Partida Rol por web

Con una leve inclinación, tomé su brazo y nos encaminamos hacia la pista de baile donde la gente empezaba a animarse. La música había cambiado de ritmo y ahora una canción más movida invitaba a los asistentes a desmelenarse. Una nube de vapor salió a nuestro paso y, entre jirones de niebla, comenzamos a bailar tomados de la mano.

- Todo un placer - sonreí encantada  a la par que giraba sobre mi misma y marcaba unos gráciles pasos en medio de la pista. Mi acompañante era buen bailarín y sabía como llevar a una chica. Un paso atrás, y en medio del segundo giro, algo me hizo perder el ritmo. El ruido de cristales y excusas llamó mi atención momentáneamente, antes de volver a mis asuntos - me prometisteis una agradable plática, mi buen Placer, ¿hay alguna duda que inquiete vuestro corazón?

Me gustó la reacción de Disfraz1, y ante su sonrisa se la devolví sonriendo también y acercándome a ella para susurrarle algo al oído por si me dejaba 

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Le susurré para después mirarla e intentar que nuestras manos chocasen con el nuevo ritmo de la música, intenté invitarla para que me acompañase a aquel bals por si me sentía correspondido. Haciendo que nuestras manos se entrelazaran mientras mi otra mano se apoyaba en su espalda dejando que un movimiento rítmico al unísono con la música, dejara que nos moviéramos con pasos laterales continuados y repetitivos. Seguí hablándole

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Dije mientras le hice un gesto para que girara cambiando un poco el movimiento del baile... En cuanto cambió la música hice una inclinación en señal de agradecimiento y cortesía por su gesto y aptitud abierta, para después seguir bailando de una forma más distanciada.

La lleve a la pista para bailar un poco, los movimientos de ambos se hacían notar y de a poco mi mirada se vuelve mas a ella. Observando no solo sus movimientos sino su gracia. Por ahora me gustaba pasar tiempo con ella incluso no teniendo ni idea quien era.

Una copa se rompe y muchas mas voces se escuchan ahí es cuando ella ataca con una pregunta. Muchas veces señora mia el corazon es la materia mas difícil para todos, pero por ahora la unica duda sería si debajo de esta mascara esta alguien que pueda mover mi corazon. Una sonrisa se muestra en mis labios para darle algunas vueltas y atraerla mas a mi. Señora mia digame que le inquieta al de usted?.

Tras romper la copa de la chica desconocida y pedirle disculpas me agacho intentando recoger los cristales que han caido en el suelo para evitar que alguien se haga daño, sin embargo un pequeño empujón en la espalda hace que pierda el equilibrio y acabo apoyando mi mano izquierda sobre uno de los cristales produciéndome una pequeña pero profunda herida que al momento comienza a sangrar...

Ayyyyy!! Mierdaaa....!!!

Me agaché ayudando a Putada a recoger los cristales rotos, creo que he sido el responsable de que se haya cortado, tome una servilleta ya que me desplacé a una de las mesas. ¿Quiere que le acompañe a la enfermería? Me quedaré más tranquilo si le miran el corte. Por lo demás no se preocupe yo recogeré el resto de cristales, lo único que de verdad importa es que ese corte sea solo un rasguño. Después inspeccioné su mano intentando taponar la herida con la servilleta sin usar, hay que dejarla unos minutos para que la misma sangre tapone el corte. Me tomé en serio el incidente vaya baile que se nos presenta verdad parece más una peli de terror, con sangre y cristales desperdigados por la pista en busca de algún incauto que los pise. Le sonrío intentando ser amable y conectar con ella.

Disfrutando tranquilamente de aquella deliciosa bebida, saboreando aquellas burbujas que jugueteaban en sus labios provocandole cosquillas, sonreia desde su provilegiada y reservada posición observando a los presentes.
Realmente disfrutaba la velada, no podia negar que la decoración y la exquisitez de la gala combinaba perfectamente con los toques modernos, las luces o el DJ con los mixs que invitaban a mover el cuerpo incluso a quienes no se habian decidido a lanzarce a la pista de baile, como lo hacia una servidora que seguía el ritmo musical con un lento y sensual vaivén de las caderas.
 No era muy dada a las muchedumbres, acostumbrada a como había pasado su vida entre  cenas y galas finas lo encontraba demasiado abrumador, menos con aquel espectáculo de cristales y gente herida.
Hubiera preferido una fogata en la playa, sin duda la belleza del mar le ganaba en creces a cualquier habitación con decorados artificiales, y aunque al menos intentaba tomar partido en la fiesta a ratos volteaba la cabeza a donde los ventanales y los amplios balcones perdiendo su mirada al exterior.
Otra copa de champán, que la primera ya logrando acalorar su mejillas  la obligaba a mover el pelo despejando sus hombros desnudos, finalmente se decidió dirigiendo sus pasos a uno de los ventanales donde veia en lo alto una preciosa luna llena dejando atrás todo el rollo de los cristales, la música o el resto de los invitados.  
 

No puede evitar darse cuenta de quien había que querían ser el centro de atención, o las que ya la fiesta les parecía aburrida o ya sin sentido.

Ya parecía que era mitad de noche.

Sus pupilas se emocionaron al ver una escena realmente preciosa, casi sobrenatural, como la luz de la luna incidía en aquella mujer, como su pálida luz la inundaba como si fuera una catarata de luz mágica, notaba ese palpito en el corazón que tanto estaba buscando últimamente.

Cada ráfaga de luz lunar que iluminaban cada centímetro de aquella preciosa mujer, resaltando sus rasgos, sus curvas, cuerpo, como se proyectaba esa mágica sombra en el suelo, como parecía que un mismísimo angel le había aparecido delante de sus ojos.

No puede evitar quedarse atónita, al ver aquella imagen. Casi como  si le arrastrara un abismo , como de manera inconsciente, sorprendida, se acercaba lentamente a aquella hermosísima mujer.

Muda al principio se queda mirando a aquella mujer, reacciona.

Se dice que la Luna, cuando baña con su luz a un angel en tierra, este desvela su forma, desatando toda su majestuosidad y hermosura...- dice con una cálida sonrisa y un tono dulce a esa mujer.

Tiene mala pinta, mejor que salgamos fuera a tomar el aire, el aire anda algo viciado y también ando algo mareada, afuera podremos disfrutar mejor de esas magníficas vistas de la Luna... - dice aun con el mismo tono, deseando y pidiendo a todos los cielos, que aceptara.

El hombre que se había acercado a bailar sin decir absolutamente nada decidió que ya era hora de decir algo y se acercó para ponerse a bailar conmigo.

- Bueno, al menos mover un poco el esqueleto...

Acepté el baile y eso que el tío me había parecido algo así como " un sujeto en pruebas " pues la verdad es que había sido como extraño. De todas maneras, ya había podido comprobar que los pocos con los que había hablado en el campamento, incluyéndome a mí, no es que fuéramos del todo " normales ".

- ¿ Lujuria? - Pregunté con voz suave ante aquella afirmación. Desde luego, hubiera esperado cualquier otro nombre, pero eso sonaba realmente bien.

Sabía bailar perfectamente bailes de salón y no sólo, sino que unos cuantos, pero eso era cosa de haber llevado una infancia como la mía.

- ¿ Un estallido de brillantez? Necesito otra copa, a esto sí que no voy a saber que responder.

Desde luego, había conseguido dejarme K.O. con aquellas palabras.

- Gracias. - Respondí pero por decir algo y no parecer la idiota que se había quedado en silencio.

El baile terminó y se alejó a otra cosa, que no tardó en ser la que acababa de tirar el vaso. Me reí sola.

- Parece que lujuria está echando la caña a ver si pesca a alguna.

Decidí que era un buen momento para ir a por otro trago.

Voltea de golpe, sorprendida, algo abrumada ciertamente pero mas que todo confundida. La sedosa y larga cabellera quedo flotando algunos instantes después de su giro, arrullada en la cálida brisa que se colaba por el ventanal, para terminar reposando en el hombro derecho.
Con parsimonia y un leve movimiento de la diestra retiro los bucles, mas aun demoro un poco enredando el indice en algún mechón resistente mientras estudiaba a la mujer frente a si.
-umm.. Si la verdad que el aire se siente enviciado con tanto humo artificial.
Coincidió, titubeando un poco todavía algo perpleja, pero sonrió finalmente. ¿Quien en su santo juicio podía negar que lo que acabara de escuchar, sin duda, competía con los mejores sonetos jamas escritos? ¿Cursi?, tal vez, pero tenia su encanto, después de todo muchos, sino casi todos en aquella fiesta, se cuchicheaban tonterías tratando de estrenar sus mas seductoras frases. 
-¿Acaso es escritora? Me pareció antes que su alusión rivalizaba con los poetas bohemios.
Extendió la diestra haciendo señas al afable mesero de antes, que prontamente llego con una bandeja exhibiendo las tan familiares copas de champan, tomando una la ofreció a la recién llegada.
-Brindemos por la poesía entonces mi secreta amiga. Puedes llamarme Luna. ¿Como debo dirigirme a la poetiza de la noche?
Finalizo al levantar su copa esperando el típico "clin" del sonido de los cristales al chocar. 

Fantasia, una fantasia absorta con su belleza. - sonríe devolviendo el brindis con una sonrisa.

¿ Poeta ?, no , pero si se acerca a cual es mi trabajo, trabajo del que estoy muy orgullosa y al verla, no puedo apenas respirar ante la embriagadez de su hermosura... - toma un poco de champan, acercándose un poco mas a Luna.

Luna.. un precioso nombre... - sonríe nuevemente.

Podemos salir y contemplar la Luna, desde la cubierta del barco, la tranquilidad y la claridad de la Luna, son perfectas y buenas aliadas, para una buena conversación en el que estemos tranquilas, sin la vigía de los demás en la fiesta... - brinda de nuevo con Luna.

Tomé una copa de champán de la bandeja de un camarero que pasaba por ahí y le ofrecí otro a Placer. Mis largas pestañas ocultaron mis ojos en un gesto enigmático y mi mirada se posó por unos segundos en mi copa. La noche invitaba al misterio, las sombras a descubrir qué más secretos ocultaba aquella sala. Con pasos ligeros, casi como volando, rodeé a mi acompañante por detrás, y aproximé a la ventana más cercana para contemplar el cielo nocturno, antes de volver mi mirada hacía él.

- La noche es hermosa, la luna ilumina con brillante luz cuanto toca. Bajo esta máscara no se esconde alguien que pueda emitir una luz comparable esa, es una luz débil e insegura, mas no por ello carece de calidez. Lo único que necesita, es una fuente que la haga fuerte y segura.

No dije nada más, desvelar mis inquietudes y mis secretos no entraban dentro de mis planes para la velada. Una sonrisa triste y misteriosa, que sin embargo no encerraba ninguna inquietud, se mostró en mi tranquilo rostro.

Ibamos a la pista y tome su espalda tambièn mientras me llevaba a una ventana, la luz de la luna golpeaba nuestros cuerpos dejando notar lo hermosa que era y de generar nuestras sombras. Mis ojos se abren al escuchar unas palabras hermosas provenir de sus labios los cuales lleve una mano y lo acerque a ellos.

Mi señora esas palabras, le dire que no esta sola. Mi corazon fue encerrado por una oscuridad que azoto en mi hace un tiempo, creo que puede tener esa luz que necesito para salir. Me movía mirando a la luna y a ella. Me gustaría probar si soy digno de su luz. Acaricio su mejilla muy suavemente como si cada palabra que puede ver en mis ojos es honesta a sus oidos.

Me gustaría saber mas siempre sabiendo mi señora que también comentare de mi. La hago dar una vuelta y la atraigo hacia mi. Digame esta lista para sentir placer esta noche y tan solo moverse conmigo. Intentaba que solo pensara en ese momento, que ahora estamos nosotros y que cada palabra que digamos era para recordar.

Perdido entre sus compañeros, deambulando sin rumbo durante minutos interminables, los pasos de la Sombra terminaron por conducirle irremediablemente a la salida de los salones. La copa se había terminado hacía largo rato y no se había atrevido a pedir más. Lo que al llegar le había resultado novedoso e inquietante ahora simplemente le agobiaba.

Sin volver la cabeza atrás, dejó el salón, su música, sus luces, sus vestidos y sus máscaras y volvió a los pasillos tranquilos y oscuros (demasiado oscuros) del campamento.

El corte no fué demasiado profundo, sin embargo sangraba bastante, uno de los caballeros que estaba bailando se dignó a acercarse a ayudarme mientras que el resto de los asistentes a la fiesta pese a haberse percatado del incidente habían preferido seguir a sus cosas... Eso daba a entender la clase de invitados que había a la fiesta...muchos galanes de boquilla pero tan solo uno realmente se había preocupado de ayudar a una mujer en apuros... ellas igual, más preocupadas de sus imponentes vestidos y de lucirse cual pavos reales...

Decidí que realmente no se me había perdido nada más en esa fiesta y tampoco tenía ganas de estar aguantando una servilleta ensangrentada toda la noche, así que respondí al caballero que me había ayudado:

Estaría encantada de que me acompañaras, no creo que sea nada grave y espero que con un vendaje se solucione pero al menos así tendría a alguien con quien hablar, y si te soy sincera a mi este juego de las máscaras no me acaba de entretener... prefiero hablar con gente normal y no con maniquíes.

Tras escuchar a Putada le dije será un placer acompañarla *sonrisa* soy todo oídos y no hay más placer que escucharla. Quizás mañana todo sea distinto pero hoy es una noche mágica, llena de acontecimientos como los astros que giran a nuestro alrededor, con una cierta parsimonia y a la vez con esperanza de lo que nos preserva la noche. Reitero que es un placer acompañarla y tener una charla a mena que sirva para conocernos mejor. Por cierto me encanta su vestido mi nombre de máscara es lujuria *sonrisa* Le puse el brazo para que ella pudiese meter el suyo y así apoyarse en mí a la vez que le decía señorita... Gesticulando de aquella manera indicando que estaba preparado para acompañarla y salir de la mejor forma de la sala de baile, con grandeza y estilo.

Tras escuchar la respuesta de "lujuria" me giro hacia él... Intento ser educada y amable, pues él lo ha sido conmigo pero sin dejar de mostrarle que ya estoy un poco cansada de las tonterías de las mascaras...

Como sigas hablando así, te mando de vuelta para la fiesta... le amenazé,  pero con una sonrisa que suavizaba mi rapapolvo.  Te he dicho que tengo ganas de hablar con alguien normal, así que te pido por favor que me hables como una persona normal y no como a una cortesana del siglo XVII...

Está bien, veo que prefieres la época actual, yo también *sonrisa* mientras íbamos por el pasillo... creo que por aquí no encontraremos ninguna enfermería a esta hora. Según he leído el agua del mar es buena para los cortes, si te apetece podemos probarlo, la sal tiene fines terapéuticos y de paso podemos darnos un chapuzón. Después me paré mirándola a los ojos, a su nariz a su boca, oliendo el perfume de su cabello que llegaba a mis fosas nasales excitándome y apeteciéndome poseerla.  Me mordí un poco el labio sintiéndome sonrojar también se me bajará el efecto del champan agrego ya que me estaba haciendo un efecto desinhibidor intentando que mis ojos no bajaran a sus curvas, a su pecho a sus piernas...  

El ruido de la música no dejaba escuchar apenas el sonido de la lluvia que había comenzado a caer en el exterior.  Pero pronto se fue haciendo evidente, sobretodo para quienes pisaban los balcones o quienes habian abandonado la fiesta y ya en los pasillos escuchaban ese repiqueteo constante que se habría camino en tejados y cornisas. 

La luz y la música se detuvo un segundo , para continuar como lo hacia hasta ese momento como si esa interrupción en el suministro eléctrico hubiera sido un espejismo.

Un camarero recogió con una pala los restos de la copa rota para que nadie mas se cortara mientras otro servía una nueva ronda para quienes aún quedaban festejando.

La música se detuvo por un momento y un foco alumbró hacía un atril que habían depositado al fondo de la sala donde una mujer de mediana edad, con un vestido de corte masculino con melena rubia platino carraspeaba frente a un micro.

- Ante todo buenas noches y desear que lo esten pasando bien en esta improvisada fiesta de máscaras. Mi nombre es Sara Ponce y soy la nueva Directra del centro como puede que ya algunos ya sepan. Se acomodó apoyando ambas manos sobre la superficie de madera del púlpito.

- Habrán comprobado que tenemos problemillas con la luz, no se preocupen, cosas de la tormenta que tenemos encima. En cuanto esta pase dejará de ser un problema, aunque me temo que puede que tengamos lluvias un par de dias . Una sonrisa se dibujó en el rostro de la Directora. - Bien, no quiero entretenerles mas. Sigan disfrutando de la velada, si alguien tiene dudas o preguntas puede encontrarme en mi despacho.