Partida Rol por web

Me siento en el suelo, adquiero pose de meditación y empiezo a recordar todo lo posible, esperando encontrar una solución que no implique acabar con otra vida más.

Ulfgar al ver balbucear a su compañero y desenvainar el arma apuntandoles a ellos intuye que algo no va bien - llamamé perspicaz - murmura por lo bajo antes de encomendarse a Abadar para que le ayude en este momento de apuro. Conjura rápidamente y se acerca tratando de descargarlo sobre su compañero. Espera que la fuerza de su dios logre expulsar la maldad de su compañero.

Teniendo en cuenta que el demonio funciona por la vía física, os parece que un conjuro de Curar Enfermedad podría funcionar.
 

Gracias a la ayuda de Ulfgar y su dios, Abadar, Anuruk consigue "vomitar" literalmente los diablillos, aunque por su boca mana sangre...

Este es el momento que estaba esperando y al salir el enjambre mueve rápidamente su espada para aniquilar al enjambre...

Con el monstruo confundido por la expulsión, Nerisgwen acaba con los últimos diablillos de un tremendo tajo. Sus voces discordantes se apagan de golpe y el siencio vuelve a la habitación.

Me levanto viendo que mi meditación ha sido inútil y me sacudo el polvo de mis ropas. Hecho una mirada rápida al señor vómitos, parece que está bien, ese otro humano no despierta mi interés, en cambio... una tifling, no puedo evitar dirigir las miradas a ciertas zonas, como sus pies, su trasero o su cara, buscando rasgos de sus ancestros demoníacos además de admirar esa extraña belleza. Cuando quieras te doy otra palmadita de ánimos. Le acabo diciendo mientras le guiño un ojo.

Los ojos de la tiefling se medio cerraron en una expresión de disgusto ante el comentario del mago. Antes no tuve ocasión para darte las gracias por esa palmadita... Pero la próxima vez que quieras tocar mi culto piénsatelo dos veces o te cortaré la mano... dice la tiefling...

Ulfgar da una fuerte palmada en el hombro de Anuruk-te - ¿Qué tal te encuentras muchacho? ¿Te duele la cabeza? - Se lleva la mano a la barba, acariciandosela pensativo... al final sin llegar a ninguna conclusión gira la cabeza y se dirige a Sylpher - Hey amigo, antes he visto que ponías cara de pensar. ¿Sabes algo de la locura que le entro a nuestro compañero? - señala con el pulgar por encima del hombro al druida - ¿Es contagiosa? ¿Seguirá cuando acabe la duración del conjuro que le lancé?

Luego mira como si fuera la primera vez la escena entre la tieffling y el mago y se da una palmada en la frente - Por Abadar, disculpadme si he interrumpido algo, - se acerca al mago y le da un buen codazo, cuando este se inclina algo dolorido murmura a su oído - Espero no haberte interrumpido cuando estabas ligando. ¿Qué, ya la tienes en el bote? - dice guiñando descaradamente el ojo.

Miro a los presentes mientras guardo mi arco una vez terminada la faena.

Bueno...eso estuvo movido...

Luego miro a los ojos a Nerisgwen y Anuruk-te

...y entre tanto diablillo no tuve tiempo de presentarme. Soy Sandru. Sandru Valentine.

Miro a Ulfgar

No creo que pueda contagiar nada. Ya estan muertos. Pero sería bueno tener un ojo sobre Anuruk-te por las dudas.

Luego me vuelvo a Anuruk-te

Conocías a esta mujer?

Me da a mí que no, que en ese bote no entro. Bueno respondiendo acerca del contagio, no hay problema, ha sido una vacuna muy efectiva tu conjuro y bueno... muevo un poco los restos de los demonios... como ha dicho Sandru, creo que no volverán a infectar a nada...

Nerigwen se acerca a acariciar a Varinia. Bichito! Qué tal? Que no te dio tiempos  jugar con los diablillos, eh? Luego escucha a Sandru presentarse, se pone en pie y dice Ah, si. Claro... Yo soy Nerisgwen, que modales los míos. Saludos sean! Y hace una reverencia de dama.

- Yo soy Ulfgar, clerigo de Abadar. Maestro de la primera boveda. Juez de los dioses. El del puño dorado. Aquel que es adorado por aquellos que buscan la riqueza y los mercaderes. Aquellos que moran en las ciudades y siguen la ley. - enfatiza esta última parte - su influencia se deja sentir en los dominios de la tierra, la nobleza, la ley, la protección y el viaje.

Doy una palmada a Anuruk-te - hoy su poder ha expulsado esas horribles criaturas de tu cuerpo, yo no he sido más que el intermediario de su voluntad. - me giro hacia Nerisgwen - y su gracia ha hecho que las heridas de antes sanaran. Si alguien más está herido puedo hacer que saneis rápidamente. - concluye con el ofrecimiento.

Anuruk se levanta como puede, luego de haber vomitado a esos diablillos. Y antes de darse cuenta ya están todos charlando y hablando aceleradamente. Típico de las personas de las ciudades, o al menos para alguien quien conoce también la selva y las comunidades mas pequeñas que pueden tomarse su tiempo para las charlas.

-Me siento bien... creo, aunque ahora se a que se refieren los de la ciudad cuando dicen que algo tiene gusto a diablos- Dice bromeando al levantarse y limpiarse la boca con el brazo.

Necesito un trago de vino, uno bien fuerte para sacarme este sabor. Piensa Anuruk-te mientras mira alrededor y se sorprende ante la vista de que la cleriga se acerca a Varinia. No creía que le fuera a hacer algo, pero tampoco que se dejase tocar por un extraño tan fácil.

Luego vuelve a la realidad ante la mención de la mujer enana. Y con lo cual bajo un poco la vista apenado por su destino. -No, no la conocía, ni siquiera llegue a hablar con ella, fue la única superviviente de un naufragio con el que me tope, habían chocado contra unas rocas en la zona de marea baja, y al inspeccionar me tope con ella, padecía fiebre y parecía pronta a dar a luz, pero estaba inconsciente e inaccesible, el resto de la tripulación estaba muerta-

- Nerisgwen y yo somos clérigas de Sarenrae, Flor del Alba. Os damos a todos las gracias por habernos ayudado en esta lucha... Nunca había visto criaturas infernales como éstas en la ciudad.

Se dirige a Anuruk.

- Estás malherido, deja que te ayude.

La luz que parece emanar de su mano se propaga a su toque restañando en parte las heridas.

- Mis poderes curativos son escasos. Si nos acompañas a nuestro templo allí te auxiliaremos.
 

Entre las salaces "indirectas" del mago elfo, tu mente rumía sobre lo sucedido. Yasmina tiene razón. Un enjambre de diablillos no aparece casualmente. ¿Sería una emboscada? El enjambre parecía atacarte a ti exclusivamente al principio. ¿Porqué a ti? Qué te hace tan especial? Ser clériga? Ser tieflin? Entonces recuerdas que hay otra tieflin en la ciudad. Tu amiga Zoria, también clériga tieflin de Sarenrae!
 

La tiefling pensativa se queda mirando a la enana muerta... Bien, quien esté herido puede acompañarnos al templo y ya que venís coger a la enana... Quiero investigar un poco. Luego mira Yasmina ¿Crees que estará Zoria allí?

Anuruk no había recibido tanto daños, mas allá de lo desagradable de la experiencia, pero no tuvo tiempo antes de que enviaran la energía divina por su cuerpo.
De todos modos agradeció esta al sentir el calor agradable en su cuerpo, que lo insuflaba de vida.

-Es usted muy amable, y con gusto ayudare a transportar el cuerpo de esta mujer...- Agradeció, bajando la voz y perdiéndose al hablar de la enana, sin poder evitar quedársela mirando su destrozado cuerpo y no sentir pena por ella. El había hecho todo lo posible.

Por su parte antes que nada, se dirigió a Varinia, caminando y acuclillandose para estar a la altura de su rostro. Luego le tomo su rostro con ambas manos, y con su mejilla empezó a restregarle por la cara de esta en carácter de cariño y agradecimiento por su ayuda. -Luego te daré un premio, pero por el momento ve a cuidar el bote... ¿de acuerdo?- Y espero que con un pequeño ronroneo le afirmara.

Mientras tanto, algo en el suelo le requirió su atención, al darse cuenta que Zarpa, su gato se restregaba entre sus piernas, exigiendo también atención. Con una mano desde abajo, lo elevo a la altura de la cabeza de los otros dos para que también prodigara cariños.

Luego mientras se incorporaba, dejando ir a la pantera, poso en su hombro derecho a Zarpa, sabedor que el se quedaría acomodado en su hombro, y que podría mantener el equilibrio en su caminar. -Tu vendrás conmigo-

Luego fue hasta el cuerpo de la enana y sintió que el poder de su antiguo conjuro hacia rato que había perdido efecto, y que el esfuerzo de las ultimas horas, navegando en el mar, cargando a una enana inconsciente, y un combate, sin contar el ser poseído, le habían cobrado muchas de sus fuerzas. -Mi estimado Ulfgar... ¿Cree que podría ayudarme a dar transporte digno a esta pobre mujer muerta?-