes de que lo haga, debe saber que trabajan para Kroenen, es un tipo bastante peligroso al que no hay que cabrear, pero si esas son sus ordenes, me da igual sacudir a quien sea en la epoca que sea.

Advirtió, colocando su mano metálica en el hombro de Claude. Al éste marcharse, John bebió toda la copa de un trago y se puso en pie.

Se acercó a Lian, que tonteaba con el alemán y le ofreció su mano humana.

-El señor Mirage le espera fuera.

El alemán miró a John.

-¿El señiorr Mirage? ¿Que coñio dices, Wrright? ¡Nadie engaña a los nuestros!

El alemán apartó a Lian y se puso en pie, el resto lo imitaron, con las pistolas en la mano. El alemán de la CSS golpeó con un puñetazo la cara de Wright, éste ladeó la cara lentamente para mirar al que acababa de golpearle con mala cara.

Llama la atención de la demonia el que parece ser su nuevo compañero. Le mira e iba a ponerse en pie, cuando el alemán se cabrea y la quita de encima de ella, parece que las cosas van a ponerse feas..

Claude se dirigió con paso firme y calmado hacia la salida del establecimiento. Quería situarse en un lugar lo suficientemente alejado del conflicto como para poder apreciar las dotes combativas de sus dos nuevos socios. Confiaba sinceramente en que superasen a los viejos Tommas y Bob. El bruto e inocente de Tom, con su corpulencia y fuerza, aunque dudaba que superase al puño de metal del señor Wright, y el algo más espabilado Bob, aunque a buen seguro infinitamente más estúpido que la persuasiva señorita Lian... Este sí parecía un grupo decente y estaba dispuesto a comprobarlo.

Para cuando hubo alcanzado la doble puerta de vaiven ya había comenzado el intercambio de golpes. Por su acaso a alguien se le ocurría la genialidad de ponerse a disparar, Claude salió del local y se aproximó a la ventana más cercana. Desde allí tenía un amplio ángulo desde el que podía ver perfectamente al grupo de la mesa. Para evitar ofrecer un blanco lo suficientemente bueno, se apoyó de costado sobre el muro de madera junto a la ventana con el bastón apoyado a su lado y, con gest delicado, abrió el libro maldito y comenzó a ojear sus milenarias páginas para conocer un poco más sobre las nuevas facultades de las que ahora disponía. Por supuesto, su mirada nunca se apartaba más de lo necesario de la ventana, atento a lo que sucedía con sus dos socios.

Ve como su jefe sale fuera dejándolos en medio de la batalla, él no puede defenderse como lo hace ella y como imagina que el cyborg puede. Pero ahora tienen que salir de alli y a ser posible.. enteros.

Deja al que estaba con ella para el cyborg y sin girarse ve por el rabillo del ojo al que tanto la maldecía, o eso le parecía a ella.., y sin girarse, levanta la pierna hacia atrás dándole un fuerte patada en el pecho para tirarle al suelo.

Lian golpea al primero, al que tenía la pistola en la mano, no lo esperaba, ya que la mujer se ha movido rapido y sin mirarlo. El nazi cae sobre una mesa cercana, tras levantarse unos cm del suelo, el mueble se parte en dos.

Los otros atacan a la mujer, disparando sus armas, pero Lian corre mientras las balas le sobrevuelan y de un salto se esconde tras la barra.

John aprieta el puño metálico visible y lo estampa contra la nariz del nazi. Lo repite una y otra y otra vez hasta que la cara del hombre queda destrozada, el tipo respira, pero esta K.O.

Algunas balas impactan en la espalda de John, sangra, pero parece que ni le duele ni nada, es más, se oye como si chocaran contra algo metalico.

Se esconde tras la barra, pero los que están al otro lado escuchan como se mueven las botellas, y tambien ven como tiemblan. Pero no saben que es lo que hace la mujer. De repente sale de su escondite, con los brazos estirados y las botellas salen de su espalda directa a aquellos que la estaban disparando anteriormente, para romperserles en la cara o en el cuerpo.

La actación de sus nevos socios le estaba resultando realmente un espectáculo digno de admiración. No lo habían defraudado. La contundencia del puño de metal del señor Wright y, sobre todo, su aparente indiferencia a los dosparos enemigos, demostraban su valiosísisima incorporación al grupo (solo esperaba poder ver la cara de los miembros de Scotland Yard y, especialmente, de Harper cuando tuvieran su próximo encuentro). Por su parte, definir aquella celeridad de la señorita Lian como una encomiable cualidad atlética era quedarse demasiado corto... no, aquello era propio de un ser más allá de la comprensión humana... Estaba realmente satisfecho con ambos. Viendo que estos se las apañaban a las mil maravillas, se permitió el lujo de centrar más su atención en el libro, en busca de alguna forma con la que poder expresar sus nuevas... ¿cómo decirlo?, cualidades...

Los dos últimos Nazis caen al suelo, cuando miran horrorizados, como las botellas de Lian se mueven solas e impactan sobre ellos, atravesándolos con los vidrios rotos. Realmente, no tardaron nada en destrozarlos con clara superioridad.

Claude encuentra algunas cosas interesantes, sobretodo como atar demonios ¿demonios? bueno, antes parecían historias de la biblia, pero ahora podía creerselo todo...sobretodo cuando su nuevo "patron" decía ser uno.

Sus ojos vuelven a su estado normal y sale tras la barra de un salto. Se retira los cristales del pelo y de la ropa, viendo que ha sufrido varios cortes por todo el cuerpo y en la cara.

- Ohhh.. mierda.. - dice con fastidio mirándose en un espejo que ha quedado intacto, tiene la mejilla con un rasguño.

Suspira con cara de pena y mira hacia el chico nuevo.

- Bienvenido..  vámonos, aquí ya no hacemos nada - dijo pasando sin tener cuidado de si pisaba a algún nazi o no, parecía no importarle.

A la salida Claude aguardaba a ambos con una amplia sonrisa.

-¡Espléndido!-exclamó alzando ambas manos, una portando el libro y la otra su bastón, gratamente complacido-¡ciertamente me han dejado perplejo!, estoy seguro de que no tendremos ningún problema en nuestro futuro proyecto.

Bajando de nuevo ambas manos se desplazó a un lado unos pasos para dejar salir a sus dos aliados y extendió la mano derecha, con el bastó, para invitarlos a avanzar.

-Lamento las heridas que hayan sufrido...-dijo con tono algo más abatido-si lo ven conveniente podríamos aguardar a que se recobrasen antes de partir... de todas formas, no podremos comenzar hasta que usted no nos indique el camino, señorita Lian...

Mirage guiñó un ojo en gesto de complicidad a la muchacha.

John ayudó a la demonia a bajar y luego la siguió hacia fuera, con sus pasos firmes y decididos. Cuando llegó a la altura de su nuevo socio lo miró. Se sacudió la chaqueta y luego se introdujo desagradablemente los dedos en el hueco de una herida, hizo un gesto de dolor, al parecer, pese a todo, le dolía, pero con frialdad, se sacó el casquillo y lo dejó caer al suelo como si fuera una colilla.

-Yo estoy bien.

Llega hasta donde está Claude acompañada por el nuevo guardaespaldas que tenían, que estaba de buen ver, le gustaba y parecía bastante fuerte, harían juntos un buen equipo.

Sonrió satisfecha a Claude colocando una mano en su cadera, ya le había demostrado cuanto valía y que cuando le asignaron a él sabían que el trabajo iba a salir bien. Pero se fijó en John y le miraba con cara de dolor cuando se hacía eso, y a la vez impresionada.

- Vaaaya.. eso debe doler.. y mucho.. No se preocupe, lo mío son rasguños, solo espero que no dejen cicatriz en este cuerpo.. que me gusta tanto.. ¿Y ahora hacia donde quiere ir?

Miró con una ceja alzada al cyborg cuando se extrajo tan rudamente el metal de la herida pero, pese a su gesto de dolor, no pareció importarle demasiado, así que ello solo sirvió para ensalzar aún más los ánimos del criminal.

-Bueno, mi querida Lian... antes mencionó usted que desde este lugar podríamos viajar a cualquier época y lugar del mundo-dijo Mirage con tono risueño-... si no le importa, quisiera regresar a la noche en la que nos conocimos... exactamente a las once y media de la noche, la hora en la que desaparecimos de ese mundo para adentrarnos en este...

Lian sabe que la cosa no va asi. En el inframundo el tiempo también transcurre, lo que significa que si bien puedes viajar entre epocas, el tiempo será el mismo en el 69 que en el 2059, una vez viajen alli, será exactamente la misma hora que habeis pasado en el inframundo.