Partida Rol por web

El sol aún no ha salido, pero ya estás levantado para realizar tus quehaceres diarios, que pueden ir desde saludar al sol al amanecer hasta entrenar. La casa en la que vives es pequeña, ya que solo vive otro Khan contigo, junto a su esposa, su hija y su hijo, quienes suelen encargarse de mantener el lugar en buen estado.

Se encontraba haciendo sus quehaceres que hacia cuando volvia a la casa. Limpiar su cuarto y ordenar las cosas que le pertenecian que a pesar de lo chico de su casa este tenia muchas cosas que habia heredado de su padre comerciante y si bien otros de sus compañeros podrian verse mas humildes, Kenjiro no tenia esos intereses. Mas porque estos eran una herencia mucho mas facil de mostrar que su media sangre.

Se relacionaba bien con el otro Khan y su familia. Aunque no les tenia un amor importante pero sabia que debia cuidar sus relaciones con el clan. Mas porque tenia ya a un khan encontra suyo por el secreto que habia conseguido de este.

Pronto salio al patio de su hogar y se sento en el jardin de bonsais. Ahi se quedo meditando por un buen tiempo y pronto convoco a sus ancestros con sus palabras.

"Ancestros mios, que cuidan mi hogar, a quienes quiero y a mi. Pido que se presente ante mi con toda su sabiduria y guia para los tiempos que se vienen. Yo su humilde servidor estoy dispuesto no solo a seguir las acciones que han generado gloria a sino a lo que me pidan a cambio de la sabiduria que poseen." dijo acomodandose e inclinandose en una pose comun de pura sumision a estos espiritus que aparecerian.

El jardín de Bonsai perteneciente a la casa y cuidado con gran dedicación por parte de la esposa del otro Khan, no es muy grande como podrían ser otros jardines, pero las gravas puestas en el suelo cuidadosamente para hacer caminos por donde moverse, los Bonsai bellamente trabajados, los arboles perfectamente podados y las flores milimétricamente puestas hacen que no deba envidiar a ningún otro jardín de la zona.

Te sientas en donde se unen todos los caminos de grava y empiezas tu meditación, das las palabras y tras unos momentos sientes que te has movido, miras a tu alrededor y notas que ha entrado a la Umbra, aunque no por voluntad propia. Delante de ti, a cinco pasos de distancia, se encuentra sentado un imponente hombre de casi dos metros y cuyos rasgos son obviamente mongoles.

El mongol, ataviado con pieles, te mira a los ojos, y percibes su inmenso poder.

—Soy el gran Khatanbaatar, terror de las estepas y las montañas. Tú... —te señala con el dedo índice de la mano izquierda— una simple madera me ha invocado, a mí, un oro. —Con su mano derecha apoyada en su rodilla, se inclina ligeramente y mira a ambos lados— ¿Dónde están mis ofrendas, mocoso? No solo me llamaste en el lugar equivocado y sin el honor que merezco, sino que también me niegas lo que me corresponde. ¿Para qué? ¡Responde! —claramente espera tu respuesta.

Te sorprendía bastante el hecho de que tu ancestro fuera mongol ¿acaso tus parientes sabían de dicha persona? Quizás y solo quizás este espíritu no venía por parte paterna sino materna ¿pero ¿cómo era eso posible? Hasta donde sabias tu madre no era cambia formas y mucho menos parentela ¿o sí? Quizás había algo que jamás te contaron o podría ser que nadie lo supiera.

- ¡Ah! No sé si ofenderme porque un cachorro tan estúpido me llamara por accidente o porque mi propia sangre no sabe cómo mostrarles respeto a sus ancestros ¡Tengri me está castigando con semejante descendencia! – su forma de hablar te recordaba a tu padre y al padre de este – ¿pides la sabiduría que poseo? Sin duda eres descarado – murmuro molesto.

Te señala como haría un anciano enojado - ¡ah! ¡ah! ¡cómo te atreves a preguntarme cual sería una ofrenda digna de mi persona! ¡mosco! ¡incesto! Maldita sea el día que puse mi semilla en aquella mujer y tuve esta familia de ineptos ¡yo no debo decir que debes darme! Pregúntale a tus padres, si estos están muertos busca a alguien que sepa – golpea su pierna, una costumbre mongola al estar enojado y sentados - ¡no tengo ganas de educar a semejante niño! Vamos ¡dime! Que quieres de mi astilla ¿secretos? ¿poder? Sea claro y no alargues la lengua como esos zorros que viven cerca, somos ¡Khan! Nosotros no hacemos un laberinto de nuestras palabras – golpe su pecho – eso es para débiles ¡recuérdalo! – y te miro expectante esperando que le dijeras que deseabas con exactitud.

El mongol te miraba con seriedad y luego empezó a reírse a pleno pulmón tras tu arrebato – al gatito le crecieron garras parece – se palmeo varias veces una de sus rodillas mientras intentaba controlar sus carcajadas – Bueno… - se quitó exageradamente unas falsas lágrimas de risa.

- ¡bien! Entiendo que buscas sentir la mano del descreador, del corrupto ciempiés – su entendimiento estaba en lo correcto y no necesitaba que se lo confirmases – puedo enseñártelo cachorro pero tendrá un costo – extendió la mano derecha y levanto un solo dedo – quiero un poco de Gnosis – tras bajar el dado y retirar la mano su semblante se volvió serio, amenazante y aterrador – y que no me vuelvas hablar asi, soy tu superior incluso estando muerto… si me hablas así otra vez y me invocas en un lugar como este sin los rituales adecuados por segunda vez te maldeciré para toda tu existencia ¿quedo claro? – no estaba jugando.

Khatanbaatar no pronuncia una sola palabra tras tu comentario. Con una sonrisa orgullosa, sopla suavemente en tu dirección. El aire que emana de su aliento trae consigo un fuerte aroma a alcohol, casi abrumador, que te golpea de inmediato. Instintivamente cierras los ojos, frunciendo el ceño en un gesto de disgusto por el olor penetrante. Cuando los abres, te das cuenta de que tu ancestro ya no está. Sin embargo, dentro de ti sientes un nuevo conocimiento, algo que antes no poseías. Ahora tienes la capacidad de percibir al Corruptor dondequiera que se esconda. No obstante, este don no es perfecto; solo te alerta de la presencia de la corrupción misma, pero no de aquellos que la siguen.

Siente el alcohol entrar a sus sentidos cosa que le hizo retroceder pero tambien cerrar los ojos. Cuando el ambiente se aclaro, abrio los ojos para ver que su ancestro ya se habia ido de ahi. Dejandole con un par de preguntas pero sabiendo que debia mejorar unas cuantas cosas antes de volver a llamarlo.

En principio se fue juntando con los demas y practicando pequeñas mentiras. No con los bastet sino el resto, sabia que si iba a estar con el mongol debia saber como mentir mejor. Adivinaba que el mongol habia detectado su sorpresa y miedo, aunque el miedo venia mas de la verguenza. Aunque el tigre mongol se lo notaba peligroso.

Luego paso un tiempo meditando sintiendo mas los sonidos, detectando los olores y por fin como buen felino percibir mas alla con los bigotes que no tenia.

Tras varios dias fue a buscar a un cambiante que supiera de rituales, sus parientes felinos se le ocurrieran en principio.

Sales en busca de un cambiante que supieran de rituales por lo que primero buscas al otro Tigre que pudiera ser de ayuda, para tu mala suerte solo existe uno más aparte de ti pues los demás son parentela de este mismo.

Cuando vuelves de una caminata hasta tu hogar, al menos el prestado por el túmulo, te encuentras a dos jóvenes de no más de diez años limpiando y un anciano explicándoles cómo deben hacer todos, aun asi cuando te notan frenan sus trabajos y os saludan con todo el respeto que merece un Khan.

Preguntas por la otra compañera y te avisan que se encuentra en el patio trasero, lugar donde habías estado hace unos días. Caminas por la casa de estilo tradicional japonesa hasta aquel patio que si bien no era el más hermoso del lugar sin duda mostraba que era cuidado con mucho cariño.

Al llegar notas a una joven de un metro setenta y cinco, cabello negro y rasgos japoneses cuidando de un bonsái.

Cuando le llamas Hotaru se detiene y te mira con calma, a diferencia de muchos otros Khanes esta mujer daba un aura de tranquilidad que rara vez sentías – un gusto Kenjiro-San – devolvió el saludo siguiendo el protocolo japonés - ¿un ritual? – Dejo con suavidad sus instrumentos de jardinería y tras eso se sacudió las manos para limpiarlas un poco - ¿Cuál en particular? Sé un par, pero no sé si alguno es el que buscas – explico.

"Un gusto." saludo y se termino de acercar a ella.

"Es un ritual que siento muy necesario. Es un ritual para invocar a los antepasados de nuestra raza." le comento sin expresar el nombre que no conocia pero esperaba que ella supiera solo por la funcion. "Tambien tendria la duda si el ritual es algo mas personal con cada antepasado." expreso ya que el suyo era mongol pero no lo diria en voz alta.

Hotaru te mira mientras respondes cual es el ritual que deseas, escucha tus palabras con atención y luego asiente con la cabeza al comprender lo que buscas – Entiendo… - busca una fuente con agua y se lava las manos en ella – llamar a los ancestros es algo muy importante, están en contacto con nuestros antepasados nos permite recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos – toma una tela y se seca – un rito de Alimentar a los fantasmas es lo que buscas… - finalmente informo – el ritual es parecido en sus bases pero como haz dicho cambia por ancestro u espíritu que deseas invocar… no llamaras a un antepasado pacifista con armas o sangre al igual que no llamaras a un kami de fuego con cuencos de agua y tierra – parecía tener sentido lo que decía – puedo enseñarte lo básico pero luego deberá ser tu imaginación y tu conocimiento lo que te guía al invocar a una entidad de más allá de la urdimbre – te hizo una señas para que le siguieras - ¿deseas aprender hoy u otro día? Podrías tardar horas como semanas en saber los preceptos más sencillos – dijo al entrar a la casa.

"Entiendo. Tiene su logica y por su puesto buscare lo adecuado para el antepasado que busco." dice mientras se queda ahi esperando y pensando para adentro que necesitaria alcohol y armas para su antepasado. Algo que deberia comprar.

"Por eso busco este conocimiento. Siento que en la fe a nuestro antepasados podemos llegar a resolver muchos de los problemas que tenemos ahora. Todo esfuerzo necesita una direccion, por lo que un buen guia dara buenas recompensas para el esfuerzo." expreso medio meditando el tigre. Tantas cosas que necesitaba y su pariente solo le hizo sentir algo mal. Pero al menos termino ayudandole y eso agradecia.

Tras su señal fue con ella donde le guiara. "Empecemos hoy y si me es posible volvere tantas veces como consideres adecuado para decir que estoy listo."