Partida Rol por web

Sara se moría de ganas de contarle su plan a la Eva. Quería que se sintiera orgullosa de ella, pero su pregunta retuvo su emoción y la miró con los ojos como platos.

- ¿Qué... Qué coño dices? - ¿Casarse? Bueno, en su interior siempre había habido una chica sensible y "romanticona", pero aquello era algo que veía un poco lejos. - Pues no sé, ¿un seis? - preguntó, enarcando suavemente una ceja. - ¿De qué coño va esto? ¿Qué tiene que ver el Manuel?  -

Contuve la risa mientras ella respondía, pero al nombrar a Manuel no pude evitar soltar una carcajada. Lo había clavado, claro. Entre lo divertido que me parecía y que el ambientador ya empezaba a hacerme efecto estuve un buen rato riéndome antes de articular palabra.

- Pues tía... - Empecé antes de reírme de nuevo, apoyándome en su hombro. - El Manuel, que quiere pedirte delante de todos que os caséis. - Expliqué antes de echarme a reír otra vez. - Con la rodilla en el suelo, anillo de joyería y las cámaras de España Directo grabando. - Enumeré, sin poder evitar que las carcajadas salieran a borbotones. Incluso empezaba a llorar de la risa. - Es que me lo imagino y... Y... No puedo... - Dije sin poder parar.

Si en ese momento hubieran pinchado a Sara, seguro que no habrían sacado ni gota de sangre. Se quedó pálida, mirando a la Eva mientras ésta se tronchaba de risa. 

- Debe ser una broma. Sólo fue un puto beso, joder. Pero... Te estás quedando conmigo, ¿verdad? - Tenía que ser eso, no, no podía ser que al Manu se le hubiera ido tanto la pinza. 

Sin dejar de reírme - y más al verla tan pálida - negué repetidamente con la cabeza. Mis ojos no es ya que llorasen un poquito: es que tenía que secarme las lágrimas de lo tronchante que era imaginar la situación: Sara tan pálida como ahora, y él arrodillado delante de ella con las cámaras apuntando. Me daba un poco de pena, la verdad. Pero sólo un poco. Además, él sabía que ella tenía novio, y se suponía que era su amigo. Se estaba buscando hacer el ridículo.

- Dice... - Empecé. - Dice que eres una persona a la que quiere y admira. - Expliqué entrecortadamente. Empezaba a dolerme la tripa y todo, así que tomé aire varias veces, intentando calmarme, pero era imposible. Y aún cuando empezaba a conseguirlo el impulso de empezar a lanzar besos repetidamente al aire rápidamente, imitándoles imaginariamente, me poseía, y al hacer el idiota así la risa empezaba de nuevo.

- Oye, tía... - Seguí luego. - ¿Ya tenéis quién lleve las arras? - Pregunté antes de volver a reírme. - Seguro que Paquito se ofrece.

Eva continuaba con la broma y no podía parar de reírse, mientras Sara se iba cabreando cada vez más. ¿Qué se había creído? Pero... 

- Joder, le dije que ya hablaríamos, que antes tenía que ver al Raúl. Pero... ¡Es idiota! - Se llevó las manos a la cabeza y resopló. Ella no quería salir de allí y enfrentarse a toda esa gente cotilla y menos al Manu. Es que se lo imaginaba de rodillas con un anillo y se ponía de más mala leche. 

- ¿Y el Raúl? ¿Lo has visto por allí? - ¿Qué iba a pensar cuando viera que el Manu...? - Hostia puta, está tonto. Yo... ¡No quiero casarme con él! - 

¿Iban a estar las cámaras? Pero, que vergüenza, joder. 

- Sí, es idiota. - Aprobé entre risas. - De remate.

- A Raúl no lo he visto, pero es que hay toda una manifa montada fuera. Tampoco he visto a mi madre, ni a nadie que no fuera los compañeros o los manifestantes que estaban más cerca, como las pro-abortistas destetadas y otros así. - Expliqué, empezando a contenerme por fin. Me costaba aguantar la risa, pero más valía que nos pusiéramos al día pronto.

- Venga, anda, cuéntame tu plan. - Le dije sentándome en una caja. - Aunque la parte de casarte te la puedes saltar: esa ya me la han contado. - Añadí cachondeándome un poco. - Yo hay otra cosa que te tengo que contar, pero dale tú antes.

Al escuchar que el Raúl no estaba por allí fuera, los labios de Sara se torcieron en una mueca. Aunque también, si había tanta gente como decía la Eva, era posible que no lo hubiera visto.

- ¿Mi plan? - Preguntó, parpadeando y volviendo de nuevo al presente. - ¡Ah! Hostias, sí, claro - . Aparcando el pensamiento de lo que le esperaba allí fuera, Sara se sentó sobre otra caja y sacó un peta del bolsillo, enseñándoselo a la Eva y guiñándole un ojo. Lo encendió y le dio una calada antes de pasárselo.

- Tía, he estado pensando. La Sholi dijo que había visto a la Asun, que va por libre, por su empresa de limpieza o no se qué hostias. Se lo contó a la Lourdes en privado y la creo, aunque aproveché esa información para delatarlas y decir que estaban conspirando contra la peña - . En el fondo le había sabido un poco mal ser tan hija puta con ellas. Les había dado la oportunidad de conocerse y de que se ayudaran la una a la otra y ellas habían confiado en ella, contándose las cosas, sabiendo que estaba escuchándolas. Pero cuando le hicieron aquella putada a la Eva, había ido con toda su artillería, no pensaba perdonarlas. - La Lourdes curioseó tus cosas y dijo que eras una infiltrada, pero lo desmentí y dije que se lo estaban inventando para joderme a mi - . Una sonrisa bailó en sus labios al recordar como la gente la había apoyado. - Mierda, que me desvío. Lo que te iba diciendo. Le he pedido al Mauri que eche a la Asun, así la Justi se irá con ella y un problema menos. ¿Tú podrías volver a hacer copia de sus hojas? Si no, se lo pediré a él, pero parece un poco reticente. He pensado que después de las votaciones podríais traer de vuelta al Iker. Si nos ponemos todos de acuerdo, tú esta noche vas a por uno y el Iker a por otro y joder tía, estaremos fuera en un pis pas. Estoy hasta los cojones de estar aquí metida y participar en toda esta mierda. Y que mejor forma de joder al Bulldog que los del Día y los del Lidl os pongáis de acuerdo y reventéis con todo - . 

Escuché el plan de Sara con atención, pero conforme hablaba mis ojos buscaron el suelo y mi boca se torció, como si hubiera algo que no terminase de encajar.

- Bueno, sobre eso... - Empecé mordiéndome el labio. - Hay un pequeño problemita: alguien me ha quitado mis cosas y me las ha cambiado por otras, creo que las de la Pokemon.

- No tengo mi libretita, donde apuntaba lo que hacían otros, sino la suya que explicaba cómo echar a gente por la noche. Y mi mochila la debe tener ella, y yo en cambio tengo la suya llena de hojas de despido. - Expliqué, poniéndome un poco nerviosa. Estaba claro que necesitaba recuperar mi libretita, lo primero era lo primero, y la necesitaba para ganar mis múltiples Óscar, pero antes había que zanjar todo esto.

- Le dije al Seta y a Shakiro que hablasen con los jefes del Lidl para que te ofrecieran un contrato, pero se lo han ofrecido a la Asun: así que creo que ella ahora es una doble infiltrada. Desde luego del Lidl es seguro, pero no me mola nada el rollo que lleva. Creo que quiere vendernos a todos para quedarse sólo ella y la Asun.

- Va a ser un poco complicado hacer lo que me pides. - Le dije un poco avergonzada. Una buena actriz no dependía de una libretita. Pero yo aún estaba aprendiendo.

- A mí se me está ocurriendo otra cosa. - Aventuré entonces. - Pero Damián tendría que caer en las votaciones.

El rostro de Sara se desencajó al escuchar lo que Eva le estaba diciendo. - Hija de puta - Murmuró y arrugó el ceño. - Puedo hablar con el Mauri, no quería meterle en esto, pero si no hay otro remedio... Estoy casi segura que lo hará - . Se mordió el labio y clavó su mirada en la de la Eva. - Dime qué plan tienes... -

Mi ojos se detuvieron en los de Sara cuando dijo lo de Hija de puta. Joder, ahora de repente me entraban ganas de llorar. Perder el trabajo de tanto tiempo había sido un palazo en el que no quería pensar mucho, pero estaba bien jodida si no lo recuperaba al marcharnos de aquí.

Me senté en el suelo, intentando que ella no se diera cuenta de cómo me había afectado quedarme sin la libretita, y estiré los dedos de las manos.

- Quedamos nueve. - Le dije, bajando uno de ellos. - Si Damián cae en estas votaciones, seremos ocho. - Continué, bajando otro. - Entre tú, Mauricio, los del Lidl y la Justi será fácil conseguir eso. - Enumeré antes de hacer una pausa y mirarla a los ojos.

- Esta noche la Asun podría ir a por uno, Shakiro a por otro y yo a por otro más, aunque eso no se lo diré a ellos. También esta noche se supone que ofrecemos contrato a alguien, así que voy a liar a la Asun diciéndole que se lo ofrezcamos a Justina para que no vaya contra nosotros y me haga caso a la hora de escoger a por quién ir. Les diré también que el Mauri y tú estáis de nuestro lado, así que haré que vayan a por Pascual y el Lejía. - Expliqué. - Y yo iré a por cualquiera de ellas dos. - Afirmé bajando tantos dedos que me hice un lío, así que cerré los puños para empezar a subir uno a uno.

- Mañana quedaríamos nosotros tres y Shakiro. Podría encargarse de él Mauricio, o podríamos tirarle en votaciones, cualquiera de las cosas serviría. - Concluí antes de mirarla a los ojos. - ¿Qué te parece?

- Espera, espera... Pero, ¿no teníais una hoja de despido por grupo? No entiendo como podéis despedir a alguien los tres - . Sara se mordió el labio, si el Mauri le hiciera caso y despidiera a la Asun. Arrugó suavemente la nariz.

- Tía, lo veo muy arriesgado. No me fío de nadie ya, sólo de ti y del Mauri. Si le cuento la verdad y le digo que es su oportunidad de vengarse de los del Mercadona por lo que le hicieron, creo que lo hará - . Empezó a hacer lo mismo que la Eva, enumerando a la gente. - Votamos al Shakiro - Bajó un dedo de los nueve que había levantado. - El Mauri echa a la Asun y se va con ella la Justi - Bajó dos dedos más. - Si todo va bien, vuelve el Iker - Levantó un dedo - . Y por la noche que el Iker vaya a por el Damián y tú a por el Lejía o el Pascual - . Bajó dos dedos más y le quedaban cinco levantados. Una sonrisa se dibujó en sus labios. - El Iker, tú, el Mauri y yo y pateamos al que quede. Creo que puede ser más seguro, ya que no debemos depender de nadie. Pero para eso tenemos que confiar en el Mauri -. 

- Sí, teníamos unas hojas de despido sólo para los del Lidl, pero ahora es distinto. - Expliqué emocionada, recolocando mi postura. - Creo que Asun usa las del Dia, y yo las que me metieron en la mochila, pero eso ellos no lo saben. - Comenté.

- Si quieres contarle la verdad dile que me han cambiado las cosas y por eso ahora estoy con los del Lidl, y que te he contado lo de esos dos. - Propuse. - Pero también que nuestro plan es acabar los tres juntos y pasar de todos. Aún así, estás suponiendo que Mauricio usará la hoja de readmisión en Iker, y no creo yo... Supongo que preferirá guardarla hasta el final por si acaso.

- Yo quiero hacer lo otro también porque si es verdad que Damián está incapacitado, tenemos que aprovechar estas votaciones para echarle. Vete tú a saber qué sorpresa se guarda, que no me creo que no sea capaz de salvarse el culo de alguna manera. Entonces yo a él le echaría en votaciones seguro. Luego ya si Mauricio echa a la Asun antes de la noche, mejor todavía: así podemos ofreceros el contrato del Lidl a ti o a él, que mola un huevo.

Sí, podía ser que lo del Iker fuera un tanto arriesgado. Pero Sara quería hacer todo lo posible por sus amigos. - Joder tía, que lío de hojas tenéis - Era flipante, pero eso podía ir en favor suyo. - Sí, tienes razón, tenemos que votar al Damián. No sabemos qué hace ni a qué juega y joder, sí, aprovechemos que tiene los poderes capados - Una sonrisa se perfiló en los labios de la joven. - A ver si el Mauri echa a la Asun después de las votaciones y ofrecedle a él el contrato. El pobre está en paro y lo necesita más que yo - .

Se quedó unos segundos en silencio, mordiéndose el labio, hasta que al finalmente suspiró y bajó la mirada. - De momento no le diré nada sobre el Iker. Pero si las cosas van como esperamos, se lo acabaré pidiendo - .

Me sentía bien allí, estando con mi amiga. Y ahora que ya llevaba un rato con ella me sentía como si nunca me hubiera ido. Después de que Damián se defendiera de mis insinuaciones me mordí el labio - no hasta hacerme sangre, lo cual era una pena. - y volví a hablar.

- La pena es que Damián tiene razón: él es inocente y Shakiro un infiltrado. - Dije. - Pero bueno, igualmente tienen que acabar todos fuera. - Aseguré. - ¿Tú crees que Mauricio le votará? ¿Le has contado ya algo?

- En el peor de los casos podemos dejar que se vaya Shakiro, pero mola más aprovechar la oportunidad que nos ha dado Joel, claro.

- Joder, me parece una putada. - Dije a Sara, un poco molesta. - El puto Shakiro ni siquiera se molesta en defenderse, y a mí me sabe fatal atosigar a Damián sabiendo que es inocente. Sé que él nos echaría a todos si pudiera para quedarse él solo y asegurarse, como el Lejía... Pero tía, no me mola nada. - Dije un poco frustrada antes de mirarla a los ojos.

- No digo que cambiemos de plan, pero necesitaba contártelo, tía. Que decírselo a los del Lidl no mola nada y a ti te lo puedo contar todo.

- Todavía no le he contado nada - . Sara torció los labios en una mueca. No sabía cómo decírselo, estaba tan mono defendiéndolas en el super y se sintió tan feliz cuando dijo que confiaba en ella, que ahora le costaba tirarle aquel cubo de agua helada.

- Pero tranqui, después he quedado con él en el otro almacén y le contaré lo de que han cambiado los papeles - . Se mordió el labio. - Espero que no se enfade mucho, que es muy buen tío - .

Se rascó la cabeza y se encogió ligeramente de hombros por lo del Damián. - Siempre ha sido un capullo con nosotras. Sí, sabemos que es inocente, pero él nunca hubiera movido un dedo por nosotras. Y seguro que si hubiera podido nos habría dado una puta patada - . 

Miró a su amiga a los ojos. No se llevaba muy bien con el charcutero. Y aunque en el fondo, también le sabía mal, no quería que la Eva se ablandara. Tenían que continuar adelante con todo aquello. Suspiró y apartó la mirada, no podía mentirle ni hacerse le dura como siempre. 

- Joder tía, claro que me sabe mal. Da penilla verle allí, desesperado. Pero, si queremos salir de aquí cuanto antes, tenemos que continuar con nuestros planes - .

- Tienes razón. - Admití con resignación. Sin embargo podía notarse en mi expresión que había algo más que me molestaba.

- Joder con la Asun. - Empecé entonces. - Yo le había dicho que te contratásemos a ti y a la Justi para el Lidl, pero ella ya está hablando de que será una pena echarte mañana. - Expliqué. - Y esta noche quiere ir a por Mauricio. Me está empezando a tocar un poco las narices por querer ir a por vosotros. Y con Shakiro portándose así veo complicado lo de echar a Damián en votaciones. - Dije con un suspiro.

- Jo, con lo fácil que sería todo si pudiéramos juntarnos Mauricio, tú y yo y hablar las cosas claras.

- Votemos al Shakiro, tía. No nos arriesguemos - . Sara tenía mala cara desde que había vuelto del otro almacén. No había querido decirle nada a la Eva, pero se la veía preocupada y con la mirada un poco ausente.

- No sé si el Mauri le votará, voy a decírselo, pero nosotras hagámoslo. No quiero que vayan a por el Mauri, ya suficiente le han puteado en este súper. Tenemos que evitar que le pongan un dedo encima - .

Al ver la cara de Sara una vez volvió me preocupé un poco. Parecía que le hubiera pasado algo con Mauricio. ¿Se lo habría tomado a mal?

- ¿Estás bien? - Pregunté. - ¿Pasa algo? Yo ya he conseguido convencer a Asun de ofrecer el contrato a Mauricio esta noche en lugar de a la Justi, así que él está a salvo. Le he dicho que con las hojas que tiene Mauricio se readmitirá él solo y la echará después. Esta noche ella quiere ir a por el Lejía.

- No me pasa nada - . Sara frunció el ceño y resopló. - Bueno, joder, es que el Mauri no se lo ha tomado muy bien. Le ha jodido, quería ayudar al Mercadona pero sabe que yo te apoyo - . Sus labios se torcieron en una mueca. - No sé, tía, pensaba que se alegraría y me ha jodido ver que no era así. Pero no te preocupes, sigue a mi lado y ya le he dicho que despida a la Asun después de las votaciones - . Sara confiaba que así lo hiciera. - Le he avisado de que quieren putearno -.