Partida Rol por web

Aquí se cuentan las aventuras y desventuras de Moonspell cuando no está con su grupo habitual.

Ha anochecido, y el viento aulla cuando se desliza sobre la ventana del motel en el que te encuentras. Has venido a Nueva York atraído por una explosión de energía mística que parecía brotar de la gran manzana, y alquilaste una habitación en el barrio de Queens. La única ventana, con los cristales viejos y amarilleados, ofrece unas vistas un poco tristes de la calle en la que se encuentra el motel, en una zona deprimida y con una valla de obra en la manzana de en frente.

En la habitación hay una televisión vieja de quince pulgadas que ni siquiera te has molestado en encender, (tu sexto sentido te dice que no valdría de nada, está estropeada), una mesilla de noche, y una cama dura sobre la que te encuentras concentrado en la energía anormal que fluye por la ciudad. Has descubierto que este poder mágico está debilitando el velo, la pantalla que mantiene separadas las distintas realidades; y eso podría provocar el paso de criaturas extradimensionales. Dicho paso puede darse de forma fortuíta, pero es difícil: sólo los seres más inofensivos y poco poderosos podrían cruzar de esa manera. Las verdaderas amenazas podrían viajar hasta la realidad sólo con la ayuda de algún tipo de ritual... y lo que te preocupa es que pueda existir alguien capaz de llevarlo a cabo.

Esta energía mística que envuelve la ciudad es totalmente imperceptible para todo el mundo, y sólo los versados en la magia podéis percibirla. Tú llevas un buen rato saboreándola, analizándola, pero no consigues entender su procedencia. ¿Algún tipo de poderoso artefacto?. ¿Un macro-ritual?. ¿Algún fenómeno ambiental?. No consigues averiguarlo.

Si la energía sigue fluyendo, el velo seguirá debilitándose, y finalmente algo peligroso conseguirá cruzar desde otra dimensión: el asunto es urgente. Uno de tus antiguos compañeros de estudios místicos, un europeo llamado Roberto Montero, vive en la ciudad; hace diez años, trabajaste con él para desentrañar los secretos de la clase de mística hermética. Podrías ir a visitarle, y preguntarle sobre el fenómeno. O también podrías intentar poner en alerta a las fuerzas de seguridad, o a algún grupo de héroes. Tú decides, es tu turno ;)

Moonspell levitaba un metro sobre el suelo de la habitación mientras meditaba haciendo la postura de la Flor de Loto tal y como había aprendido. No le preocupaba que alguien lo viera por la ventana o por la puerta pues un conjuro de ilusión engañaría a cualquier persona normal y corriente.

El hechicero se envuelve con la Capa de la Luna y al instante aparece sobrevolando la calle donde vive su colega Roberto Montero. Ninguno de los pocos transeuntes se percatan de su presencia pues Moonspell solo es visto si así lo desea.

Lentamente, levita hacia un callejón resguardado y cuando sabe que nadie está mirando, dos rápidos movimientos de mano y el rubicundo Adam Fredriksson aparece en la calle. El joven mira hacia el edificio donde vive Roberto y se dirige a esa posición...

La noche es cálida, y tras transportarte mágicamente sobre los tejados de un barrio bien situado a las afueras, vuelas en dirección a la casa en la que se hospeda tu viejo amigo, Roberto Montero. Debajo de tí ves varias mansiones con jardines iluminados. Las piscinas brillan con el color azul de los focos subacuáticos, y en una en especial, (la de tu viejo amigo), está teniendo lugar una fiesta.

Puedes ver desde el cielo que hay un montón de coches de lujo en el aparcamiento y en los alrededores ajardinados de la mansión. Los ecos de música salsa inundan el cielo, y la casa solariega es muy amplia, de tres alturas y con el techo de teja. Su planta tiene forma de U; en el interior de esa U hay un jardín espacioso, con una fuente de chorros de colores, y varias puertas de la mansión, (incluída la principal), están abiertas hacia el exterior. Allí, docenas de personas bien vestidas bailan, charlan, y se pasean entre pulcros camareros vestidos de rojo y blanco con bandejas de canapés y copas en sus manos.

Parece que tu viejo amigo vive en una auténtica mansión, y está dando una fiesta nocturna que se encuentra en sus primeros compases. ¿Cómo te presentarás en su casa?. ¿Bajarás flotando entre todos los invitados?. ¿O lo harás de una manera más formal?. Desde tu altura no puedes distinguir si alguno de los hombres trajeados que ves allí abajo es él, ¿te acercarás más?. ¿Preguntarás al servicio por dónde se encuentra?.

Es tu turno ;)

Parece que a unos el saber arcano les da para vivir mejor que a otros. - pienso mientras desciendo lentamente hasta alguna zona del jardin menos frecuentada.

Una vez abajo muevo rápidamente las manos y pronuncio las palabras de un encantamiento menor.

Que la luz de la luna confunda a quienes miren... - al instante un traje de gala sustituye a mi ropa de calle y un pelo corto y acicalado a mi habitual media melena. Un leve aroma de perfume masculino se añade a la ilusión.

Una vez adecentado, elimino el velo de la luna que me protege de la vista de ojos indiscretos, me acerco a la fiesta y cojo una copa de champán del primer camarero que pase a mi lado mientras me centro en encontrar a mi viejo amigo...

Bajas flotando, invisible, y aterrizas en una esquina del recinto para ejecutar tu transformación. Cuando sales a la vista, los demás invitados, todos bien vestidos y arreglados, te acogen como a uno más, e incluso alguno te saluda amistosamente como si ya te conociera de antes.

Empiezas a buscar a tu colega, paseando entre caballeros vestidos pulcramente y damas escotadas, cuando empiezas a notar algo extraño; como si una fuerza mágica, imperceptible para todos los invitados, estuviera inundando el lugar. Aunque es posible que se trate tan sólo de algún tipo de red de seguridad tejida ritualmente por Roberto Montero. Le buscas a través de los invitados, cuando detectas una fuerte magia sobre un mayordomo que te mira a través de la gente que charla y pasea. Es un tipo bajito, calvo y con bigote, y la mirada que te dirige no es, desde luego, amistosa.

Acto seguido, el mayordomo se gira y se adentra en una puerta de madera de una de las alas de la mansión. La música salsa sigue sonando, y algunos invitados comienzan a bailar, despreocupados. Una chica morena de aspecto latino se te acerca sonriendo seductora, y te ofrece una copa de algún tipo de bebida dorada con burbujas. "Champagne rosado en cóctel de gala... es una bebida misteriosa, como tú... ¿de dónde has salido?, no te había visto hasta ahora en la fiesta...", te pregunta.

¿Charlarás con la invitada?. ¿Seguirás al mayordomo "mágico"?. ¿Seguirás buscando a Roberto?. Tú decides ;)

Tengo que librarme de ella. - Pienso mientras veo como el misterioso mayordomo se desliza por la puerta.

Es lo que tienen las bebidas exóticas, que se guardan para el mejor momento... - contesto con una sonrisa.

Lástima para ti que yo prefiera otro tipo de bebidas... Si me disculpas, creo que voy a por algo de picar... - dicho esto la dejo (con un palmo de narices, espero) y voy tras la puerta por la que ha salido el mayordomo.

La joven se queda totalmente cortada con tu contestación, y cuando te marchas no es capaz ni de emitir sonido alguno. Llegas hasta la puerta por la que desapareció el mayordomo; se trata de una puerta de madera, bastante más tosca que las de cristal, que permanecen abiertas a las salas de la mansión.

Cuando la abres, usando tu magia para volverte invisible, descubres unas escaleras estilo rústico, en piedra, que descienden hacia alguna parte iluminadas por antorchas artificiales. Bajas por ellas en guardia, hasta que llegas a una sala en la que el mayordomo está conversando con un hombre moreno, de aspecto atlético y con una elegante camisa de cuello ancho abierta, que deja ver el pecholobo de tu amigo Roberto. Tras ellos hay una puerta de madera, con una mano blanca de gran tamaño pintada sobre ella; la pintura se debió correr cuando se hizo la marca, porque unas líneas en forma de gota bajan hacia el suelo desde la susodicha mano.

Los dos personajes parecen percatarse de tu presencia cuando entras, así que sin duda ambos deben tener algún tipo de percepción mágica. Tu viejo amigo te sonríe abriendo los brazos.

(Sigue...)

"Pero Adam, amigo... deberías haberme avisado de tu llegada a la ciudad", afirma dándote la bienvenida. "¿Qué te parece esta fiestecilla que tenemos montada aquí?. Hay una extraña conjunción de estrellas esta misma noche, y el velo permite nuevas experiencias", dice sonriente.

El mayordomo, tras él, entra a través de la puerta pintada. Mientras, Roberto te señala las escaleras para que vuelvas a subir. "Acompáñame, te enseñaré mi humilde morada", ríe, "No sabes lo que nuestros trucos pueden hacer para la lucrativa industria del famoseo". Luego asiente, "Aunque estoy seguro de que te has dado cuenta de que en realidad sólo es una tapadera. Estoy intentando hacer algo bueno aquí, Adam. Algo que nos ayudará, a todos los que ahora escondemos nuestro arte".

¿Qué harás?. ¿Le acompañarás afuera?. ¿Intentarás seguir al mayordomo?. Tú decides ;)

La verdad es que veo que has sabido montártelo bien desde la última vez que nos vimos. - comento con una sonrisa mientras estrecho la mano de mi viejo compañero.

Mientras lo sigo para que me enseñe la casa, comento

Veo que no te privas de nada. No sé por qué me da que lo que me quieras contar va a ser más que interesante.

Y esperaré a consultarte lo que he venido a saber a un momento más propicio.

Crees haber escuchado rumores acerca del símbolo de la mano blanca: una especie de asociación de magos de algún tipo, pero no consigues dilucidar exactamente de qué se trataba. Sin embargo, mientras precedes a Roberto en las escaleras, éste te explica algunas cosas.

(Sigue...)

"Te has fijado en esa mano, ¿eh?", dice tu viejo amigo. "Verás... lo cierto es que nosotros, los mágicos, nunca hemos salido a la luz. Cuando llegué aquí, a Nueva York, busqué algún tipo de asociación en la ciudad que tuviera algo más de peso que nuestra vieja escuela. Pero nada. Todo lo que encontré fueron esas viejas logias, con esos viejos maestros septuageniarios que conocemos tan bien, ¿eh?", dice riéndose.

"Pues bien... lo cierto es que finalmente ellos me encontraron a mí. La Mano Blanca". Su voz suena con eco en las escaleras, mientras camina hasta la salida. Una vez en el patio, donde la gente baila, charla y pasea, sigue explicándote la situación: "En fin... a pesar de nuestro poder en las artes místicas, lo cierto es que no tenemos poder real en el mundo. Y es un desastre, ya lo puedes ver. Diferentes naciones compitiendo por los recursos: países ricos, que viven en la abundancia, y países pobres, en los que la gente sufre y muere. Pero imagínate si nosotros estuviéramos a cargo. Si entrenásemos a muchos más dotados de los que reciben entrenamiento actualmente. Podríamos cambiarlo todo".

Luego, Roberto observa a la gente del patio ir y venir, con una mueca de disgusto. "Como esta gente. Fíjate. Vanos, orgullosos, viven en la ignorancia social, rodeados de dinero. Por eso los hemos escogido. Siento que hayas tenido que venir precisamente esta noche, ¿sabes?. Tendrás que presenciar algo desagradable. Verás... ahí abajo, al otro lado de la puerta, se lleva a cabo un ritual. Por nuestros intereses. Vamos a traer a uno de nuestros líderes... una criatura extradimensional llamada Morgul. Desgraciadamente, esto requiere vidas... ya sabes como funciona".

El joven te observa un poco apenado, ahora. "He escogido a los más apropiados. Seguramente ya has notado la red mágica que rodea la mansión... es para recolectar sus vidas. Ahora mismo debe estar comenzando a actuar... ¿lo ves?. En unos minutos, Morgul estará con nosotros, y esta escoria de alta sociedad... bueno... no. Espero que lo entiendas. En serio".

(Sigue en el capítulo 2...)

Has vuelto a tu pequeña habitación de motel, después de una noche tremendamente cansada. Ahora tienes un comunicador para reunirte con los tres extraños que estuvieron luchando en la superficie mientras tú te encargabas de frustrar la llegada de Morgul. Levitas, como hace unas cuantas horas, sobre tu cama, cuando oyes una voz en tu cabeza; "No fueron de mucha utilidad, ¿m?".

Tus sentidos mágicos se ponen alerta, y una presencia se hace patente al otro lado de la ventana; una presencia mágica que no sentías desde hace mucho, mucho tiempo. El motel está en un barrio triste y oscuro, y la ventana da a un pobre parque, así que nadie salvo tú se percata de la figura que aparece flotando en la posición del loto en la fría calle.

Decir que es femenina es no hacerle justicia; una mujer de cabello castaño rojizo te lanza una sonrisa torcida y sensual con los brazos cruzados sobre dos enormes senos, apenas contenidos por una pequeña túnica bordada con runas. Se trata de tu primera maestra de Nueva Orleans. Entonces sus rasgos eran algo más oscuros, pero sus formas seguían siendo igual de exageradas: aunque no conoces su edad, sabes que se mantiene joven mediante complicados rituales que celebra cada diez o veinte años. Y de paso, utiliza la magia para resultar más exuberante de lo que cualquier cirugía puede conseguir.

La mujer golpea con sus nudillos el cristal amarillento, y te hace un gesto con la barbilla...

(Sigue...)

"Venga, pequeño... ¿no vas a dejar entrar a mamita Helga?... ahora somos vecinos..." ronronea con su voz grave, "Yo también vivo en la Gran Manzana, ¿mh?, y un pajarito me ha dicho que tú también estás por aquí...".

¿Abrirás la ventana y la invitarás a pasar?. Es tu turno.

¡Como si pudiera impedirte hacer nada...!- contesta Moonspell socarrón.

Tendrás que disculpar la estrechez de la habitación, pero tampoco tengo pensado quedarme mucho tiempo... - comento a la mujer mientras abro la ventana a distancia con un gesto.

Hace muchos años que no ves a Helga, y en ese tiempo no ha cambiado nada; ella fue la que te enseñó tus primeros conjuros. En aquel entonces te parecía inmensamente poderosa, pero tú también has aprendido mucho. Calculas que sus poderes todavía son superiores a los tuyos, pero no debe faltarte mucho para estar a su altura.

La bruja sonríe sensual cuando abres la ventana; flotando, entra al interior de la pequeña habitación, y se posa grácilmente en el suelo, para contonearse hasta la cama, donde se sienta en uno de los bordes, llevándose un dedo a los labios llenos y echándote miradas valorativas.

"Me gusta saber de mis estudiantes, ¿m?. Cómo les va, qué es lo que aprenden, en qué lugares... eh...", mira alrededor y hace una mueca de disgusto, "... viven. Yo tengo un duplex... un ático en el centro. Tiene piscina. Deberías hacerme una visita informal algún día, ¿m?".

Luego se inclina hacia tí, removiendo delante de ella sus imposibles atributos de forma involuntaria. "Un amigo común me ha dicho que les has fastidiado la fiesta. Te has metido con gente muy peligrosa, copito de nieve". Cuando estudiabas con ella, recuerdas que a menudo te llamaba con ese nombre. "Creo que deberías tener cuidado. Deberías tener a alguien con peso en nuestro mundillo de tu parte, ¿no crees?. Alguien... ¿como yo?".

Con algo de torpeza, se levanta de la cama y pasea delante de tí a base de golpes de cadera, pensativa. "Podría protegerte... a tí y a esos que te ayudaron. Ya sabes que soy miembro del cónclave; podría proponeros como Intocables. ¿Qué me dices?. ¿Te interesa?". La mujer sonríe astuta, apoyada en el único viejo mueble de la habitación.