Partida Rol por web

La marcha de Miriam os deja con un sabor agridulce que os hace pensar en esa salsa roja de los chinos que mejor que no se te caiga sobre la ropa, porque no hay quien la quite... Aunque si se trata de eliminar una mancha, la persona ideal para eso sin duda es Asunción. Y no tardáis en verla aparecer en el almacén, con un sobre en una mano y la llave de vuestro escondite en la otra, dispuesta a unirse a vosotros en vuestra tarea de boicot.

Para que podáis hacer vuestra labor os hemos proporcionado un montón de cartas de despido para los trabajadores y órdenes de alejamiento para los clientes. Cada noche podréis elegir echar del supermercado a uno de los personajes. En esta escena podréis poneros de acuerdo y elegir a quién echar cada noche. Debéis darnos un nombre antes de las 22.00h del Domingo. Si no os habéis puesto de acuerdo de forma clara antes de esa hora, tiraremos un dado para ver quién recibe la carta de despido, pudiendo ser uno de vosotros.

Cada noche debéis decirnos cuál de vosotros se encargará de llevar la carta de despido, y cuál se quedará vigilando. Este último deberá tirar 1d20 y sacar 10 o más para vigilar correctamente.

La noche cae sobre el Mercadona de la calle Prosperidad y llega vuestro momento. Es hora de tomar algunas decisiones.

Necesitaremos que antes de las 22h del Domingo nos digáis:

1. Quién será el expulsado.

2. Quién de vosotros llevará hasta sus pertenencias la carta de despido/orden de alejamiento.

3. Quién de vosotros se quedará vigilando. Este último también deberá hacer una tirada de 1d20 a dificultad 10.

Además, si queréis hacer sugerencias sobre cómo boicotearéis los productos durante la noche para sembrar el caos al amanecer, vuestras ideas serán escuchadas y aplicadas dentro de lo posible ^^.

Asunción se dirigía a aquel lugar sin saber muy bien qué se encontraría, aunque después de ese regalo que recibió, pensaba que sería una súper mopa o algo parecido. Se sentía feliz y decidida, aunque le daba algo de penita, ya que hasta al Bulldog había aprendido a querer. Aunque le dijo vaga y eso no le había gustado nada.

Entró y empujó la puerta con delicadeza aún dudosa para luego decir - ¿Hola?- abre y ve a la Pokémon y a Iker allí y no puede evitar reírse fuertemente al ver al último - ¿Así que sí eras tú? Y yo que pensé que Hipólito estaba loco - sigue riendo y luego como si recordara algo, recordó ese golpe que la había noqueado la noche anterior - Un momento... Fue uno de ustedes quien me golpeó en la cabeza, ¿Verdad? Me deben una contusión y por suerte, no desarrollé un aneurisma - no estaba segura de qué quería decir aneurisma pero sí que era una palabra elegante.

- Entonces, ¿Cómo funciona esto? ¿Debo saber algo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Fue obra suya? ¿De alguien más? ¿Cómo obtuvieron las llaves de este lugar? - no podía dejar de observar alrededor y ver lo sucio que se encontraba ese lugar. Ciertamente, necesitaba una limpieza - ¿Es cierto lo que dijo Hipólito? No se nada de vasco -.

Sentado sobre una caja de atún enlatado caducado, lo cuál en si mismo dice mucho acerca de los eones que salzonado pescado ha pasado pudríendose entre las paredes de este angosto agujero, con las manos sujetando mi cabizbajo rostro, no puedo sino poner una mueca de disgusto ante la verborrea que desata Asun, ansiosa por saber más sobre lo que ha ocurrido aquí dentro. Pero después de todo lo sucedido hoy, yo no estoy para gentilerías ni homenajes.

- Isildu, txakurra! - espeto sin miramientos alzando la cabeza hacia Asun con la mirada llena de ira.

- Estamos en una situación muy comprometida, así que mejor ir al grano y dejarnos de hostias. - me levanto y saco una de las notas de despido. - Hoy nos encargamos de Justina. Estoy hasta los cojones de la puta tercera edad de este sitio. Y en particular de ella. Puede obligarnos a desvelar que curramos para el DIA con sólo mirarnos. Yo ya estoy marcado con el estigma - frunzo el ceño - aunque no es algo que me preocupe, los Euskaldunes ya estamos bastante demonizados de por sí, pero vosotras dos - señalo con el dedo intermitentemente - aún tenéis opciones de terminar la misión que el DIA nos ha encomendado y por tanto... - hago una pausa para cerrar el puño con firmeza frente a mi rostro - cobrar lo que nos prometieron al terminar el trabajito. -

Doy dos pasos hacia Asun. 

- Ya que de nosotros tres, la Pokemon es la única que de momento no se ha visto involucrada ni amenazada en ningún altercado, y tú está más que claro que tienes experiencia en posar tus inquisitivos ojos en las acciones nocturnas de los demás, vigilarás mientras yo entrego la carta a Justina. - Vuelvo a girarme al centro del cuartucho - ¿Alguna pregunta? - Enuncio con un tono más propio de un Txaraina que de un bonachón reponedor como en el fondo es el bueno de Iker.

Asunción estaba algo nerviosa pero de bueno humor. El Iker que veía normalmente era muy diferente a este. Lo de Justina era un problema pero la forma en que Iker parecía tomarlo todo era de lo más extraña. Era claro que quería que Asunción pagara los platos rotos por algo, aunque suponía que se trataba de la ida de Vladimir y Miriam.

- Un momento, niño - enderezó su postura, haciendo que se viera más grande e imponente gracias a sus anchas dimensiones - Primero, debes aprender a respetar a tus mayores, ¿De acuerdo? Puedes ser muy vasco y todo lo que quieras pero nunca gozarás del mismo swing que yo. Ahora, es cierto que a la Pokémon no la han señalado por nada todavía pero todos creen en mi lealtad hacia el Mercadona. ¿Acaso no es más sensato que vayan los dos? Al fin y al cabo, quien vigilaba en las noches era yo. Paquito es quien hace la telepatía friki y Lourdes revisa los objetos de los que están afuera. Nadie los verá durante la noche a menos que Paquito los investigue - casi que escupía esas palabras. Era difícil verla enojada pero ese insolente lo había logrado.

- Así que lo mejor es que vayan ustedes si queremos aumentar nuestras posibilidades de completar el trabajo - cruza sus brazos y se aleja unos cuantos pasos. Esa caja de pescado olía fatal e Iker empezaba a compartir su olor.

Bienvenida Asun - dijo, cuando ella tomó el "relevo" a Miriam, tras ser despedida. Aunque lo de Kanaka no se lo esperaba para nada, menuda guarrilla estaba hecha...

Si, yo creo que Iker debería entregar las cartas de despido. A fin de cuentas, ya está marcado, y aunque ya no esté Asun para vigilar, si hubiera alguien más, es el menor riesgo. Y no tengo problemas en vigilar yo, ya me toca, y aunque no esté expuesta, debemos salvaguardar su cambio lo máximo posible.

- Gracias, Saray... - mira a Iker y le dice - ¿Ves? Por el momento lo mejor es que yo me esconda. Luego tendremos que encargarnos las dos de todo, ya que es posible que salgas elegido pero debemos hacer lo posible que no pase. Por cierto, ¿Por qué Sara te salvó? -.

Sentado sobre la caja de entregas, aún refunfuñando como un abuelo al que le han dado de cenar pollo con almendras en lugar de al pimentón en la residencia el jueves por la tarde, mascullo entre dientes ante el cambio de plan que, ciertamente, es más adecuado que el que yo había propuesto anteriormente.

- hrmpf (gruñido), está bien -

Saco un botellín de cerveza y le pego un buen trago

Por ahora:

- Iker lleva el documento a las pertenencias de Justina para echarla.

- Saray vigila.

¿Es así? Si estáis de acuerdo ya, os faltaría hacer la tirada de vigilar ^^.

De todas formas hasta mañana a las 22h podéis cambiar de opinión si queréis.

Saray sonríe y usa Capa Mágica para esta noche.

Si intentan hacernos algo... les rebotará hacia ellos ^^

En cuanto la gente parece haberse quedado dormida os levantáis. Iker coge uno de los documentos y empieza a deslizarse en silencio hacia el bulto que identifica rápidamente como el de Justina. Sus ojos brillan con expectación por la idea de vengarse de la mujer y su mirada inquisitiva que tanto daño le había hecho. 

Mientras tanto, Saray se coloca en un lugar estratégico y vigila los pasos de su compañero. Y entonces se da cuenta de que Iker no es el único que avanza con un papel en la mano. A varios metros de ella descubre a Paquito, que camina despreocupado hacia el bulto que forma el cuerpo de Manuel y le pone el papel entre las manos. 

Sin embargo, antes de que pueda ver nada más, una patata, probablemente caída del carrito que Miriam tuvo que abandonar, golpea en la cabeza de Iker antes de que llegue a su destino. Cuando el muchacho centra su mirada puede ver entre las sombras a tres figuras atrincheradas, juntas detrás de una caja, igual que en la primera noche. Una de ellas es sin duda la silueta de Justina y una vez más parecen dispuestos a defender su posición a base de verdurazos en la cabeza del que se acerque. 

Iker se ve obligado a huir y volver junto a sus compañeras, con el documento en la mano y sus intenciones frustradas por el patatazo.

El patético intento de ir por Justina hace que Asunción no se sienta de muy buen humor esa mañana pero el hecho de ver a Paquito entregar una carta de despido da una luz a su rostro - ¿Y si lo usamos como chivo expiatorio? Yo podría acusar de haberlo visto por la noche. ¿Qué les parece? Creo que eso ayudará con el sabor amargo por el golpe recibido, ¿No? - mira a Iker entusiasta y con una gran sonrisa.

Miro a Asunción asintiendo con la cabeza mientras me toco el chichón que me causó anoche la patata.

- Me parece bien. Igual así pueden repartise las votaciones de hoy y con suerte me salvo... y de no ser así, por lo menos vosotras dos estaréis libres de sospechas. -

Voy a intentar algo. A ver si cuela. Descartando todas las opciones que podían afectarnos a alguno de los 3, esta era la combinación que más me convencía. A malas, si cuela, puedo tener más en la recámara :P