Partida Rol por web

Shakiro se levantó, se desperezó y se pasó 30 minutos haciendo yoga con expresión iluminada, mientras el resto del grupo se dedicaba a intercambiar drogas -¡malditas farmacéuticas!- y ropa interior -¡opresión falocrática!-. El Bulldog estaba muy ofendido por unos fideos sabor polla. ¡La polla es algo natural! ¡Al igual que su sabor! ¿No se daba cuenta de que viviendo una vida tan sintética renunciaba a lo que más convenía macrobióticamente a su cuerpo? Por eso estaba de tan mala hostia. Que tomara fibra y todo iría mejor.

Se puso a hacerle fotos en sepia a Xékspir en el cubo de la fregona. Las subía a instagram, y había creado un hagstag en twitter #mercaencierro.  Radiaba todo lo que ocurría en FB, tuenti, origo... todas las redes sociales habidas y por haber. Tenía a medias un post para su blog tooalternative.blogspot.com. 

Todo iba bien, en resumen.  El hecho de que llevara más de doce horas sin exfoliarse parecía secundario cuando podía twittearlo. Se hizo fotos comiendo cereales sin leche de soja  (#mercaencierro #opresioncultural #carneesasesinato) con gesto de profundo angst. Después preparó un poco de brunch deconstruído.

- Qué crisis kafkiana, puchis - comentó mientras trataba de hacer un sustitutivo vegetal del bacon con servilletas, pimentón y tofu, cocinándolo sobre un hornillo de camping-. ¡Señor Kanaka -pidió una fruta, o lo intentó-: 內衣三支軍隊微不足道的抹布 (*)

Manuel camina hacia Sara,estaba tan absorto con sus cascos y el alboroto de la calle que no se dio cuenta de que ella le hablo,por ese motivo el se sintio un poco mal,la abrazo dulcemente por detras y le dio un beso lento y dulce en la mejilla derecha.

Siento no haberte contestado antes,no me di cuenta de que me hablabas a mi,la verdad que me alegro que "raulito" no haga caso a tus llamadas. Le comento susurrandole al oido con todo picaro,despues se se separa mientras hace una sonrisa maliciosa.

Cuando quieras vamos a fumar al cuartillo de herramientas 

Parece que el nuevo lugar elegido por Kanaka para reposar, crecía en animación.

Desde luego, Akinlabi crecía en responsabilidades tanto abrir y cerrar puertas sembrando amor con su amabilidad congénita.

Primero entró al baño una de las chicas llevando en la mano su sujetador. - Si que se desmadra la juventud de este país cuando bebe - luego sale del baño el simpático pescadero - bastante podrido por dentro, si me preguntáis - todo parecía indicar que el barullo se iba a trasladar a la puerta de los baños.

De repente alguien pronuncia el nombre de kanaka, sacándolo así de su ensimismamiento. Era el playmobil de serie B preguntando, aparentemente, por la ropa interior de la chiquilla. - quizás he malinterpretado la escena. Tal vez el sujetador fuera del playmobil con una de esas modas ridículas tipo sujetador para hombres.

En vista de esto Kanaka se levanta y golpea suavemente con los nudillos la puerta del baño de chicas.

El señor Playmobil le pide que le devuelva su sostén, señorita pelo-chicle. - dice con suavidad a la puerta cerrada

Esa noche agradecí que Sara se acercara a mi para ofrecerme un cubata. Le di las gracias por preocuparse por mí, beber quitaba las penas o al menos eso recordaba. La última cogorza que pillé fue en mi despedida de soltera. Me soné los mocos y después me bebí todo el cubata de golpe. Paquito por su parte intentó animarme diciéndome que si lloraba me ponía mas fea. Animal, ¿pero a quien se le ocurre?. Te has librado de una buena colleja niño.

Al amanecer el bulldog nos ordenó seguir con la investigación para descubrir a los infiltrados. Yo no soy Angela Fletcher. Dije en tono sarcástico. Pero si me doy cuenta de una cosa. Pascual el sindicalista es el que mas sabe de temas laborales para defender a los trabajadores. Y mira tu por donde ha sido el primero en ser despedido. Yo que queréis que os diga, no creo que nos deje tirados, lo veo un hombre fiel a sus principios. Seguro que volverá para echarnos una mano. Irá a informarse a los sindicatos, buscará abogados o lo que sea y evitará algún despido permanente.

Después de decir lo que pensaba giré el culo y me fui para mi sección de frutería a ver si adecentaba las cajas anegadas de agua. En eso que ví al chino Kanaka rebuscando entre las frutas. Me quedé mirándolo de arriba abajo. No estoy equivocada, es el que vive en la sección de congelados. El chino capuchino no fue muy amable conmigo. Que me daba pena ver las frutas y verduras ahogadas en las cajas, pues si, me daba. ¿Qué culpa tenía yo de empatizar con ellas?. Lo miré con un poco de desconfianza, no solo por haberme dicho que era una exagerada por llorar por mis frutas y verduras a las que guardaba un inmenso cariño, también por haber palpado el género sin llevar un guante de plástico. Tosí un poco para llamar su atención, no iba a dejar que se fuera tan ricamente después de lo que me había dicho. Disculpa. ¿Ves esto? Le dije enseñándole el reverso de mi delantal. Son los fruitis. Y YO POR LOS FRUITIS MA-TO.  

Me habia cosido un parche de mis amigos en el reverso del delantal. No podía llevarlos en la parte delantera pero si debajo, esa era la forma que tenia de que me hicieran compañía. Fruitis, fruitis, amigos, a las duras y las maduras, los fruitis. Cogi una piña y se la enseñe al chino. Gazpacho, pero no gazpacho andaluz eh. No. Luego un plátano. Este Mochilo. El cactus Pincho pero ese no está aquí, ese está en la sección de jardinería. Y pincha, no veas como pincha igual que tu. Le sonreí de oreja a oreja dejándole caer la indirecta.

Asunción recibe el entusiasta saludo de Manuel con una gran sonrisa. Era, sin duda alguna, encantador.

- Hola cariño - respondió a los cinco besos mientras se reía y luego dice - Creo que ya conoces un poco lo que sucede, pero, en otras palabras, hubiera sido mejor que te quedaras afuera - empieza a mirar alrededor en busca de lugares para limpiar y es entonces cuando repara en el estropicio que la fiesta de las cajeras y algunos más había causado.

Las mejillas de Asunción se teñían de color rosado y aunque estaba lista para quejarse, la vista de Justina hizo que su corazón se acelerara. Sentía su antiguo asma resurgir, mientras gritaba como loca.

- ¡Aaaaaaaahhhh! - permanecía en su puesto, casi sin moverse ni decir nada más, mientras la señalaba con cara de pánico. Luego, como buscando algo desesperadamente, llegó hasta el ruso, aquel hombre que siempre pedía dinero en la entrada pero que era el único del que Asunción tenía una gran certeza.

- Te vi durante la noche. Ibas a hacerle algo a Justina pero un ruido te detuvo... Yo te vi mientras todos, incluso los beodos dormían... ¡Tratabas de sacarla de aquí! ¡Eres uno de los infiltrados! - sacó su trapero y lo apuntó hacia él. - ¡Votaré por ti, infiltrado! ¡He dicho! ¡Limpiaré este lugar de los infiltrados del DIA! - se hiperventilaba y hablaba tan fuerte que parecía una demente.

Saray se había quedado frita. Tanto apuntar físicamente a papel y boli, la había dejado exhausta. No recordaba habier escribir tanto, sin usar el móvil, desde... desde... ¿el cole? Tampoco es que tuviera mucha importancia, ya que eso se le fue inmediatamente de la cabeza cuando apareció Enrique pegando gritos nuevamente.

¿Así que habían despedido a Pascual? No iba a echar en falta al Vigoroth, pero Saray se preguntaba que beneficio se sacaban los infiltrados de echarle. No le había prestado mucha atención, y cuando lo hacía le entendía menos de la mitad, pero era de los sindicalistas tocapelotas. Tendría que meditar sobre eso.

Ni para emborracharse servían esas niñatas, al parecer. Ella no había bebido, necesitaba los sentidos a full, pero habría aguantado mejor y con más dignidad. A ver si evolucionaban de una vez. La que no necesitaba evolución era la Justina. - Ahí dándole duro Illumise, que aprendan estas niñatas de hoy en día. - Era muy duro haber nacido en esta generación... salvo por el Whatsapp. Y el Tuenti. Y el Instagram. Y el...

Manuel empieza a tararear Carnaval de Cadiz, ya que hoy no van a venir clientes va a la zona de la Fruteria y despeja un poco una de las mesas expositoras,despues mientras sigue tarareando ......

y si me gusta la Tierra 
es por culpa de tus besos,
vete conmigo a Saturno, 
ay este fin de semana,
sé de un hotel en su anillo con balcón al universo,
universo más perverso 
que los besos de tu cama,

Toma el telefonillo para llamar por los altavoces a los compañeros de trabajo

Compañeros y compañeras,clientes atrapados en el interiror y chicas de muy buen ver.... vengan a la zona de Fruteria ya que Manuel tiene un regalo muy especial para todos,ya que es mi cumple .... le pone el micro en la boca al chino y le pide redoble de tambor

Hacel tu ledoble de tambol como en Tianan Men, no? tu no comprender? mirar tetas si que entiendes joio?

Bueno a lo que iba,teneis Brownies caseros de Maria, si si !! de Maria,cada uno venga por su racion y que alguna me regale despues un poco de amor del bueno,que este rey de ebano esta falto de mimos.

-Y que bie lo sabes mija.-Dijo medio dormido a Eva cuando la escucho hablar, Mauricio había pasado la noche en su silla de minbre que para algo era suya y como sabana bien valía su viejo y maltratado cartel.

Se levanto pesado y necesitaba ir al baño, cosa que hizo después de cruzarse con los recién llegados y enterarse, al poco, sobre el culo del segurata.-Valente mierda, po lo que digo es ma cierto que un alce con cuernos. Aqui tan traido a los dus que os faltaban de la tienda pa'que los despidan como al resto y de paso sueltan al gordo que de seguro que como el motorista a ayudao a que nos quedemo encerraos.-Puestas las cosas en claro se re coloco los pantalones y recordó algo importante.-Y ahora me via a echar un pis que estoy que esploto.-En eso se cruzo con el Lejia.-¡¡Tia cabra!!, Que casi me tias, te libras deque tenga ungencia.-Entro al water y salio al rato sin oirse el ruido del bidel.

Camino a la zona de la frutería que comer potasio era bueno para la memoria, decían, y por el camino escucho como la señora del mocho acusaba al ruso de ser ruso, infiltrao o algo parecido.-Ya empiezan a meterse con los extrangeros, a too esto ¿Y el extranjero?-No veía a Pascual por ningún lado, pero dejo de pensar en el cuando, el amigo de las niñas, gritaba desayuno gratis y sin perder la oportunidad le robo uno de esos pasteles.
-Po'lo dixo,
uno pal Mauricio.

Orgulloso de su rima, para que el gay supiera que el también sabe rimar, se llevo uno a la boca y cogió otro antes de que el pudiera chistarle. También cogió el plátano que pretendía desde un inicio, aprovechando que la Lourdes discutía con el chino y volvio a la zona donde estaba su silla, no muy lejos de su cajera favorita.
-¡EVA!-Grito para llamar su atención.-Y el Pascual, que a sio de él, ¿tambise a pirao con el rabo entre piernas como el gordo? No me surprendere na que nus alla vendio por mantener su trabajo, muxo hablar y poco hace, como conlo mio...-Se callo porque dio otro mordisco a su segundo brownie.

-Jodo, pue si que hace buena merienda el pollo desplumao, -Y mordió de nuevo.

Antes de llegar a entrar en el baño, Manuel se acercó a Sara y le susurró unas palabras al oído. Ésta se volvió a mirarle, extrañada, enarcando suavemente las cejas. No se había esperado aquel atrevimiento por su parte, él era amigo de Raúl. Nah... Serán imaginaciones tuyas. Se dijo, no quería creer lo que le había parecido y que era tan evidente. - Sí, luego - Le contestó y finalmente se metió en el baño. 

Allí se quitó la camisa y se estaba poniendo el sujetador cuando escuchó que alguien golpeaba la puerta. 

- Espera, ya salgo - ¿Era el chino? Se quedó mirando hacia la puerta, sin entender ni una palabra de lo que había dicho. ¿Qué querrá éste ahora? Seguro que viene buscando más tabaco. Se dijo y, tras ponerse de nuevo la camisa, cogió un cigarrillo y se lo llevó a los labios. Todavía le dolía horrores la cabeza, pero el primer pitillo siempre era el mejor. 

Se sentó sobre la tapa de uno los wc y encendió el cigarrillo. Aspiró el humo e intentó recordar una vez más lo que había ocurrido la noche anterior. Pero todo era confuso. Habían estado jugando al spin duro, combinando la cerveza con cubatas de vodka y porros. - Joder. No me extraña que no recuerde nada. Lo raro es que no haya potado o me haya dado un puto blancazo... Tengo que hablar con Raúl - . Sacó el móvil del bolsillo y volvió a intentar contactar con él, pero éste lo tenía apagado. Un nudo empezó a formarse en su estómago. ¿Cómo podía ser que no se preocupara, que no hubiera hecho nada por contactar con ella? Se mordió el labio con fuerza, hasta que sintió un ligero gusto ferroso. Mierda. 

Se levantó, tirando lo que le quedaba del cigarrillo al váter y salió de los baños, justo a tiempo de escuchar a Asun acusando al ruso. - ¿Estás segura? - Le preguntó. Pero antes de esperar la respuesta, se volvió al escuchar a Manuel ofreciendo brownies de maria y, el desánimo que llevaba por la llamada, fue sustituido por una sonrisa. - Dame uno, venga - Le dijo, acercándose y cogiéndolo antes de que reclamara los mimos. 

Akinlabi ve aliviado como su nueva ubicación comienza a cobrar vida, poco a poco.

Observa entrar en el baño a una colorista chica que enarbola algún tipo de prenda textil a modo de bandera, Sara cree que se llama, es inconfundible por sus mofletes a juego con su pelo, y le abre la puerta para que pase al interior de los aseos femeninos con la solicitud que le caracteriza.

Medio minuto después recuerda que en el interior de los aseos hay aun más puertas, por lo que decide en un arranque de audacia que lo más correcto sería seguir a Sara y seguir abriendo y cerrando puertas (seguro que ningún pasador ni pestillo es capaz de resistirse a su embrutecidamente musculado amor al prójimo), por lo que la sigue con gran aplomo y cuando la encuentra la ayuda decidida y amorosamente en lo que sea que esté haciendo (por ejemplo quitarse la ropa).

Lástima que el habitáculo no sea demasiado grande y la corpulencia de Akinlabi lo ocupe todo... así es difícil concentrarse en la solícita ayuda al prójimo que es su sacrosanto deber como buen ciudadano.

- ¡Tía, tía, tía, tía. Tía, tía, tía, tía. Pero tía, tía! - agitaba la Sholi la cabeza con cada monosílabo mientras se acercaba a Justina - ¿tu eres...? ¡wa!, ¡tía! ¿tu eres la bim bam bum? ¿La que aparece en todos los baños del Bailaloca?

Tomó aire ahogando un grito de grupi - ¿me firmas la teta? - le preguntó en una exhalación terminando con una amplia sonrisa y liberando medio pecho de tela. Verás como se rabia la Yenni, pavo

- ¿Qué dices Asun? - volteó la cabeza como un suricata ante una información interesante - ¿Blacho? ¿uno del Dia a tocado a mi Xekspir? No jodamos, eh, no-jo-damos.

Habían pasado la noche, al menos él, bebiendo vino barato hasta quedarse dormido sin siquiera tener que contar setas como hacía el resto de noches que no podía dormir.

Con suerte, abriría los ojos al día siguiente y, resacoso, se daría cuenta de que era una broma del Bulldog y que les abriría la puerta. Con más suerte, todo habría sido sueño, como el calvo ese de la tele que soñó 8 temporadas en unas horitas. Pero si hubiera tenido le hubiese tocado la lotería antes, así que no. La cosa estaba igual de mal cuando se levantó. O peor, pues al rojo le habían echado del sitio y el segurata les había enseñado su gordo culo antes de irse.

Pero la mayoría seguía ahí, lo que hacía que los envidiera si no fuera porque sus padres le pegarían la brasa si se enteraban que lo habían despedido. Tocaba resignarse, frotarse los ojos, chupar unas bolsas de infusiones para la resaca y saludar a los otros como salía hacer cada mañana.

-Hola gente, ¿como se os está dando el dí..?- se quedó a medias a sabienda de que la respuesta no sería favorable por parte de nadie. Si no lo mandaban a la mierda antes por preguntar obviedades.

Mierda- pensó- voy a tener que cambiar de frase. Ésta ya no vale.

Observé manteniendo la sonrisa cómo a nadie le había parecido extraño el cambio en mi forma de hablar. Eso era que me había salido totalmente natural. Perfecto.

Sentada con la botella de aquarius en la mano observé cómo poco a poco todos iban despertándose. Mi ceño se frunció con el asunto del sujetador de Sara, sin recordar qué había pasado exactamente. Sin embargo no dije nada, sólo me concentré en no dejar que el dolor de cabeza fuese a mayores.

La posible actuación de Justina me pilló por sorpresa. No sólo que ella fuera la Bim Bam Bum - de quien tanto había oído hablar a mi abuela - sino por la idea de que siguiéramos aquí todavía por la noche. Yo no quería quedarme tanto. Iba a necesitar cambiarme de ropa antes de eso.

Cuando Damián y Manuel ofrecieron sus respectivos desayunos me costó decidirme. Jamón ibérico, o brownies caseros de María. Ni puta de quién era María, pero si tan buenos estaban como para anunciarlos así podían ser la ostia. Aunque una no podía tomar ibéricos todos los días...

Aún estaba decidiéndome - probablemente acabara probando los dos - cuando Mauricio me llamó, e inmediatamente le busqué con los ojos. Quizá quería felicitarme por lo bien que lo estaba haciendo, o algo parecido. Al escucharle hablar puse especial atención a la cadencia de su voz, a los silencios sordos y a las consonantes que parecían casi bramidos guturales. No era tan sencillo como parecía. De modo que tomé aire antes de responderle y me preparé, como quien está a punto de lanzarse a hablar otro idioma. Antes de hacerlo me acerqué adonde se encontraba, echando un vistazo a los brownies.

- Er Burdó dise - Empecé con poca seguridad, pero oír esas palabras de mi boca me hizo ganar algo de confianza. - que ar Pascuá lan sacao los del Dia. - Le expliqué. - Pero ve tu a sabe si e verda o e otro truco del mal bixo ese. - Comenté, añadiendo a mis palabras un gesto con el brazo, mostrando una profunda indignación. - A mi no me pregunte, Maurisio, yo blanquilla me quedao al vel-lo. Eso sí: como cea otra hitoria desas del Pascuá me va oí, mijo, me va oí cuando le pille. - Terminé. Y al acabar de hablar me quedé mirándole mientras otras vez una sonrisa se formaba en mi cara.

Fue entonces cuando vi a Sara y mi felicidad quedó un poco empañada. Para mí esto estaba siendo de gran ayuda, toda una oportunidad. Pero ella parecía bastante rayada.

- ¿Estás bien, tía? - Pregunté cambiando por completo mi voz, hablando de manera suave y cercana. - ¿Sigue sin cogerte?

Con los pasteles de Maria terminadas empezó a pelar el platanette cuando Eva le respondió.
-¿Los del DIA? Pos que raro, paque fichan al extragero si no pinta ni mocha na.-Se quedo algo perplejo, también puede ser que tuviera la cabeza en otra cosa, como en ese arcoiris que tenia delante de las narices, donde los fotos de las bombillas mas potentes perdían su nombre. O por el hecho de que su mano parecía mas grande de los normal. A parte de todo eso, tambien noto algo distinto en Eva.

-¿SAbe mija? No se que paasa, peo paece que hablas mejo y to, coomas sincera, nose...-Se llevo la mano a la frente y esta estaba llena de plátano.-¡PEO QUE COJON DE URRACO! ¿Me fui y no recuerdo? Ondia con la mano, no es mas grande no... creo... ME apese a mi... que aun no me desperte del to...-Se levanto de su silla pero volvió a caer redondo en ella.

-¿Porno etoy mareao y to? A ve agua como ahora cogo la vixicatala esa.-Tenia urgencia de beber algo y no tenia las piernas para andar.

Manuel sonrie al ver a Mauricio,se sienta tras de el y le da dos golpes en la espalda,No es nada campeon,eso es que aun estas medio dormio,sabes? Aun no te has arrancao a pensar estas en relentin.

Toma un trozo de brownie y mira al resto de los empleados mientras come,en especial a Sara,todo bien Sara? sin duda no el parecia justa la relacion con ella y "el raulito" ella trabajaba por los dos ademas de hacer las cosas de casa,el creia que se merecia alguien mejor.

Ainss solo soy un amigo,seguro que me dira eso si le pregunto algo,"estoy con Raul, no le podria hacer eso... solo te veo como un puto y jodido amigo."

Que cruel  murmura en voz alta pensando en sus cosas mientras se termina el bizcocho y toma otro.

- Hostia, están que te cagas de buenos - Sara le acababa de dar el primer bocado al brownie y enseguida, el gusto dulzón, mezclado con el de la yerba, inundó sus papilas gustativas. Se volvió a mirar a Eva y se encogió suavemente de hombros. No quería que aquellas arpías que habían por allí se enteraran de lo que le pasaba. Era consciente de que les encantaba cotillear y enterarse de las desgracias de los demás y no quería darles de comer.

- Sí, si no fuera porque estoy hasta el coño de estar aquí metida, todo iría de puta madre - . Dijo, volviéndose a mirar a Manuel y una sonrisa aleteó en sus labios. - Joder, Manu, no me habías dicho que te salían tan buenos. Cuando salgamos de aquí te pediré un buen lote -. Le dijo con un guiño de ojos.

Después de eso, se acercó a Eva y se sentó en el suelo, haciéndole un gesto para que hiciera lo propio. - Vigila con estos pasteles, están cargados de yerba y subirán un huevo - . Le advirtió, sabiendo que ella no estaba acostumbrada. Tras eso, acercó sus labios a su oído para susurrarle unas palabras.

- Tía, tiene el puto móvil apagado. Joder... Ni me ha llamado ni se ha preocupado por mi - . Suspiró y se llevó el brownie a los labios, dándole un nuevo bocado. 

- No. no, Maurisio, no. - Respondí al hombre con esa voz profunda que tanto me costaba sacar. - Dise que lo del DIA lan sacao daquí, no que layan fichao. - Me expliqué. - Ve tu a sabé cual e la verda y cua la mentira, como pa fiarse der Burdó o der Angulo, si en er fondo zon tapacuá. - Traté de decir, antes de darme cuenta de que estaba mirando más a su propia mano que a mi misma, por mucho que estuviéramos hablando. A saber qué se le estaba pasando por la cabeza. Sin embargo no me lo tomé a mal, y sus palabras posteriores fueron recibidas como el mayor de los cumplidos. No sólo decía que hablaba mejor, sino que parecía más sincera. Había pasado años estudiando para cargar de Verdad mis gestos sobre un escenario o delante de una cámara, y parecía que al fin lo estaba consiguiendo. No, no, Verdad no. VERDAD. VERDAD de la buena, de esa que hace que a un actor le tiemble el pecho, la voz y el esfínter al declamar incluso en un anuncio de Neutrex. Estaba por el buen camino, al fin.

Ya podía verme rodeada de estrellas, teniendo que decidir si ir a recoger el Goya o el Óscar por coincidencia de fechas y, sóbre todo, trabajando con mi padre en alguna película que él mismo produjera. Si seguía así, conseguiría que él mismo exigiera que trabajase para él. Y entonces hablaríamos.

Otra vez me había perdido en mi mundo, y eso hizo que no me terminase de enterar de las cosas que Mauricio hacía o decía. Sin embargo la advertencia de Sara me hizo poner un poco los pies en tierra, haciendo que me diera cuenta de lo que había estado a punto de desayunar. Joder, ¿por qué Manuel no avisaba de esas cosas? Odiaba que alguien hiciera eso: la gente tendría que saber que iba a acabar drogado. Esas cosas a traición no estaban bien.

Asentí a sus palabras, alegrándome de no haber probado todavía bocado, y me acerqué a ella al ver que quería hablar más en privado.

- Joder, tía... - Murmuré entonces, mordiéndome el labio. - No creo que sea eso, vete tú a saber lo que ha pasado. Lo mismo está superpreocupado siguiéndolo todo en España Directo. Y a lo mejor se ha cogido tal cabreo que ha roto el móvil contra una pared. O puede que esté con la policía para intentar que nos saquen de aquí y haya perdido el móvil, ya sabes cómo es para esas cosas. - Argumenté, aunque después de decirlo me di cuenta de que realmente ni yo sabía cómo era para esas cosas. Más que por despiste, veía más probable que lo hubiera perdido por estar tan fumado que no se acordase de dónde lo había dejado. - Venga, no te rayes. - Traté de animarla pasando un brazo por sus hombros. - Ya te explicará todo cuando salgamos de aquí, ¿vale?

Miriam, quien comía un melocotón a mordiscos pequeños tan felizmente apoyada en su carrito de patatas, miraba con determinación y escuchaba con finísimo oído todo lo que pasaba cerca suya, a veces con cara de profundo "eing", pero sin perder la sonrisa. Escucha pues… como el peligroso barrilete caminante, Justina, dice ser la bomba, o algo asi por el puro estilo - ¿pelo que leches dice la señola? – se pregunta ella, que vuelve a masticar a su melocoton, cuando poco después, y sin mas… la señora prototipo guitarra española y única portadora de la fregona, Asunción, castigadora de setas, asesina de gérmenes.… anunciaba una especie de alerta naranja. Miriam escupe lo que mastica en acto de inercia, y con cierta curiosidad se va en busca de sabio consejo. Entre pasillos había cierto runrún... pero la frágil Miriam... lejos de llegar a su destino, se detiene durante unos minutos, como enfadada... – pol que putas la gallina cruzalía la caletela, copon!!! - se preguntaba la china una y otra vez, torturándose.

- ... y que iba a hacel yo... Don Simon no... ¿no? - piensa - Maldita chicken! -

Cuando hubo acabo de desayunar, Joel regresó a cajas para buscar a La Sholi. Había algo que escuchó por casualidad, algo que le interesaba lo suficiente como para armarse de valor e ir a por La Sholi. Con mucho disimulo se le acercó tratando de no levantar sospecha. -Oye tronca, que... 

Se quedó embobado mirando mirando el canalillo de la cajera. -Mira que yo necesito este curro a toda costa como vosotras, tengo que pagar el Subaru. ¿Me entiendes? No puedo regresar a casa de mis viejos, simplemente no puedo. Así que si te guardas para mi uno de esos papeles firmados que tienes entre las... bueno, en tus... ahí. -señaló los melonacos de la Sholi con ambas manos- Te lo podría dejar conducir y eso, y podríamos llevar a Xekspir en la parte de atrás. Sería la leche. 

Luego dedicó otra mirada de soslayo a la frutera Lourdes. -¿Verdad que sería la leche? 

-Por cierto chicoooos, estoy con Asunción, Vladimir... ¿Cómo has podido hacernos esto tio? Siempre hemos hecho la vista gorda contigo tio.

Una vez hubo dado el aviso a Sara de que Shakiro estaba buscando su sujetador, Kanaka se aleja de la puerta del baño que no había llegado a abrir*, dejando tras de sí a Akinlabi que se avalanza sobre la misma puerta.

Avanzo de nuevo a la frutería, donde la doña Simona me da unas lecciones de español. Con su recién aprendido lenguaje, kanaka coge una piña un gazpacho y un plátano un mochilo y los levanta en alto mientras grita para demostrarle al mundo que ya sabe español (y tan solo después de 23 años viviendo en España):

¡¡GAZPACHO!!¡¡MOCHILO!!

El madelman mulatito me ofrece el micrófono para que comparta el momento - que buena gente... como el pescadero...- y con el micro en la boca vuelvo a gritar con entusiasmo:

¡¡GAZPACHO!!¡¡MOCHI...!!

Pero no llego a terminar mi grito de triunfo, porque megafonía incapaz de soportar los decibelios estalla en un pitido insoportable.

¡PIIIIIIIIIIIIIII!

Cuando comienza el pitido insoportable lanzo las dos frutas y cojo 3 trozos de brownie, dos de los cuales me los meto en sendas orejas para soportar el ruido infernal y el tercero en la boca, porque no se debe desperdiciar un bizcocho.

Después de un rato, el pitido acaba muriendo entre estertores sonoros de acoplamiento y llevándose consigo el sistema completo de megafonía.

Cuando el sonido ya ha acabado, lejos de darme cuenta gracias a la capacidad aislante acústica del brownie, no me quito los trozos de las orejas, sino que me trago el trozo de la boca y cojo otro trozo que lo reemplace.

Durante todo el episodio, mi sonrisa de felicidad es total.